miércoles, 7 de enero de 2015

¿Quo vadis, Europa? Carta abierta al presidente del Parlamento Europeo



Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo


Las Palmas de Gran Canaria, 7 de enero de 2015

Sr. Martin Schulz
Presidente del Parlamento Europeo
ESTRASBUGO (Francia, U.E.)

Estimado Sr. Schulz:

Su compatriota el señor Joschka Fischer, exministro de asuntos exteriores y exvicecanciller de la República Federal Alemana entre 1998 y 2005, líder del partido Verde alemán durante más de veinte años, escribía el pasado día 2 de enero en varios diarios europeos, entre ellos El País, de  Madrid, un más que interesante artículo titulado "Un año decisivo para Europa", en el que, como resumen, venía a señalar que la batalla por la política de austeridad que lidera la canciller alemana Angela Merkel amenaza no solo a los Estados de la eurozona sino a todo el entramado de la propia Unión Europea, haciéndose la reflexión acerca de lo que puede pasar en las próximas elecciones griegas del día 25 y con las amenazas del primer ministro británico, David Cameron, de celebrar lo más pronto posible un referéndum en su país sobre la permanencia o salida del Reino Unido de la Unión Europea. No entro en más detalles porque estoy seguro de que usted ya conoce el artículo del señor Fischer.

Con toda sinceridad, tanto las amenazas de abandonar la Unión por parte del señor Cameron si no se accede a renegociar las condiciones de pertenencia a la Unión del Reino Unido, como las poco veladas amenazas de la señora Merkel a Grecia de una más que segura "salida" de la eurozona en virtud de quien gane las elecciones, no son de recibo. El señor Cameron y la señora Merkel pueden opinar en nombre propio y de sus respectivos gobiernos pero en ningún caso, entiendo yo, pueden hacerlo en nombre de sus conciudadanos y menos aun en nombre de los restantes ciudadanos y Estados de la Unión.

El próximo día 12 de enero hará justo diez años que en medio de la campaña sobre el Proyecto de Constitución Europea que se votaría en España unas semanas más tarde, tuve el honor de ser invitado a pronunciar una conferencia en la sede regional del sindicato Unión de Trabajadores de España (UGT) en Las Palmas de Gran Canaria, en las Islas Canarias, donde resido desde 1967. La titulé "El Proyecto de Constitución Europea" y la publiqué el 25 de noviembre de 2006 en mi blog Desde el trópico de Cáncer, y allí puede leerla si es que tiene interés en ello. 

¿Por qué es esta una Constitución para los ciudadanos europeos?, me preguntaba al inicio de la misma. Y añadía a continuación, esta es una Constitución para los ciudadanos europeos porque establece unos valores y principios propios y específicos de la Unión Europea, enunciando el establecimiento de la Unión como unión de los ciudadanos y los Estados de Europa y abriéndola a todos los Estados europeos que respeten esos valores y principios y los promuevan en común: dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho, derechos humanos, pluralismo, no-discrimnación, tolerancia, justicia, y solidaridad e igualdad entre sus hombres y mujeres. También la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales, libertad de residencia y establecimiento y no-discrimanación en razón de la nacionalidad. Y todo ello para promover la paz, los valores y el bienestarb de sus pueblos, un desarrollo sostenible, el progreso científico y técnico, combatir la exclusión y discriminación y promover la justicia y la protección social, la igualdad de sexos, la solidaridad entre las generaciones, la protección de los derechos de los niños, la cohesión económica, social y territorial y la solidaridad entre los Estados miembros. Unas páginas más tarde, concluía la conferencia con una cita de un gran europeo, Víctor Hugo, pronunciada en 1848, que dice así: "Llegará un día en que todas las naciones del continente, sin perder su idiosincrasia o su gloriosa individualidad, se fundirán estrechamente en una unidad superior y constituirán la fraternidad europea. Llegará un día en que no habrá otros campos de batalla que los mercados abriéndose a las ideas. Llegará un día en que las balas y las bombas serán reemplazadas por los votos". 

Todos sabemos como acabó la aventura de crear una Constitución para Europa. Al parecer nadie lo lamenta; yo, sí. Lo lamenté entonces y sigo lamentándolo aun hoy: ¡qué gran oportunidad perdida! El 30 de agosto de 2013 vuelvo a escribir en Desde el trópico de Cáncer sobre Europa. Ahora, para traer a colación la idea sobre Europa de uno de los más grandes filósofos europeos de entreguerras: el español José Ortega y Gasset. Lo hago en una entrada titulada "Los Estados Unidos de Europa: el sueño de Ortega y Gasset". Traigo hasta allí las palabras que nuestro gran filósofo pronunció en la Universidad Libre de Berlín el 7 de septiembre de 1949, titulada "De Europa meditatio quaedam", que tuvo una repercusión extraordinaria entre el público universitario, según una información periodística: "El día en que don José Ortega y Gasset dio su conferencia las multitudes de público que no habían conseguido tarjeta de entrada, a pesar de haberse repartido varios miles -todas las mayores salas estaban provistas de altavoces-, asaltaron el edificio, rompieron la gran puerta, quebraron los ventanales, causaron víctimas y fue inevitable una seria intervención de la Policía. Los periódicos alemanes, durante varios días, han relatado estos incidentes y hecho sobre ellos comentarios bajo el título humorístico: La rebelión de las masas, aludiendo al libro de nuestro compatriota, que es hoy una de las obras más populares en Alemania".

Este conjunto de ideas, dice sobre la conferencia el también filósofo español José Luis Abellán en su libro "Historia crítica del pensamiento español", ya estaban plenamente elaborado en 1929, diez años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El contenido de la misma no difiere mucho, continúa diciendo el profesor Abellán, de las ideas centrales que ya había desarrollado Ortega en su libro "La rebelión de las masas". Su argumento base es la existencia de una "sociedad europea" secular, que ha tenido diversas formas de organización a lo largo del tiempo, pero que -las circunstancias históricas actuales- exigen se formalicen políticamente en un nuevo Estado nacional que comprenda a las distintas patrias tradicionales. Su idea nuclear es esta: "Dadas las condiciones de la vida actual, los pueblos de Europa solo pueden salvarse si trascienden esa vieja idea esclerosada poniéndose en camino hacia una supra-nación, hacia una integración europea".

Pero quizá, concluye su cita sobre Ortega el profesor Abellán, el mejor resumen de su pensamiento lo encontramos en este párrafo inédito hasta hace poco: "Es palmario que ningún Estado nacional europeo ha sido nunca totalmente soberano en relación con los demás. La soberanía nacional ha sido siempre relativa y limitada por la presión que sobre cada una de ellas ejercía el cuerpo íntegro de Europa. La total soberanía era una declaración utópica que encabezaba la redacción de la Constitución, pero, en la realidad, sobre cada Estado nacional gravitaba el conjunto de los demás pueblos europeos que ponían límites al libre comportamiento de cada uno de ellos amenazándole con guerras y represalias de toda índole, es decir, penas y castigos, según son constitutivos de todo derecho y de todo Estado. Había, pues, un poder público europeo y había un Estado europeo. Solo que este Estado no había tomado la figura precisa que los juristas llaman Estado, pero que los historiadores, más interesados en las realidades que en los formalismos jurídicos, no deben dudar en llamarlo así. Ese Estado europeo ha recibido en el pasado diversos nombres. En tiempo de Wilhelm von Humboldt se le llama "concierto europeo" y poco después hasta la Primera Guerra Mundial se le llamó "equilibrio europeo". Por tanto, los pudores que hoy algunos pueblos sienten o fingen sentir ante todo proyecto que limite su soberanía no están justificados y se originan en lo poco claras que están en las cabezas las ideas sobre la realidad histórica".

¿Queda algo de esa entusiasta e ilusionante idea de Europa en el quehacer diario de las instituciones de la Unión Europea de 2015? Yo personalmente, estimado señor Schulz, creo que poco o nada.

Presidente Schulz, me he tomado el atrevimiento de dirigirle esta carta abierta en la confianza que me depara el hecho de saberle un europeísta convencido y confeso, y como no, también por ostentar la presidencia del órgano que dentro de la Unión Europea, o lo que queda de ella, nos representa a nosotros exclusivamente, a los sufridos ciudadadanos de la Unión: nuestro parlamento, el parlamento de todos nosotros, el Parlamento Europeo.

El profesor mexicano Gustavo R. Velasco escribía en septiembre de 1943, en plena II Guerra Mundial, el prólogo de la edición del famoso tratado "El Federalista", de los ilustrados norteamericanos A. Hamilton, J. Madison y J. Jay, para el Fondo de Cultura Económica de México. Y relata en él que terminada la Guerra de Independencia mediante un tratado preliminar firmado a finales de 1782, sobrevino a los recien independizados estadounidenses el movimiento de desilusión-reacción que suele seguir a las épocas de gran tensión, una vez que desaparece el peligro del exterior que aplaca las diferencias internas. Y las trece colonias, que habían conducido la lucha contra Gran Bretaña en la forma más desunida que imaginarse pueda y atendiendo ante todo a sus intereses particulares, hasta marzo de 1781 no terminaron de ratificar el pacto que daba forma a los llamados "Artículos de Confederación", que llevaron a la Unión a una condición cercana a la anarquía. Las condiciones económicas eran precarias, dice el profesor Velasco, en una nación obligada a hacer reajustes profundos en la organización de su economía, agravada por la emisión de papel moneda y por la repudiación por parte de varios Estados de las deudas que habían contraído. La oposición de intereses entre diversos grupos de la población, principalmente entre las ciudades y el campo y entre deudores y acreedores, alcanzó a provocar motines y brotes armados. En una palabra, dice, a las altas esperanzas que se fincaban en la victoria y la consecución de la independencia habían sucedido sentimientos de confusión y desaliento, de tal grado, que los historiadores llamaron a esa época el "período crítico de la historia americana".

¿Será ese, señor Schulz, el momento crítico que su compatriota el señor Fischer denunciaba a la Unión Europea para este año 2015 en su artículo de hace unos días? Sea lo que fuere, continúa el profesor Velasco, se extendió entre los norteamericanos la convicción profunda de que era indispensable un cambio radical, y aunque a regañadientes, el Congreso convocó a una Convención que debería reunirse en Filadelfia en mayo de 1787 con el objeto único y expreso de revisar los Artículos de Confederación y de presentar dictamen a las  sobre las alteraciones y adiciones a los mismos que fueran necesarios a fin de adecuar la Constitución federal a las exigencias del Gobierno y el mantenimiento de la Unión.

Como es bien sabido, la Convención, que se reunió entre el 14 de mayo y el 17 de septiembre de ese año, resolvió como algo obvio que para alcanzar los fines que el Congreso le había asignado no bastaba con acometer una reforma de los Artículos de Confederación, así que sin perder tiempo en ello, y tras discusiones acaloradas que a punto estuvieron de provocar su disolución, se decidió por elaborar un nuevo proyecto constitucional que tras ser ratificado por el pueblo de los Estados de la Unión se convirtió en la actual Constitución de los Estados Unidos de América.

Termino, señor presidente, invitándole a hacer llegar esta petición al parlamento que preside: A "mi Parlamento"; al parlamento que representa al pueblo europeo en su conjunto. Y ello, con una doble finalidad: primera, animar al parlamento europeo como representación genuina de los ciudadanos de la Unión a que asuma el protagonismo que le corresponde de pleno derecho en el proceso de construcción de la nación europea y se pronuncie por la necesidad de proclamar ya la unión federal de los pueblos y Estados europeos y la creación de los Estados Unidos de Europa. Segunda, que con la misma determinación dé los pasos necesarios para elaborar, aprobar y someter a los pueblos y Estados de la Unión un proyecto de Constitución para los Estados Unidos de Europa.

Gracias, señor presidente, por su amable atención.

Carlos Campos ("HArendt")
Historiador
Las Palmas de Gran Canaria
(Islas Canarias, España, UE)


P.S.: Consternado por el criminal atentado terrorista de esta mañana en París contra los periodistas del semanario francés Charlie Hebdo, quisiera manifestarle mi repulsa más absoluta a los autores e inductores de tan horrendo acto y mi respeto profundo a las víctimas del mismo, en la seguridad de que la violencia sectaria nunca prevalecerá en los pueblos de Europa sobre sus ansias de libertad, convivencia y progreso en paz.


***


Con fecha 30 de marzo de 2015 recibo el siguiente correo electrónico de la Unidad de Solicitudes de Información del Parlamento europeo:


A(2014)415
CL/rf

Estimado Sr. Campos:

El Presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, ha recibido su mensaje electrónico en el que recoge un enlace a su carta abierta sobre la Unión Europea (UE).

Rogamos acepte nuestras disculpas por el retraso en la respuesta a su mensaje. El Presidente del PE recibe diariamente una cantidad elevada de solicitudes y no es posible responder a todas ellas en un plazo breve de tiempo.

El Presidente nos ha encargado responder a su correo.

Le indicamos que el Sr. Martin Schulz ha recordado en varias ocasiones el interés del Parlamento Europeo por recuperar la confianza de los ciudadanos en la Unión Europea.

En su discurso inaugural, tras su reelección como Presidente del PE, el Sr. Schulz ha insistido una vez más en este asunto, al asegurar que "solo ganaremos la confianza de los ciudadanos si los ciudadanos sienten que la Unión Europea está a su lado, que les protege y les fortalece. La base del Estado de Derecho, Señorías, es el respeto de la dignidad humana, de la dignidad de cada ser humano con independencia de su sexo, su origen, el color de su piel, sus creencias o su modo de vida".

El Presidente del PE también recordó los diferentes desafíos a los que se enfrenta actualmente la UE, como el desempleo juvenil, las desigualdades entre países y entre grupos sociales o las reformas en el sistema bancario y fiscal, entre otros numerosos temas. Usted puede consultar el texto íntegro de este discurso en la página web del Presidente del PE.

En su intervención de julio de 2014 ante el Consejo Europeo (reunión de los jefes de Estado o de Gobierno de cada país de la UE), el Sr. Schulz volvió a referirse a estos temas y destacó que: "en la presente legislatura nos enfrentaremos a desafíos muy importantes. El Parlamento Europeo quiere hacer frente a esos desafíos sobre la base del método comunitario y cooperando lealmente con la nueva Comisión y con ustedes".

En su discurso de diciembre ante el Consejo, en diciembre, el Presidente del PE destacó la importancia del plan de inversiones de la UE y aseguró que dicho plan es "una señal inequívoca de nuestro compromiso de situar a Europa en una nueva senda de crecimiento y empleo. Y es de la mayor importancia que ustedes también muestren su compromiso inequívoco con él". Puede consultar más información sobre este plan de inversiones la nota de prensa del PE a este respecto.

Esperamos que estas informaciones resulten de su interés.

Reciba un atento saludo,

Unidad de Solicitudes de Información de los Ciudadanos
www.europarl.europa.eu/askEP 











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martes, 30 de diciembre de 2014

¡Bon voyage, 2014! Una reflexión sobre el año que se va.




Puesta de sol en Maspalomas (Gran Canaria, Islas Canarias, España)



Nada de un emocionado adiós: Adiós y gracias. Y buen viaje, 2014. No has sido un mal año en lo personal y en lo familiar, al menos para mí y los míos. Pero muchos de mis compatriotas españoles y europeos lo han pasado muy mal, lo están pasando mal ahora y van casi con toda seguridad a seguir pasándolo mal en este nuevo año que se nos echa encima. Vete en paz y pasa a la historia. Razones tienes para hacerlo.

El Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona (CIDOB), un centro de investigación de la Universidad de Barcelona que tiene como objetivo ser un marco de referencia en el ámbito de los estudios internacionales y del desarrollo, generar ideas y llevar a cabo actividades que consoliden la conciencia de pertenencia a una comunidad global y fomentar un mejor entendimiento de las sociedades y entre las sociedades, acaba de publicar hoy, 30 de diciembre, su Informe de evaluación del año 2014

Si se animan a su lectura en el enlace anterior, y yo se lo recomiendo, podrán observar que no es un resumen periodístico más sino algo bastante más elaborado y exhaustivo, con numerosos enlaces internos que detallan pormenorizadamente lo que el informe solamente suscita o expone. Creo que les interesará.

No me gustan las despedidas. Ni las personales ni las de ningún otro tipo. Me cuesta mucho decirle adiós a las personas y las cosas, pero una vez que se van, tampoco soy de los que se entretiene excesivamente en la nostalgia de lo perdido. En lo sentimental, sí, porque soy de los que opinan que ni las personas ni las cosas mueren del todo si hay alguien que las recuerda. Y a mí me gustar recordar. Deformación académica como historiador, supongo... ¡Bon voyage, 2014! 

Mañana casi con toda seguridad este blog de ustedes llegará justamente a las 300.000 visitas desde mayo de 2010 en que comenzó a funcionar el contador de visitas del mismo. Es una cifra que me llena de satisfacción, que no de orgullo. A estas edades eso del orgullo pesa ya muy poco. 

Les invito a celebrarlo con el obsequio de un libro, de una obra de teatro escrita y representada por primera vez en Atenas el año 423 antes de Cristo. Hace 2437 años. Y que aun sigue encantando a quienes se acercan a ella por su gracejo, ironía (o mala leche, en lenguaje políticamente incorrecto) y su sátira sobre los que se pretenden sabios sin serlo. Es posible que hayan adivinado que se trata de "Las nubes", de Aristófanes. Pinchen en el enlace, desaten el lazo, y si quieren disfrutar de una parte del último día del año de una forma diferente, al menos durante unas horas, enfréntense a su lectura. No me lo agradezcan; solo disfrútenla.

Nos vemos al año próximo. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




Solsticio de invierno en Stonehenge (Gran Bretaña)




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lunes, 22 de diciembre de 2014

¡Felices Fiestas! ¡Feliz Navidad! ¡Feliz Solsticio!









A estas alturas de la película recalcar el origen pagano de casi todas las fiestas religiosas del mundo resulta superfluo. La Navidad de los cristianos, no es otra fiesta que la milenaria celebración del Solsticio de Invierno, en el que la Luz del Día comienza su lance victorioso anual sobre las Tinieblas de la Noche...

Pero ese origen pagano no desmerece para nada la celebración de la Navidad cristiana, la Hanukkak hebrea, o la de cualquier otra religión del mundo que gire alrededor del Solsticio de Invierno. Al contrario, quizá lo que nos deja traslucir es el origen humano de todas las religiones.

Creo que nadie debería ser obligado ni inducido a abandonar la religión de sus mayores ni a tener religión alguna. Creo que los días del DOMUND católico y las conversiones forzosas deberían ser proscritos para siempre. Como dice el teólogo católico Hans Küng la paz entre las religiones es imprescindible para alcanzar la paz entre las naciones; la paz entre las naciones es imprescindible para alcanzar la paz entre los hombres.

La Ética podría ayudar a ello. Hay unas normas éticas universales que están presentes en todas las religiones y en todos los seres humanos, creyentes y no creyentes. Normas muy sencillas y claras que pueden ayudar a la consecución de esa Paz Universal por encima de razas, credos y nacionalidades: 

1. Todo ser humano tiene que ser tratado con humanidad.

2. No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti.

3. No matarás.

4. No robarás.

5. No mentirás.

6. No usarás la sexualidad indebidamente.

A todos los hombres y mujeres del mundo de buena voluntad, a todos los amigos y lectores de Desde el trópico de Cáncer: ¡Felices Fiestas! ¡Feliz Navidad! ¡Feliz Solsticio!. Que la Paz sea con ustedes.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt










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viernes, 12 de diciembre de 2014

Latinoamérica, iberoamérica, hispanoamérica... Tan cerca, tan lejos






¿Cómo denominar a ese inmenso conglomerado de Estados y pueblos que se extiende por el continente americano? ¿Latinoamérica, iberoamérica, hispanoamérica? El Diccionario de la RAE lo tiene bastante claro: latinoamérica engloba a todos los países del continente en los que se hablan lenguas derivadas del latín (español, portugués y francés); para referirse a los países de habla española considera más correcta la denominación de hispanoamérica; y si se nos referimos únicamente a los de habla española y portuguesa, el término más adecuado sería el de iberoamérica.

Sobre la cumbre iberoamericana recientemente celebrada en la ciudad de Veracruz, México, editorializa el diario El País de ayer calificándola de irrelevante, y sus acuerdos, de mínimos, aunque destaca los intentos de afrontar conjuntamente los déficit en educación del bloque. No distinta, pero más halagüeña, como no podía ser menos, es la visión de la Cumbre desde los órganos de prensa del país anfitrión, México.

Cuando este blog salió al mundo, en agosto de 2006, la filosofía que lo inspiraba no era otra que la de un intento de observar lo que ocurre en el mundo a partir de las miradas y las palabras de los otros. De ahí que durante un tiempo me limitara a poner en el mismo aquellos artículos, noticias y referencias de libros o prensa que me parecían de mayor interés sin sentir la necesidad de comentarlas, y por tanto, de dejar traslucir mi ignorancia sobre el asunto en cuestión. Con el paso del tiempo me fui envalentonando y me atreví a formular mis propias opiniones y comentarios sobre lo dicho por otros con mucha mayor autoridad, recurriendo para ello a la fórmula literaria de la digresión. Ello me permitía opinar sin necesidad de justificarme dado que mi comentario aprovechaba el hilo del discurso ajeno para, siguiéndolo, o rompiendo con él, hablar de cosas que no tenían expresa conexión o íntimo enlace con aquello de que se estaba tratando. Y ahí sigo, digresionando... Pero la verdad es que no me gusta sacar a colación asuntos sobre los que no tengo un relativo, conocimiento previo. Y en ese sentido, si África, el continente en el que vivo, es para mi un absoluto desconocido, tengo que reconocer que con Latinoamérica me pasa tres cuartos de lo mismo salvo por el añadido, peligroso, de los prejuicios, algo por cierto, absolutamente necesario para andar por la vida, como ya dijera Hannah Arendt en su libro "¿Qué es la política?".

Dicen que un buen arranque de un libro (un artículo, una noticia, una carta...) es la mitad de su éxito. Y supongo que es verdad. Al menos conmigo, funciona. Me pasa a menudo y me pasó hace unos años ojeando el ejemplar mensual de Revista de Libros con un primer artículo titulado "¡Viva la evolución!", en el que se podía leer este impresionante párrafo inicial:

"La América Latina es cosa mental. La gente ve en la región lo que quiere ver. En el mejor de los casos, ve lo que su ignorancia y prejuicios le permiten ver. Si se invierte la lente a la manera de las Cartas persas de Montesquieu, los resultados son instructivos. Comparados con Brasil, Chile, Colombia y México (vale decir la amplia mayoría de la población del hemisferio), buena parte de los países europeos –por no mencionar los de otras regiones– han sido, a lo largo de los últimos doscientos años, republiquetas más o menos inestables, desiguales y pobres. Ningún sátrapa latinoamericano se compara con los europeos, desde Napoleón hasta Hitler; ningún período de violencia se equipara a los horrores de la guerra civil europea de 1914-1945; la inestabilidad de varios períodos de la vida republicana francesa o italiana poco tiene que envidiar a la de Bolivia; la vida en las favelas de Río de Janeiro no es mucho peor que en las de Nápoles o Marsella, o incluso que en muchas de las residencias municipales gratuitas del Estado de bienestar británico. Y, en compensación, Buenos Aires, São Paulo o Ciudad de México tienen mejores librerías y restaurantes que París, Madrid o Milán; se juega mejor fútbol y la gente de la calle es más cortés. Quien no haya vivido en la América Latina no sabe lo que es la dulzura de vivir, si es que puede pagársela."

Perdóneseme lo extenso de la cita, pero reconozcan conmigo que era como para seguir leyéndolo hasta el final. Les aseguro que me mereció la pena, y por ello les dejo más arriba el enlace al artículo, por cierto, escrito por Hugo Estenssoro, periodista y crítico literario boliviano, colaborador habitual de la prestigiosa "The New York Review of Books", reseñando el libro del periodista británico Michael Reid, editor para América Latina de la revista "The Economist", titulado "The Forgotten Continent: The Battle for Latin Americ's Soul", (Yale University Press, New Haven, 2007), publicado más tarde en español por la editorial Belaqva.

Después de leerlo me puse a buscar referencias en internet sobre el libro y su autor y encontré dos de ellas que me parecieron interesantísimas y dignas de lectura. En primer lugar la de Norman Gall , director del Instituto "Fernand Braudel" de Economía Mundial de Sao Paulo, publicada en El País el 19 de enero de aquel mismo año con el título de "El olvidado progreso de América Latina". y por otro lado, la de Jean-Francois Fogel, periodista francés editor de la edición electrónica de "Le Monde", titulada "Michael Reid y América Latina", publicada en el blog "El Boomeran(g)" comentando a su vez el artículo citado de Norman Gall (y eliminada ahora del mundo virtual gracias a las normas europeas de protección de datos).  

Les recomiendo por último, el crítico análisis de la Cumbre que días después de concluida rezlizó en El País el ensayista e historiador Antonio Navalón: "Las Américas, a la búsqueda de un destino", en el que puede leerse este clarificador párrafo: "La realidad es que todos los países de esta Cumbre, empezando por España, tienen el mismo problema: no saben donde están". 

Creo que la lectura de los enlaces citados les llevará a percibir con otra mirada, como a mí me ocurrió en su momento, el acontecer de esa América Latina tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt








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miércoles, 10 de diciembre de 2014

Derechos Humanos: Reflexiones en su Día Mundial del 2014









A mi amiga Germana Roy, con inmenso cariño

Tal día como hoy de hace sesenta y seis años, el 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de la recien creada Organización de las Naciones Unidas, reunida en París, aprobaba y promulgaba solemnemente la Resolución 217A (III) que contenía la Declaración Universal de Derechos Humanos. Su elaboración, encomendada a una comisión especial de dieciocho miembros presidida por Eleanor Roosevelt, la viuda del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, duró dos años. La redacción final de la resolución, conocida como Proyecto Ginebra, por la ciudad donde se ultimó, corrió a cargo del francés René Cassin. Fue aprobada sin ningún voto en contra y ocho abstenciones.


Aunque algunos remontan su origen remoto al denominado "Rollo de Ciro", por el emperador persa de ese nombre del siglo VI a.C., sus antecedentes más inmediatos son, con toda evidencia, la Declaración de Derechos de Virginia de 1776 y la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa de 1789. 

La Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas supuso, a tres años del final del más sangriento conflicto bélico sufrido nunca por la humanidad, un aldabonazo moral de primer orden. Hay un precioso librito de la historiadora y profesora estadounidense Lynn Hunt: "La invención de los derechos humanos" (Tusquets, Barcelona, 2011), que parte de la necesidad de explicar el hecho de que los Padres Fundadores de la gran nación norteamericana pudieran sostener como evidente el principio de que todos los hombres son creados iguales en una sociedad en que la desigualdad era una realidad apabullante. Para ello, parte de la tesis de que a partir de la segunda mital del siglo XVIII nuevas formas de leer crearon nuevas experiencias individuales que, a su vez, hicieron posibles nuevos conceptos sociales y políticos que volvieron evidente a la gente normal nuevas formas de comprender y a partir de ello nuevos tipos de sentimientos. Para Lynn Hunt, dice el profesor Roberto Luis Blanco Valdés al reseñar su obra en Revista de Libros (mayo, 2011), la respuesta a esa pregunta está en aproximarse al estudio y comprensión de esos nuevos derechos "evidentes" en una sociedad tan dispar a partir de la aparición de nuevos sentimientos de empatía derivados de la lectura de libros epistolares como los de Rousseau, Richardson o Adan Smith, todos ellos producto de la Ilustración, en los que la empatía por el sufrimiento y el dolor ajeno enseñaron a sus lectores a pensar en "los demás" como sus iguales y semejantes haciendo brotar en ellos el sentimiento de la existencia de unos derechos humanos "evidentes" a pesar de todas las desigualdades e injusticias reales también evildentes. De ahí que las revoluciones americana y francesa, y sus consiguientes "declaraciones de derechos", puedan considerarse los antecedentes directos de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

Sesenta y seis años después de esa Declaración el balance no cabe calificarlo sino de positivo. aunque mucho más lento de lo que habría cabido esperar. Organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, ponen cada año en sus respectivos informes anuales, el dedo en una llaga que no acaba de cerrarse. El informe de Amnistía Internacional 2013, organización con la que me siento orgullo de colaborar asiduamente, expone en datos y cifras el número de Estados que en ese año torturaron a sus ciudadanos, reprimieron la libertad de expresión, toleraron juicios injustos, encarcelaron a presos de conciencia, llevaron a cabo ejecuciones, cometieron homicidios ilegales y desalojaron de sus casas a hombres mujeres y niños. El informe de Human Rights Watch, por su parte, se centra este año en el examen de las lagunas que en la defensa de los derechos humanos evidencian los Estados de la Unión Europea, concretamente en materias como inmigración y asilo, discriminación, intolerancia y lucha antiterrorista, sacándole los colores a Estados como Alemania, España, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia, Reino Unido o Rumanía.

A la vista de todo ello parece lícito preguntarse si existe un progreso moral real de la humanidad. Uno de los que dice que sí y que no al mismo tiempo es el profesor Javier Gomá Lanzón, que en un artículo de hace unos años en Revista de Libros (agosto 2008) concluía aseverando: "la misma civilización que ha sabido progresar moralmente ganando a la opresión una más amplia esfera de libertad, ha usado esa libertad ampliada, en una medida no despreciable, para la inmoralidad más perversa, haciendo descender al hombre a unas profundidades de abyección y envilecimiento imposibles de predecir. De lo que se sigue, en fin, que si desde la perspectiva de la libertad cabe confirmar la existencia comprobada de un progreso moral, desde la del contenido de esa libertad y de su ejercicio efectivo sería casi un sarcasmo mantener semejante aserto. De ahí, añade, el matizado sí y no a la pregunta que se suscitó al principio".

Uno de los que dice que sí, que ese progreso moral existe y que vivimos en el mejor de los mundos posibles contra toda evidencia, es el prestigioso psicólogo estadounidense Steven Pinker en su libro "Los ángeles que llevamos dentro. El declive de la violencia y sus implicaciones" (Paidós, Barcelona, 2013). A analizar ese libro y la veracidad de los datos en él expuestos, le dedicaron sendos artículos en mayo de 2013 en Revista de Libros Juan Antonio Rivera y mucho más recientemente en El País del pasado 7 de diciembre Marc Bassets. La conclusión a la que llegan, y yo con ellos,  es que, efectivamente, a la vista incontrovertible de los datos que se exponen es muy probable que vivamos en el mejor de los mundos posibles, pero que esa verdad que los datos acreditan, en mi opinión, y como ya dije hace unos días comentando en las redes sociales el artículo de Rivera, el corazón no la percibe.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt








Entrada núm. 2204
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sábado, 6 de diciembre de 2014

¡Viva la Constitución!










Es evidente que los aniversarios me ponen sentimental. Lo prueba el hecho incontrovertible de recientes entradas del blog, como las dedicadas a Hannah Arendt o el presidente Kennedy, por citar solo dos ejemplos. Hoy se cumplen treinta y seis años de la aprobación de la Constitución de 1978 en referéndum y no podía dejar pasar la ocasión para ajustar algunas cuentas al respecto: sobre sus evidentes virtudes; sus también evidentes, con el paso del tiempo, defectos; la necesidad, también evidente, de reformas puntuales pero ineludibles; las falacias y mentiras que encierran muchas críticas a la misma; y por último un poco de información documental, por deformación académica. Y es que la lealtad debida a la Constitución, no puede cegar nuestro entendimiento: ha llegado la hora de reformarla.

En cuanto a las virtudes de la Constitución de 1978 seré brevísimo: ha garantizado a los españoles la época más esplendorosa de su historia en cuanto a progreso social y libertades civiles y políticas; no solo la más espléndida, también la más duradera.

En cuanto a sus defectos, que el paso de los años ha dejado al descubierto, están clarísimos: un sistema electoral y partidista que no responde a las necesidades de los ciudadanos, cada vez más alejados de la política y más cabreados con sus representantes y con las propias instituciones políticas; una administración de justicia que no funciona; un régimen autonómico que hace aguas por todas partes ante el "salto hacia la nada" de los nacionalismos y el inmovilismo suicida del gobierno de la nación; un senado que no sirve absolutamente para nada ni cumple su función de representación territorial; y una corrupción galopante a todos los niveles producto del maridaje incestuoso del poder económico-financiero con el poder político. Sí, me doy cuenta de que lo dicho son manchurrones de brocha gorda, pero es que ni yo soy pintor ni esto es un tratado académico.

Soluciones posibles, también a brochazo grueso, una reforma parcial pero profunda de la Constitución, desde luego, ya, bastante más profunda que la perfilada por el dictamen del Consejo de Estado, ¡en 2006!, ahora, ya, absolutamente superada.

Es imprescindible una reforma radical del funcionamiento de los partidos, que obligue a estos, constitucionalmente, a financiarse de manera absolutamente transparente y con publicidad de sus cuentas; a dotarse de órganos de control independientes de sus ejecutivas; a celebrar elecciones primarias obligatorias para la elección de todos sus cargos internos así como de sus candidatos a los órganos representativos, a todos los niveles; y a celebrar congresos a fecha fija, donde la dirección responda de sus actividades ante los respectivos afiliados.

Es imprescindible una reforma del sistema electoral general, en la que el principio rector sea la ineludible e indelegable responsabilidad de los elegidos ante sus electores. Y para ello, sería necesario relegar el sistema electoral proporcional al olvido y establecer un sistema electoral mayoritario simple a dos vueltas, en distritos electorales uninominales. Y eso a todos los niveles: municipal, autonómico y nacional.

Es imprescindible una reforma de la administración de justicia en la que los jueces se encarguen única y exclusivamente de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, dejando la instrucción de los procedimientos a los fiscales, absolutamente independientes, en su función, de los órganos políticos. Y por supuesto, con el establecimiento del "jurado puro" (sin intervención de los jueces) como único órgano competente para determinar la culpabilidad o inocencia de los imputados en procesos penales, por corrupción, y en aquellos civiles que por su naturaleza así determinen las leyes. 

Pero también una reforma en profundidad del titulo VIII de la Constitución, en clave federal, que establezca y determine taxativamente cuales son las competencias indelegables de carácter estatal, y deje todas las demás a lo que decidan los respectivos Estatutos de Autonomía, así como los mecanismos de financiación, colaboración y cooperación de las Comunidades autónomas con el Estado, y que garantice la igualdad civil y política y los derechos reconocidos por la Constitución a todos los españoles en todo el territorio nacional y la supremacia de las leyes estales sobre cualquier ley autonómica, y de la Constitución sobre cualquier ley.

El Senado, como cámara de representación territorial, debería estar conformado por los gobiernos de las respectivas entidades autónomas, con un número ponderado de votos para cada una de ellas en función de su población, de manera similar a como se organiza y funciona el Consejo de Ministros de la Unión Europea, y sus competencias y facultades legislativas y de cualquier otro tipo determinadas explícitamente en la Constitución.

Sobre el Tribunal Constitucional entiendo que debería limitar su función a la estricta defensa de la Constitución frente a cualquier ley o acto de gobierno contraria a la misma, y a la defensa de los derechos fundamentales establecidos en ella, una vez agotadas todas las vías procesales ordinarias. En cuanto al nombramiento de sus miembros bien podría ser por designación real (a propuesta del Gobierno, lógicamente), con la aprobación cualificada del Senado, entre juristas de reconocido prestigio, con mandato vitalicio, o hasta su renuncia voluntaria o impedimento físico apreciado por el propio Tribunal Constitucional y aceptado por el Senado.

Sobre la erradicación de la corrupción política de la vida pública está todo por hacer. Y no creo que haya recetas mágicas para solucionarla: ¿Transparencia y publicidad obligada constitucional y legalmente en todos los actos y contratos de las administraciones públicas y en su funcionamiento interno? Bien, ¿y cómo se hace eso?

Un poco de historia sobre la Constitución de 1978 y su proceso de la elaboración tampoco está de más. Y para eso, nada mejor que recurrir a los documentos. Por ejemplo, el diario El País mantiene permanentemente actualizado un "dossier" especial sobre la Constitución que pueden ver en este enlace con noticias, artículos de opinión, entrevistas y reportajes que ponen al día el estado de la cuestión.

Desde estos otros enlaces pueden acceder a los respectivos diarios de sesiones del Congreso de los Diputados, y del Senado, de 31 de octubre de 1978, que aprobó el proyecto de Constitución, y de la sesión conjunta de ambas cámaras, de 27 de diciembre de 1978, en la que el rey sanciona solemnemente el proyecto de Constitución; y al número del Boletín Oficial del Estado, de 29 de diciembre de 1978, en el que se publica el texto de la Constitución. 

Y desde estos dos últimos enlaces pueden acceder al texto comentado, artículo por artículo, de la Constitución de 1978 y a los textos, íntegros, de todas las Constituciones, anteriores a la actual, que han estado vigentes en España, desde la 1812 a la de 1931.

Termino aludiendo de pasada a algunas de las falacias que en contra de la Constitución de 1978 se vienen repitiendo machaconamente. Algunas de una simpleza tal que caen por su propio peso. 

Primera: la Constitución fue elaborada a espaldas del pueblo español por loa continuadores del régimen franquista. Vamos con unos datos elementales: la constitución es elaborada y aprobada después de amplísimos debates por unas cámaras legislativas producto de las primeras elecciones libres celebradas en España desde 1936, tres años después de muerto el general Franco, en las que participan todos los partidos políticos libremente. Sometida a referéndum nacional obtiene 17.873.301 votos favorables (el 87,87% de los votantes, que equivalen al 67,71% del censo electoral), 1.400.505 votos en contra (el 7,89% de los votantes, que equivalen al 5,25% del censo electoral), 632.902 votos en blanco, 133.786 votos nulos. Los hechos son los hechos, como decía el camarada Lenin. 

Segunda falacia: la mayoría de los españoles que votaron la Constitución de 1978 ya no viven, y los que no pudieron votar entonces tienen derecho a votar ahora una nueva Constitución. ¿Por qué?, me pregunto yo en mi ignorancia. La Constitución de Estados Unidos es de 1789, la de Suiza de 1848, la de Nueva Zelanda de 1853, la de Canadá de 1867, y la del Reino Unido (que no tiene ni siquiera constitución) tiene su origen en una disposición real de 1215. De los veintiocho Estados de la Unión Europea catorce de ellos tienen Constituciones anteriores a 1978, una de ellas del siglo XIX (Luxemburgo). ¿Ustedes perciben especialmente cabreados a los ciudadanos vivos de esos países por no haber votado sus Constituciones vigentes? ¿Sí?... Pues yo no, la verdad, pero no vamos a discutir por eso. 

Tercera falacia: la forma monárquica del Estado ha sido impuesta, otra vez, a espaldas de los españoles. Vale. Conviene recordar que los partidos de izquierda y algunos nacionalistas propusieron en el debate parlamentario de la Constitución la forma republicana de gobierno. Perdieron la votación. Y el resultado del referéndum fue el qué fue, así que guste o no la forma monárquica de la jefatura del Estado en España es legítima, legal y constitucional y está aprobada por el pueblo español. ¿Eso convierte en ilegítima la propuesta de un Estado republicano? En absoluto: los partidos que defiendan la misma que lo propongan en sus programas electorales, obtengan representación parlamentaria suficiente para aprobarlo en las Cortes Generales y someterlo a referéndum. Y Dios (y los españoles) dirán lo que estimen oportuno, pero dejen de dar la tabarra con el tema, por favor, que resulta cansino... Porque así, y no de otra manera, es como funciona la democracia.

Cuarta falacia (adjunta a la tercera): la forma monárquica de gobierno convierte a los ciudadanos en súbditos. Bien, ¿ustedes se atreverían a decirles eso a británicos, daneses, suecos, noruegos, holandeses, belgas, luxemburgueses, canadienses, australianos, neozelandeses?... ¿Sí?, pues tienen ustedes más valor que "El Guerra" (nota: famoso torero español del primer tercio del siglo XX) y se arriesgan a que en esos países les corran a gorrazos. Pero en fin, allá cada cual...

Les dejo. En este video pueden ver y escuchar interpretada por el grupo musical Jarcha, la canción icono de aquellos no tan lejanos añs finales de los 70: "Libertad sin ira". Un lema que no nos vendría mal recuperar, sobre todo lo de "sin ira"... Y feliz día de la Constitución.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt










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jueves, 4 de diciembre de 2014

Hannah Arendt: "In memoriam" (1906-1975)




Caricaturas de Hannah Arendt



Hoy, 4 de diciembre, se cumplen treinta y nueve años de la muerte en la ciudad de Nueva York, donde residía, de la teórica política estadounidense Hannah Arendt. Una de sus biógrafas, la profesora francesa Laure Adler, cuenta en su libro "Hannah Arendt" (Destino, Barcelona, 2006) que la tarde de aquel día había invitado a su casa a unos amigos para los que preparó la cena ella misma. Terminada esta, pasaron a un saloncito de la casa para charlar, pero nada más sentarse, dio un profundo suspiro y murió a causa de un infarto de miocardio. Tenía 69 años recién cumplidos. Está enterrada en el campus universitario del Bard College, en la ciudad de Annandale-on-Hudson, Nueva York, en el que su esposo, Heinrich Blücher, había sido profesor.

Nacida en Hannover (Alemania) el 14 de octubre de 1906, Hannah Arendt comienza sus estudios de Filosofía en la Universidad de Marburgo, donde tiene como profesores a Martin Heidegger, Nicolai Hartmann y Rudolf Bultmann, estudios que continúa en la Universidad de Friburgo con Edmund Husserl y que culmina con su doctorado en la Universidad de Heidelberg bajo la dirección de Karl Jaspers. A pesar de su impresionante currículo académico filosófico, ella nunca se considero a sí misma como filósofa sino como teórica de la política, a cuyo estudio dedicó prácticamente toda su vida como pensadora y profesora en las universidades estadounidenses de Princeton, Chicago y Berkely,  a donde se trasladó en 1941 huyendo del régimen nazi que la había privado de la nacionalidad alemana por su condición de judía. 

Mi primer contacto académico con la persona y la obra de Hannah Arendt tiene lugar cuando curso la asignatura de Teoría Política, en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, a través de la serie de libros de "Historia de la teoría política" del profesor Fernando Vallespín. Yo había oído hablar de Hannah Arendt con anterioridad, pero no había leído ninguna de sus obras. Es ahora, cuando lo que hasta ese momento era una obligación académica se va a convertir en una pasión. Y tras "Sobre la revolución", el primero de sus libros que leo, le siguen (no por el orden en que los cito): "Los orígenes del totalitarismo", "La condición humana", "Eichmann en Jerusalén", "Entre el pasado y el futuro", "¿Qué es la política?", "Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental", "La promesa de la política", "Tiempos presentes", y algún otro que me dejo en el teclado... Y por supuesto, las dos espléndidas biografías que sobre ella escriben Elizabeth Young-Bruehl (Alfonso el Magnánimo, Valencia, 1993) y la citada más arriba de Laure Adler, de las que volveré a hablarles más adelante.   

Como decía en mi entrada de hace unas semanas en la conmemoración del 108 aniversario de su nacimiento, traer a Hannah Arendt a este blog no necesita justificación alguna. Basta con que en el buscador del mismo pongan su nombre para que puedan percibir el sentimiento de admiración que el autor del mismo siente por ella. ¡Hasta el seudónimo con el que firma sus entradas es un homenaje a su memoria! 

El catedrático de filosofía Fernando Savater le dedicó en la presentación  de la edición para el Círculo de Lectores del libro de Hannah Arendt quizá más emblemática, "La condición humana", unas páginas no por breves menos admirativas hacia su persona y su obra, que reproduzco literalmente a pesar de extensión: A Hannah Arendt, dice sobre ella el profesor Savater, le debemos la reflexión filosófica sobre política más genuina de este siglo. Digo genuina, no simplemente acertada o sugerente. Por supuesto, su gran libro sobre los orígenes del fenómeno totalitario, su comparación entre la revolución americana y la francesa a la luz de las libertades públicas, sus esbozos sobre la violencia o sobre la crisis de la educación, están siempre llenos de originalidad inspiradora incluso para quienes menos comparten su análisis (¡con la posible excepción de sir Isaiah Berlin, que siempre le tuvo una ojeriza teórica sin desmayo!). Pero su filosofía política, continúa mas adelante, es genuina porque no aspira al final de la política, sino a su esclarecimiento y prolongación. Me explico, dice, el filósofo que se dedica a la epistemología no ansía llegar a una visión del conocimiento capaz de cancelar su progreso ulterior, ni el que piensa sobre moral pretende que llegue el momento feliz en que la moral sea cosa del bárbaro pasado... ¡aunque fuese gracias a la victoria definitiva del Bien! Pero el noventa por ciento de los filósofos políticos parecen considerar que la actividad política misma, su agitación, sus constantes cambios de proyecto o ideal, etcétera, son algo a erradicar cuanto antes. El ejercicio contradictorio de la política (necesariamente contradictorio, porque si no faltaría la libertad que lo hace posible) proviene para ellos de ambiciones, caprichos o accidentes igualmente detestables. De ahí su empeño por promulgar el "final de la historia" o la "utopía", objetivos simétricos aunque el primero sea conservador y el segundo, supuestamente revolucionario. En ambos casos (y en otros adyacentes, aunque menos graves) se da a entender que la culminación de la política llegará cuando ya no sea necesario hacer política. Por el contrario, Arendt permanece siempre estusiástica y lúcidamente fiel a la política como actividad. Y la vincula en cuanto tal a la concepción de la vida humana como algo más que la acumulación de labores reproductivas o fabricación de objetos. Para ella, creo que acertadamente, hacer política es también hacer humanidad. Desde el punto de vista genérico de esta colección, La condición humana es particularmente interesante porque muestra las posibilidades del ensayo para abordar de una manera casi "aérea" perspectivas amplísimas que un tratadista minucioso no lograría agotar satisfactoriamente salvo que perpetrase toda una biblioteca de agobiantes volúmenes. Y desde luego porque en este caso el resultado de tal perspectiva sintetizadora merece realmente la pena. Hasta las palabras del profesor Savater sobre Hannah Arendt.

Concluyo esta entrada de hoy, rendido homenaje de admiración a la personalidad y la obra de Hannah Arendt en el aniversario de su muerte, invitándoles a la lectura de la reseña crítica que de las dos biografías citadas más arriba, titulada "Amistad y amor mundi: la vida de Hannah Arendt", realizara en su día en Revista de Libros el profesor Jordi Ibáñez Fanés. Estoy convencido que les resultará más que interesante.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




Hannah Arendt en su juventud 





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martes, 2 de diciembre de 2014

¿Podemos? Yes, we can?




Cartel electoral de Podemos




¡Que vaya al psiquiatra quien tenga visiones!
Helmut Schmidt
Canciller de la RFA (1974-1982)

Tengo unos cuantos buenos amigos, y lo que más duele, unas cuantas buenas amigas de hace muchos años, incluso familiares cercanos, que no solo votaron por "Podemos" en las pasadas elecciones al parlamento europeo sino que cada vez están más entusiasmados con ellos. No comparto su entusiasmo, pero los comprendo. Aunque mi comprensión no llega hasta el extremo de consolarme. A mí el populismo de que hace gala "Podemos" no me da miedo; no creo que sean los vándalos de los que escribía hace unos días en el blog, pero me provocan sarpullidos. Y como ya tienen apologistas bastantes para que necesiten de mis servicios profesionales, permítanme que me sume -sin acritud, como decía con acento sevillano Felipe González- al equipo de abogados del diablo que coadyuvan a intentar demostrar cuanto de falacia hay en el equipo directivo de "Podemos" y de ignorancia no-culpable, pero también no-excusable, en sus enfervorizados seguidores. Es el riesgo que corre todo movimiento ciudadano y popular cuando decide entrar en el juego y convertirse en parte de lo criticado: que pierden su virginal inocencia y tienen que apechugar con las consecuencias. Que ello sea para bien o para mal, está por ver.

Lo primero de todo es reconocer que los cabreados de este país nuestro, entre los que yo también me cuento, tienen toda la razón, multitud de razones, para estarlo. Lo segundo, decirles que "Podemos" no va a resolverles las motivaciones de su cabreo; como mucho, a agravárselas. Si no, al tiempo, que arrieros somos y en la era nos veremos. Y lo tercero, y no lo digo por curarme en salud o ponerme la venda antes de la herida, que no soy su enemigo, de verdad; que siempre aceptaré lo que las urnas digan en unas elecciones limpias y democráticas, que no creo que sean un peligro público, pero sí que ocultan más de lo que enseñan.

Y ahora, hablemos del otro "Podemos", el del "Yes, we can". ¿En qué han quedado las ilusiones despertadas por la elección de Obama como presidente de los Estados Unidos de América? ¿En qué ha mejorado la situación de iraquíes y afganos con la salida de las tropas estadounidenses y de la OTAN? ¿Qué ha pasado con la primavera árabe? ¿En qué ha quedado la alegría de los libios? ¿Y el conflicto de nunca acabar palestino-israelí? ¿Y los presos de Guantánamo? ¿Y la sanidad universal norteamericana? ¿Y el cambio climático?  ¿Y la inmigración ilegal? Bueno, podemos decir, por lo menos un negro ha llegado a la presidencia, lo que visto lo visto, no es poco logro. Ahora solo falta que llegue a ella una mujer. Pero todavía queda mucha tela que cortar... En el ínterin, les invito a leer este artículo del profesor Julio Aramberri: "El final del principio" sobre la decepción Obama.

Alguno se preguntará con razón que tienen que ver "Podemos" (o Pablo Iglesias) y Obama: Nada, evidentemente. Salvo que los dos levantaron expectativas por encima de sus posibilidades. Y que como dice la sabiduría popular, los experimentos (sociales) en casa y con gaseosa, por favor, que desde la Atenas del siglo V a.C. para acá pocas cosas nuevas veredes en política, amigo Sancho, bajo el sol.  

Termino. Les dejo estos enlaces a cinco artículos de prensa muy críticos con "Podemos". Los cinco de profesores universitarios, que, en principio, no están en la lucha partidista del día a día y cabe presumir no buscan réditos políticos ni electorales. ¿Qué alguno se pasa?, es posible que sí, pero eso no quita que puedan tener razón en lo que dicen: "El síndrome de Sansón", de Joaquín Leguina; "Mucha frase, ningún discurso", de Santos Juliá; "Un partido de profesores", de Félix de Azúa; "Podemos en el país de Nunca Jamás", de Jose Carlos Díez;  y por último, "Pablo Iglesias: ¿Tú ser socialdemócrata", de José Ignacio Torreblanca. Como pueden ver todos ellos escritos por gente derechosa integrante de la casta a extinguir. Vale. Les prometo no volver a insistir sobre este asunto, pero necesitaba quitarme la espinita de encima. Quitada está, y así lo dejamos. Fin de la historia.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




¿Y Guantánamo, la sanidad universal y la inmigración ilegal: qué?





Entrada núm. 2201
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