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jueves, 24 de octubre de 2013

Utopía e Ilustración


En la presentación de este blog dice su autor que se declara hijo de la Ilustración, monárquico y socialdemócrata. Supongo que para algunos les sonará anticuado, caduco... Creo que se equivocan, pero dejémoslo así de momento.

Tenía pensado desde hace un tiempo dedicar una entrada a reflexionar sobre lo que el pensamiento ilustrado tuvo de relación con lo utópico, un tema, este, que me apasiona. Y lo que son las casualidades, justamente esta mañana, mientras voy en la guagua en busca de mi nieto más pequeño para acompañarlo al colegio con mi hija, llego al capítulo X del libro que estoy leyendo en estos momentos: la "Historia crítica del pensamiento español. Tomo 4", de José Luis Abellán (Círculo de Lectores, Barcelona, 1993) y me encuentro con que lleva casi el mismo título: "Ilustración y utopía", que pensada dar a la entrada de hoy.

Tengo claro que mis posibles reflexiones no estarán nunca a la altura de las del profesor Abellán así que voy a seguir algunas de las pautas que da este y dejar las que yo tenía pensadas para otra ocasión. En todo caso, y sobre "utopías", un asunto que ya he tratado anteriormente en el blog, les remito a mi entrada de noviembre del pasado año: "Sobre utopías y otras cosas...", que creo les resultará interesante.

La comenzaba con este párrafo que resume bastante bien mi pensamiento al respecto: "Utopía: palabra griega que significa "lugar que no existe"... Una buena amiga de muchos años con la que he compartido vida académica, estudios, intimidades, complicidades y muchas otras cosas, tenía la palabra "utopía" grabada a fuego en su corazón. Yo, no; me resulta imposible después de ver lo que las dos grandes utopías del pasado siglo, el fascismo y el comunismo le han hecho a la humanidad. A pesar de ello, pienso, como mi amiga, que no se puede vivir sin ella".

Efectivamente, no podemos vivir sin pensamiento utópico, pero tampoco podemos obviar el daño que cifrarlo todo a un futuro y un lugar que, posiblemente no existan y al que nunca vamos a llegar puede provocar. Así pues, un poco de sano escepticismo crítico ante la avalancha de utopismo desaforado que últimamente parece haberse apoderado de los españoles (secesiones territoriales, cambios de régimen político, abolición de sistemas socioeconómicos y felicidad a golpe de revoluciones varias) como panecea universal, creo que no viene mal. 

Cita el profesor Abellán en su libro una carta del ilustrado español por antonomasia, Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) -a cuyo pensamiento y obras principales pueden acceder desde este enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes- a otro ilustrado británico contemporáneo suyo, que pienso refleja bastante bien lo que quiero decir: "Jamás concurriré a sacrificar la generación presente por mejorar las futuras.  Usted -dice a su interlocutor- aprueba el espíritu de rebelión; yo no: le desapruebo abiertamente, y estoy muy lejos de creer que lleve consigo el sello del mérito... Creo que una nación que se ilustra puede hacer grandes reformas sin sangre, y creo que para ilustrarse tampoco sea necesario la rebelión".

Dice Abellán al inicio del citado capítulo X: "Los ilustrados más típicos se hallaban todos animados por un profundo deseo de cambio, que es lo que originó el giro copernicano que desde entonces va a dar la cultura española. Ahora bien -dice-, un impulso de cambio total supone una meta ideal a la cual se aspira, y que en siglo XVIII no puede dejar de tener un carácter utópico". Y sigue diciendo: "El XVIII es el siglo de las utopías, y así aparece en Francia, donde el pensamiento ilustrado y enciclopedista se canaliza por vías utópicas: la entronización de la diosa Razón, la recuperación del estado de naturaleza, el mito del buen salvaje... Algunos de ellos -añade- tenían un olvidado origen español, como ocurría con el último citado; de ahí que España no pudiese permanecer al margen de semejante movimiento, si bien en nuestro país no culminó en un proceso revolucionario, como ocurrió en el vecino".

Unas páginas antes ha definido nuestro autor lo que significaba el término ilustrado a finales del siglo XVIII: "hombre que busca el progreso y la transformación de la sociedad, con una serie de rasgos muy típicos: tolerancia religiosa, sentido crítico respecto al pasado, optimismo frente al futuro, confianza en el poder de la razón, oposición a la autoridad eclesiástica y al poder tradicional de la Iglesia, interés por los problemas sociales y el desarrollo técnico de la sociedad, impulso hacia lo natural y valoración positiva de la experiencia, exaltación del progreso y del conocimiento...".

Termino la entrada con un poema de Jovellanos en el que se refleja muy claramente el contenido utópico y "presocialista" del pensamiento ilustrado y su profunda fé en una humanidad futura mejor, poema que figura en su "Respuesta a la epístola de Moratín":


El fatal nombre
de propiedad, primero detestado,
será por fin desconocido. ¡Infame,
funesto nombre, fuente y sola causa
de tanto mal! Tú solo desterraste,
con la concordia de los siglos de oro,
sus inocentes y serenos días.

Nueva generación desde aquel punto
la tierra cubrirá, entrambos mares;
al franco, al negro etíope, al britano
hermanos llamará, y el industrioso
chino dará, sin dolo ni interese,
al transido lapón sus ricos dones.

Un solo pueblo entonces, una sola
y gran familia, unida por un solo
común idioma, habitará contento
los indivisos términos del mundo.

No más los campos de inocente sangre
regados se verán, ni con horrendo
bramido, llamas y feroz tumulto
por la ambición frenética turbados.

Todo será común; que ni la tierra
con su sudor ablandara el colono
para un ingrato y orgulloso dueño.

Todo será común; será el trabajo
pensión sagrada para todos; todos
su dulce fruto partirán contentos.

Una razón común, un solo, un mutuo
amor los atarán con dulce lazos.

Una sola moral, un culto solo,
en santa unión y caridad fundados,
el nudo estrecharán, y en un solo himno,
del Austro a los Triones resonando,
la voz del hombre llevará hasta el cielo
la adoración del universo, a la alta
fuente de amor, al solo Autor de todo.


Explicado, espero, el por qué de "hijo de la Ilustración"; dejo lo de monárquico y socialdemócrata, quizá, para otro momento. Todo muy antiguo, sí; será la edad...

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt



Entrada núm. 1988
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

miércoles, 12 de junio de 2013

George Santayana: El filósofo accidental




George Santayana (1863-1952)




Dicen que las vacaciones son un momento ideal para la lectura... Yo, desde que me jubilé, no he vuelto a disfrutar de vacaciones. No me pidan que se lo explique, pero es así. Antes (de jubilarme) tenía tiempo para todo: el trabajo, la familia, los estudios, las lecturas, la política, la actividad sindical, y hasta para los amigos (más las amigas que los amigos, lo confieso). Ahora, siete años después, tengo mi tiempo ocupado totalmente; en servicio permanente de alerta, como los bomberos, la policía o los médicos de guardia. Ni la menor oportunidad de aburrimiento. Y sin vacaciones...

En los estertores del verano de 2008 pasé unos días en Punta Umbría (Huelva). Como hacía siempre que iba a la Península, fuera la causa del viaje la que fuera, me llevé varios libros. Entre ellos, dos que terminé allí de leer: el segundo tomo de la trilogía de "Tu rostro mañana" (De Bolsillo, Barcelona, 2008), de Javier Marías, y "Platonismo y vida espiritual" (Trotta, Madrid, 2006), de George Santayana, ambos adquiridos en quien aquella época era mi librero habitual, la Librería Beatriz, de Madrid, que la crisis se llevó por delante inmisericorde.

Javier Marías era ya para entonces uno de mis autores favoritos (y sigue siéndolo), pero de George Santayana (1863-1952), un filósofo español al que muchos califican de "excéntrico", no había leído absolutamente nada hasta que un artículo en el número de junio de ese año en Revista de Libros, titulado "Fuego pálido", y escrito por el profesor de Filosofía de la UNED Ramón del Castillo, me animó a ello; y así llegué hasta su "Platonismo y vida espiritual" citado. 

No voy a entretenerles con mis pensamientos sobre Platón. Sobre la vida espiritual, tampoco, pero aprovecho la ocasión para defender una vez más algo que muchas personas de buena voluntad no acaban de entender: que no es necesario ser creyente de religión alguna para gozar de una vida espiritual digna y satisfactoria. Al menos esa es mi experiencia propia, y por citar una sola opinión similar de autoridad,  también la de la filósofa francesa Simone Weil (1909-1943) tantas veces mencionada en este blog.

El insomnio provoca acciones inesperadas, así que a las 04:00 de hoy enciendo el portátil y me pongo a ojear, al azar, la edición electrónica de Revista de Libros y me encuentro con otro artículo del profesor Del Castillo sobre Santayana, "El americano accidental", de abril de 2004, que no recordaba haber leído (y tengo buena memoria para las lecturas). Solo puedo decir que me ha encantado, pues me ha aclarado bastantes lagunas  que tenía sobre la vida y la obra de uno de los filósofos y pensadores más originales del siglo XX, y además español, aunque toda su vida académica transcurriera prácticamente fuera de España. 

Estoy convencido de que por poco interés que la filosofía despierte en ustedes los artículos del profesor Ramón del Castillo que he citado les van a resultar interesantes. Les animo a leerlos, y ya me contarán, si lo desean. Están en su casa...

Y sean felices, por favor, a pesar de todo. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν". Tamaragua, amigos. HArendt




"El sueño de la razón produce monstruos"
Francisco de Goya (1746-1828)







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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)
"Todas las penas pueden soportarse si las ponemos en una historia o contamos una historia sobre ellas" (Isak Dinesen

martes, 31 de mayo de 2011

Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz - Mayo de 1811






Los desastres de la guerra (Grabado n.º 36, Francisco de Goya)






En este enlace de la página electrónica del Congreso de los Diputados español pueden acceder al Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz correspondiente al mes de mayo de 1811, dos años después de iniciada la guerra de Independencia contra las tropas de Napoleón. Espero que les resulte interesante. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt








El dramaturgo, afrancesado, Leandro Fernández de Moratín (1760-1828)





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sábado, 30 de abril de 2011

Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz - Abril de 1811






José I Bonaparte, Rey de España (1808-1813)






Octava entrega mensual del Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz. En esta ocasión, el correspondiente al mes de abril de 1811. Pueden acceder a él en este enlace de la página electrónica del Congreso de los Diputados español. Espero que les resulte interesante. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt







La carga de los mamelucos (Francisco de Goya, 1746-1828)





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jueves, 31 de marzo de 2011

Diario de sesiones de las Cortes de Cádiz - Marzo de 1811






Fernando VII, por Francisco de Goya





Desde esta entrada del blog pueden se puede acceder al Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz correspondiente al mes de marzo de 1811 que publica el Congreso de los Diputados español. El vídeo que la acompaña está dedicado a la serie de litografías realizada por el pintor Francisco de Goya (1746-1828) titulada "Los desastres de la guerra" que se encuentran en el Museo del Prado de Madrid. Espero que les resulte interesante. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt 







Manuel Godoy, por Francisco de Goya







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Los desastres de la guerra, de Goya

lunes, 28 de febrero de 2011

Cortes de Cádiz: Diario de Sesiones - Febrero de 1811





Los desastres de la guerra, grabado de Francisco de Goya



En el enlace que se indica más adelante de la página electrónica del Congreso de los Diputados de España, puede leerse el Diario de Sesiones de las Cortes de Càdiz correspondiente al mes de febrero de 1811. Hace justamente 200 años. Espero que les resulte interesante. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





La familia de Carlos IV, de Francisco de Goya




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Entrada núm. 1354 -
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Goya en tiempos de guerra. Museo del Prado (Madrid)

lunes, 31 de enero de 2011

Cortes de Cádiz: Diario de Sesiones - Enero de 1811





Los fusilamiento del 2 de mayo en Madrid, por Francisco de Goya






Como viene siendo habitual desde hace un tiempo, la última entrada del mes la dedico a la reproducción del Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz correspondiente a este mismo mes del año 1811. Y como todas las anteriores está tomada de la página electrónica del Congreso de los Diputados español. Espero que la disfruten. Tamaragua, amigos. HArendt







Los desastres de la guerra, grabado de Francisco de Goya






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Entrada núm. 1348 -
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