viernes, 31 de julio de 2015

[A vuela pluma] 9 años de Desde el trópico de Cáncer




¡¡¡Gracias por su compañía!!! 



Mañana sábado, 1 de agosto, cumple Desde el trópico de Cáncer nueve años. Nueve años de alegrías y frustraciones, a partes desiguales, eso sí. Alegrías, porque de ninguna otra manera podría definirse lo que uno siente cuando las entradas leídas del blog sobrepasan en este preciso momento las 335.366 (en los últimos cinco años) y los comentarios de los lectores el millar.. Frustración, porque después de 2395 entradas escritas sé que me repito, que resulto cansino en mis argumentaciones, que me falta la frescura de los primeros tiempos. Y también que tengo escasas opciones de remediarlo. Al menos como a mí, mi más severo crítico, me gustaría hacerlo.

En este día de celebración que me emociona compartir con los amigos de Desde el trópico de Cáncer desearía enviar un saludo muy especial a los lectores estadounidenses del mismo. Y es que el contador de entradas leídas registra desde hace más de un año un aumento espectacular de lectores de esa nacionalidad que triplica a los de cualquier otra, incluida la española. 

Como habrán observado, en las últimas semanas he modificado la presentación de las entradas del blog, que ahora lo hacen distribuidas en siete secciones fijas que se alternan aleatoriamente en el día a día y que son, respectivamente: 1. "A vuela pluma": comentarios ligeros sobre algún asunto de actualidad política, social o cultural; 2. "Humor y Digresión": entradas al hilo de las viñetas de mis dibujantes favoritos; 3. "Literatura": textos relacionadas con libros y relatos literarios que, en la medida de lo posible, reproduzco mediante enlaces a los mismos; 4. "Política": con entradas de contenido de opinión política; 5. "Historia": sobre asuntos de esa materia, tan cara para mí; 6. "Pensamiento": entradas un poco más elaboradas de lo normal sobre asuntos que trascienden el tiempo y el espacio, al menos en mi intención; y 7. "Reedición": que como su nombre indica son reelaboraciones en fondo y forma de entradas anteriores del blog. 

No quisiera concluir esta entrada de aniversario sin hacer mención, una vez más, a la intención que movió a su autor al crear Desde el trópico de Cáncer. Intención que no es otra, parafraseando a Karl Popper, que la de demostrar en la medida de sus posibilidades que el papel del pensamiento es el de llevar a cabo las revoluciones por medio de debates críticos más que a través de la violencia y la guerra, siguiendo con ello la tradición del racionalismo occidental de librar las batallas, como dijo Víctor Hugo, con palabras y no con armas. Por eso, Desde el trópico de Cáncer asume sin cortapisas que toda opinión está sujeta a crítica, que hay opiniones más valiosas que otras y que no todas son merecedoras de igual respeto. Respeto que sí merecen, sin ambigüedades de ningún tipo, las personas que las emiten, pues siguiendo a Kant el hombre es siempre un fin en sí mismo, y no un medio para uso de otros.

En todo caso, les reitero que si algo interesante hay en las entradas de Desde el trópico de Cáncer, por subjetiva que resulte esta apreciación, no son los comentarios y opiniones de su autor sino los enlaces, artículos y opiniones de esos "otros" que le sirven de excusa para ellos.

Gracias de todo corazón a todos los amables lectores de Desde el trópico de Cáncer. Ustedes son la principal razón de su continuidad. Mañana es fiesta para este blog y cierra por descanso. Nos vemos el domingo.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)
Todo poder corrompe y el poder absoluto, de forma absoluta (Lord Acton)

jueves, 30 de julio de 2015

[A vuelapluma] La Constitución: Una reforma necesaria



Viñeta de Forges



No hace falta haber leído a Heráclito (535-484 a.C.) para darse cuenta de que todo fluye, que nunca podemos bañarnos dos veces en el mismo río, y que todo lo existente está en un proceso de cambio incesante de nacimiento y destrucción al que nada escapa. Incluso las constituciones. Hasta la española de 1978. La constitución vigente, que ha prestado grandes servicios, ya no es suficiente para garantizar nuestros derechos. Estamos obligados a fijar nuevas reglas que limiten el poder, también el financiero, y devuelvan la eficiencia a nuestros dirigentes. Lo dice, entre otros muchos, el profesor Antonio Rovira, catedrático de Derecho Constitucional y director del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos (Cátedra J. Polanco/Fundación Santillana), de la Universidad Autónoma de Madrid, en un artículo que ayer publicaba el diario El País, bajo el título de "Cambio y Constitución". Una reforma en la que todas las fuerzas políticas, las de siempre y las emergentes, parecen estar de acuerdo, al menos en su oportunidad y necesidad, que no en su alcance. Todas, menos el gobierno nacional y el partido que lo sustenta. 

Dice el profesor Rovira que la necesidad lo determina todo. Que somos la única especie que para poder vivir tiene forzosamente que decidir, elegir y competir. Y esta necesidad se ha convertido en nuestra categoría diferenciadora y nos ha forzado a organizarnos y a fabricar el Derecho, un conjunto de palabras, de reglas que inventamos para poder defendernos, para poder mantenernos. Que la verdad en Derecho, dice, es verdad porque nos interesa, y que por eso no hay ningún Estado sin Derecho aunque solo el Estado de Derecho, la democracia, viene regulada y sometida a una norma superior que nos dice quién puede ejercer el poder y en qué condiciones, cómo se hacen las leyes y cuáles son nuestros poderes. Así, continúa diciendo, la Constitución es un producto nuestro, demasiado nuestro: parcial, imperfecto, caprichoso y siempre interesado, que debe cambiar porque sus palabras también envejecen y se desgastan como cualquier otra materia. Lo mismo que pensaba Heráclito hace veinticinco siglos.

La Constitución es como el agua o el oxígeno, una herramienta, añade, no un fin; un instrumento que no tiene nada de trascendente. Un pacto, un contrato social que institucionaliza un determinado orden que será justo si sirve para realizar los derechos. Por eso la Constitución o la ley a toda costa no tiene sentido, porque lo primero debe ser la persona, todo lo demás son medios e instrumentos.

Por eso, continúa diciendo, hace apenas una generación los ciudadanos nos tomamos muy en serio y consensuamos la mejor, la más eficiente Constitución de nuestra historia. Pero todo lo que tiene un principio tiene un final. Por ejemplo, dice, la forma de elección de nuestros representantes, necesaria y adecuada para consolidar la democracia tras décadas de dictadura, ya no nos representa ni nos sirve, y las dotadas y caras instituciones de garantía han dejado de ser comisiones de control para convertirse en instrumentos de los partidos y del Gobierno al que deberían vigilar, pues están a sus órdenes, pendientes de sus intereses e instrucciones.

El "príncipe" de cada partido, añade, designa a los diputados y senadores que nombran directa o indirectamente a los miembros del Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, al Defensor del Pueblo…,  y a gran parte de la Administración central, autonómica y local, y también a los consejeros de empresas públicas, del Banco de España… Esto ocurre hoy, cuando es más necesario que nunca poner freno al caciquismo y clientelismo de la función pública, entre otras cosas porque oculta y facilita la corrupción. Por eso, el cambio también implica sacar a los amigos y familiares de los cargos públicos y eliminar los privilegios de aquellos partidos políticos que han recibido dinero de forma ilimitada de cajas y bancos que salvamos de la quiebra con nuestros impuestos. 

Por supuesto que sabemos, añade, que la Constitución por sí sola no puede cambiar la realidad, que no resuelve los problemas, pero qué duda cabe de que sí nos dice quién puede y debe hacerlo. Hay que fijar nuevas reglas que limiten el poder, también financiero, y devuelvan la eficiencia a nuestros dirigentes y la confianza en nuestros representantes. Necesitamos como el agua un cambio constitucional creíble y que esté por encima de “todos”. Los cambios, concluye, casi nunca son voluntarios; los cambios suelen ser inevitables y necesarios y siempre los impulsan los que no están bien, los que más los necesitan. Y hay que abordarlos, sin los tradicionales extremismos, que son la mejor forma de eludir los compromisos. Tan peligroso es no afrontar la situación como afrontarla desde la perspectiva apocalíptica del que se consuela divulgando sus frustraciones diciendo que no merece la pena hacer nada, que no hay remedio, que no hay solución, porque sí las hay, aunque parciales y temporales… Todo se construye a trozos. Y porque como decía Heráclito, no hay nada inmutable y todo cambia...

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Constitución Española




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martes, 28 de julio de 2015

[Literatura] Un clásico de vez en cuando. Hoy, "Ifigenia en Áulide", de Eurípides




Vasija representando el sacrificio de Ifigenia




Les pido perdón por mi insistencia en mencionar de nuevo a los clásicos, de manera especial, a los griegos. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

Hoy traigo hasta el blog la obra "Ifigenia en Áulide", título de una tragedia de Eurípides datada en el año 409 a. C. y representada en 406 a. C., con posterioridad a la muerte de su autor. El argumento de "Ifigenia en Áulide" es conocido sobradamente, pero me tomo el atrevimiento de exponerlo de nuevo.

La flota griega, en camino hacia Troya al mando del rey Agamenón, se encuentra retenida en la ciudad portuaria de Áulide, en la Beocia, por falta de vientos favorables. El adivino Calcante, que viaja con la flota griega, comunica a Agamenón que los vientos no volverán si no ofrece en sacrificio a la diosa Artemisa, a su propia hija, Ifigenia. Agamenón se niega en principio, pero ante la insistencia de los jefes griegos, manda recado a Micenas para que su hija Ifigenia venga hasta Áulide con la promesa, falsa, de ofrecerla en matrimonio a Aquiles. El recado llega a Micenas e Ifigenia y su madre, la reina Clitemnestra emprenden viaje a Áulide. Entre tanto, Agamenón se ha arrepentido de su decisión, anteponiendo su amor de padre a sus deberes como caudillo de la coalición griega y manda un nuevo recado a Micenas anulando su anterior mensaje, pero Ifigenia y Clitemnestra llegan a Áulide antes. En el campamento griego Clitemnestra se encuentra con Aquiles, que nada sabía de su proyectada boda con Ifigenia, y ambos descubren el engaño de Agamenón. Clitemnestra, desesperada, se lo cuenta a su hija, que implora a su padre por su vida. Agamenón decide, ante la oposición de los jefes militares griegos, renunciar a la empresa y volver con la flota a Grecia, momento en el cual Ifigenia se ofrece voluntariamente a su padre y al ejército como víctima propiciatoria en favor de la flota y del éxito de la expedición contra Troya. En el momento del sacrificio ante el altar, la diosa Artemisa arrebata el cuerpo de Ifigenia y la lleva con vida al Olimpo, poniendo en su lugar sobre el altar el cuerpo de una cierva, que es sacrificada y ofrecida a la diosa. Agamenón corre exultante a contar a su esposa el milagro, que acepta la voluntad de los dioses, mientras la flota leva anclas hacia Troya. 


El autor de "Ifigenia en Áulide", Eurípides (480-406 a. C.) fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Fue amigo de Sócrates, el cual, según la tradición, sólo asistía al teatro cuando se representaban obras de Eurípides. En 408 a. C., decepcionado por los acontecimientos de su patria, implicada en la interminable Guerra del Peloponeso, se retiró a la corte de Arquelao I de Macedonia, en Pela, donde murió dos años después. Se cree que escribió 92 tragedias, conocidas por los títulos o por fragmentos, pero se conservan sólo 19 de ellas. Su concepción trágica está muy alejada de la de Esquilo y Sófocles. Sus obras tratan de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a. C. de Atenas, pero aplicables al tiempo en que escribió, sobre todo a las crueldades de la guerra. Sus obras parecen modernas en comparación con los de sus contemporáneos, centrándose en la vida interna y las motivaciones de sus personajes de una forma antes desconocida para el público griego. 

La If¡genia de Eurípides es, junto a su Medea, y a la Antígona de Sófocles, una de mis heroínas trágicas favoritas. Cada una por una razón distinta. La de Ifigenia, por su inocencia y su valor a la hora de afrontar el sacrificio de su propia vida ante el valor supremo de la causa griega frente a la "bárbara" Troya. Las de Medea y Antígona las dejo para cuando traiga hasta el blog sus historias. Espero que disfruten de la belleza de "Ifigenia en Áulide". Veinticinco siglos después de haber sido escrita aún sigue conmoviendo los espíritus y las almas.

Desde este enlace pueden ver la representación completa de "Ifigenia en Áulide" del mítico Estudio 1 de Radiotelevisión española.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Estatua de Eurípides (Museos Vaticanos)





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lunes, 27 de julio de 2015

[Humor & Digresión] De bancos y banqueros



Viñeta de Montecruz



Hace un tiempo escribí una entrada dedicada a la primera división de los "golfus hispaniae", es decir, a los políticos en general, y los del PP, por merecimientos propios, en particular, a la que siguió otra especialmente dedicada a la segunda división de nuestros "golfus hispaniae": los banqueros. 

La razón de esta segunda entrada fue la publicación en aquellos días por una fuente tan solvente como la agencia Europa Press de un informe con los sueldos, remuneraciones, bonus y privilegios económico-financieros de la élite bancaria de este país nuestro llamado España. En esencia, y para abreviar, un total de cien banqueros españoles cobraron de sueldo más de un millón de euros anuales cada uno. A una media de 2,16 millones por barba se repartieron 100 millones de euros entre ellos. Los mejor retribuidos de la Unión Europea después de los banqueros chipriotas... Así se explican muchas cosas... 


"Al principio los bancos sabían lo que vendían, y los clientes lo que compraban. Después pasamos a una fase en la que los bancos sabían lo que vendían pero los clientes no sabían lo que compraban. Y desde hace tiempo ni los bancos ni los clientes tienen idea de nada". Quien pronunció tan irónica (o sarcástica) frase fue nada menos que Pedro Solbes, vicepresidente en aquel momento del gobierno español y ministro de Economía y Hacienda. 


No hace falta ser Charles Darwin para darse cuenta de que la vida es "cambio". Tampoco hace falta ser muy listo para percibir que esos cambios unas veces salen bien y otras salen mal. Hace cincuenta años en las oficinas bancarias no había calculadoras electrónicas, ni fotocopiadoras, ni ordenadores. Todo se hacía a mano o con unas impresionantes máquinas de escribir, que no fallaban nunca. Iban todos al trabajo con chaqueta y corbata, se trataba a los clientes de usted, se les respetaba porque eran de quiénes se comía, se les vendía lo mejor que se tenía y no se les engañaba jamás. 


Y el cambio llegó a la banca española, pero no fue con las calculadoras electrónicas, las fotocopiadoras multifunción o los ordenadores y las pantallas de última generación: llegó cuando se estableció la convicción que el cliente estaba para explotarle, el personal para estrujarlo, las oficinas para vender vajillas y electrodomésticos, los directivos para manipularlos con las retribuciones por objetivos, y los jefes y jefecillos para hacer cualquier tarea, reconvirtiéndolos en "oludis" (Objetos Laborales de Uso Discrecional). El caso era ganar dinero como fuera, con buenas prácticas, malas prácticas, o mediopensionistas prácticas. La más usual, hacer creer al cliente que lo que el banco le ofrecía era lo mejor para él... Y lo era: para el banco, por supuesto; no para el cliente. Si salía bien, y colaba, ascendías un puesto; si salía mal, y no colaba, a la calle. Recursos Humanos y Dirección Comercial miraban para otro lado y se ponía a buscar otros mirlos (entre el personal y entre los clientes). Ellos nunca eran responsables de nada. Supongo que era de esperar que aquellos lodos trajeran estos barros...

Les dejo con las viñetas de Montecruz y Morgan, en La Provincia y Canarias 7, respectivamente, ambas de Las Palmas de Gran Canaria, sobre este asunto de los bancos y los banqueros. 

A pesar de los calores y de la gravedad de la situación, un poco de humor, el justo para pasar el susto del día, no viene mal. Todo ello sin mayores pretensiones y aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social, y la dura realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. ¿El tiempo?, bien, gracias. ¿Y usted? 

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



Viñeta de Morgan




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domingo, 26 de julio de 2015

[A vuelapluma] Nietzsche, por Vargas Llosa




Caricatura de Nietzsche



Ante la cantidad de sandeces que se leen, se ven y se escuchan cada día en la prensa, las redes sociales, la televisión o la radio, reconforta encontrar de vez en cuando pequeñas joyas como la que hoy domingo dedica el escritor y premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa al filósofo Friedrich W. Nietzsche en un hermoso, sí, hermoso, artículo en El País, titulado "Nietzsche en Sils-Maria", en el que relata las estancias veraniegas del filósofo en esta bella región de los grisones suizos. 

Cuando Nietzsche vino por primera vez a Sils-Maria en el verano de 1879, dice Vargas Llosa en su artículo, era una ruina humana. Perdía la vista a pasos rápidos, lo atormentaban las migrañas y las enfermedades lo habían obligado a renunciar a su cátedra en la Universidad de Basilea, luego de profesar allí 10 años. Esta era entonces una remota región alpina en el alto Engadina, donde apenas llegaban forasteros. Fue un amor a primera vista: lo deslumbraron el aire cristalino, el misterio y vigor de las montañas, las cascadas rumorosas, la serenidad de lagos y lagunas, las ardillas y hasta los enormes gatos monteses.

Empezó a sentirse mejor, escribió cartas exultantes de entusiasmo por el lugar y, desde entonces, volvería por siete años consecutivos a Sils-Maria en los veranos, por temporadas de tres o cuatro meses. Siempre había sido un buen caminante, pero, aquí, andar, trepar cuestas empinadas, meditar en ventisqueros barridos por los vientos donde a veces aterrizaban las águilas, garabatear en sus pequeñas libretas los aforismos, uno de sus medios favoritos de expresión, se convirtió en una manera de vivir. En Sils-Maria, añade, escribiría o concebiría sus libros más importantes, "La gaya ciencia", "Así habló Zaratustra", "Más allá del bien y del mal", "El ocaso de los ídolos", o "El Anticristo".

La única habitación que no ha sido restaurada de la casa en la que se alojaba, cuenta nuestro escritor, es el dormitorio de Nietzsche. Sobrecoge por su ascetismo. Una camita estrecha, una mesa rústica, una jofaina de agua y un lavador. Testigos de la época dicen que entonces estaba llena de libros. Pero lo cierto es que Nietzsche pasaba mucho más tiempo al aire libre que bajo techo y que pensaba y escribía andando o tomando un descanso entre las larguísimas marchas que efectuaba a diario. Duraban unas seis horas cada día y a veces ocho y hasta diez. Ahora a los turistas, dice, les muestran algunas rutas que, aseguran los guías, eran sus preferidas, pero es un puro cuento. En primer lugar el paisaje ahora es distinto, civilizado por la afluencia masiva de esquiadores durante el invierno, la apertura de carreteras y los chalets sembrados alrededor de las pistas de esquí. En tiempos de Nietzsche esta era tierra aún salvaje, sin caminos, abrupta. Tras una difícil caminata en medio de los pinares y nevados, casi en sombra, se abría de pronto un paisaje edénico, como el que inspiraría las bravatas y filípicas de Zaratustra.

Nietzsche nunca un fascista ni un racista, afirma con rotundidad Vargas Llosa; un sector del museo documenta con detalle su buena relación con muchos intelectuales y comerciantes judíos y las veces que escribió criticando el antisemitismo. Pero también es cierto que nunca fue un demócrata ni un liberal. Detestaba las multitudes y, en especial, las masas de la sociedad industrial, en las que veía seres enajenados por esa “psicología de vasallos” que engendra el colectivismo, que anulaba el espíritu rebelde y mataba la individualidad. Fue siempre un individualista recalcitrante; creía que solo el ser humano no gregario, independiente, segregado de la tribu, enfrentado a ella, era capaz de hacer progresar la ciencia, la sociedad y la vida en general. Su terrible sentencia, que era también un pronóstico sobre la cultura que prevalecería en el futuro inmediato —“Dios ha muerto”— no era un grito de desesperación, sino de optimismo y esperanza, la convicción de que, en el mundo futuro, liberados de las cadenas de la religión y la mitología enajenante del más allá, los seres humanos obrarían para sacar al paraíso de las nieblas ultraterrenas y lo traerían aquí, a la historia vivida, a la realidad cotidiana. Entonces desaparecerían los estúpidos enconos que habían llenado la historia humana de guerras, cataclismos, abusos, sufrimientos, salvajismos, y surgiría una fraternidad universal en la que la vida valdría por fin la pena de ser vivida por todos.

Era una utopía no menos irreal que las de las religiones que Nietzsche abominaba y que haría correr también muchísima sangre y dolor. Al fin y al cabo, concluye Vargas Llosa, sería la democracia, que el filósofo de Sils-Maria tanto despreció pues la identificaba con el conformismo y la mediocridad, la que más contribuiría a acercar a los seres humanos a ese ideal nietzscheano de una sociedad de hombres y mujeres libres, dotados de espíritu crítico, capaces de convivir con todas sus diferencias, convicciones o creencias, sin odiarse ni entrematarse. Disfruten de su lectura.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Mario Vargas Llosa





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[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "Encender una hoguera", de Jack London








El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.

Continúo hoy la serie con "Encender una hoguera", de Jack London (1876-1916). Escritor estadounidense, autor de "Colmillo Blanco" y "La llamada de lo salvaje", entre más de cincuenta libros. Fue acusado de plagio en numerosas ocasiones durante su carrera. Era vulnerable no solo porque fuera un excelente y exitoso escritor, sino también debido a sus métodos de trabajo. Jack London se hizo socialista a la edad de 20 años. Previamente, había estado poseído de un optimismo reprimido el cual venía de su salud y su fuerza, actuando de forma individual, trabajando duro y viendo al mundo como algo bueno. Pero tal como detalla en su ensayo, "Como me convertí en socialista", sus puntos de vista socialistas comenzaron cuando se abrieron sus ojos a los miembros de lo más bajo del foso social. Su optimismo e individualismo perdieron intensidad, y juró que nunca más trabajaría más duro de lo necesario. London hizo una gira por el país conferenciando sobre socialismo en el año 1906 y publicó colecciones de ensayos cuya temática era el socialismo. A menudo se despedía en sus cartas con la frase "Vuestro para la Revolución". El socialismo de London venía del corazón y de su experiencia en la vida, y no de la teoría o del socialista intelectual. La muerte de Jack London está llena de controversia. Muchas fuentes antiguas la describen como un suicidio, pues se sabe que sufría dolores extremos para los que tomaba morfina. Sus restos mortales están enterrados, junto con los de su esposa Charmian en el Parque Histórico "Jack London", en Glen Ellen, California. La tumba está marcada con un simple pedrusco mohoso.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Jack London





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sábado, 25 de julio de 2015

[A vuelapluma] El rey como símbolo. Mezquindades y mezquinos



Viñeta de Peridis en El País



"El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes". (Art. 56.1, de la Constitución Española). 

"1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. 2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. 3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria". (Art. 1 de la Constitución Española). 

El País de hoy, entre otros muchos medios, pero yo elijo el que creo que es mejor diario en lengua española del mundo, publica un artículo sobre la fiebre que se ha desatado entre algunas corporaciones locales españolas recién llegadas al poder por retirar de sus sedes toda imagen pictórica, escultórica o simbólica que recuerde a la ciudadanía que España es un Estado constitucionalmente monárquico. 

En español hay una palabra para designar esa actitud: "mezquindad". Palabra que el Diccionario de la Lengua Española define como: 1. Cualidad de mezquino, y 2., como acción o cosa mezquina. A su vez, la palabra "mezquino", que viene del árabe hispano "miskín", y este del árabe clásico "miskīn", y este del arameo "miskēn", que a su vez procede del acadio "muškēnu", se define como "Falto de nobleza de espíritu". 

Creo que la señora Colau y todos sus adláteres, palabra que el DRAE define como: "Persona subordinada a otra, de la que parece inseparable", se definen solos, no tanto por sus palabras como por sus hechos. A mí, al menos, solo me producen vergüenza ajena. 

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



La Familia Real española




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viernes, 24 de julio de 2015

[Política] Los jueces del Constitucional






Viñeta de Manuel Fontdevila




Los amables lectores que sigan este blog con asiduidad saben ya de mi escasa consideración por la justicia en general. No es nada personal... La cosa viene de antiguo, y tal y como funciona la justicia en España, ya he dicho en alguna ocasión que sería mucho más eficiente, rápido y económico sustituir todos los procedimientos judiciales por un cara-o-cruz, siempre que estuviese garantizada la imparcialidad del lanzador de la moneda al aire. 

Únicamente el Tribunal Constitucional (un órgano que nada tiene que ver con el sistema judicial), se escapaba a tan severo juicio por mi parte. Y ello, no solo porque dos de sus ilustres miembros hayan sido profesores míos: Francisco Tomás y Valiente y Elisa Pérez Vera, sino por una magnífica ejecutoria de procedimientos y sentencias interpretativas de la Constitución con los que se ganó un merecido prestigio. Hasta el momento en que los políticos, o lo que más de innoble tienen los políticos, metieron a saco sus manazas en él y lo ensuciaron de arriba a abajo.

Creo que fue Winston Churchill, pero no me hagan mucho caso, el que dijo que en política uno tiene (de menor a mayor grado de confrontación): rivales, adversarios, enemigos, y compañeros de partido... La amistad en política no solo es mala consejera, es, siempre, fuente de conflictos, una veces íntimos, otras internos y casi siempre, públicos. Y cuando esa amistad o afinidad política interfiere en los nombramientos judiciales..., "¡la jodimos, macarrón!", que decían en mi pueblo.

Hace un tiempo, el catedrático de Derecho Civil Pablo Salvador Coderch, publicó en El País un artículo titulado "Amigos, jueces y escorpiones", en el que contraponía el sistema de nombramiento de los jueces del Tribunal Supremo de los Estados Unidos al de nuestro Tribunal Constitucional, conformado por miembros designados por el Congreso de los Diputados, el Senado, el Gobierno y el Consejo General del Poder Judicial, que se renuevan periódicamente. En los Estados Unidos, el presidente propone al candidato a juez del Tribunal Supremo, que debe obtener la aprobación del Senado; su mandato es vitalicio, y colegiadamente con los restantes miembros del Tribunal, se convierte en máximo intérprete de la Constitución norteamericana, la más antigua del mundo. Este Tribunal es también el primer órgano judicial en la historia que asumió la decisión de someter las leyes a la Constitución y arrogarse la interpretación de la misma en exclusiva.

¿Es mejor el sistema norteamericano de jueces vitalicios que el español? Méritos y abusos se pueden dar en ambos, pero desde luego lo que no se puede tolerar por más tiempo es que los partidos políticos jueguen con sus nombramientos como críos chicos intercambiándose cromos con las fotos de sus candidatos, según su grado de amistad y de compromiso o afinidad política. No se lo merecen, ni ellos (los magistrados) ni nosotros.


Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Alegoría de la Justicia






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jueves, 23 de julio de 2015

[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "En memoria de Paulina", de Adolfo Bioy Casares









El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.

Continúo hoy la serie con "En memoria de Paulina", de Adolfo Bioy Casares (1914-1999), escritor argentino que frecuentó las literaturas fantástica, policial y de ciencia ficción. Considerado uno de los escritores más importantes de su país y de la literatura en español, habiendo recibido el Premio Internacional Alfonso Reyes y el Premio Miguel de Cervantes. Nació en el seno de una familia de clase social alta por lo que pudo dedicarse exclusivamente a la literatura y, al mismo tiempo, apartarse del medio literario de su época. El mundo imaginario de Bioy Casares consiste en fantasías y en acontecimientos inexplicables, aunque también aluda a menudo al ambiente intelectual porteño. Cultivó un estilo depurado y clásico y su literatura se caracteriza, en parte, por ofrecer una versión paródica del relato fantástico o policíaco tradicional, consistente en observar lo irreal bajo lentes humorísticas. Los elementos típicos de estas literaturas son antes cómicos que aterradores; el carácter de los personajes es incompetente, insensato. La pasión amorosa, el elemento erótico, es fundamental en la narrativa de este escritor, aunque también esto sea contemplado desde una perspectiva muchas veces irónica; el amor es considerado algo sublime pero fatal.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt






Adolfo Bioy Casares






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miércoles, 22 de julio de 2015

[A vuelapluma] Podemos: Virando a estribor




Pablo Iglesias



Hace dos días, a cuenta de un crítico comentario del profesor Antonio Elorza sobre la estrategia electoral de Podemos, o de su líder Pablo Iglesias: "Pablo Iglesias: la historia mutante" (El País, 20/7/2015), estuve a punto de liarme en una, una más, de esas controversias o diálogo de sordomudos en que se han convertido las redes sociales. Afortunadamente voy espabilando con los años, y viendo el cariz que tomaba la discusión (por llamarle algo), dejé el campo libre a mis adversarios y me retiré de la contienda a la segunda andanada. El asunto iba del más que perceptible viraje al centro, a ese estribor que da título a mi entrada viniendo de una posición de izquierda, de Podemos, o al menos de su líder. Que sea estrategia o mero tacticismo, se me escapa. Y tampoco tiene mayor importancia. 

La postura que yo intenté defender en la frustrada discusión vía Eskup era la de que las elecciones se ganan desde el centro político, que no es una posición geométrica sino el punto de confluencia de la derecha de la izquierda y de la izquierda de la derecha. Eso es un axioma que no necesita demostración. Por lo menos después de lo dicho por Norberto Bobbio (1909-2004) y de su libro "Derecha e izquierda. Razones y significados de una distinción política" (Taurus, Madrid, 1995). El señor Iglesias podrá ser o parecer muchas cosas; lo que no es es estúpido, decía yo; lo está demostrando con ese giro a su derecha, es decir, al centro, sin dejar de aparentar ni decir que es de izquierdas, por la simple razón de que si sigue escorado, en apariencia, a la izquierda de la izquierda, se va a quedar en un exiguo diecisiete o dieciocho por ciento del voto nacional, y eso con suerte. Otra cuestión es que su giro merezca credibilidad.

Ese giro tan perceptible como oportuno para Podemos y Pablo Iglesias también es objeto de comentario por parte del historiador Santos Juliá en su artículo de hoy en El País: "Podemos: las nuevas izquierdas y el Régimen del 78", aunque sus palabras suenan menos beligerantes en la forma y en el fondo que las del profesor Elorza.

Las características de estos ejercicios retóricos por mi parte no dan para más. Les animo a leer lo dicho por los profesores Elorza y Juliá si lo desean, y en todo caso, nos vemos en el próximo  "a vuela pluma".


Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Norberto Bobbio






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[Humor & Digresión] Mezclar churras con merinas o el premio por la ineptitud



Viñeta de El Roto



El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, es dado a eso de mezclar churras con merinas. Por ejemplo, ayer mismo soltó sin pensárselo dos veces que a Pep Guardiola, cuando jugaba en la selección española de fútbol, solo le movía el interés crematístico... Creo que somos legión los antiindependentistas que jamás nos atreveríamos a decir en voz alta, por mero pudor, una gilipollez de ese calibre. No solo mezcla churras con merinas sino que, además, confunde la velocidad con el tocino. Pero en fin, el hombre no da para más y no cabe pedirle peras al olmo... Tres refranes en dos líneas; no está nada mal. Se nota que soy de Letras.

En diciembre de 1973, cuando ETA asesinó al presidente del gobierno Luis Carrero Blanco, el ministro del Interior (Gobernación en aquel entonces) era Carlos Arias Navarro; su ineptitud manifiesta fue premiada con la presidencia del gobierno unos días después. En marzo de 2004, cuando los atentados islamistas en Madrid, el ministro del Interior era Mariano Rajoy Brey; su ineptitud manifiesta fue premiada en 2011 con la presidencia del gobierno. En septiembre de 2015, cuando el gobierno de la comunidad autónoma catalana se prepara para declarar la secesión de Cataluña, el ministro del Interior es Jorge Fernández Díaz... ¡Dios nos pesque confesados!, porque sin necesidad de primarias, ya sabemos a quien propondrá el PP como presidente del gobierno de España en sustitución de Mariano Rajoy. Cada uno más inepto que el anterior.

Les dejo con las viñetas de El Roto y Peridis en El País de ayer, ambas sobre el asunto del día, la pretensión de un sector del nacionalismo catalán de declarar, al precio que sea, la secesión. A pesar de esos calores y de la gravedad de la situación, un poco de humor, el justo para pasar el susto del día, no viene mal. Todo ello sin mayores pretensiones y aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social, y la dura realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. ¡Ah, por cierto!, la panza de burro y los alisios hoy se han portado, a Dios gracias. El ambiente ha refrescado...

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



Viñeta de Peridis




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martes, 21 de julio de 2015

[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "En el bosque", de Ryunosuke Akutagawa








El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten. 

Continúo hoy la serie con "En el bosque", de Ryunosuke Akutagawa (1892-1927), escritor japonés perteneciente a la generación neorrealista que surgió a finales de la Primera Guerra Mundial. Sus obras, en su mayoría cuentos, reflejan su interés por la vida del Japón feudal. En 1910 ingresó a la Escuela Superior Nº 1 de Tokio, y tres años después en el Departamento de Literatura Inglesa de la Facultad de Letras de la Universidad Imperial de Tokio. Con el grupo formado por Kikuchi, Yamamoto, Toyoshima, Tsuchiya y otros, editó al año siguiente la revista Shinshicho (tercera época), en la que publicó traducciones de obras de William Butler Yeats y Anatole France, y sus primeros cuentos. En 1915 publicó uno de sus relatos más famosos, "Rashōmon", donde describe la decadencia de las tradiciones japonesas acompañada por la angustia existencial de los protagonistas. En 1919 viaja a Nagasaki para estudiar el cristianismo japonés y publica cuentos con ese tema.  (Nagasaki era una ciudad en la que la mayoría de su población era practicante fiel del catolicismo a partir de las misiones de Francisco Javier). En 1922 viajó a China como corresponsal del diario 'Mainichi' y escribe varios cuentos relacionados con ese país y publica algunos ensayos y cuentos, entre ellos "En el bosque"Hacia 1926 enferma gravemente y padece graves alucinaciones visuales y angustia, y declina su producción literaria. Un año después se suicida. En 1935 se estableció en su honor el premio literario más prestigioso de Japón: el premio Akutakawa. En 1950 el cineasta japonés Akira Kurosawa refundió dos de sus relatos, "Rashomon" y "En el bosque" para crear su afamada película "Rashomon". 

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Ryunosuke Akutagawa





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[A vuelapluma] "Houston, aquí Base Tranquilidad. El Águila ha alunizado"



Despegue del Apolo 11 (Julio, 1969)



"Houston, aquí Base Tranquilidad. El Águila ha alunizado". Eran exactamente las 20:17:40 UTC (la hora de Canarias) del día 20 de julio de 1969. El módulo lunar del Apolo 11, tripulado por Neil Amstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, se había posado en la Luna. A las 2.59 (hora de Canarias) del 21 de julio, Amstrong pisa la Luna. Poco después le sigue Aldrin.

A la hora del regreso dejan sobre la superficie lunar una placa en inglés que dice: "Aquí, unos hombres procedentes del planeta Tierra, pisaron por vez primera la Luna en julio de 1969. Vinimos en son de paz en nombre de toda la humanidad".

Ocurrió tal día como hoy a esta misma hora, exacta, de hace 46 años... Y me parece que fue ayer... Yo estaba viendo con mi madre por televisión el programa que emitía en directo desde Estados Unidos para TVE el locutor Jesús Hermida, recientemente fallecido. Sentado en el suelo de la sala de estar, el lugar más fresco de la casa, aguardaba impaciente y emocionado junto a ella para ver el primer paso de un hombre fuera del planeta Tierra. Ni ella ni yo dormimos esa noche. A las 9 de la mañana de ese 21 de julio entraba de guardia en el Palacio de Buenavista, en la madrileña plaza de Cibeles, en aquel entonces la sede del Ministerio del Ejército, donde cumplía mi servicio militar.

Nunca olvidaré esa noche... No dejen de ver las fotos y vídeos que se reproducen en los enlaces externos de la página electrónica que reseño más arriba.

Sean felices por favor. Yo, ese día, lo fui hasta el llanto por la emoción. Y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




http://www.javipas.com/wp-content/_amstrong.jpg
Neil Amstrong en la Luna




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