El peligro para Europa e Hispanoamérica no es EE UU, sino la nueva aristocracia con medios para convencer a los votantes miserables de que su pobreza no se debe a la ambición ilimitada de los especuladores, escribe en El País [Los miserables, 07/04/2025] el poeta Luis García Montero. La cultura política de los millonarios ha conseguido que el analfabetismo político de los miserables se convierta en activismo contra los miserables, comienza diciendo García Montero. Escucho en la radio a un obrero estadounidense que se preocupa porque no llega a fin de mes. Apoya la subida de aranceles que Trump imponen a otros países. Hay que compensar: la pobreza amenaza a sus hijos. Escucho luego las noticias económicas que hablan de la Bolsa. Hay millonarios norteamericanos que pierden sin preocupación miles de millones de dólares. Resulta muy interesante que el obrero estadounidense votante de Donald Trump considere culpable de su pobreza no a los multimillonarios sobrados de dólares, sino al campesino mexicano o europeo que exporta el sudor de su frente. Trump dice barbaridades, pero un bárbaro no es un tonto. Estados Unidos se ha convertido en un peligro antieuropeo y antihispano, pero el peligro para Europa e Hispanoamérica no es EE UU, sino la nueva aristocracia con medios para convencer a los votantes miserables de que su pobreza no se debe a la ambición ilimitada de los especuladores. Se trata de nuevas formas de dictadura. Defender a Europa es, sobre todo, defendernos de un futuro europeo dispuesto a destruir el Estado social, los marcos de igualdad y convivencia que se niegan a confundir la libertad con la ley del más fuerte.
Los lectores de Galdós, María Zambrano o Ángel González hemos aprendido a desconfiar del patriotismo español de los caciques. Trump proclama ahora “el día de la liberación” para defender la libertad de las especulaciones millonarias a costa de la miseria de los pobres del mundo. Lleva años en el negocio de la miseria norteamericana. La pérdida de pudor de la autoridad imperial ilumina la miserable realidad dominante. Volvamos a la cultura política de la solidaridad. Conviene explicar a los hambrientos del mundo quién pone en peligro su paz y el bienestar de sus familias. Luis García Montero es poeta y director del Instituto Cervantes.
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