jueves, 25 de agosto de 2016

[A vuelapluma] De nuevo los nacionalismos y las exclusiones ...





Hay una frase muy utilizada en política que cada vez que la oigo me deja bastante descolocado. Y es la de: "No comparto sus ideas, pero las respeto". ¿De dónde ha salido eso de que haya que respetar las ideas que no se comparten? De la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no, desde luego; y de la Constitución española, tampoco. En ambas está, y comparto su criterio, el inalienable derecho de las personas a expresar libremente su opiniones y sus ideas sin ser perseguido, sancionado o molestado por ellas. Pero eso es una cosa, y el que tengan que respetarse sus opiniones e ideas es otra cosa, muy distinta. Porque, a ver si lo aclaramos de una vez por todas: lo que merece respeto, siempre, es la persona; sus ideas y opiniones, no necesariamente.

Nuestro inmortal Miguel de Unamuno, en su Vida de don Quijote y Sancho (Espasa-Calpe, Madrid, 1981) dice sobre los que se niegan a entrar en batallas dialécticas (pág. 105): "¡Paz!, ¡paz!, ¡paz! Croan a coro todas las ranas y los renacuajos todos de nuestro charco. ¡Paz!, ¡paz!, ¡paz! Sí, sea, paz, pero sobre el triunfo de la sinceridad, sobre la derrota de la mentira. Paz, pero no una paz de compromiso, no un miserable convenio como el que negocian los políticos, sino paz de comprensión. [...] ¡Raza de víboras la de esos que piden paz! Piden paz para poder morder y roer y emponzoñar más a sus anchas".

Acabo de leer hace unos momentos una noticia en El País que hacía referencia al abandono de una mesa redonda de la Universidad Catalana de Verano, que se ha celebrado estos días en Prada de Conflent (Francia) en defensa de la idea de que una Cataluña independiente debería relegar la lengua castellana en el sistema educativo y los medios de educación y en ningún caso convertirla en oficial. La beligerancia de estas posiciones fue tan grande que molestó incluso a los diputados Gabriel Rufián (ERC) y Eduardo Reyes (JxSí), que según el diario digital "El Nacional" abandonaron la sala. 

No entro en valoraciones ni enjuicio el hecho en sí. Como saben los lectores asiduos del blog no soy nacionalista. Más bien detesto el nacionalismo, de manera especial el identitario y excluyente, y mi patriotismo es constitucional y político, y en cierto modo, sentimental. El Diccionario de Política (Siglo XXI, Madrid, 1994), de Bobbio, Matteuci y Pasquino, dice en la entrada correspondiente a "nación" que esta es concebida normalmente como un grupo de hombres unidos por un vínculo natural, y por lo tanto eterno -o cuando menos existente "ab inmemorabili"-, y que, en razón de este vínculo, constituye la base necesaria para la organización del poder político en la forma del estado nacional. Las dificultades comienzan, añade, cuando se trata de definir la naturaleza de este vínculo o incluso solamente especificar los criterios que permitan delimitar las varias individualidades nacionales, independientemente del vínculo que lo determina.

En ese sentido, no tengo ningún problema en reconocer la existencia de una nación canaria, castellano-manchega, catalana, gallega, madrileña, murciana, vasca, etcétera, etcétera, que cito por orden alfabético para evitar susceptibilidades, pero también española y europea. Y desde luego me parece correcto definir a España y Europa como naciones de naciones.

Los dos últimos párrafos de la entrada "nación" (óp. cit.) llevan el subtítulo de "La superación de las naciones", y dicen que si la nación es la ideología del estado burocratizado centralizado, la superación de esta forma de organización del poder político implica la desmitificación de la idea de nación. La base práctica de esta desmitificación existe. Es un dato real que la actual evolución del modo de producir en la parte industrializada del mundo, después de haber llevado la dimensión "nacional" al ámbito de interdependencia entre las relaciones humanas, está ahora ampliándolas parcialmente más allá de las dimensiones de los actuales estados nacionales y hace aparecer con siempre más inmediata claridad la necesidad de organizar el poder político sobre espacios continentales y según los modelos federales.

Es entonces, continúa diciendo, previsible que la historia de los estados nacionales está llegando a término y que esté por iniciar una fase en la cual el mundo estará organizado en grandes espacios políticos federales. Pero si el federalismo significa el fin de las naciones en el sentido ahora definido, ello significa también el renacimiento o la revigorización de las nacionalidades espontáneas que el estado nacional sofoca o reduce a instrumentos ideológicos al servicio del poder político y, por tanto, el retorno de aquellos auténticos valores comunitarios de los que la ideología nacional se ha apropiado transformándolos en sentimientos gregarios.

Espero haber aclarado, si alguna duda había al respecto, por qué digo en la presentación del blog eso de que me declaro hijo de la Ilustración y de sus valores universales, socialdemócrata, federalista, ¡y monárquico, para más inri!, no solo por lealtad sino por convencimiento. Y, además, tan ciudadano palmense como grancanario, canario, español y europeo.

El profesor César Molinas, matemático y economista, escribió hace unos años (marzo, 2009) un provocador e interesante artículo titulado "España y la Historia (así, con mayúsculas)", que comenzaba con estas palabras: "España no es un Estado-nación, y nunca lo será. Lejos de ser un lastre, esto supone capacidad de adaptación, una gran ventaja para encarar los desafíos de la globalización y la posmodernidad." No podría decir que lo comparta plenamente, pero esta vez, y sin que sirva de precedente, no me importa decir que lo respeto.

En otro plano, mucho más académico, les invito a la lectura del artículo titulado "Las dos caras del nacionalismo", del catedrático emérito de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Alcalá, Gabriel Tortellá, publicado en febrero de 2014 en Revista de Libros. 



Los diputados Gabriel Rufián y Eduardo Reyes



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

miércoles, 24 de agosto de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy miércoles, 24 de agosto de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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[Galdós en su salsa] Hoy, con "El Grande Oriente"



Estatua de Galdós en Las Palmas de G.C. (Pablo Serrano, 1969)


Si preguntan ustedes a cualquier canario sobre quien en es su paisano más universal no tengan duda alguna de cual será su respuesta: el escritor Benito Pérez Galdós. Para conmemorar su nacimiento, del que acaban de cumplirse 173 años, voy a ir subiendo al blog a lo largo de los próximos meses su copiosa obra narrativa, que comencé hace unos días con el primero de sus Episodios Nacionales, colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas entre 1872 y 1912 que tratan acontecimientos de la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en los acontecimientos históricos de la España del XIX como, por ejemplo, la guerra de la Independencia Española, un periodo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, que la vivió.

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, el 10 de mayo de 1843 y fallecido en Madrid el 4 de enero de 1920, Benito Pérez Galdós fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español, uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX y un narrador esencial en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser considerado por especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelístico español de la época, apartándose de la corriente romántica en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con su intuición serena, profunda y total de la realidad, se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, artísticamente transformado. De ahí, añade, que desde Lope, ningún escritor fue tan popular ni ninguno tan universal, desde Cervantes. Fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar propuesto al Premio Nobel de Literatura en 1912.

El Grande Orienteescrita en 1876, es la cuarta novela de la segunda serie de los Episodios Nacionales de Galdós. Toma su título de la obediencia masónica llamada Grande Oriente Nacional de España. En este episodio se narran los sucesos posteriores al fallido intento del cura Matías Vinuesa para restaurar el absolutismo y los conflictos en el Gobierno liberal (dirigido en parte por los masones), mientras los realistas, intentarán recuperar el poder. Es el año 1821 y el protagonista de la serie, Salvador Monsalud, vive en Madrid con su madre. Su vecino, Gil de la Cuadra, perseguido por su participación en el intento de restaurar el absolutismo junto con el cura Vinuesa, le pide ayuda para huir junto con su hija. Antes de que pueda socorrerle, Gil de la Cuadra es arrestado y condenado a muerte, por lo que Monsalud, se quedará cuidando de su hija, mientras mueve influencias en los círculos masónicos a los que secretamente pertenece para liberar al padre...

Pueden leer o descargar la novela desde el enlace de más arriba, en la versión existente en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de la Universidad de Alicante. Disfrútenla.






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martes, 23 de agosto de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy martes, 23 de agosto de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.







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[A vuelapluma] Vamos a jugar al trile...





Vamos primero con las definiciones, y recurro como siempre al nuevo Diccionario de la lengua española (2014). 1.- trilero: Tahúr que dirige el juego del trile. 2.- tahúr: Jugador fullero. 3.- fullero: Que hace fullerías. 4.- fullería: Astucia, cautela y arte con que se pretende engañar. Y 5.- trile: Juego callejero de apuestas fraudulentas que consiste en adivinar en qué lugar de tres posibles se encuentra una pieza manipulada. Aclarado queda...

En contra de lo que suelen afirmar los filósofos, uno no suele ser buen juez de sí mismo... Por eso, quizá, hace unos días me quedé con mal sabor de boca al publicar mi último vuelapluma, titulado Coincidencia casual y dedicado a nuestro presidente del gobierno en funciones don Mariano Rajoy. ¿Me habré pasado dos pueblos, como decía graciosamente otro destacado exdirigente del PP reverenciado en su momento por don Mariano y ahora defenestrado como apestoso por lo que pueda pasar? Me tengo por una persona ecuánime y poco dada a los exabruptos... En mis tiempos de activismo político y sindical me molestaba profundamente que mis compañeros me dijeran que tenía la sangre de horchata, dado que era difícil sacarme de mis casillas fuera cual fuera la situación. Bien, supongo que con la edad uno pierde facultades...

Don Mariano amenaza a los españoles con unas terceras elecciones el día de Navidad... La verdad es que sería una pasada, pero en fin cosas más raras se han visto. Lo que me llama poderosamente la atención es que haga responsables de esas nuevas elecciones, ¡tres, tres en un año!, a quien no vote por él como presidente del gobierno en el próximo pleno de investidura. Ganarse la investidura es su problema, no el de la oposición ni el de los que no le hemos votado. Y si es incapaz de conseguirlo, la solución no es pedirles a los demás que le voten, sino que él, por el bien de todos los españoles, se bote a sí mismo. O pedírselo a su partido. Lo demás es faena de tahúr, trilero o farsante. O de pillo, o pícaro, si prefieren que recurramos a términos arraigados en la tradición literaria española.

Ver que persona tan comedida habitualmente como el periodista Xavier Vidal-Folch tenga que recordarnos algo tan elemental como lo anterior en un artículo de El País titulado Embestidura me reconcilia conmigo mismo. Nunca sabrá cuanto se lo agradezco.

Todo feo. Demasiadas embestidas tácticas en la pre-cocción de la investidura de Mariano, dice Vidal-Folch. La primera fue ningunear la Constitución, cuando el candidato designado por el Rey amagó con desobedecerla. Pidió reunirse con el líder de la oposición “para ver si me presento”. ¿Cómo que si me presento? Despreciaba así el mandato del artículo 99.2 de la Carta Magna, por el que el candidato “expondrá” su programa y “solicitará” la confianza de la Cámara. No es una opción, es un doble imperativo. Una doble obligación de hacer. Cuestionarla es una conducta extraña en un dirigente que predica sin descanso la necesidad de cumplir la ley. ¿O eso solo rige para los demás?

La segunda, continúa diciendo, fue olvidar la promesa al probabilísimo socio, y a su propio partido: “Una vez conocidas las condiciones de Ciudadanos para negociar, las someteré a debate y aprobación por el Comité Ejecutivo Nacional del PP” (tuit del día 10). No hubo nada porque “el PP no ha venido a hablar de condiciones”, proclamó tras reunir ese órgano, el día 17. Una coz, quizá para devaluar el impacto de su inmediata aceptación integral —verdadero trágala— de las seis sensatas condiciones de marras.

La tercera y última embestida, añade, fijar la fecha de investidura de forma que si fracasa, la tercera elección deba celebrarse el 25-D. Para presionar a Pedro Sánchez a facilitarla: “A ver si tiene narices de enviar a 36 millones de españoles a votar en Navidad”, tuiteó, gentleman, Xavier García Albiol. “Chantaje”, replicó Jordi Sevilla. Escupir a la mano de quien te tiene que dar de comer, curiosa táctica. Exigir al rival que haga (abstenerse) lo que tú no hiciste (ídem) cuando estabas en su posición de hoy (ser candidato), sorprendente coherencia.

Agravada si lo haces de forma perentoria, agónica, amenazante, termina diciendo. Confundir investidura con embestidura conlleva riesgo: la de desanimar, desincentivar e inhibir a aquellos de los rivales —los hay— partidarios de desbloquear la situación. ¿Cómo? Imponiendo un alto precio (social: ajuste sin recortes de bienestar, alza del salario mínimo, convenios serios, fiscalidad progresiva, alquiler simbólico a los desahuciados…) a su indispensable abstención. Matar, pero muriendo, pésimo negocio.

Gracias, don Xavier. Hoy dormiré mucho más tranquilo; gracias de todo corazón. 



El rey Felipe VI y el presidente Mariano Rajoy



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lunes, 22 de agosto de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy lunes, 22 de agosto de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.







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[Cuentos para la edad adulta] Hoy, con "Macario", de Juan Rulfo






El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros.

Continúo hoy la serie de "Cuentos para la edad adulta" con el titulado Macario, de Juan Rulfo (1917-1986), escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52. Fue uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo xx. En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía cuya acción se desarrolla en escenarios mexicanos. Sus personajes representan y reflejan el tipismo del lugar con sus grandes problemáticas socio-culturales entretejidas con el mundo fantástico. La obra de Rulfo, y sobre todo Pedro Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela revolucionaria, lo que permitió las experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación del medio siglo en México o los escritores pertenecientes al boom latinoamericano.

Macario narra la historia en primerísima persona de un personaje que a pasear de encontrarse al margen de la sociedad, habitante de un lugar invisible para el mundo y marcado para siempre por la locura, parece no ser consciente de su precaria condición. Por el contrario narra su vida con gran ingenuidad, despojando de sentido trágico situaciones que para cualquier miembro de la sociedad constituirían algo terrible. Para Macario, ésa es simplemente su vida, y así da cuenta de ella... Disfrútenlo.






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Entrada núm. 2850
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domingo, 21 de agosto de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy domingo, 21 de agosto de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.







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[Reedición] Reflexiones sobre el federalismo




Mnemosine, musa de la Memoria


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican sin periodicidad fija, conservan su título, fecha y numeración y pueden variar ligeramente en su contenido sobre el publicado originariamente. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

***

Una digresión previa... Sé que abuso de los puntos suspensivos, pero no es tanto un recurso estilístico -que sí lo es también- como algo que aflora desde mi subconsciente por culpa de esa duda de la que hablaba Dante que figura el pie de algunas de las entradas del blog. La Ortografía de la RAE le dedica a ellos, a los puntos suspensivos, y a su correcto uso, nada menos que siete páginas: "Cuando su uso responde a necesidades expresivas de carácter subjetivo, -dice- funcionan como indicadores de modalidad, pues aportan información sobre la actitud o intención del hablante en relación con el contenido del mensaje [...] Pausa transitoria en el discurso que expresa duda, temor o vacilación".  ¿Queda claro el por qué del abuso?... ¿No?... ¡Vaya por Dios!, pues lo siento...

¿Y qué decir sobre ese "pues tanto como saber me agrada dudar" dantesco?... Mi siempre admirada Hannah Arendt, para la que "saber" y "comprender" son los dos ejes sobre los que pivotan todas sus obras, atribuyó a la teoría política la tarea de indicarnos cómo comprender y apreciar la libertad en el mundo y no la de enseñarnos como cambiarlo: "Cambiarlo -dice- es cosa de aquellos [¿los políticos?] que aman actuar concertadamente y no del solitario trabajo de los téoricos".

El origen de esta entrada está en una interesante conversación mantenida hace unos días, vía mensaje privado a través del Facebook, con el cabeza de lista de una de las candidaturas españolas al Parlamento europeo. Ni que decir tiene que no coincidimos en casi nada, pero que agradezco muy sinceramente la deferencia que tuvo conmigo al permitirme esa conversación fluida y amistosa durante unos minutos que me supieron a poco. Entre los asuntos comentados, saltó el de la opción federal...

De federalismo están hablando mucho en estos últimos tiempos nuestros políticos. Sin mucho rigor, la verdad sea dicha. ¿Por insuficiencias teóricas o por mero oportunismo? Probablemente por las dos cosas. Y es que como dice Roberto Luis Blanco Valdés, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela en su libro Los rostros del federalismo (Alianza, Madrid, 2012) "no hay federalismo, sino federalismos", tantos como Estados federales (o teóricamente federales) existen.

La experiencia federal carece de ensayos prácticos en nuestro país. El proyecto de Constitución federal de 1873, aun aprobado por las Cortes republicanas, no llegó a promulgarse, y sin embargo dio lugar y ocasión a lo que se ha denominado la "revolución cantonal" de la que tanto fruto literario sacaron Benito Pérez Galdós en La Primera República (1911), o Ramón J. Sénder en Mr. Witt en el Cantón (1935). Como planteamiento teórico el federalismo español tiene su mayor y mejor ponente en la figura de Francesc Pi i Margall, expresidente de la República, pero también merecen atención al respecto los planteamientos que expusiera José Ortega y Gasset en La redención de las provincias (1931).

Escuchar hoy a algunos políticos españoles hablar de federalismo es como hacer un brindis al sol. Ninguno pasa del enfático: "¡Hay que federalizar España!", pero no añaden nada más... Ni la menor puntualización; si acaso, una mención de pasada a la necesidad de convertir el Senado en la Cámara territorial que la Constitución parecía prever... 

De federalismo he escrito en numerosas otras ocasiones. Soy un federalista convicto y confeso. Incluso en la página cabecera que sirve de presentación a "Desde el trópico de Cáncer" lo enunció explícitamente cuando lo considero "el marco idóneo en el que desenvolver el autogobierno de los pueblos y los Estados". Por esa firme convicción traigo a la entrada dos artículos  que reflejan con bastante exactitud lo que sus autores, y yo mismo, meramente secundándolos, entendemos por federalismo: El horizonte federal de España (2011), de Javier Tajadura, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco, y el titulado Déjense fotografiar con la bandera española (2014), del diplomático Juan Claudio de Ramón. 

Les invito a compartir este artículo, Federalismo y soberanía, del profesor Francesc Trillas Jané de hace unos días que pone los puntos sobre las íes del estado de la cuestión. Más que interesante.

Pero si de verdad quieren ustedes saber en qué consiste el federalismo no tienen más remedio que recurrir a la lectura de El Federalista, un fascinante libro escrito por los "ilustrados" norteamericanos James Madison, Alexander Hamilton y John Jay a finales del siglo XVIII, que recopila todos los artículos de prensa publicados por los mismos bajo el seudónimo de "Publius" entre 1787 y 1789 en defensa del proyecto de Constitución federal de los Estados Unidos de América. Todo un clásico, quizá el mejor libro de ciencia política de la Historia, cuya lectura, estudio y comprensión, para muchos tratadistas, equivale -con suficiencia- a una maestría de postgrado en dicha materia. Pueden descargarlo, íntegro, en el enlace anterior. Espero que disfruten de su lectura, así como de los otros enlaces de la entrada. 







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Entrada núm. 2051
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri
Publicada originariamente con fecha 10 de abril de 2014