miércoles, 5 de abril de 2023

[ARCHIVO DEL BLOG] Redes sociales, prensa y democracia. [Publicada el 25/08/2013]












Creo que fue Thomas Jefferson, el que fuera tercer presidente de los Estados Unidos de América, en el mismo inicio del siglo XIX, el que dijo que preferiría ser ciudadano de un país con un gobierno arbitrario y tiránico pero con una prensa libre, que no ciudadano de otro con un buen gobierno pero sin prensa. He hecho la cita de memoria, pero más o menos por ahí andaba su criterio.
Que las empresas periodísticas ya no son lo que fueron (y no digamos las cadenas de radio o televisión) está claro y no admite mucho campo de discusión. Que el periodismo independiente está en "horas bajas", tampoco. Pero de ahí, a decir lo que dicen Mario Tascón y Yolanda Quintero, autores del libro "Ciberactivismo: las nuevas revoluciones de las multitudes conectadas" en su artículo de ayer en El País: "Revoluciones en red", que las redes sociales comienzan a desempeñar el papel que tuvo la prensa, tengo la impresión de que media un abismo que todavía no hay forma de saltar (o de unir). 
Como he comentado en entradas anteriores, pienso que los movimientos sociales no pueden (ni deben) sustituir los mecanismos propios de la democracia representativa: parlamentos, gobiernos, elecciones periódicas, partidos políticos... Otra cosa es que ni parlamentos, gobiernos, elecciones y partidos estén a la altura, ni por asomo, de lo que la ciudadanía espera y demanda de ellos. Por eso hay que corregirlos, no sustituirlos.
Con las redes sociales pasa lo mismo. Curiosamente, en el artículo de la periodista y escritora Barbara Probst Solomon que reproducía en mi entrada de ayer en el blog: "Obama, "for president!: Ya hace cinco años", escrito el 24 de agosto de 2008, decia esta: "Los periodistas (independientes), blogueros y adictos al ciberespacio han sustituido al gobierno en el papel de Gran Hermano vigilante de Orwell". Para bien y para mal.
Creo, sinceramente, que el periodismo de investigación y opinión nunca podrá (ni debería) ser sustituido por las opiniones volátiles y en su mayor parte irresponsables (en el sentido técnico del término, no como descalificación) de las redes sociales. Las redes sociales son un fundamental instrumento de comunicación libre y abierto pero no pueden pretender, ni les corresponde, asumir el papel de formadores de opinión que sí deben ejercer la universidad, las escuelas, una prensa libre y plural, y asociaciones ciudadanas libres políticas y civiles. En general, y sin "animus iniurandi", que decían los romanos, leer la mayoría de los comentarios que se publican en las redes sociales es como para echarse a temblar.
De nuevo las casualidades, también ayer, en mi entrada titulada "Isaiah Berlin, o el zorro en el gallinero", reproducía una frase del gran filósofo británico que creo no ha perdido un ápice de vigencia: "Lo que pide esta época no es más fé, un liderazgo más fuerte o más organización científica; es más bien lo contrario: menos ardor mesiánico, más escepticismo culto y más tolerancia de las idiosincracias. Los hombres no viven de luchar contra los males, viven de elegir sus propias metas, una gran mayoría de ellas raramente previsibles y en ocasiones incompatibles."
Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt











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