Amigos: Según memorandos publicados en los últimos días, Trump y sus altos mandos militares han ordenado a la Guardia Nacional de cada estado que desarrolle una “fuerza de reacción rápida” de tropas entrenadas para lidiar con disturbios civiles y revueltas, que puedan desplegarse con apenas unas horas de aviso para responder a la violencia de los manifestantes, escribe en Substack (1 de noviembre de 2025) el economista Robert Reich. Los memorandos, comienza diciendo, ordenan a las unidades de la Guardia Nacional en los 50 estados y territorios estadounidenses que capaciten a un contingente de soldados en un curso especializado que incluye el uso adecuado de bastones, escudos corporales, pistolas paralizantes y gas pimienta. Los memorandos especifican el número de efectivos de cada estado, que suman más de 23 000 soldados en total.
Al mismo tiempo, Trump está elaborando planes para usar la Ley de Insurrección, que le permitiría actuar con rapidez para reprimir cualquier cosa que interprete como un disturbio. El miércoles, Trump declaró a la prensa que tiene autoridad para enviar fuerzas militares estadounidenses, más allá de la Guardia Nacional, a ciudades del país, afirmando que ni siquiera los tribunales podrían impedírselo.
En declaraciones a la prensa a bordo del Air Force One, Trump afirmó que podría enviar al “Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, la Infantería de Marina” y a “cualquiera que quisiera” a ciudades estadounidenses, y que lo haría “si lo considerara necesario”. A principios de la semana pasada, les dijo a las tropas estadounidenses en la base naval de Yokosuka, cerca de Tokio, que estaba preparado para enviar “más que la Guardia Nacional” a ciudades estadounidenses si fuera necesario.
Mientras tanto, varios miembros del gabinete, subgabinete y funcionarios de la Casa Blanca de Trump se han mudado a viviendas militares. Estos son los últimos indicios de los planes a largo plazo de la administración Trump para desplegar muchos más soldados en las calles de Estados Unidos. Pero Trump no puede detenernos. No puede intimidarnos. No puede asustarnos. Seguiremos siendo pacíficos, no violentos y civilizados. Pero no toleraremos una dictadura. Robert Reich es economista.


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