viernes, 26 de septiembre de 2014

Historias de la República y la Guerra Civil




El historiador Ángel Viñas





La Historia como notaria del pasado sigue gozando de respetable salud. Y eso que hace ya 2500 años que dos griegos ilustres, mediado el siglo IV a.C., la iniciaron como disciplina científica: Heródoto, con su "Historia" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1996), y Tucídides, con su "Historia de la Guerra del Peloponeso" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1997), hermosas lecturas que les recomiendo con especial énfasis.

De esa misma respetable salud sigue gozando la historia de la Guerra Civil Española (1936-1939), y por extensión, la de la II República española (1931-1939). Uno de los historiadores que más y mejor ha escrito sobre la guerra civil española ha sido el profesor e hispanista estadounidense Gabriel Jackson, y entre los españoles, el economista, diplomático e historiador Ángel Viñas, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.

Al profesor Viñas le conocí, aunque no tuve el place de tratarle personalmente, durante mi paso por la UNED cuando cursaba la licenciatura de Geografía e Historia. Fue a mediados de los 80, creo recordar, durante la celebración del Congreso Internacional de Historia sobre "La oposición al régimen de Franco", organizado en Madrid por la UNED bajo la dirección de los profesores Tuñón de Lara y Javier Tusell, al que asistí como alumno becario. Le recuerdo con su sempiterna corbata de pajarita, prenda típica y casi de uniformidad oficial del profesorado de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, Estados Unidos; la universidad también de Albert Einstein, y perdónenme la petulante digresión, los cinematográficos y televisivos doctores Indiana Jones y House.

De él reseñé en mi entrada del pasado dia 2, con motivo del 75º aniverario del inicio de la II Guerra Mundial, un artículo suyo titulado "Un tiempo de sangre y fuego", que dilucidaba algunas de las falsedades creadas por la historia en torno al pacto Stalin-Hitler, que en gran manera favoreció el paso a dicha conflagración. 

En el mes de octubre de 2009 Revista de Libros publicó una extensa y documentada reseña crítica del profesor Jackson, bajo el título de "Una trilogía histórica magistral", de tres de los últimos libros del profesor Viñas: "La soledad de la República", "El escudo de la República" y "El honor de la República", todos ellos editados por Crítica, Barcelona.

Decía en su reseña el profesor Jackson que los tres libros comentados constituían sin duda alguna los estudios archivísticos más detallados y más exhaustivamente documentados de las reacciones diplomáticas y militares al estallido de la Guerra Civil española; y también de los esfuerzos de los sucesivos gobiernos republicanos para vencer la hostilidad político-económica de las grandes potencias democráticas –Inglaterra, Francia y Estados Unidos– y contrarrestar la masiva ayuda militar ofrecida desde el principio por Italia, Alemania y Portugal a las fuerzas comandadas por el general Franco.

En pos de su investigación documental, añadía, el autor había viajado a París, Londres, Moscú y a muchos otros lugares específicos en que se encuentran archivos relevantes. Ha proporcionado detalladas notas al pie para todas sus interpretaciones controvertidas. Ha preparado una lista de los acrónimos de docenas de archivos, preparado una bibliografía ingente, ofrecido al lector una extensa lista de "dramatis personae" y aportado copias de documentos importantes. Para conseguir su objetivo crítico e historiográfico ha citado y refutado, seguía diciendo, cientos de contundentes afirmaciones de personas e instituciones que aparecen citadas con sus nombres.

En los párrafos finales de su comentario decía el profesor Jackson que había intentado señalar en su artículo lo que le parecían énfasis ocasionales que distraían de la tarea principal, y que había detinado mucho espacio a ello porque quería que el lector conociera los juicios del autor más que simplemente las valoraciones que el reseñista hacía de esos juicios, pero que ello -añadía- no había de entenderse en absoluto como una evaluación negativa. Nadie, decía, ha rastreado los archivos más exhaustivamente que Viñas; nadie ha estado más dispuesto que él a compartir información; nadie se ha mostrado más deseoso de comparar interpretaciones con colegas.

Como conclusión de la reseña, Gabriel Jackon manifiestaba su convencimiento de que la trilogía publicada por el profesor Viñas se manifestaría como una combinación excepcionalmente rica de historias basadas en archivos y de debates que cuestionan deliberadamente ideas establecidas en la lucha por alcanzar un entendimiento objetivo de la Guerra Civil española.

A mí me gustaría terminar la entrada de hoy, aparte de animarles a leer el artículo del profesor Jackson, con una reflexión del también historiador y profesor Josep Fontana en su libro "La historia después del fin de la historia" (Crítica, Barcelona, 1992) en la que apela a la necesidad de recuperar las señas de identidad de una historiografía crítica que proponga aprender a pensar el pasado en términos de encrucijada (y no solo de una vía única), que incite a los historiadores a situar el presente en el centro de sus preocupaciones y que ayude a las nuevas generaciones a mantener viva la capacidad de razonar, preguntar y criticar para cambiar el presente y construir un futuro mejor. 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt






El historiador Gabriel Jackson



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miércoles, 24 de septiembre de 2014

A Gallardón le han hecho la petaca...



Gallardón anuncia su dimisión




No me las doy de adivino ni profeta ni tengo vocación de Casandra, pero lo dije en mi entrada del 14 de febrero pasado, día de los enamorados: "Tengo la convicción de que el proyecto de ley de reforma del derecho al aborto no va a prosperar. Y no porque lo tumben los parlamentarios de la oposición o las justificadas críticas de la sociedad española, sino porque el propio gobierno y el partido que lo sustenta, una vez salvada la cara del impresentable proyecto y de su ministro proponente en las Cortes ante lo más integrista de sus votantes lo va a dejar languidecer hasta el término de la legislatura para que decaiga por sí solo. ¿Apostamos?". Así, literalmente. 

En una sociedad democrática no debería haber lugar para los enemigos políticos, a lo sumo, para los adversarios. Para enemigos políticos nada más cercano que los propios compañeros de partido, como ya dijeran en su momento Disraeli, Gladstone o Churchill (no estoy muy seguro de cuál y por eso cito a los tres), políticos los tres y británicos los tres, que en cuestión de política y democracia se las saben todas. No como el pobre Gallardón, la gran esperanza blanca de la derecha española moderna, joven y democrática, al que le ha perdido su ambición nunca disimulada y esa "vocación de servicio" heredada del antiguo régimen que le llevó a suplicar al presidente del gobierno el puesto de vanguardia en la lucha por recuperar para la derecha española las señas de identidad seculares perdidas tiempo ha.

Al ministro de Justicia,  Alberto Ruiz-Gallardón, le han hecho la petaca su presidente, su gobierno y sus compañeros de partido. Da, ahora, impresión de ingenuidad su valentía al asumir como propios planteamientos integristas que nadie, ni sus más acendrados adversarios políticos se hubieran atrevido a achacarle nunca. 

En fin, descanse en paz. Al menos le honra el gesto de coherencia de su dimisión y de su apartamiento, ¿definitivo?, de la vida política. Los auténticos reaccionarios del PP se han quitado un enemigo político de encima.

Les dejo con dos artículos de muy distinta factura escritos días después de publicada esta entrada del blog sobre la dimisión del ministro Gallardón por la periodista Luz Sánchez-Mellado: "Gallardón, Q.E.P.D.", y la escritora Elvira Lindo: "Rajoy en China".


Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





La cúpula del PP



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martes, 23 de septiembre de 2014

Equinoccio de otoño con Vivaldi y en Gran Canaria









A esta hora exacta en que se publica esta entrada, las 3:29 de la mañana en las islas Canarias, se produce el equinocció de otoño de este 2014 que va llegando a su fin. Es hermoso ver los solsticios y los equinoccios desde la ventana de casa. En el solticio de verano el Sol aparece en el horizonte lo más al norte posible sobre la latitud de Canarias; en el de invierno, al contrario, lo más al sur posible. Y en los equinoccios, en ambos, justamente sobre el Este, a 90º en el círculo del horizonte. No me los pierdo, los espero con ansia, gozando del espectáculo que me brinda la madre naturaleza. 

En el alféizar de la ventana tengo hechas unas muescas marcando el punto exacto en que va a salir el Sol esos cuatro días de cada año. No falla nunca, ni un milímetro. Para cuando cambie su lugar de salida, con toda seguridad ya no estaré esperándole, emocionado, con los codos apoyados en él... Me estoy poniendo lírico; un poco tonto a mi edad. Y más por un espectáculo que se repite cuatro veces al año desde hace unos cuantos millones de ellos... 

Les dejo con el "Otoño" de Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi. Merece la pena. La foto que encabeza la entrada es una superposición de dos imágenes: un amanecer en la ciudad de Las Palmas y un ocaso en Maspalomas, en el extremo sur de la isla de Gran Canaria, mi isla... Muy cerquita del trópico de Cáncer que da nombre a este blog mío y de ustedes, sus lectores.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




Otoño. Las cuatro estaciones (A. Vivaldi, 1678-1741)




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lunes, 22 de septiembre de 2014

El poeta Pablo García Baena y el tema de España en la poesía española contemporánea (LIV)




Ruinas de Medina Azahara (Córdoba, Andalucía)



Buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierda parecemos dar la impresión de avergonzarnos de nuestra condición de tales. Por eso nuestro aturdimiento y confusión al utilizar términos como pueblo, país, patria, nación, estado; todo para no utilizar la palabra España. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos acomplejarnos ni avergonzarnos del uso, y hasta abuso, de la palabra España. España es la patria y la nación común que a todos nos acoge y ampara. No es solo de la derecha, es también nuestra. Y para quitarnos ese complejo de encima puede ayudarnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento al haber traído al blog durante estas últimas semanas lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, dijeron sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. 

Fue un gran poeta en lengua inglesa, el estadounidense Walt Whitman quien dijo que "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz". 

Ahora que esta larga serie de entradas sobre el tema de España en la poesia española contemporánea está llegando a su fín, traigo hasta el blog al poeta Pablo García Baena.  

Nace en Córdoba (Andalucía) en 1923. Estudia pintura e historia del arte en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal. Hace amistad con poetas locales y a los catorce años lee ya a San Juan de la Cruz, Proust, Juan Ramón Jiménez, Salinas, Jorge Guillén y, sobre todo, a Cernuda. Publica sus primeros poemas y dibujos en la prensa local y en revistas como Gaceta Literaria. En 1947 con otros poetas amigos funda la revista Cántico, en la que reivindica una mayor exigencia formal, estética y senual que enlace la poesía del momento con la Generación del 27. En 1984 recibe el premio Príncipe de Asturias de las Letras. 

Les dejo con su poema "Río de Córdoba":

Pasas y estás como una pisada antigua sobre el mármol,
y hay en tu fondo un velo de argenterías fenicias,
y en la noche de la Albolafia
surgen de oscuro labio enamorado
las suras como negras palomas implorantes.
Eres el rey, turbio César que se desangra
sobre su propia púrpura de barros,
carne deshecha las rojizas gredas,
y flotas sobre tu huyente melancolía,
y fugaz permaneces
con tus manos de plateado exvoto acariciando
el toro, la columna, el santuario
y los petreos plegados de la estatua.
Tu cuerpo generoso se queda entre los juncos
como en un verde acetre de vegetales oros,
herido entre la zarzas por la voz y la noche
que la guitarra vierte sombría y encelada,
mientras los que se aman, de una orilla a otra orilla,
con la tendidas manos sollozantes hundidas en tu agua,
escuchan silenciosos tu bronco latido solitario
de astro centelleante entre los naranjales.
Brizas la inocente madera de las barcas
y abre un surco de congelado asombro
ante la esteva sacra que guía la bogante rueda de los molinos,
donde descansa erguida
la dorada y bermeja palmera de los Mártires:
el cielo ya en los ojos torcaces de Victoria
y Acisclo como un bello ostensorio labrado.
Tal audaz caminante
que un punto se detiene en la suave colina
y fija la mirada en la ciudad que adora y aleja para siempre,
así tú te remansas por los jardines tristes,
por las torre guardianas, por humildes tejares;
y tu rumor real, que baja victorioso
como guerrero esbelto de laureles
desde la áspera cueva de las sierras natales,
anida dulcemente en la cárdena adelfa
que tu mano intrumenta como roja viola apasionada.
Cuando sube la noche a su ajimez de luna
y el licuor de tus ópalos se agita intensamente,
los jóvenes ahogados del estío
levantan en silencio sus lívidas cabezas
que rotos ungüentarios perfuman de estoraque;
y sus miradas líquidas,
donde engastan los sábalos alhajas cinerarias,
contemplan el ciprés, la celosía, el patio,
los muros con la lepra verde de la alcaparra;
y suspiran y tejen coronas de amaranto,
de granadilla y mirto de hojas chorreantes
que van frescas, intactas, por tus crines undosas
hasta la sien vencida del amante que vive,
a tu orilla, la noche mortal del paraíso.


Y en la próxima ocasión nos vemos con el poeta Salvador Pérez Valiente. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



El poeta Pablo García Baena





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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Las lágrimas de Eros



Imágenes de la exposición "Las lágrimas de Eros"



  
Fue poco más o menos al inicio del otoño de 2009 que la Fundación Caja-Madrid y el museo Thysen-Bornemisza organizaron conjuntamente en Madrid una exposición con el título de "Las lágrimas de Eros" que sirvió de excusa a mi admirado profesor don Emilio Lledó para escribir un memorable artículo en El País Semanal de aquellas fechas. El título de la exposición tenía su origen en el provocador ensayo homónimo del escritor francés George Bataille, publicado en 1961, que su propio autor definió como "un primer paso para abrir la conciencia a la identidad del orgasmo (o pequeña muerte) y de la muerte definitiva". Y fruto de mi escasa imaginación, es también el título de esta entrada de hoy.

El texto de Emilio Lledó al que me refería anteriormente llevaba por título "El Eros de Diotima", y en él se hacía referencia al bellísimo diálogo de "El banquete", que Platón escribiera a finales del siglo V a.C., en Atenas. En él, una sacerdotisa llamada Diotima, que en el diálogo aparece como mentora y maestra del propio Sócrates, discurre con varios personajes masculinos sobre la naturaleza profunda del sentimiento amoroso.

Como dice el profesor Lledó, la verdad es que no importa mucho si el personaje de Diotima tuvo existencia real o fue un invento de Platón. Lo importante es que por primera y única vez un personaje femenino robaba todo el protagonismo del diálogo a quien siempre había sido el centro de atención de todos los platónicos, el propio Sócrates.

Llevado de mi deseo de enmarcar una digresión más o menos elaborada sobre los textos citados, releí "El Banquete" platónico y ojeé también una obra capital, "Teoría de los sentimientos", del admirado psiquiatra, profesor y también académico, Carlos Castilla del Pino, así como su discurso "Arquitectura de la vida humana", pronunciado con motivo del Día de la Fundación Pro-Real Academia Española del año 2006.

Solo en el sentido clásico del término me atrevería a autocalificarme de filósofo, o lo que es lo mismo, de amante del saber. En mi caso, como mucho, mero e incompetente admirador y aprendiz de filósofo. Supongo que algo habrá influido en ello mi paso por mi "alma máter", la UNED, cuyo bellísimo lema, sacado del Libro de la Sabiduría (Sb 7, 24), dice de ella que es lo que más mueve entre todas las cosas que se mueven: "Omnibvs mobilibvs mobilior sapientia". Pero finalmente desistí abrumado por mi propio sentimiento de incapacidad para enfrentarme a tal desafío. ¿Quién era yo para atreverme a glosar la función salvífica del amor que con tanta belleza expone Platón y analizan Lledó y Castilla del Pino, uno desde la filosofía y otro desde la psiquiatría?... Y ahí sigo aun, así que mejor lean los enlaces de más arriba y disfruten de ellos porque la "filosofía" de un servidor no da para más.

Por cierto, me gané el magnífico catálogo de la exposición en un concurso literario que al efecto convocó Revista de Libros. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





Eros y Psyque, de Antonio Canova (1757-1822)





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martes, 16 de septiembre de 2014

¿Por qué dormía Europa?...






A comienzos del verano de 1940, cuando hacía justamente nueve meses que había estallado la guerra en Europa, un joven y brillante estudiante de la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts) leía su tesis de graduación en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Se titulaba "Appeasement in Munich", y analizaba en ella las razones que llevaron al gobierno británico a una suicida política de contemporización y apaciguamiento a toda costa con el cada vez más creciente belicismo de Hitler, y a firmar con él los vergonzantes acuerdos de Munich que darían rienda suelta al expansionismo nazi. Obtiene la calificación de "Sobresaliente Cum Laude", y un mes después se publica como libro con el título de "¿Por qué dormía Inglaterra?", convirtiéndose en un auténtico "superventas" que gana el prestigioso premio Pulitzer de ese mismo año. Veinte años más tarde, ese joven estudiante, John F. Kennedy, sería elegido presidente de los Estados Unidos de América.

"¿Por qué dormia Inglaterra?" se publica en España por la editorial barcelonesa Plaza y Janés en 1965, supongo que a raíz de la conmoción mundial que produce el asesinato del presidente Kennedy. Yo la leo ese mismo año en una edición de bolsillo que aún conservo y que, casualmente, ojeaba hace unos días. Ya he dejado constancia en este blog de mi juvenil apasionamiento por la figura de Kennedy. Su trágica muerte dio lugar a uno de los días que más imborrable impresión han dejado en mi vida, y que puedo relatar minuto a minuto con exactitud. Su lectura me emociono. Lo leí con fervor y apasionamiento y, en cierto modo, encaminó mi recién iniciada vida académica hacia la Historia y la Ciencia Política.

No tengo muy claro que tipo de asociación de ideas me ha llevado a recordar el libro de Kennedy al leer el artículo que en el número de septiembre de Revista de Libros publica el diplomático y escritor Fidel Sendagorta titulado "Europa: poder, afecto y utopía", dedicado al comentario crítico del libro "Poder y derecho en la Unión Europea" (Madrid, Civitas/Thomson Reuters, 2014), del profesor José María Areilza Carvajal. Dice Sendagorta: "Las elecciones al parlamento europea del pasado mes de mayo han marcado un nuevo hito en la creciente desafección del electorado hacia el proyecto de integración europea. Partidos con programas contrarios a la propia Unión Europea han batido a las formaciones políticas mayoritarias en un país, como el Reino Unido, que se interroga sobre su permanencia en la Unión, pero también en Francia, uno de los Estados fundadores del proyecto de integración. En un momento en el que prevalecen los sentimientos en los debates europeos, el libro de José María Areilza nos sitúa en los argumentos de la razón. Pero el autor sabe que las ideas necesitan del motor de la emoción para ser verdaderamente movilizadoras. De ahí que su obra empiece y termine con la inquietud por la pérdida del horizonte utópico en el proyecto europea y la apelación a recuperarlo como condición esencial para que pueda revitalizarse". 

¿Fue eso, la apelación a recuperar el "horizonte utópico", lo que movió a los parlamentarios españoles socialistas a romper el pacto del grupo socialista europeo votando en contra de la elección como presidente de la Comisión del liberal-conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker, un europeísta convencido? A mí, personalmente, me pareció un gesto promovido más por asuntos de política interna española que europea. Al parecer, más preocupados por la estética que por la ética, los europarlamentarios socialistas españoles, con escaso sentido de la responsabilidad, se saltaron el pacto interno del grupo socialista europeo en un gesto muy poco coherente ni prometedor, y más, si tenemos en cuenta que los grupos parlamentarios afectados mantuvieron su voto favorable a la reelección del socialista Martin Schulz como presidente del Parlamento. Me dolió, porque no tengo reparos en confesar que me siento identificado con los ideales de la socialdemocracia europea y española, por ese orden.

Pero vuelvo, y con ello termino la entrada, al libro que me ha servido de excusa para escribirla. La verdad es que no me gustaría que ninguno de mis nietos obtuviera su grado académico dentro de veinte años con una tesis que se preguntara y explicara "¿Por qué dormía Europa?...", precisamente, cuando más necesitábamos de ella. Eso sería una muy mala perspectiva, que no les deseo en modo alguno. 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





John F. Kennedy (1917-1963) 



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lunes, 15 de septiembre de 2014

Sobre la democracia




Congreso de los Diputados (España)



Que la democracia, o por resultar menos beligerante en la expresión, que las instituciones democráticas no están funcionando correctamente es un hecho incontrovertible. Que deberían hacerlo, el funcionar, también. Ahora bien, ¿cuál y cómo debería ser el funcionamiento correcto de esas instituciones en una democracia moderna? Ahí estoy convencido que caben opiniones varias, todas respetables, aunque unas resulten más respetables que otras. No seré yo quien resuelva la ecuación, entre unas razones porque no tengo la respuesta, y entre otras porque lo que yo piense al respecto no es relevante. 

En cambio, sí tengo algunas ideas claras sobre la democracia. Así, en plan ínformal, sin afán de verdad absoluta, que no tengo reparos en compartir con ustedes: 1) La democracia moderna es representativa o no es democracia. 2) La democracia directa no existe; es un mito. 3) No hay democracia posible sin partidos. 4) La soberanía pertenece al pueblo en su conjunto, pero no se ejerce directamente por éste, sino a través de los órganos constitucionalmente previstos, normalmente, el Parlamento. 

Ni siquiera la Confederación Helvética (Suiza), que con tanta asiduidad recurre al referéndum como vía de participación política directa del pueblo en los asuntos de Estado, pone en cuestión la premisa de la democracia representativa.

Corolario de la anteriormente expuesto es: 1) Que los miembros de los parlamentos, sea cual sea su forma de elección y el partido o formación política por la que se presentan, representan a la nación en su conjunto y no sólo a los electores de su circunscripción, sus votantes o su partido. 2) Que no están sujetos a mandato imperativo alguno, ni del pueblo, ni de sus electores ni votantes, y mucho menos de su partido. Y 3) que en el ejercicio de sus funciones parlamentarias no están ligados por ningún tipo de disciplina de voto, sino que cuando las ejercen, lo hacen en conciencia y bajo su exclusiva responsabilidad personal.

Si esto no se acepta, sobran los parlamentos y cualesquiera instituciones representativas de las que se dotan las sociedades democráticas, pues bastaría con elegir al hipotético líder de la nación por el pueblo, sin intermediación de partidos, y delegar en él todo el poder del Estado para funcionar. Ni siquiera los regímenes fascistas y de dictadura proletaria se han atrevido a tanto y han guardado alguna apariencia formal de representación política.

Lo ideal sería establecer procedimientos democráticos por los cuales, en casos tasados, los representantes elegidos pudieran ser apartados de sus cargos antes de la finalización de sus mandatos, bien por aquellos mismos que los han elegido o por los órganos jurisdiccionales correspondientes. Pero en el ínterin, no deberíamos rasgarnos tanto las vestiduras ante casos de transfuguismo de un partido a otro, o de rompimiento de la disciplina de voto, porque no siempre están motivados por razones espurias. O por citar otro ejemplo: ¿no exigimos a jueces y magistrados que voten en conciencia sin sujección a mandato imperativo alguno de aquellos por los que han sido designados? Si es así, ¿por qué nos resulta tan difícil admitir lo mismo de nuestros representantes políticos?

Por supuesto, habría que obligar constitucional y legalmente a los partidos a dotarse de estructuras y procedimientos internos democráticos abiertos a los afiliados, simpatizantes y votantes, y a celebrar congresos donde rendir cuenta periódica y tasada de sus actividades y financiación.

En los estados medievales peninsulares, los procuradores que eran enviados por las ciudades con representación en ellas a las Cortes convocadas por el rey, lo hacían bajo mandato imperativo, y sujetos estrictamente a las órdenes dadas por escrito por sus conciudadanos, y cuando volvían de ellas, si no se habían atenido al mandato recibido, se arriesgaban a ser colgados de las almenas de la ciudad. No creo que ese sea el procedimiento idóneo hoy día de exigir responsabilidades políticas, aunque nunca se sabe...

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



Cortes medievales 



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sábado, 13 de septiembre de 2014

[El tema de España] El poeta José Herrera "Petere" y el tema de España en la poesía española contemporánea (LIII)





Palacio del Infantado (Guadalajara, Castilla-La Mancha)



Buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierda parecemos dar la impresión de avergonzarnos de nuestra condición de tales. Por eso nuestro aturdimiento y confusión al utilizar términos como pueblo, país, patria, nación, estado; todo para no utilizar la palabra España. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos acomplejarnos ni avergonzarnos del uso, y hasta abuso, de la palabra España. España es la patria y la nación común que a todos nos acoge y ampara. No es solo de la derecha, es también nuestra. Y para quitarnos ese complejo de encima puede ayudarnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento al haber traído al blog durante estas últimas semanas lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, dijeron sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. 

Fue un gran poeta en lengua inglesa, el estadounidense Walt Whitman quien dijo que "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz". 

Hoy, ahora que esta larga serie de entradas sobre el tema de España en la poesia española contemporánea está llegando a su fín, traigo hasta el blog al poeta José Herrera "Petere"

Poeta, escritor, autor teatral y traductor, perteneciente a la Generación del 36, hijo del que fuera presidente del gobierno republicano en el exilio entre 1960 y 1962, Emilio Herrera, nació en Guadalajara (Castilla-La Mancha) en 1909. Estudio derecho y filosofía y letras en la universidad de Madrid. En 1931 se afilia al partido comunista español y colabora activamente con la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios. Autor de poemas y canciones de exaltación republicana, con técnicas sencillas como la copla o el romance, fue durante la guerra civil el más popular de los poetas españoles. Exiliado en Francia al final de la guerra civil recibe la ayuda de Pablo Picasso para marchar a México, donde vive hasta 1947. En esa fecha se traslada hasta Ginebra (Suiza) donde trabajo como editor y traductor de español para la Organización Internacional del Trabajo. Allí muere en 1977. Su elogio fúnebre lo leerá su amiga la filósofa española María Zambrano. En 1984 recibe el homenaje de la Biblioteca Nacional de España.

Les dejo con su poema "El viaje secreto":

Quiero decirle al tren que no me espere
que tengo un río de luto a la cintura
y un tajamar de hielo en la garganta.

No, no me esperes tren que vas al campo,
al norte azul y al alto mediodía
que alegre lumbre y cerros van cantando.

No, no me espere, no, tren de la tarde
airoso tren de pinos,
que tengo el pecho herido y en la sangre
roja culebras.

¡Oh tren de sol, no puedo ir contigo,
que árboles pasan como manos pálidas,
que unos rincones negros me sujetan
con sus lágrimas de humo entre los bosques
a negruras heladas,
que unas cavernas negras me ensordecen,
que unos árboles altos se agigantan,
que las cenizas y el dolor me esperan
en llanuras quemadas,
que hasta la noche trenes no han de oírse
-fervores y clamores en campos bajos-
que vayan hacia España!

¡Oh tren de noche llévame contigo
cargado de metales y de luces,
de corazón, de rocas y hierros,
a deterte solo en cumbres agrias!


Y en la próxima ocasión nos vemos con el poeta Pablo García Baena. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta José Herrera "Petere"



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viernes, 12 de septiembre de 2014

[El tema de España] El poeta José María Quiroga Plá y el tema de España en la poesía española contemporánea (LII)





Plaza de la Villa (Madrid)



Buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierda parecemos dar la impresión de avergonzarnos de nuestra condición de tales. Por eso nuestro aturdimiento y confusión al utilizar términos como pueblo, país, patria, nación, estado; todo para no utilizar la palabra España. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos acomplejarnos ni avergonzarnos del uso, y hasta abuso, de la palabra España. España es la patria y la nación común que a todos nos acoge y ampara. No es solo de la derecha, es también nuestra. Y para quitarnos ese complejo de encima puede ayudarnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento al haber traído al blog durante estas últimas semanas lo que algunos de los grandes poetas españoles contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, dijeron sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. 

Fue un gran poeta en lengua inglesa, el estadounidense Walt Whitman quien dijo que "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz". 

Hoy, ahora que esta larga serie de entradas sobre el tema de España en la poesia española contemporánea está llegando a su fín, traigo hasta el blog al poeta José María Quiroga Plá

Poeta, ensayista, escritor, periodista y traductor, perteneciente a la Generación del 27, nació en Madrid en 1902. Sus inicios como poeta aparecen ligados al ultraísmo, colabora en numerosas revistas literarias y participa en el número extraordinario de la revista Litoral dedicado a Góngora. Su poesía fue siempre de factura métrica clásica. Amigo íntimo del también poeta Pedro Salinas, colaboró con él en la primera traducción al español de "En busca del tiempo perdido", de Marcel Proust. Ocupó diversos cargos al servicio de la República y al término de la guerra civil se exilia en Francia y poco más tarde a Ginebra (Suiza) donde muere en 1955. Fue secretario personal de Miguel de Unamuno, con una de cuyas hijas estuvo casado. 

Les dejo con su poema "Soñando voy, España...":

Soñando, España, voy con tus caminos
en mi vagar, al Sena paralelo;
soñando con tu claro y alto cielo,
con tierras de encinar, montes de pinos,

trigueros llanos, viñas y olivares;
que en pan, aceite y vino y campo, al viento
especies vivas de tu esencia, siento
írseme el bien de los perdidos lares.

Soñándolo y soñándote distraigo
del hoy de hieles y el mañana incierto
el corazón y el pensamiento míos;

de tu recuerdo en el regazo caigo,
y en él me empuja de esperanza a puerto
la dulce agua batida de tus ríos.


Y en la próxima ocasión nos vemos con el poeta José Herreta Petere. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El poeta José María Quiroga Plá




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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

jueves, 11 de septiembre de 2014

Degradación política, crisis económica y desarme social




Viñeta de Forges


"Siempre he pensado que una democracia asentada puede afrontar con éxito una crisis económica, incluso tan compleja, larga y severa como la actual, con posibilidades de éxito. El problema surge cuando lo que creemos que es una sociedad avanzada nos revela su verdadero rostro y vemos, estupefactos, que no es más que una partitocracia corrupta en la que la democracia es una mera coartada, y el liberalismo económico y la sociedad globalizada de la que presume, la fachada mal encalada de una plutocracia financiera banal e irresponsable. Cunde el desánimo y la falta de confianza en las instituciones, la degradación política es perceptible, la corrupción campa a sus anchas. Y la prensa y los medios de comunicación dan cuenta de esa degradación con mayor o menor fortuna, con seriedad o con sensacionalismo, con rigor o de forma pueril. Pero el desencanto comienza a hacer mella en la ciudadanía y el caldo del populismo comienza a a dar sus primeros hervores".

Que una persona de por sí ecuánime y ponderada como el académico Emilio Lledó, filósofo y filólogo admirable, que fue profesor mío en la Facultad de Geografía e Historia de la UNED, hiciera público hace unos años el alegato "Pandemia y otras plagas", era como para pensarse dos veces hacia donde nos encaminábamos y de la mano de quién. De plagas sociales que deterioran los cerebros y los comportamientos, calificaba el profesor Lledó a la corrupción y la mentira política, la partitocracia, el amiguismo, el deterioro de la educación y la sanidad pública, la irresponsabilidad y desvergüenza de buena parte del capitalismo financiero e inmobiliario, el independentismo identitario, y la estupidización colectiva que llevaban a cabo los medios de comunicación.

Casi por las mismas fechas la prestigiosa y polémica economista italiana Loretta Napoleoni, escribía otro artículo titulado "Democracias feudatarias", en el que a partir de la conmemoración de los aniversarios respectivos del atentado sobre las Torres Gemelas de Nueva York y la caída del gigante financiero norteamericano Lehman Brothers, se preguntaba quien había salido ganando con esas tragedias. Y la desconcertante respuesta que encontraba es que la beneficiaria había sido una oligarquía de privilegiados, señores feudales de la globalización que poseían el poder económico y financiero y controlaban la información, y una pequeña casta de servidores suyos dentro de los Estados, que estaban provocando un deterioro acelerado de las democracias y un desplazamiento progresivo de las mismas hacia formas de gobierno premodernas.

Como colofón, también por esas fechas, el Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad norteamericana de Princeton, Paul Krugman, escribía un detallado y extenso artículo titulado "¿Cómo pudieron equivocarse tanto los economistas?", en el que partiendo de la publicación de "La riqueza de las naciones" de Adam Smith en 1776, y pasando por Keynes y Friedman, analizaba la historia de la Economía como ciencia, y de los economistas como sus gurús, para concluir que éstos tienen que enfrentarse a la incómoda realidad de que los mercados financieros distan mucho de la perfección, de que están sometidos a falsas ilusiones extraordinarias y a las locuras de mucha gente; admitir que la economía keynesiana sigue siendo el mejor armazón que tenemos para dar sentido a las recesiones y las depresiones; y hacer todo lo posible para incorporar las realidades de las finanzas a la macroeconomía, replanteándose sus propios fundamentos para que la imagen que emerja ante la profesión, aunque no sea tan clara ni nítida, al menos tenga la virtud de ser parcialmente acertada.

Cinco años después de los hechos expuestos más arriba tengo la impresión, es posible que equivocada, de que la degradación política, el desánimo social y el populismo "made in Spain" avanzan a marchas forzadas. Quizá, solo quizá, la situación económica (o más bien la financiera) parece encauzada, pero los resultados para los millones de parados sin expectativas a corto y medio plazo, las economías familiares y las pequeñas y medianas empresas no acaban de verse por muchos juegos malabares que el gobierno haga con las cifras. ¿Hasta cuándo? Resulta difícil de predecir...

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El profesor Emilio Lledó



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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

jueves, 4 de septiembre de 2014

Autoubicación política: el test-diagrama de Nolan





Diagrama de Nolan de autoubicación política



Dicen los versos de Antonio Machado en una de las estrofas de su poema "Retrato":

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, 
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno...

Si se me permite la presunción, diría que a mí me pasa lo mismo: en algunos momentos me hierve la sangre por las injusticias del mundo y por las que veo a mi alrededor, pero en todo caso mis palabras intentan siempre resultar serenas y ecuánimes como las suyas. Al menos lo intento... Será por la edad, y por aquello que se cuenta, pienso que con razón, de que el joven que a los veinte años no quiere cambiar el mundo es que no tiene sangre en las venas, y el que quiere cambiarlo a los setenta es que es imbécil. Próximo a cumplirlos, me conforme con que el mundo no me cambie a mí. 

¿Tienen ustedes interés en conocer con bastante grado de aproximación cuál es realmente su autoubicación ideológica y política en relación con los problemas del mundo actual? Reedito actualizada una entrada del blog de marzo del pasado año sobre este mismo tema. Si se animan a ello, les propongo contesten las sencillas veinte preguntas que se recogen en el denominado test-diagrama de Nolan, que recibe ese nombre por su creador, el politólogo norteamericano David Fraser Nolan (1943-2010), del Massachussetts Intitute of Technology (MIT).

Partidario tanto de las libertades económicas como personales, Nolan consideraba hasta cierto punto reduccionista la división política entre posiciones de derecha e izquierda, y entre aquellos que solo abogan por la libertad personal y los que solo defienden la libertad económica.

Para resolver esa dicotomía, David F. Nolan creó un gráfico en el que situaba en el eje "X" la posición política respecto de las libertades económicas, y en el eje "Y" la posición política respecto a las libertades personales, dando lugar con ello a un cuadrante en el que se sitúa a los que se califican como izquierdistas o progresistas en el cuadrante izquierdo, a los derechistas o conservadores en el derecho, a los liberales  o libertarios en el superior, y a los autoritarios o populistas en el inferior. 

De las respuestas que se den a las veinte preguntas del test, el diagrama ubica ideológica y políticamente a la persona que lo realiza en un punto del diagrama que muestra su proximidad o alejamiento de cada una de las posiciones citadas.

Les invito a realizarlo. No lleva apenas tiempo. Son preguntas sencillas y claras que deben responderse con honestidad, claro está, para que la prueba resulte eficaz. Les aconsejo que previamente lean las notas que figuran al comienzo del test en las que se explica con claridad el procedimiento a seguir.

Yo he vuelto a realizarlo y confieso que me he sentido satisfactoriamente ubicado ideológica y políticamente con el resultado y posicionamiento que el diagrama me otorga, que está adaptado al panorama político español actual. Y si no es así en su caso, pues seguramente es que el test no está bien planteado. En todo caso, estoy seguro que les resultará entretenido e interesante. Pueden acceder al "test" desde este enlace. Disfrútenlo. 


Les dejo más abajo con el emocionado "Retrato" de Antonio Machado en la voz y la canción de Joan Manuel Serrat. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





"Retrato", de A. Machado, en la voz de J.M. Serrat



Entrada núm. 2156
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri