lunes, 10 de agosto de 2015

[Humor & Digresión] De nuevo sobre el nacionalismo



Peridis (El País, 10/8/2015)


Morgan (Canarias7, 10/8/2015)



Montecruz (La Provincia, 10/8/2015)



Pienso que se equivocan el PSOE y su socio, el PSC, ofreciendo a CIU y sus socios proindependentistas de Cataluña una hipotética reforma constitucional que no están en condiciones de acordar sin el concurso y acuerdo de otras fuerzas políticas. Entre ellas, el PP. Y viceversa, por supuesto. Tiene toda la razón el dibujante Peridis en tomárselo a broma. Y es una lástima, porque lo que adelanta de su propuesta el PSOE parece bastante sensato y oportuno.

Mucho más interesante está el artículo del insigne profesor catalán Gabriel Tortellá, catedrático emérito de Historia de la economía en la Universidad de Alcalá de Henares, que en el diario El Mundo de hoy lunes se toma también con cierta dosis de humor lo que él denomina "una tradición catalana" que consiste en el que, de manera periódica, y aprovechando un momento de crisis en España, el líder de turno se líe la manta a la cabeza y proclame la independencia. Pintoresca costumbre, añade, que inauguró el canónigo Pau Claris, que en enero de 1641, ante la inminente caída de Barcelona en manos de las tropas del rey Felipe IV. Les aconsejo su detenida lectura porque resulta sumamente ilustrativa.

Dice el sociólogo Karl R. Popper en su clásico libro "La sociedad abierta y sus enemigos",  ya citado por mí con anterioridad, que el principio del Estado nacional, es decir, la exigencia política de que el territorio de cada Estado coincida con el territorio habitado por una nación no es, de ningún modo, tan evidente como parece resultarle a mucha gente en la actualidad. Aun en el caso de que todos supieran lo que quieren decir cuando hablan de nacionalidad, añade, no sería nada claro porque habría de aceptarse la nacionalidad como una categoría política fundamental, más importante, por ejemplo, que la religión, el nacimiento dentro de cierta región geográfica, la lealtad a una dinastía, o un credo político como la democracia (que constituye, podría decirse, el factor unificador de la políglota Suiza). Pero en tanto que la religión, el territorio o el credo político pueden determinarse con bastante claridad, continúa diciendo, nadie ha logrado explicar nunca lo que entiende por "nación" de tal modo que este concepto pueda constituir una base para la política práctica. [...] Ninguna de las teorías que sostienen que una nación se halla unida por un origen común o un idioma común o una historia común, es aceptable o aplicable en la práctica. El principio del Estado nacional no es solo inaplicable, dice, sino que nunca ha sido concebido con claridad. Es un mito, un sueño irracional, romático y utópico, un sueño de naturalismo y colectivismo tribal, concluye.

Las dos viñetas que reproduzco de la prensa de Las Palmas hacen referencia, supongo, a la pretensión de los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, de buscar candidatos con tirón electoral ajenos a la propia estructura partidista, quizá por eso del refrán que dice, "cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar", por un lado, y por otro, esa frase tan aludida en política que dice que no hay peor enemigo que tus propios compañeros de partido, en este caso, de gobierno.

El tiempo, bien, gracias. Pasado por agua; y se agradece, pero el calor no baja... Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Viñeta publicada en la revista El Jueves, octubre 2012



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domingo, 9 de agosto de 2015

[Política] ¿Son incompatibles mayor libertad y mejor democracia?




La libertad guiando al pueblo (Eugène Delacroix, 1798-1863)



¿Son democracia y liberalismo términos políticamente compatibles? ¿Una mayor democracia implica pérdida de libertad o una mayor libertad individual una peor democracia? Creo recordar que fue el expresidente del gobierno Felipe González el que en un discurso electoral de su partido llegó a decir que él era socialista porque era demócrata, y demócrata a fuer de liberal... No todo el mundo parece estar de acuerdo con esa compatibilidad entre democracia y liberalismo, de la cual, la denominada "democracia liberal" imperante en Occidente, vendría a ser su paradigma.

Por ejemplo, no lo está el profesor norteamericano Fareed Zakaria, autor del libro "El futuro de la libertad. Las democracias iliberales en el mundo" (Santillana, Madrid, 2003), en el que defiende que un mayor grado de democracia no es garantía alguna, sino más bien todo lo contrario, de mayor libertad ciudadana. Tampoco lo es para el profesor británico Isaiah Barlin, uno de los más grandes pensadores políticos del siglo XX, autor a su vez de "Cuatro ensayos sobre la libertad" (Alianza, Madrid, 1988), donde dice que "hay que enfrentarse al hecho, intelectualmente incómodo, de que la democracia y el liberalismo no se llevan bien; que pueden chocar entre sí de una manera irreconciliable".

Por motivos opuestos a los citados, es decir, por defender una mayor democracia frente a la idea de libertad "negativa" consustancial al liberalismo político, tampoco parece estar de acuerdo con esa idea liberal de la democracia el politólogo norteamericano Robert A. Dahl, autor de "La democracia y sus críticos" (Paidós, Barcelona, 2002), uno de sus libros más famosos, en el que se muestra muy crítico con el funcionamiento de las democracias modernas.

Pero la reflexión sobre esta cuestión me vino propiciada hace un tiempo por la lectura de un magnífico artículo del economista y profesor de la Universidad de Barcelona, Félix Ovejero Lucas, titulado "Idiotas o ciudadanos", publicado en la Revista Claves de Razón Práctica.

Ovejero Lucas es profesor de Metodología de las Ciencias Sociales y fue uno de los más decididos impulsores de Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, y su artículo es el texto de una conferencia impartida en los primeros "Encuentros de Canarias. Ciudadanía y Democracia en España y Latinoamérica", propiciados por la Fundación Mapfre-Guanarteme, de Las Palmas de Gran Canaria.

Para una parte importante del pensamiento conservador, dice el profesor Ovejero al inicio de su artículo, "la democracia puede prescindir de los ciudadanos. Incluso más: es mejor que prescinda. Llanamente, no serían de fiar". Y esto es así, continúa más adelante, porque "la democracia moderna está pensada para operar con ciudadanos ignorantes y egoístas, despreocupados por la cosa pública. Al modo del mercado, las reglas del juego asegurarían que, sin información y sin virtud, se alcancen los buenos resultados: la asignación de los recursos de un modo más o menos eficiente", concluyendo su introducción con la afirmación de que "el diseño institucional del mecanismo democrático y la propia naturaleza de la actividad política se combinan para hacer improbable el buen funcionamiento del mercado político. [.../...] La ignorancia y el desinterés serían su natural combustible", dice.

Sobre la ignorancia política generalizada en los ciudadanos, expone que un 30% de los norteamericanos no sabe quién gobierna en la Casa Blanca; la mitad ignora que cada Estado tiene dos senadores y las tres cuartas partes desconoce la duración de su mandato, Por su parte, añade sin sorna alguna, un 25% de los británicos cree que Winston Churchill, primer ministro durante la II Guerra Mundial, es un personaje de ficción, mientras que un 58% piensa que Sherlock Holmes existió.

Para Ovejero Lucas el diseño de las instituciones democráticas "no están pensadas para contar con los ciudadanos", y ello, en base a varias premisas de la tradición liberal conservadora: a) la democracia no funciona cuando hace lo que los electores quieren; b) los ciudadanos son ignorantes; c) los ciudadanos son insconscientes; d) los ciudadanos son egoístas; e) los ciudadanos son insensatos. El "problema de la falta de cultura cívica -dice. tiene que ver menos con los ciudadanos que con las reglas de juego en las que se manejan. [.../...] Lamentarse -añade-, porque los ciudadanos carecen de disposiciones cívicas en esas circunstancias no deja de ser un ejercicio retórico".

Personalmente pienso que el binomio democracia-libertad o libertad-democracia es indisociable. Que no es posible una democracia mejor sin una mayor libertad individual ni mayor libertad individual sin una mejor democracia, pero también que en la trilogía libertad, igualdad (que no otra cosa significa la democracia) y fraternidad, el primer lugar lo ocupa la libertad. Será por algo, digo yo...


Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



Campaña de la libertad (Filadelfía, Pensilvania, EE.UU.)



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sábado, 8 de agosto de 2015

[Humor & Digresión] Arte y Política



Viñeta de Forges (El País, 8-8-2015)



Viñeta de Guillermo (El Mundo, 8-8-2015)




Viñeta de Montecruz (La Provincia, 8-8-2015)




Viñeta de Morgan (Canarias7, 8-8-2015)




Viñeta de Padylla (La Provincia, 8-8-2015)




Viñeta de Peridis (El País, 8-8-2015)



No creo que las viñetas de mis dibujantes favoritos que hoy traigo hasta el blog necesiten mayor explicación. Si acaso la de Padylla, en La Provincia, para los no-canarios... Verán, la susodicha, doña Cristina Tavío, es diputada por el PP (no podía ser por otro, claro) en el parlamento de Canarias, y vicepresidenta del mismo por méritos propios. Pues, la susodicha hace unos días se esmeró en Twitter elogiando la prodigiosa labor socio-económica que su partido está realizando en Canarias, España, la Unión Europea y el Mundo Mundial. Lo lógico es que la contestaran, y claro está, algunos lectores la contestaron... Les dejo una pequeñísima selección del cruce de tuits entre la susodicha y sus lectores. Padylla dio en el clavo, sin duda, al viñatear el asunto.

El otro asunto de esta breve digresión humorística de hoy tiene que ver también con Canarias. Con Canarias y con el CAAM, el Centro Atlántico de Arte Moderno, en Las Palmas de Gran Canaria, que fue en su momento un referente casi mundial del arte contemporáneo; hasta que los políticos entraron a saco en él. Si alguien creía que los nuevos "dueños" del cotarro en el Cabildo de Gran Canaria iban a cambiar de método en la gestión del museo, se han equivocado de medio a medio. La prensa local de hoy comenta la composición del nuevo Consejo de Administración del CAAM: todos sus miembros designados por los partidos políticos representados en el Cabildo. No por el Cabildo en pleno, de entre una lista de personalidades del arte y la cultura grancanaria, o de entre expertos en gestión museística; no, directamente por cada uno de los partidos presentes en el Cabildo en función de su cuota de representación electoral. Y no entro a valorar los méritos personales o profesionales que adorna a los designados porque los ignoro. En todo caso, lo deleznable es el método de designación, no las personas designadas. Lo más irritante del caso es ver como se enfadan los responsables políticos cuando se les dice que todo lo que tocan los partidos lo corrompen. Se lo ganan a pulso, día a día, pero como si no fuera con ellos. Les entra por una oreja y les sale por la otra...

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Centro Atlántico de Arte Moderno (Las Palmas G.C.)



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viernes, 7 de agosto de 2015

[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "Esa mujer", de Rodolfo Walsh







El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.

Continúo hoy la serie con el cuento "Esa mujer", de Rodolfo Jorge Walsh (1927-1977), periodista, escritor y traductor argentino especialmente reconocido por su lucha contra el terrorismo de Estado, y por ser un pionero en la escritura de novelas testimoniales como "Operación Masacre" y "¿Quién mató a Rosendo?", aunque también sobresalió como escritor de ficción. Fue asesinado durante la dictadura militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983, integrando al día de hoy la lista de los desaparecidos. La personalidad de Walsh ha sido destacada en los ámbitos literarios como un caso paradigmático de la tensión entre el intelectual y la política, o entre el escritor y el compromiso revolucionario.


Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Rodolfo Walsh



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miércoles, 5 de agosto de 2015

[Historia] Historia de un desaparecido: el dibujante argentino "HGO"




"HGO" y su familia



¿Ustedes creen en las casualidades? Yo, no siempre; o más bien nunca. Pero como buen pagano clásico creo en la diosa Fortuna y acepto de buen talante las veleidades de la misma. Hace unos días reedité y actualicé en el blog una entrada que escribí en 2008 sobre las dictaduras militares que asolaron el cono sur americano en los años 70/80. Por esos mismos días de aquel año, insomne después de ver en directo por televisión la última gran prueba atlética de las Olimpiadas de Pekín, el maratón, abrí por internet la edición electrónica de El País Semanal de aquel domingo y me encontré un estremecedor reportaje que el escritor Manuel Rivas dedicaba a uno de los miles de desaparecidos por la dictadura militar argentina, el dibujante Hector Germán Oesterheld, más conocido por sus siglas de "HGO", asesinado por los militares junto con cuatro de sus hijas, titulada "El desaparecido HGO (una historia argentina)". No quise entonces prologar más la entrada, ni tampoco puse remisiones a notas o enlaces internet. Ni más fotos que la de "HGO" y su familia, y las de sus torturadores.  Me negué a ello por respeto a él, a su familia y a los miles de desaparecidos de todas las dictaduras del mundo. 

"HGO", dice Manuel Rivas, fue uno de los más extraordinarios creadores de aventuras del siglo XX. Cambió el perfil del héroe. "El Eternauta", su principal creación, una estremecedora ficción premonitoria, atravesó las fronteras políticas y de los géneros literarios y se erigió en un clásico para mayor número de lectores cada día, convirtiéndola en una obra homérica del cómic que interpelaba al género humano.

Héctor Germán Oesterheld ("HGO") hubiera cumplido ahora 96 años. Hijo de padre alemán judío y de madre vasco-española, nació en Buenos Aires el 23 de julio de 1919. No hay fecha para su muerte. En la historia dramática de la humanidad, tal vez el eufemismo más terrible es el de “desaparecido”. El dictador argentino Videla es autor del siguiente aforismo: “No están vivos ni muertos; están desaparecidos”. "HGO" es un desaparecido. El número 7.546 en la lista de la Comisión Nacional de Desaparecidos. Se sabe que en la Nochebuena de 1977, sus captores le dejaron cinco minutos de visión, sin capucha, que saludó uno por uno a sus compañeros de cautiverio y que cantó con un joven detenido-desaparecido la canción "Fiesta" de Joan Manuel Serrat. De forma premeditada, sus hijas también fueron hechas desaparecer, por este orden: Beatriz, de 19 años; Diana, de 23; Estela, de 24; y Marina, de 18. 

Malditos sean por siempre todos aquellos que deshonran los uniformes y las armas que la nación pone en sus manos volviéndolas contra su propio pueblo. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



La cúpula militar argentina en 1976




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martes, 4 de agosto de 2015

[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "Enoch Soames", de Max Beerbohm









El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.

Continúo hoy la serie con "Enoch Soames", de Sir Henry Maximilian Beerbohm (1872-1956), escritor y caricaturista inglés que elaboró sofisticados dibujos y parodias que fueron únicas al plasmar con bondad cualquier actitud pedante, artificial o absurda de sus famosos y bien vestidos contemporáneos. Su primer obra literaria fue "The Works of Max Beerbohm" de 1896, mientras que su primera colección de caricaturas fue "Caricatures of Twenty-five Gentlemen" de 1896. Después escribió la fábula "The Happy Hypocrite" en 1897 (traducida en 2012 en español como "El farsante feliz" por la editorial Acantilado) y su única novela Zuleika Dobson en 1911. Su anecdotario "Seven Man0" de 1919, es considerado toda una obra maestra. En ese libro aparece "Enoch Soames", cuento alabado por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, que lo tradujeron e incluyeron en su Antología de la Literatura Fantástica. El también escritor Thomas Wolfe, en una carta a unos amigos, escribió el 14 de mayo de 1930 sobre él: «Vive silencioso en Rapallo, uno de los lugares más bellos del mundo. Ve a poca gente, se queda sentado en la terraza y pinta un poco, lee un poco, pasea un poco y de vez en cuando escribe un poco. Es vago y se esfuerza en no hacer nada. A pesar de ello ha realizado hermosas cosas y además en gran cantidad». Difícil encontrar mejor elogio de un colega.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Max Beerbohm




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viernes, 31 de julio de 2015

[A vuela pluma] 9 años de Desde el trópico de Cáncer




¡¡¡Gracias por su compañía!!! 



Mañana sábado, 1 de agosto, cumple Desde el trópico de Cáncer nueve años. Nueve años de alegrías y frustraciones, a partes desiguales, eso sí. Alegrías, porque de ninguna otra manera podría definirse lo que uno siente cuando las entradas leídas del blog sobrepasan en este preciso momento las 335.366 (en los últimos cinco años) y los comentarios de los lectores el millar.. Frustración, porque después de 2395 entradas escritas sé que me repito, que resulto cansino en mis argumentaciones, que me falta la frescura de los primeros tiempos. Y también que tengo escasas opciones de remediarlo. Al menos como a mí, mi más severo crítico, me gustaría hacerlo.

En este día de celebración que me emociona compartir con los amigos de Desde el trópico de Cáncer desearía enviar un saludo muy especial a los lectores estadounidenses del mismo. Y es que el contador de entradas leídas registra desde hace más de un año un aumento espectacular de lectores de esa nacionalidad que triplica a los de cualquier otra, incluida la española. 

Como habrán observado, en las últimas semanas he modificado la presentación de las entradas del blog, que ahora lo hacen distribuidas en siete secciones fijas que se alternan aleatoriamente en el día a día y que son, respectivamente: 1. "A vuela pluma": comentarios ligeros sobre algún asunto de actualidad política, social o cultural; 2. "Humor y Digresión": entradas al hilo de las viñetas de mis dibujantes favoritos; 3. "Literatura": textos relacionadas con libros y relatos literarios que, en la medida de lo posible, reproduzco mediante enlaces a los mismos; 4. "Política": con entradas de contenido de opinión política; 5. "Historia": sobre asuntos de esa materia, tan cara para mí; 6. "Pensamiento": entradas un poco más elaboradas de lo normal sobre asuntos que trascienden el tiempo y el espacio, al menos en mi intención; y 7. "Reedición": que como su nombre indica son reelaboraciones en fondo y forma de entradas anteriores del blog. 

No quisiera concluir esta entrada de aniversario sin hacer mención, una vez más, a la intención que movió a su autor al crear Desde el trópico de Cáncer. Intención que no es otra, parafraseando a Karl Popper, que la de demostrar en la medida de sus posibilidades que el papel del pensamiento es el de llevar a cabo las revoluciones por medio de debates críticos más que a través de la violencia y la guerra, siguiendo con ello la tradición del racionalismo occidental de librar las batallas, como dijo Víctor Hugo, con palabras y no con armas. Por eso, Desde el trópico de Cáncer asume sin cortapisas que toda opinión está sujeta a crítica, que hay opiniones más valiosas que otras y que no todas son merecedoras de igual respeto. Respeto que sí merecen, sin ambigüedades de ningún tipo, las personas que las emiten, pues siguiendo a Kant el hombre es siempre un fin en sí mismo, y no un medio para uso de otros.

En todo caso, les reitero que si algo interesante hay en las entradas de Desde el trópico de Cáncer, por subjetiva que resulte esta apreciación, no son los comentarios y opiniones de su autor sino los enlaces, artículos y opiniones de esos "otros" que le sirven de excusa para ellos.

Gracias de todo corazón a todos los amables lectores de Desde el trópico de Cáncer. Ustedes son la principal razón de su continuidad. Mañana es fiesta para este blog y cierra por descanso. Nos vemos el domingo.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




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jueves, 30 de julio de 2015

[A vuelapluma] La Constitución: Una reforma necesaria



Viñeta de Forges



No hace falta haber leído a Heráclito (535-484 a.C.) para darse cuenta de que todo fluye, que nunca podemos bañarnos dos veces en el mismo río, y que todo lo existente está en un proceso de cambio incesante de nacimiento y destrucción al que nada escapa. Incluso las constituciones. Hasta la española de 1978. La constitución vigente, que ha prestado grandes servicios, ya no es suficiente para garantizar nuestros derechos. Estamos obligados a fijar nuevas reglas que limiten el poder, también el financiero, y devuelvan la eficiencia a nuestros dirigentes. Lo dice, entre otros muchos, el profesor Antonio Rovira, catedrático de Derecho Constitucional y director del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos (Cátedra J. Polanco/Fundación Santillana), de la Universidad Autónoma de Madrid, en un artículo que ayer publicaba el diario El País, bajo el título de "Cambio y Constitución". Una reforma en la que todas las fuerzas políticas, las de siempre y las emergentes, parecen estar de acuerdo, al menos en su oportunidad y necesidad, que no en su alcance. Todas, menos el gobierno nacional y el partido que lo sustenta. 

Dice el profesor Rovira que la necesidad lo determina todo. Que somos la única especie que para poder vivir tiene forzosamente que decidir, elegir y competir. Y esta necesidad se ha convertido en nuestra categoría diferenciadora y nos ha forzado a organizarnos y a fabricar el Derecho, un conjunto de palabras, de reglas que inventamos para poder defendernos, para poder mantenernos. Que la verdad en Derecho, dice, es verdad porque nos interesa, y que por eso no hay ningún Estado sin Derecho aunque solo el Estado de Derecho, la democracia, viene regulada y sometida a una norma superior que nos dice quién puede ejercer el poder y en qué condiciones, cómo se hacen las leyes y cuáles son nuestros poderes. Así, continúa diciendo, la Constitución es un producto nuestro, demasiado nuestro: parcial, imperfecto, caprichoso y siempre interesado, que debe cambiar porque sus palabras también envejecen y se desgastan como cualquier otra materia. Lo mismo que pensaba Heráclito hace veinticinco siglos.

La Constitución es como el agua o el oxígeno, una herramienta, añade, no un fin; un instrumento que no tiene nada de trascendente. Un pacto, un contrato social que institucionaliza un determinado orden que será justo si sirve para realizar los derechos. Por eso la Constitución o la ley a toda costa no tiene sentido, porque lo primero debe ser la persona, todo lo demás son medios e instrumentos.

Por eso, continúa diciendo, hace apenas una generación los ciudadanos nos tomamos muy en serio y consensuamos la mejor, la más eficiente Constitución de nuestra historia. Pero todo lo que tiene un principio tiene un final. Por ejemplo, dice, la forma de elección de nuestros representantes, necesaria y adecuada para consolidar la democracia tras décadas de dictadura, ya no nos representa ni nos sirve, y las dotadas y caras instituciones de garantía han dejado de ser comisiones de control para convertirse en instrumentos de los partidos y del Gobierno al que deberían vigilar, pues están a sus órdenes, pendientes de sus intereses e instrucciones.

El "príncipe" de cada partido, añade, designa a los diputados y senadores que nombran directa o indirectamente a los miembros del Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, al Defensor del Pueblo…,  y a gran parte de la Administración central, autonómica y local, y también a los consejeros de empresas públicas, del Banco de España… Esto ocurre hoy, cuando es más necesario que nunca poner freno al caciquismo y clientelismo de la función pública, entre otras cosas porque oculta y facilita la corrupción. Por eso, el cambio también implica sacar a los amigos y familiares de los cargos públicos y eliminar los privilegios de aquellos partidos políticos que han recibido dinero de forma ilimitada de cajas y bancos que salvamos de la quiebra con nuestros impuestos. 

Por supuesto que sabemos, añade, que la Constitución por sí sola no puede cambiar la realidad, que no resuelve los problemas, pero qué duda cabe de que sí nos dice quién puede y debe hacerlo. Hay que fijar nuevas reglas que limiten el poder, también financiero, y devuelvan la eficiencia a nuestros dirigentes y la confianza en nuestros representantes. Necesitamos como el agua un cambio constitucional creíble y que esté por encima de “todos”. Los cambios, concluye, casi nunca son voluntarios; los cambios suelen ser inevitables y necesarios y siempre los impulsan los que no están bien, los que más los necesitan. Y hay que abordarlos, sin los tradicionales extremismos, que son la mejor forma de eludir los compromisos. Tan peligroso es no afrontar la situación como afrontarla desde la perspectiva apocalíptica del que se consuela divulgando sus frustraciones diciendo que no merece la pena hacer nada, que no hay remedio, que no hay solución, porque sí las hay, aunque parciales y temporales… Todo se construye a trozos. Y porque como decía Heráclito, no hay nada inmutable y todo cambia...

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Constitución Española




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martes, 28 de julio de 2015

[Literatura] Un clásico de vez en cuando. Hoy, "Ifigenia en Áulide", de Eurípides




Vasija representando el sacrificio de Ifigenia




Les pido perdón por mi insistencia en mencionar de nuevo a los clásicos, de manera especial, a los griegos. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

Hoy traigo hasta el blog la obra "Ifigenia en Áulide", título de una tragedia de Eurípides datada en el año 409 a. C. y representada en 406 a. C., con posterioridad a la muerte de su autor. El argumento de "Ifigenia en Áulide" es conocido sobradamente, pero me tomo el atrevimiento de exponerlo de nuevo.

La flota griega, en camino hacia Troya al mando del rey Agamenón, se encuentra retenida en la ciudad portuaria de Áulide, en la Beocia, por falta de vientos favorables. El adivino Calcante, que viaja con la flota griega, comunica a Agamenón que los vientos no volverán si no ofrece en sacrificio a la diosa Artemisa, a su propia hija, Ifigenia. Agamenón se niega en principio, pero ante la insistencia de los jefes griegos, manda recado a Micenas para que su hija Ifigenia venga hasta Áulide con la promesa, falsa, de ofrecerla en matrimonio a Aquiles. El recado llega a Micenas e Ifigenia y su madre, la reina Clitemnestra emprenden viaje a Áulide. Entre tanto, Agamenón se ha arrepentido de su decisión, anteponiendo su amor de padre a sus deberes como caudillo de la coalición griega y manda un nuevo recado a Micenas anulando su anterior mensaje, pero Ifigenia y Clitemnestra llegan a Áulide antes. En el campamento griego Clitemnestra se encuentra con Aquiles, que nada sabía de su proyectada boda con Ifigenia, y ambos descubren el engaño de Agamenón. Clitemnestra, desesperada, se lo cuenta a su hija, que implora a su padre por su vida. Agamenón decide, ante la oposición de los jefes militares griegos, renunciar a la empresa y volver con la flota a Grecia, momento en el cual Ifigenia se ofrece voluntariamente a su padre y al ejército como víctima propiciatoria en favor de la flota y del éxito de la expedición contra Troya. En el momento del sacrificio ante el altar, la diosa Artemisa arrebata el cuerpo de Ifigenia y la lleva con vida al Olimpo, poniendo en su lugar sobre el altar el cuerpo de una cierva, que es sacrificada y ofrecida a la diosa. Agamenón corre exultante a contar a su esposa el milagro, que acepta la voluntad de los dioses, mientras la flota leva anclas hacia Troya. 


El autor de "Ifigenia en Áulide", Eurípides (480-406 a. C.) fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Fue amigo de Sócrates, el cual, según la tradición, sólo asistía al teatro cuando se representaban obras de Eurípides. En 408 a. C., decepcionado por los acontecimientos de su patria, implicada en la interminable Guerra del Peloponeso, se retiró a la corte de Arquelao I de Macedonia, en Pela, donde murió dos años después. Se cree que escribió 92 tragedias, conocidas por los títulos o por fragmentos, pero se conservan sólo 19 de ellas. Su concepción trágica está muy alejada de la de Esquilo y Sófocles. Sus obras tratan de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a. C. de Atenas, pero aplicables al tiempo en que escribió, sobre todo a las crueldades de la guerra. Sus obras parecen modernas en comparación con los de sus contemporáneos, centrándose en la vida interna y las motivaciones de sus personajes de una forma antes desconocida para el público griego. 

La If¡genia de Eurípides es, junto a su Medea, y a la Antígona de Sófocles, una de mis heroínas trágicas favoritas. Cada una por una razón distinta. La de Ifigenia, por su inocencia y su valor a la hora de afrontar el sacrificio de su propia vida ante el valor supremo de la causa griega frente a la "bárbara" Troya. Las de Medea y Antígona las dejo para cuando traiga hasta el blog sus historias. Espero que disfruten de la belleza de "Ifigenia en Áulide". Veinticinco siglos después de haber sido escrita aún sigue conmoviendo los espíritus y las almas.

Desde este enlace pueden ver la representación completa de "Ifigenia en Áulide" del mítico Estudio 1 de Radiotelevisión española.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Estatua de Eurípides (Museos Vaticanos)





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lunes, 27 de julio de 2015

[Humor & Digresión] De bancos y banqueros



Viñeta de Montecruz



Hace un tiempo escribí una entrada dedicada a la primera división de los "golfus hispaniae", es decir, a los políticos en general, y los del PP, por merecimientos propios, en particular, a la que siguió otra especialmente dedicada a la segunda división de nuestros "golfus hispaniae": los banqueros. 

La razón de esta segunda entrada fue la publicación en aquellos días por una fuente tan solvente como la agencia Europa Press de un informe con los sueldos, remuneraciones, bonus y privilegios económico-financieros de la élite bancaria de este país nuestro llamado España. En esencia, y para abreviar, un total de cien banqueros españoles cobraron de sueldo más de un millón de euros anuales cada uno. A una media de 2,16 millones por barba se repartieron 100 millones de euros entre ellos. Los mejor retribuidos de la Unión Europea después de los banqueros chipriotas... Así se explican muchas cosas... 


"Al principio los bancos sabían lo que vendían, y los clientes lo que compraban. Después pasamos a una fase en la que los bancos sabían lo que vendían pero los clientes no sabían lo que compraban. Y desde hace tiempo ni los bancos ni los clientes tienen idea de nada". Quien pronunció tan irónica (o sarcástica) frase fue nada menos que Pedro Solbes, vicepresidente en aquel momento del gobierno español y ministro de Economía y Hacienda. 


No hace falta ser Charles Darwin para darse cuenta de que la vida es "cambio". Tampoco hace falta ser muy listo para percibir que esos cambios unas veces salen bien y otras salen mal. Hace cincuenta años en las oficinas bancarias no había calculadoras electrónicas, ni fotocopiadoras, ni ordenadores. Todo se hacía a mano o con unas impresionantes máquinas de escribir, que no fallaban nunca. Iban todos al trabajo con chaqueta y corbata, se trataba a los clientes de usted, se les respetaba porque eran de quiénes se comía, se les vendía lo mejor que se tenía y no se les engañaba jamás. 


Y el cambio llegó a la banca española, pero no fue con las calculadoras electrónicas, las fotocopiadoras multifunción o los ordenadores y las pantallas de última generación: llegó cuando se estableció la convicción que el cliente estaba para explotarle, el personal para estrujarlo, las oficinas para vender vajillas y electrodomésticos, los directivos para manipularlos con las retribuciones por objetivos, y los jefes y jefecillos para hacer cualquier tarea, reconvirtiéndolos en "oludis" (Objetos Laborales de Uso Discrecional). El caso era ganar dinero como fuera, con buenas prácticas, malas prácticas, o mediopensionistas prácticas. La más usual, hacer creer al cliente que lo que el banco le ofrecía era lo mejor para él... Y lo era: para el banco, por supuesto; no para el cliente. Si salía bien, y colaba, ascendías un puesto; si salía mal, y no colaba, a la calle. Recursos Humanos y Dirección Comercial miraban para otro lado y se ponía a buscar otros mirlos (entre el personal y entre los clientes). Ellos nunca eran responsables de nada. Supongo que era de esperar que aquellos lodos trajeran estos barros...

Les dejo con las viñetas de Montecruz y Morgan, en La Provincia y Canarias 7, respectivamente, ambas de Las Palmas de Gran Canaria, sobre este asunto de los bancos y los banqueros. 

A pesar de los calores y de la gravedad de la situación, un poco de humor, el justo para pasar el susto del día, no viene mal. Todo ello sin mayores pretensiones y aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social, y la dura realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. ¿El tiempo?, bien, gracias. ¿Y usted? 

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt



Viñeta de Morgan




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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

domingo, 26 de julio de 2015

[A vuelapluma] Nietzsche, por Vargas Llosa




Caricatura de Nietzsche



Ante la cantidad de sandeces que se leen, se ven y se escuchan cada día en la prensa, las redes sociales, la televisión o la radio, reconforta encontrar de vez en cuando pequeñas joyas como la que hoy domingo dedica el escritor y premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa al filósofo Friedrich W. Nietzsche en un hermoso, sí, hermoso, artículo en El País, titulado "Nietzsche en Sils-Maria", en el que relata las estancias veraniegas del filósofo en esta bella región de los grisones suizos. 

Cuando Nietzsche vino por primera vez a Sils-Maria en el verano de 1879, dice Vargas Llosa en su artículo, era una ruina humana. Perdía la vista a pasos rápidos, lo atormentaban las migrañas y las enfermedades lo habían obligado a renunciar a su cátedra en la Universidad de Basilea, luego de profesar allí 10 años. Esta era entonces una remota región alpina en el alto Engadina, donde apenas llegaban forasteros. Fue un amor a primera vista: lo deslumbraron el aire cristalino, el misterio y vigor de las montañas, las cascadas rumorosas, la serenidad de lagos y lagunas, las ardillas y hasta los enormes gatos monteses.

Empezó a sentirse mejor, escribió cartas exultantes de entusiasmo por el lugar y, desde entonces, volvería por siete años consecutivos a Sils-Maria en los veranos, por temporadas de tres o cuatro meses. Siempre había sido un buen caminante, pero, aquí, andar, trepar cuestas empinadas, meditar en ventisqueros barridos por los vientos donde a veces aterrizaban las águilas, garabatear en sus pequeñas libretas los aforismos, uno de sus medios favoritos de expresión, se convirtió en una manera de vivir. En Sils-Maria, añade, escribiría o concebiría sus libros más importantes, "La gaya ciencia", "Así habló Zaratustra", "Más allá del bien y del mal", "El ocaso de los ídolos", o "El Anticristo".

La única habitación que no ha sido restaurada de la casa en la que se alojaba, cuenta nuestro escritor, es el dormitorio de Nietzsche. Sobrecoge por su ascetismo. Una camita estrecha, una mesa rústica, una jofaina de agua y un lavador. Testigos de la época dicen que entonces estaba llena de libros. Pero lo cierto es que Nietzsche pasaba mucho más tiempo al aire libre que bajo techo y que pensaba y escribía andando o tomando un descanso entre las larguísimas marchas que efectuaba a diario. Duraban unas seis horas cada día y a veces ocho y hasta diez. Ahora a los turistas, dice, les muestran algunas rutas que, aseguran los guías, eran sus preferidas, pero es un puro cuento. En primer lugar el paisaje ahora es distinto, civilizado por la afluencia masiva de esquiadores durante el invierno, la apertura de carreteras y los chalets sembrados alrededor de las pistas de esquí. En tiempos de Nietzsche esta era tierra aún salvaje, sin caminos, abrupta. Tras una difícil caminata en medio de los pinares y nevados, casi en sombra, se abría de pronto un paisaje edénico, como el que inspiraría las bravatas y filípicas de Zaratustra.

Nietzsche nunca un fascista ni un racista, afirma con rotundidad Vargas Llosa; un sector del museo documenta con detalle su buena relación con muchos intelectuales y comerciantes judíos y las veces que escribió criticando el antisemitismo. Pero también es cierto que nunca fue un demócrata ni un liberal. Detestaba las multitudes y, en especial, las masas de la sociedad industrial, en las que veía seres enajenados por esa “psicología de vasallos” que engendra el colectivismo, que anulaba el espíritu rebelde y mataba la individualidad. Fue siempre un individualista recalcitrante; creía que solo el ser humano no gregario, independiente, segregado de la tribu, enfrentado a ella, era capaz de hacer progresar la ciencia, la sociedad y la vida en general. Su terrible sentencia, que era también un pronóstico sobre la cultura que prevalecería en el futuro inmediato —“Dios ha muerto”— no era un grito de desesperación, sino de optimismo y esperanza, la convicción de que, en el mundo futuro, liberados de las cadenas de la religión y la mitología enajenante del más allá, los seres humanos obrarían para sacar al paraíso de las nieblas ultraterrenas y lo traerían aquí, a la historia vivida, a la realidad cotidiana. Entonces desaparecerían los estúpidos enconos que habían llenado la historia humana de guerras, cataclismos, abusos, sufrimientos, salvajismos, y surgiría una fraternidad universal en la que la vida valdría por fin la pena de ser vivida por todos.

Era una utopía no menos irreal que las de las religiones que Nietzsche abominaba y que haría correr también muchísima sangre y dolor. Al fin y al cabo, concluye Vargas Llosa, sería la democracia, que el filósofo de Sils-Maria tanto despreció pues la identificaba con el conformismo y la mediocridad, la que más contribuiría a acercar a los seres humanos a ese ideal nietzscheano de una sociedad de hombres y mujeres libres, dotados de espíritu crítico, capaces de convivir con todas sus diferencias, convicciones o creencias, sin odiarse ni entrematarse. Disfruten de su lectura.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt




Mario Vargas Llosa





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[Literatura] Cuentos para la edad adulta. Hoy, "Encender una hoguera", de Jack London








El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.

Continúo hoy la serie con "Encender una hoguera", de Jack London (1876-1916). Escritor estadounidense, autor de "Colmillo Blanco" y "La llamada de lo salvaje", entre más de cincuenta libros. Fue acusado de plagio en numerosas ocasiones durante su carrera. Era vulnerable no solo porque fuera un excelente y exitoso escritor, sino también debido a sus métodos de trabajo. Jack London se hizo socialista a la edad de 20 años. Previamente, había estado poseído de un optimismo reprimido el cual venía de su salud y su fuerza, actuando de forma individual, trabajando duro y viendo al mundo como algo bueno. Pero tal como detalla en su ensayo, "Como me convertí en socialista", sus puntos de vista socialistas comenzaron cuando se abrieron sus ojos a los miembros de lo más bajo del foso social. Su optimismo e individualismo perdieron intensidad, y juró que nunca más trabajaría más duro de lo necesario. London hizo una gira por el país conferenciando sobre socialismo en el año 1906 y publicó colecciones de ensayos cuya temática era el socialismo. A menudo se despedía en sus cartas con la frase "Vuestro para la Revolución". El socialismo de London venía del corazón y de su experiencia en la vida, y no de la teoría o del socialista intelectual. La muerte de Jack London está llena de controversia. Muchas fuentes antiguas la describen como un suicidio, pues se sabe que sufría dolores extremos para los que tomaba morfina. Sus restos mortales están enterrados, junto con los de su esposa Charmian en el Parque Histórico "Jack London", en Glen Ellen, California. La tumba está marcada con un simple pedrusco mohoso.

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Jack London





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