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viernes, 17 de julio de 2015

[Política] La democracia española: el juego de los partidos nuevos frente a los partidos viejos





¿Lo nuevo?



El profesor Roberto Luis Blanco Valdés, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela, publica en el último número de Revista de Libros (julio, 2015) un denso artículo titulado "Fuerzas emergentes y fuerzas tradicionales en la democracia española", analizando el juego partidista en la política española desde las primeras elecciones democráticas, en 1977, tras la desaparición del franquismo, hasta las locales y autonómicas del pasado mes de mayo. 

Las primeras elecciones celebradas en España tras la caída del franquismo, dice al comienzo de su artículo, arrojaron un esquema partidista susceptible de describirse con relativa concisión: los votantes se dividieron casi a partes iguales entre la izquierda y la derecha, que obtuvieron prácticamente el mismo número de sufragios, aunque por efecto de las distorsiones del sistema electoral, el reparto de escaños benefició claramente a la primera: con el 35% de los votos, que le valieron 165 escaños, UCD venció, sin alcanzar, en todo caso, la mayoría absoluta en el Congreso; el PSOE logró reunir algo más del 29% y 118 representantes, a los que pronto se sumaron los seis obtenidos por el Partido Socialista Popular; el PCE consiguió veinte escaños, con algo más del 9% de los votos; y AP, dieciséis puestos en la cámara, con un porcentaje un poco superior al 8% de los votos. El reparto se cerró con los escaños obtenidos por el nacionalismo vasco (ocho el PNV y uno Euskadiko Ezquerra) y el nacionalismo catalán: once el Pacto Democrático por Cataluña y uno Esquerra Republicana. Con este panorama, el sistema de partidos acabaría vertebrándose en la fase inicial de nuestro proceso democrático sobre la base de las seis fuerzas que, por más que con tamaño electoral y parlamentario muy distinto, fueron claves en el debate político que condujo a la aprobación de la Constitución: UCD, PSOE, PCE, AP, PDC y PNV. Aunque la correlación entre ellas se mantuvo sin variaciones destacables en las elecciones de 1979, la situación experimentó muy pronto, sin embargo, un cambio sustancial que, debido a dos fenómenos sucedidos de forma casi paralela, acabó teniendo plasmación en las elecciones de 1982. En ellas se produjo, por un lado, la debacle de UCD, que, como partido de gobierno, hubo de soportar durísimos conflictos internos, finalmente traducidos en su hundimiento electoral: de 168 escaños en el Congreso UCD pasó a obtener tan sólo once, en lo que constituyó un paso previo para su definitiva desaparición como partido. Pero en 1982 tuvo lugar, por otro lado, la crisis del PCE, derivada en gran medida de las luchas fraccionales nacidas de su posición subordinada respecto del Partido Socialista, pero también de la absoluta imposibilidad de los comunistas para hacer frente al vendaval del voto útil que, en beneficio del PSOE, subsiguió al frustrado golpe de Estado del 23 de febrero: el PCE vio reducida drásticamente su representación al pasar de veintitrés a tan solo cuatro escaños, mientras que el PSOE obtenía una victoria impresionante, avanzando de 121 a 202. El PP, por su parte, se apoderaba de una buena parte del antiguo electorado de UCD y pasaba en las elecciones de 1982 de nueve escaños a un total de 107. Esos comicios marcaron, pues, el inicio de un profundo proceso de recomposición del sistema de partidos español nacido en 1977 y dieron lugar, por tanto, a la configuración de los grandes ejes del que habría de estar vigente desde entonces hasta la aparición de los partidos emergentes de los cuales se tratará aquí. 

A partir de aquí, a lo largo de una treintena de páginas repartidas en siete apartados que llevan los sugestivos títulos de: 1. Introducción: Las imperfecciones de nuestro bipartidismo imperfecto. 2. A río revuelto ganancia de pescadores. 3. Podemos entra en escena. 4. La casta y la imagen social de la política en España. 5. La ilusión de los sondeos y el supuesto giro al centro. 6. Las primera duras réplicas de la historia. Y 7. A modo de conclusión: Partidos tradicionales y fuerzas emergentes. Las lecciones de unas elecciones, El profesor Blanco Valdés desgrana lo que ha sido la historia de las fuerzas políticas tradicionales a lo largo del periodo estudiado y el nacimiento de los partidos emergentes, sus primeras experiencias y sus posibilidades de desarrollo en la democracia española.

Les invito a prestar especial atención a las numerosas notas y enlaces que se encuentran a lo largo del artículo, que les llevan a gráficos, estadísticas y fuentes originales. Este artículo del profesor Blanco Valdés es un resumen del estudio que publicará próximamente la revista italiana Diritto pubblico comparato ed europeo. 

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





¿Lo viejo?





Entrada núm. 2373
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

sábado, 2 de mayo de 2015

Un poco de humor para iniciar este sábado, 2 de mayo de 2015





Olas IV (Fotografía de FCR)



Buenos días. Iniciar la jornada con un poco de buen humor, aunque dure justo hasta después del desayuno, no parece mala idea para afrontar el día con una cierta posición estratégica de ventaja. Hoy, sábado, 2 de mayo, con las viñetas de Morgan en Canarias7 y Forges, Peridis y El Roto, en El País. La de Morgan ironiza sobre la decisión de la candidata del PP a la alcaldía de Madrid de expulsar o esconder a los vagabundos de las calles de la capital; la de Forges sobre la democracia y los políticos, que no suelen caminar del mismo lado; la de Peridis insiste en la crisis desatada en Podemos tras el abandono de su número tres, el profesor Monedero; y por último, la de El Roto, sobre la vacuidad de las promesas electorales. Disfrútenlas. Encierran en su sencillez expositiva agridulces mensajes y verdades como puños que nos ayudan a reflexionar. Benditos ellos.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





















Entrada 2219
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

jueves, 30 de abril de 2015

Un poco de humor para iniciar este jueves, 30 de abril de 2015.





Olas II (Fotografía de FCR)



Buenos días. Iniciar la jornada con un poco de buen humor, aunque dure justo hasta después del desayuno, no parece mala idea para afrontar el día con una cierta posición estratégica de ventaja. Hoy, jueves, 30 de abril, solo con la viñeta de Morgan, en Canarias7, sobre las promesas electorales de los partidos en época de campaña. Disfrútenla. Encierra en su sencillez expositiva un agridulce mensaje y una verdad como un puño que nos ayuda a reflexionar. Bendito sea.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt










Entrada 2217
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

miércoles, 29 de abril de 2015

Un poco de humor para iniciar este miércoles, 29 de abril de 2015




Olas (Fotografía de FCR)



Buenos días. Iniciar la jornada con un poco de buen humor, aunque dure justo hasta después del desayuno, no parece mala idea para afrontar el día con una cierta posición estratégica de ventaja. Hoy, miércoles, 29 de abril, con las viñetas de Morgan, en Canarias7, sobre las manchas de petróleo en Gran Canaria; y las de Peridis, sobre las piruetas políticas de los partidos ante la cita electoral; El Roto, sobre la in-solidaridad internacional; y Forges, sobre la recuperación económica española. Estas tres últimas en El País. Disfrútenlas. Encierran en su sencillez expositiva agridulces mensajes y verdades como puños que nos ayudan a reflexionar. Benditos ellos.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





















Entrada 2215
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

martes, 28 de abril de 2015

Un poco de humor para iniciar este martes, 28 de abril de 2015




Bahía de San Cristóbal, Las Palmas de GC. (Fotografía de FCR)


Buenos días. Iniciar la jornada con un poco de buen humor, aunque dure justo hasta después del desayuno, no parece mala idea para afrontar el día con una cierta posición estratégica de ventaja. Hoy, martes, 28 de abril, con las viñetas de Morgan, en Canarias7, y las Peridis, El Roto y Forges, en El País. Disfrútenlas. Encierran en su sencillez expositiva agridulces mensajes y verdades como puños que nos ayudan a reflexionar. Benditos ellos.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt


























Entrada núm. 2214
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)

martes, 2 de diciembre de 2014

¿Podemos? Yes, we can?




Cartel electoral de Podemos




¡Que vaya al psiquiatra quien tenga visiones!
Helmut Schmidt
Canciller de la RFA (1974-1982)

Tengo unos cuantos buenos amigos, y lo que más duele, unas cuantas buenas amigas de hace muchos años, incluso familiares cercanos, que no solo votaron por "Podemos" en las pasadas elecciones al parlamento europeo sino que cada vez están más entusiasmados con ellos. No comparto su entusiasmo, pero los comprendo. Aunque mi comprensión no llega hasta el extremo de consolarme. A mí el populismo de que hace gala "Podemos" no me da miedo; no creo que sean los vándalos de los que escribía hace unos días en el blog, pero me provocan sarpullidos. Y como ya tienen apologistas bastantes para que necesiten de mis servicios profesionales, permítanme que me sume -sin acritud, como decía con acento sevillano Felipe González- al equipo de abogados del diablo que coadyuvan a intentar demostrar cuanto de falacia hay en el equipo directivo de "Podemos" y de ignorancia no-culpable, pero también no-excusable, en sus enfervorizados seguidores. Es el riesgo que corre todo movimiento ciudadano y popular cuando decide entrar en el juego y convertirse en parte de lo criticado: que pierden su virginal inocencia y tienen que apechugar con las consecuencias. Que ello sea para bien o para mal, está por ver.

Lo primero de todo es reconocer que los cabreados de este país nuestro, entre los que yo también me cuento, tienen toda la razón, multitud de razones, para estarlo. Lo segundo, decirles que "Podemos" no va a resolverles las motivaciones de su cabreo; como mucho, a agravárselas. Si no, al tiempo, que arrieros somos y en la era nos veremos. Y lo tercero, y no lo digo por curarme en salud o ponerme la venda antes de la herida, que no soy su enemigo, de verdad; que siempre aceptaré lo que las urnas digan en unas elecciones limpias y democráticas, que no creo que sean un peligro público, pero sí que ocultan más de lo que enseñan.

Y ahora, hablemos del otro "Podemos", el del "Yes, we can". ¿En qué han quedado las ilusiones despertadas por la elección de Obama como presidente de los Estados Unidos de América? ¿En qué ha mejorado la situación de iraquíes y afganos con la salida de las tropas estadounidenses y de la OTAN? ¿Qué ha pasado con la primavera árabe? ¿En qué ha quedado la alegría de los libios? ¿Y el conflicto de nunca acabar palestino-israelí? ¿Y los presos de Guantánamo? ¿Y la sanidad universal norteamericana? ¿Y el cambio climático?  ¿Y la inmigración ilegal? Bueno, podemos decir, por lo menos un negro ha llegado a la presidencia, lo que visto lo visto, no es poco logro. Ahora solo falta que llegue a ella una mujer. Pero todavía queda mucha tela que cortar... En el ínterin, les invito a leer este artículo del profesor Julio Aramberri: "El final del principio" sobre la decepción Obama.

Alguno se preguntará con razón que tienen que ver "Podemos" (o Pablo Iglesias) y Obama: Nada, evidentemente. Salvo que los dos levantaron expectativas por encima de sus posibilidades. Y que como dice la sabiduría popular, los experimentos (sociales) en casa y con gaseosa, por favor, que desde la Atenas del siglo V a.C. para acá pocas cosas nuevas veredes en política, amigo Sancho, bajo el sol.  

Termino. Les dejo estos enlaces a cinco artículos de prensa muy críticos con "Podemos". Los cinco de profesores universitarios, que, en principio, no están en la lucha partidista del día a día y cabe presumir no buscan réditos políticos ni electorales. ¿Qué alguno se pasa?, es posible que sí, pero eso no quita que puedan tener razón en lo que dicen: "El síndrome de Sansón", de Joaquín Leguina; "Mucha frase, ningún discurso", de Santos Juliá; "Un partido de profesores", de Félix de Azúa; "Podemos en el país de Nunca Jamás", de Jose Carlos Díez;  y por último, "Pablo Iglesias: ¿Tú ser socialdemócrata", de José Ignacio Torreblanca. Como pueden ver todos ellos escritos por gente derechosa integrante de la casta a extinguir. Vale. Les prometo no volver a insistir sobre este asunto, pero necesitaba quitarme la espinita de encima. Quitada está, y así lo dejamos. Fin de la historia.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




¿Y Guantánamo, la sanidad universal y la inmigración ilegal: qué?





Entrada núm. 2201
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miércoles, 24 de septiembre de 2014

A Gallardón le han hecho la petaca...



Gallardón anuncia su dimisión




No me las doy de adivino ni profeta ni tengo vocación de Casandra, pero lo dije en mi entrada del 14 de febrero pasado, día de los enamorados: "Tengo la convicción de que el proyecto de ley de reforma del derecho al aborto no va a prosperar. Y no porque lo tumben los parlamentarios de la oposición o las justificadas críticas de la sociedad española, sino porque el propio gobierno y el partido que lo sustenta, una vez salvada la cara del impresentable proyecto y de su ministro proponente en las Cortes ante lo más integrista de sus votantes lo va a dejar languidecer hasta el término de la legislatura para que decaiga por sí solo. ¿Apostamos?". Así, literalmente. 

En una sociedad democrática no debería haber lugar para los enemigos políticos, a lo sumo, para los adversarios. Para enemigos políticos nada más cercano que los propios compañeros de partido, como ya dijeran en su momento Disraeli, Gladstone o Churchill (no estoy muy seguro de cuál y por eso cito a los tres), políticos los tres y británicos los tres, que en cuestión de política y democracia se las saben todas. No como el pobre Gallardón, la gran esperanza blanca de la derecha española moderna, joven y democrática, al que le ha perdido su ambición nunca disimulada y esa "vocación de servicio" heredada del antiguo régimen que le llevó a suplicar al presidente del gobierno el puesto de vanguardia en la lucha por recuperar para la derecha española las señas de identidad seculares perdidas tiempo ha.

Al ministro de Justicia,  Alberto Ruiz-Gallardón, le han hecho la petaca su presidente, su gobierno y sus compañeros de partido. Da, ahora, impresión de ingenuidad su valentía al asumir como propios planteamientos integristas que nadie, ni sus más acendrados adversarios políticos se hubieran atrevido a achacarle nunca. 

En fin, descanse en paz. Al menos le honra el gesto de coherencia de su dimisión y de su apartamiento, ¿definitivo?, de la vida política. Los auténticos reaccionarios del PP se han quitado un enemigo político de encima.

Les dejo con dos artículos de muy distinta factura escritos días después de publicada esta entrada del blog sobre la dimisión del ministro Gallardón por la periodista Luz Sánchez-Mellado: "Gallardón, Q.E.P.D.", y la escritora Elvira Lindo: "Rajoy en China".


Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





La cúpula del PP



Entrada núm. 2168
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lunes, 15 de septiembre de 2014

Sobre la democracia




Congreso de los Diputados (España)



Que la democracia, o por resultar menos beligerante en la expresión, que las instituciones democráticas no están funcionando correctamente es un hecho incontrovertible. Que deberían hacerlo, el funcionar, también. Ahora bien, ¿cuál y cómo debería ser el funcionamiento correcto de esas instituciones en una democracia moderna? Ahí estoy convencido que caben opiniones varias, todas respetables, aunque unas resulten más respetables que otras. No seré yo quien resuelva la ecuación, entre unas razones porque no tengo la respuesta, y entre otras porque lo que yo piense al respecto no es relevante. 

En cambio, sí tengo algunas ideas claras sobre la democracia. Así, en plan ínformal, sin afán de verdad absoluta, que no tengo reparos en compartir con ustedes: 1) La democracia moderna es representativa o no es democracia. 2) La democracia directa no existe; es un mito. 3) No hay democracia posible sin partidos. 4) La soberanía pertenece al pueblo en su conjunto, pero no se ejerce directamente por éste, sino a través de los órganos constitucionalmente previstos, normalmente, el Parlamento. 

Ni siquiera la Confederación Helvética (Suiza), que con tanta asiduidad recurre al referéndum como vía de participación política directa del pueblo en los asuntos de Estado, pone en cuestión la premisa de la democracia representativa.

Corolario de la anteriormente expuesto es: 1) Que los miembros de los parlamentos, sea cual sea su forma de elección y el partido o formación política por la que se presentan, representan a la nación en su conjunto y no sólo a los electores de su circunscripción, sus votantes o su partido. 2) Que no están sujetos a mandato imperativo alguno, ni del pueblo, ni de sus electores ni votantes, y mucho menos de su partido. Y 3) que en el ejercicio de sus funciones parlamentarias no están ligados por ningún tipo de disciplina de voto, sino que cuando las ejercen, lo hacen en conciencia y bajo su exclusiva responsabilidad personal.

Si esto no se acepta, sobran los parlamentos y cualesquiera instituciones representativas de las que se dotan las sociedades democráticas, pues bastaría con elegir al hipotético líder de la nación por el pueblo, sin intermediación de partidos, y delegar en él todo el poder del Estado para funcionar. Ni siquiera los regímenes fascistas y de dictadura proletaria se han atrevido a tanto y han guardado alguna apariencia formal de representación política.

Lo ideal sería establecer procedimientos democráticos por los cuales, en casos tasados, los representantes elegidos pudieran ser apartados de sus cargos antes de la finalización de sus mandatos, bien por aquellos mismos que los han elegido o por los órganos jurisdiccionales correspondientes. Pero en el ínterin, no deberíamos rasgarnos tanto las vestiduras ante casos de transfuguismo de un partido a otro, o de rompimiento de la disciplina de voto, porque no siempre están motivados por razones espurias. O por citar otro ejemplo: ¿no exigimos a jueces y magistrados que voten en conciencia sin sujección a mandato imperativo alguno de aquellos por los que han sido designados? Si es así, ¿por qué nos resulta tan difícil admitir lo mismo de nuestros representantes políticos?

Por supuesto, habría que obligar constitucional y legalmente a los partidos a dotarse de estructuras y procedimientos internos democráticos abiertos a los afiliados, simpatizantes y votantes, y a celebrar congresos donde rendir cuenta periódica y tasada de sus actividades y financiación.

En los estados medievales peninsulares, los procuradores que eran enviados por las ciudades con representación en ellas a las Cortes convocadas por el rey, lo hacían bajo mandato imperativo, y sujetos estrictamente a las órdenes dadas por escrito por sus conciudadanos, y cuando volvían de ellas, si no se habían atenido al mandato recibido, se arriesgaban a ser colgados de las almenas de la ciudad. No creo que ese sea el procedimiento idóneo hoy día de exigir responsabilidades políticas, aunque nunca se sabe...

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



Cortes medievales 



Entrada núm. 2161
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jueves, 4 de septiembre de 2014

Autoubicación política: el test-diagrama de Nolan





Diagrama de Nolan de autoubicación política



Dicen los versos de Antonio Machado en una de las estrofas de su poema "Retrato":

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, 
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno...

Si se me permite la presunción, diría que a mí me pasa lo mismo: en algunos momentos me hierve la sangre por las injusticias del mundo y por las que veo a mi alrededor, pero en todo caso mis palabras intentan siempre resultar serenas y ecuánimes como las suyas. Al menos lo intento... Será por la edad, y por aquello que se cuenta, pienso que con razón, de que el joven que a los veinte años no quiere cambiar el mundo es que no tiene sangre en las venas, y el que quiere cambiarlo a los setenta es que es imbécil. Próximo a cumplirlos, me conforme con que el mundo no me cambie a mí. 

¿Tienen ustedes interés en conocer con bastante grado de aproximación cuál es realmente su autoubicación ideológica y política en relación con los problemas del mundo actual? Reedito actualizada una entrada del blog de marzo del pasado año sobre este mismo tema. Si se animan a ello, les propongo contesten las sencillas veinte preguntas que se recogen en el denominado test-diagrama de Nolan, que recibe ese nombre por su creador, el politólogo norteamericano David Fraser Nolan (1943-2010), del Massachussetts Intitute of Technology (MIT).

Partidario tanto de las libertades económicas como personales, Nolan consideraba hasta cierto punto reduccionista la división política entre posiciones de derecha e izquierda, y entre aquellos que solo abogan por la libertad personal y los que solo defienden la libertad económica.

Para resolver esa dicotomía, David F. Nolan creó un gráfico en el que situaba en el eje "X" la posición política respecto de las libertades económicas, y en el eje "Y" la posición política respecto a las libertades personales, dando lugar con ello a un cuadrante en el que se sitúa a los que se califican como izquierdistas o progresistas en el cuadrante izquierdo, a los derechistas o conservadores en el derecho, a los liberales  o libertarios en el superior, y a los autoritarios o populistas en el inferior. 

De las respuestas que se den a las veinte preguntas del test, el diagrama ubica ideológica y políticamente a la persona que lo realiza en un punto del diagrama que muestra su proximidad o alejamiento de cada una de las posiciones citadas.

Les invito a realizarlo. No lleva apenas tiempo. Son preguntas sencillas y claras que deben responderse con honestidad, claro está, para que la prueba resulte eficaz. Les aconsejo que previamente lean las notas que figuran al comienzo del test en las que se explica con claridad el procedimiento a seguir.

Yo he vuelto a realizarlo y confieso que me he sentido satisfactoriamente ubicado ideológica y políticamente con el resultado y posicionamiento que el diagrama me otorga, que está adaptado al panorama político español actual. Y si no es así en su caso, pues seguramente es que el test no está bien planteado. En todo caso, estoy seguro que les resultará entretenido e interesante. Pueden acceder al "test" desde este enlace. Disfrútenlo. 


Les dejo más abajo con el emocionado "Retrato" de Antonio Machado en la voz y la canción de Joan Manuel Serrat. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





"Retrato", de A. Machado, en la voz de J.M. Serrat



Entrada núm. 2156
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri

domingo, 20 de julio de 2014

Mi cita dominical con Elvira Lindo: ¿Quedamos para hablar del nuevo PSOE?




La escritora Elvira Lindo



Buenos días, Elvira. Feliz domingo. ¿Cómo estás? Hacía mucho tiempo que no charlábamos un ratito. Tú, con tus viajes o escribiendo; yo, con las vacaciones, ejerciendo de abuelo a tiempo completo casi más que en época escolar... 

Acabo de leer en El País, como hago siempre los domingos de madrugada, tu columna, que hoy dedicas al nuevo-próximo secretario general del PSOE Pedro Sánchez, que titulas "Qué grande es ser joven". Sí, tienes razón; yo no añoro la juventud, pero tiene ciertos privilegios, como el de equivocarse, que me da cierta envidia.

Pero hablábamos de tu artículo... Veo con gusto que seguimoslos los dos en la misma línea. Hace unos días le expresé al señor Pedro Sánchez en su página de Facebook casi palabra por palabra las mismas cosas que hoy le dices tú. Claro, tú se lo dices mucho más literaria, elegante e irónicamente: que por la izquierda-izquierda ya no va a ninguna parte; que ha dejado con el trasero al aire a los diputados europeos españoles socialistas; que "eso" que el dice defender no es la socialdemocracia que los europeos y españoles necesitamos; que si no pacta ni en Europa ni en España con el centro-derecha con quién va a pactar, ¿con el señor Pablo Iglesias?; que o "centra" el partido o no va a ganar; que pensara en los votantes y no solo en los "militantes": ¡qué palabra tan rancia: militantes; como si fueran un ejército en marcha!...

¿Te ha contestado? A mí tampoco. Y la verdad, lo de ser joven (yo voy ya para 69) es una enfermedad que se pasa con el tiempo, no un valor que de calidad al producto y menos en política. Y era, de los tres, el que más me gustaba. Mal empieza... ¡Toma ya claridad de ideas! Esto último lo digo por mí, no por él. Es un placer saludarte de nuevo. Nos vemos el domingo próximo a la misma hora y en el mismo sitio. Un beso. Tu amigo, HArendt.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez




Entrada núm. 2113
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miércoles, 26 de febrero de 2014

Descrédito y corrupción de los partidos políticos




Viñeta de Forges en El País



Quizá debería comenzar esta entrada de hoy con una alusión al anual Debate sobre el estado de la Nación que en estos momentos tiene lugar en el Congreso de los Diputados. Pero no voy a hacerlo por dos razones: primera, porque me trae sin cuidado lo que se debata en el debate; la segunda, porque el anual debate sobre el estado de la nación no es nada más que una pantomima a la que me niego a sumarme ni tan siquiera como espectador pasivo. Espero que me perdonen; no es suficiencia moral alguna por mi parte. Es mero desprecio a la hipocresía y el cinismo de que hacen gala el gobierno y la oposición -en mayor medida los primeros que los segundos-, sin que ello suponga equiparación de responsabilidades.

De lo que sí me gustaría escribir al menos unas líneas es sobre la Operación Palace que Jordi Évole nos ofreció en la Sexta hace unos días. Me gustó, sin más. Y durante sus primeros minutos de emisión, hasta me creí lo que estaba viendo. No es la primera vez que los servicios secretos de un Estado conspiran aparentemente contra su propio Estado. Y si la razón de la conspiración es crear un seudo-golpe-de-Estado para evitar el golpe de Estado real, pues hasta resulta plausible. Y me lo creí, lo confieso, en esos primeros minutos. Las confesiones al respecto de personas como Mayor Zaragoza, Luis María Ansón o Iñaki Gabilondo, lo hacía creíble. Cuando aparecieron en el documental dos personajes políticos de la catadura de Jorge Verstringe o Iñaki Anasagasti, se me cayó la credibilidad. Lisa y llanamente: era absolutamente imposible que unos vocazas como esos dos hubieran estado en el ajo y callados durante treinta y tres años. A partir de ese momento me lo tomé como lo que era, una ficción, y comencé a divertirme. En todo caso lo que el falso documental de Évole sobre el 23-F ha demostrado palpablemente es: 1) Que los españoles somos bastantes más susceptibles de lo que nos pensamos, lo que no es bueno para nuestra salud mental; 2) que los medios de difusión nos pueden colar lo que quieran colarnos, lo que demuestra que somos bastante más crédulos de lo que creemos; y 3) que los españoles, mayoritariamente, no tenemos la formación cívica y política que deberíamos tener, y así nos va. Aunque esa falta de formación cívica y política no sea solo culpa y responsabilidad nuestra sino de una clase política que solo busca asegurarse lealtades y adhesiones inquebrantables.

Estoy leyendo en estos momentos un libro del escritor Antonio Muñoz Molina. Un libro tremendo, desgarrador y desasosegante cuya lectura me está sumiendo en una profunda turbación. Lleva el título de "Todo lo que era sólido" (Seix Barral, Barcelona, 2013) y da la impresión de estar escrito desde la rabia, la sinceridad y el dolor visceral que produce la España de hoy y el hartazgo de una situación cuya responsabilidad exclusiva recae en una clase política corrompida y en una ciudadanía que, más que conformista, parece vivir en la inopia. Muñoz Molina sabe justificar lo que escribe en datos incontrovertibles. Sobre los partidos dice que el sectarismo político les asegura lealtades y adhesiones mucho más firmes que el asentimiento racional, que es reversible porque no excluye el desengaño o el simple cambio de opinión, ofreciéndoles una división del mundo tan radical como las fronteras territoriales de las identidades. Se trata de ser de un partido como se es de una raza o una tierra originaria; de ser de izquierdas o ser de derechas con la misma furia con la que se era católico o protestante en las guerras de religión del siglo XVI; tan íntegramente como se era cristiano viejo o hidalgo en la España de la Contrarreforma y la limpieza de sangre. El siempre sarcástico y certero Álvaro Delgado-Gal, director de Revista de Libros, realizaba en ella hace unos meses la inteligente crítica de "Todo lo que era sólido", y a ella les remito para no insistar más en el asunto.

De los partidos políticos y su relación con la democracia podría contarse lo que dice la canción popular: "Ni contigo ni sin ti / tienen mis males remedio / contigo porque me matas / sin ti porque yo me muero." Más o menos, pero en lenguaje académico es lo que venía a decir hace unos días en El País el prestigioso politólogo y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Josep María Colomer en un artículo titulado "La larga agonía de los partidos"Para el profesor Colomer en la calificación habitual de los partidos políticos como un mal necesario, lo más claro es lo primero: los partidos son un mal. Desde que los partidos políticos emergieron en los países institucionalmente estables en el siglo XIX, a menudo bajo el epíteto de facciones, han sido asociados con malas intenciones y con la creación de divisiones sociales a costa de amplios intereses colectivos. Hoy día -añade- en casi todos los países democráticos, incluido España, las encuestas colocan persistentemente a los partidos en los últimos puestos en la escala de reputación social. Lo segundo, que los partidos sean necesarios o inevitables, depende de si hay una alternastiva mejor para las tareas que se suponen tienen asignadas: básicamente, proponer políticas públicas socialmente eficientes y seleccionar las personas competentes que ocuparán los correspondientes cargos públicos. Pero en la medida en que la decisión sobre muchas políticas públicas ha ido pasando a manos de organizaciones internacionales -continúa diciendo- y de órganos formados por expertos no-electos, y en tanto que los paquetes ideológicos partidarios han perdido eficacia, los partidos han ido quedando exclusivamente como maquinarias para la selección de cargos públicos. Y cuando esta selección del personal político es endogámica como ocurre en grado extremo en España, debido sobre todo a las listas electorales cerradas, la publicidad de las batallas por los cargos dentro de los partidos no hace más que reforzar la imagen de su impotencia política y alienar aún más a los ciudadanos expuestos a su contemplación en los medios. Blanco y en botella... leche, concluyo.

Sean felices, por favor. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt





El periodista Jordi Évole




Entrada núm. 2037
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jueves, 15 de agosto de 2013

Partidos políticos, movimientos sociales y democracia




El más clásico de los clásicos




Pienso que la mayoría de los lectores de este blog admitirán conmigo que no hay más democracia posible que la representativa y que no hay representación posible sin partidos. Dicho lo cual cabe pensar que el desapego creciente de la ciudadania hacia las instituciones democráticas como instancias para la resolución de los conflictos políticos deriva, entonces, del defectuoso funcionamiento de los canales de representación política, es decir, de los sistemas electorales y de los partidos políticos.

Ya he escrito hasta la saciedad sobre la necesidad, a mi juicio, de una reforma en profundidad del sistema electoral español, abandonando el proporcional en favor de un sistema de elección mayoritaria simple, de distritos electorales uninominales, y sobre la transformación del Senado en una cámara legislativa no electiva y conformada por representantes de los gobiernos de las comunidades autónomas, dentro de un Estado federal. No voy a insistir en ello, así que centremos la cuestión de hoy en la organización y funcionamiento de los partidos políticos, que me viene propiciada por la publicación en el diario El País del pasado día 11 de un artículo del profesor Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política en la Universidad del País Vasco, titulado "¿El final de los partidos?", que pueden leer aquí.

Revisando mis notas de estudio sobre teoría política he reencontrado un artículo de diciembre de 2003, firmado por los profesores José Ramón Montero (Universidad Autónoma de Madrid) y Richard Gunther (Ohio State University), y publicado en la Red de Cuadernos de Trabajo del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacional de la UAM, que lleva el sugestivo título de "Los estudios sobre los partidos políticos: una revisión crítica", que pueden ustedes leer en este enlace.

En ambos estudios, separados por diez años de distancia, y miren que han pasado cosas en este decenio, las conclusiones de ambos pueden resumirse en: 1. La democracia está en crisis; 2. Los partidos políticos no están funcionando bien; 3. Los partidos necesitan una profunda transformación para responder a las necesidades actuales de la ciudadanía democrática; y 4. Los movimientos sociales no pueden responder por sí solos a las demandas de esa ciudadanía.

Dice el profesor Innerarity que "la actual crisis de los partidos políticos, su descrédito, pérdida de relevancia o fragmetación, es manifestación de una crisis más profunda [...] Del fin de una era política que presuponía un contexto social estructurado en comunidades estables, con roles profesionales definidos y formas de reconocimiento y reputación consolidadas [...] Lo que se ha acabado, concluye, es el control monopolístico del espacio público por parte de los partidos políticos, el partido-contenedor, pero en absoluto la necesidad de instancias de mediación en las que se forma la voluntad política [...] Las conquistas sociales no pueden asegurarse sin organizaciones del estilo de los partidos y los sindicatos [...] Tras la crisis de los partidos estamos en la encrucijada de o bien hacer mejores partidos o bien ingresar en un espacio amofor cuyo territorio será ocupado por tecnócratas y populistas, definiendo así un nuevo campo de batalla que sería todavía peor que el actual." El movimiento 5 Estrellas, dice, sería muy ilustrativo de la ambigüedad de esa democracia digital. Fin de la cita, y perdonen el chiste fácil. En nuestras manos está que eso no ocurra.

Retomo el estudio de los profesores Montero y Gunther citado al comienzo. Se dice en él que "Es probable que muchos estudiosos de la Ciencia Política alberguen sentimientos encontrados ante la aparición de un nuevo libro sobre los partidos políticos (se refieren a "J.R.Montero, R.Gunther y J.J.Linz (edtrs.): Political Parties: Old Concepts and New Challenges. Oxford Univerrsity Press, Oxford, 2002). Para ellos, la bibliografía existente sobre partidos sería suficiente, por lo que poco más podría aprenderse de un estudio adicional tras más de un siglo de investigación académica sobre la cuestión. Y es posible que otros especialistas tampoco consideren necesarios nuevos trabajos empíricos sobre los partidos dado que a su juicio estarían convirtiéndose en actores crecientemente irrelevantes, cosechando fracasos en sus respuestas a los problemas políticos y muchas de sus funciones realizándose con mayor eficacia por movimientos sociales organizados informalmente, por el contacto directo entre los políticos y los ciudadanos a través de los medios de comunicación o de Internet, o por innovaciones de la democracia directa. Para estos especialistas, los partidos estarían inmersos en un proceso inexorable de declive. Finalmente, un tercer grupo de expertos podría haber concluido que la investigación académica sobre los partidos no ha conseguido avanzar en la tarea de desarrollar una teoría rigurosa y convincente, y que cualquier esfuerzo que siga las vías clásicas está condenado al fracaso. Una afirmación de este tipo resultará especialmente atrayente para los investigadores que hayan adoptado aproximaciones analíticas que concedan poco valor al estudio de organizaciones complejas o de instituciones políticas y que estimen que el estudio de los partidos es irrelevante para el desarrollo de una teoría de la política de corte universal". 

Les recomiendo encarecidamente su más que instructiva lectura al respecto. Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: Ιωμεν (vámonos). Tamaragua, amigos. HArendt






El profesor Daniel Innerarity






Entrada núm. 1939
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)