Ayer martes, 30 de marzo, se iniciaba la Pascua judía. El próximo domingo, 4 de abril, celebran los cristianos la suya. Ambas reciben el mismo nombre, pero rememoran hechos distintos. La Pascua judía, probablemente la celebración más antigua de la humanidad, conmemora la liberación del pueblo judío del yugo egipcio y su marcha en busca de la Tierra Prometida con Moisés al frente, hace más de 3000 años. La Pascua cristiana conmemora y celebra la Resurrección del Mesías, Jesucristo, hacia el año 30 de nuestra era.
En realidad, ambas conmemoraciones no son más que el reflejo religioso de celebraciones mucho más antiguas, enraizadas en lo más profundo de los sentimientos humanos, celebrando la llegada de la Primavera, o lo que es lo mismo, la aparición del equinoccio, que en el hemisferio norte se produce siempre entre el 20 y el 22 de marzo, aunque se tome como referencia tradicional la del día 21 de dicho mes, como aquel del año en las que las horas de luz y de oscuridad tienen la misma duración.
El por qué varía de un año para otro la fecha de celebración de las Pascuas judía y cristiana, tiene su explicación. El calendario judío era, y es, de carácter lunar, con meses de 28 días, y lógicamente, en función de las fases lunares. La Pascua cristiana siguió la misma pauta, pues Jesucristo murió y resucitó para los cristianos durante la celebración de la Pascua judía. Con una diferencia que explicaremos a continuación.
La Pascua judía se inicia siempre el primer día de luna llena que siga al equinoccio de Primavera. La cristiana, para diferenciarse de la judía, se acordó en su momento que se celebrara el primer domingo de Luna llena después del equinoccio, pero también que, cuando este primer domingo de plenilunio coincidiera con el inicio de la Pascua judía (que como hemos indiciado puede ser cualquier día de la semana) se trasladaría al domingo siguiente. De todo lo cual se desprende que la Pascua cristiana puede oscilar entre el 22 de marzo y el 25 de abril de cada año.
En YouTube hay un precioso vídeo que explica la composición y personajes de la "Alegoría de la Primavera" (1478) de Sandro Botticelli que he reproducido más arriba. Espero que lo disfruten. ¡Felices Pascuas!, ¡Feliz Equinoccio!, ¡Feliz Plenilunio a todos los hombres de buena voluntad! Tamaragua, amigos. HArendt
4 comentarios:
Me ha gustado esta clara y sencilla explicación. En definitiva, nada nuevo bajo el sol (ni bajo la luna) desde que el mundo es mundo.
Felices días pascuales!
Me alegra saberlo. Un saludo muy afectuoso desde Gran Canaria.
hola vecino:
muchas gracias por la aclaración. ya sabía que la semana santa siempre coincide con la primera luna llena de primavera pero no la coincidencia con la pascua judía. supongo que ya lo sabes pero si no te lo cuento: en realidad esta fecha y otras muchas están muy relacionadas con tradiciones paganas; te pongo el ejemplo de la navidad: se celebra "más o menos" coincidiendo con el solsticio de invierno, pero el que sea precisamente el día 24 es porque es exactamente seis meses después del 24 de junio, que es el solsticio de verano, que es una de las celebraciones paganas con más arraigo (referido a que es la que más culturas de todo tipo han festejado esta fecha astronómica); y que casualmente en el mundo católico nombraron como el "día de san juan", ¿te suena que jesús y su primo se llevaban exactamente seis meses? pues entonces ya queda claro que la nochebuena tiene que ser en la madrugada del 24 al 25 de diciembre.
saludos!!!
Gracias, Inés, una vez más por tu amable y enriquecedor comentario. Lo sabía, pero ha sido la tuya una puntualización muy oportuna que incide en lo que resulta innegable: que la mayor parte, por no decir todas, de las festividades cristianas tienen su origen en celebraciones paganas que se hunden en el tiempo y en las entrañas mismas de la humanidad.
Un beso muy cariñoso y gracias de nuevo.
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