Irene de Arco
LUZ SÁNCHEZ-MELLADO
23 NOV 2023 - El País - harendt.blogspot.comm
Tiene la recién defenestrada exministra de Igualdad, Irene Montero, un bello y aniñado rostro de natural dulzura, potenciada por la negra melena y el cutis blanquísimo, como de eterna Virgen María en la función de Navidad del cole. A cambio, se le ven los claroscuros en los ojos azabache. A veces, al borde de las lágrimas. Otras, poseídos por la furia feminista. Avivados siempre por una pasión desbocada, una terquedad de mula y un fuego interno que, a la vez que fulminan al adversario, le devora las propias tripas. Pareciera Montero eternamente enojada y no la culpo. Ha tenido que soportar los insultos más soeces, clasistas y machistas por ser la pareja y madre de los hijos de Pablo Iglesias, y sufrir el intolerable acoso de los indeseables que la llamaban “puta” a la puerta de su casa con sus tres niños pequeños dentro. Apuesto a que eso, más que hundirla, acabó de azuzar su cruzada contra todo aquel que le llevara la contraria, dentro y fuera de su partido. Hija de un mozo de mudanza y una maestra de escuela, apuesto a que conserva esa justiciera conciencia de clase que nunca te abandona del todo, aunque a nadie le amargue un chalé con piscina y pabellón de invitados. Su gran error ha sido no tender puentes y mantener y no enmendar, sin la menor autocrítica, la ley del solo sí es sí, echándole la culpa a la justicia patriarcal, o al empedrado, de sus dolorosos errores, llevándose por delante la legislatura progresista y dándole hecha la campaña a la derecha.
Víctima y mártir. Así ha sido hasta su mismísimo traspaso de poderes a la nueva ministra, acusando al presidente que la nombró de echarla, como si los cargos públicos fueran vitalicios, robándole el foco a su sucesora, y esparciendo sobre ella la sospecha de ser una vendida. Ahora que lo pienso, más que de Virgen María, a Irene Montero se le ha quedado cara de Juana de Arco, quemada en la pira por hereje con la leña y la chispa con que ella misma encendió el fuego amigo. Dijo en su despedida que España ya es otra, entre otras cosas, por su arrojo. Eso es cierto y hay que agradecérselo. Puede que la responsable del gran eslogan feminista “sola y borracha quiero llegar a casa”, y de poner el consentimiento en el centro de la libertad sexual de las mujeres, esté tocada, pero no hundida. Es joven y brillante. Que el fuego la purifique o la reduzca a cenizas políticas en la oposición al Gobierno dentro de la coalición de Gobierno depende de ella. Luz Sánchez-Mellado es escritora.
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