viernes, 20 de enero de 2023

[ARCHIVO DEL BLOG] Federalismo mejor que nacionalismo. [Publicada el 22/04/2011]








Me importa un h...  y la mitad del otro el ir contracorriente y el lenguaje políticamente correcto, pero estoy hasta los mismísimos del nacionalismo y de los nacionalistas, incluido el español, por supuesto. Detesto el nacionalismo, el cáncer de Europa, lo han llamado: el canario, el catalán, el vasco, el gallego, el andaluz, el extremeño, el español, el finlandés, el francés, el alemán, el británico, el lituano, el maltés, el padano, el serbocrata..., y el madrileño; sí, el madrileño también... ¿Qué coño pintaban esas miles de banderas nacionales españolas flameando en Mestalla durante la final de la Copa de Rey de áquel año entre el Real Madrid C.F. y el Barcelona F.C.? ¿Qué creen esos zafios e ignorantes energúmenos, que la final era entre un equipo español y otro de las antípodas? ¿Piensan acaso que más allá de la M-30 todo es "tierra conquistada" y que España es solo el territorio y las gentes que rodea esa autovía? El Real Madrid, que es un grandísimo equipo, no se merece tener algunos de los seguidores que tiene. 
Soy un federalista convencido. No solo creo que el federalismo, tal y como lo expusieron a finales del siglo XVIII los ilustrados norteamericanos Hamilton, Madison y Jay en su memorable libro "El Federalista" [Fondo de Cultura Económica, México, 1994] es la forma más perfecta de organizar políticamente una sociedad, es decir, de organizar un Estado, sino que como expreso en la columna de presentación del blog es también el mejor marco donde desenvolver y desarrollar la autonomía personal, el autogobierno de los pueblos y los estados, y la democracia como procedimiento y fin en sí misma. 
Llevo años defendiendo en cuantos foros académicos, sociales y políticos me han dado pie para ello que Canarias debería configurarse políticamente como una federación de islas dentro de un Estado federal español. Ni los municipios, ni las provincias, ni las regiones, ni las naciones ni los estados son entidades naturales; todos sus límites y fronteras son creación humana, artificiales. Las islas, en los archipiélagos nos vienen dadas por la naturaleza. Canarias nunca podrá organizarse políticamente de manera correcta si no se tiene en cuenta ese hecho fundamental. Por eso defiendo para mi patria chica (tengo otras dos mayores que la engloban: España y Europa) una organización política federal. Algo tan sencillo como dotarla de un parlamento bicameral en el que esté representado todo el pueblo de Canarias en una cámara, y cada una de sus islas, en un plano de igualdad, en otra. [v. la etiqueta de la voz "Canarias" en el blog, y especialmente la entrada titulada "Canarias en la picota", del 29 de enero de 2009], junto a una aplicación estricta del "principio de subsidiariedad": lo que pueda hacer la isla mejor que la región que lo haga la isla; lo que pueda hacer la región mejor que el estado, que lo haga la región; lo que pueda hacer mejor el estado que la Unión, que lo haga el estado.
Supongo que habrá otros caminos, pero yo no veo otro mejor ni más idóneo para organizar políticamente las sociedades complejas y democráticas del sigo XXI, tanto en España como en Europa, que el federalismo. También es la opinión de Javier Tajadura, profesor titular de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco y autor de "El principio de cooperación en el Estado Autonómico. El Estado Autonómico como Estado Federal Cooperativo" (Comares, Granada, 2010), cuya tesis central comparto plenamente, y que el.pasado 7 de enero publicaba en el diario El País un brillante artículo al respecto titulado "El horizonte federal de España
Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt













jueves, 19 de enero de 2023

De la deslegitimación como arma política

 







Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz viernes. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, del poeta Luis García Montero, va de la deslegitimación como arma política. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Nada más por mi parte salvo desearles que sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.








Deslegitimados
LUIS GARCÍA MONTERO
16 ENE 2023 - El País

Hablar de literatura, incluso cuando discutes sobre un adjetivo o un tono, supone siempre hablar de política. La implicación sobrepasa los límites del apoyo a un emperador, un conde-duque o un presidente. Lo que hay en juego es la toma de decisiones sobre los derechos, los deberes, el futuro y las formas de vida de la gente. Desde Dante hasta Ajmátova, pasando por unos y otras, la mirada del escritor ha sido política, incluso cuando defendió la pureza. Juan Ramón Jiménez se hizo poeta puro para distanciarse de la farsa política decimonónica. La España oficial de los liberales y los conservadores se había separado de la España real. Recuerdo ahora la situación que dio paso a la famosa crisis del modernismo y el 98, porque algunas de las opiniones lanzadas contra la legitimidad del Gobierno y la composición del Parlamento me recuerdan los antiguos esfuerzos por separar la oficialidad de la sociedad viva. Deslegitiman la política real los que quieren convertir la política oficial en una democracia hueca.
Como me ha oído muchas veces recordar la advertencia de Antonio Machado contra los que intentan despreciar la actividad política (quieren hacer la política sin nosotros), la poeta Àngels Gregori celebra conmigo el centenario de Joan Fuster recordándome esta frase: “Tota política que no fem nosaltres, será feta contra nosaltres”. Me parece triste, intencionado y peligroso el descrédito de la política que reflejan las encuestas, seguido muy de cerca por el descrédito del periodismo. Difundir que toda información es sospechosa o que todos los políticos son corruptos y mentirosos supone provocar el vacío para que domine la ley del más fuerte.
Poner en duda la legitimidad de un Gobierno democrático o el resultado de las urnas a la hora de conformar un Parlamento implica negarle a la España real el derecho a tomar decisiones sobre los salarios, el precio del gas, el aborto o las normas de convivencia.






















[ARCHIVO DEL BLOG] La corrección. [Publicada el 31/01/2020]








Creo que la creciente irritación que sienten los ciudadanos contra la casta dirigente -comenta el escritor Félix de Azúa en el A vuelapluma de hoy- no se debe a ideologías cada vez más fúnebres, como el bolivarismo, el peronismo o el socialismo reaccionario, es decir, nacionalista. Creo, dice en ella, que la irritación crece por la estupidez de las doctrinas. Es más dura de aguantar la sandez que la deshonestidad. A eso me refería el otro día cuando comparaba a los franquistas, casi analfabetos, con los actuales propagandistas de la fe. No es un fenómeno sólo español, sino internacional. Incluso yo diría que los grupos más infectados de ideología norteamericana son los que someten a los ciudadanos a las peores majaderías anglosajonas.
Un amigo, añade más adelante, me envió la foto del cartel que alerta a los visitantes que entran en una exposición de la Tate Modern. Traduzco: “Aviso sobre contenidos. El arte de William Blake contiene duras y a veces provocativas imágenes que incluyen escenas de violencia y sufrimiento. Por favor, diríjase a algún miembro del equipo si desea más información”. Pueden ustedes ver el original por Internet buscando el Daily Mail del 25 de enero. Es sólo un ejemplo entre mil. ¡William Blake! ¿Qué no dirían de Goya?
¿Cómo se ha podido extender la sandez de un modo tan eficaz? Aún es pronto para saberlo, concluye diciendo, pero sin duda el abandono de la vieja lucha ilustrada por la ciencia, el saber, la verdad, la libertad, la justicia, la honradez y todo cuanto defendieron en su día los ilustrados europeos y americanos, ha conducido a la ruina. Los partidos, en especial los de izquierdas, han de seguir cultivando su labor doctrinal y clerical para la que fueron creados, pero ajenos a la justicia, la verdad y la libertad, tratan de imponer las bobadas populistas anglosajonas. El nuevo modelo de represión.
A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. 
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt












miércoles, 18 de enero de 2023

De la muerte de las democracias

 







Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz jueves. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, del politólogo Fernando Vallespín, va de la muerte de las democracias. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Nada más por mi parte salvo desearles que sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.








Las democracias no mueren de infarto
FERNANDO VALLESPÍN
15 ENE 2023 - El País

Hasta los intentos de golpe, lo acabamos de ver en Brasil, se empapan del espíritu del tiempo. Convocatoria mediante las redes y toda esa gestualidad tan apta para ser visualizada por la televisión y el ciberespacio: estetificación banal —recuerden al personaje de los cuernos sentado en la mesa de la presidencia de la Cámara de Representantes estadounidense haciéndose selfis o la uniformización amarilla de los brasileiros—. Se salta de lo virtual al mundo real como si se tratara de su prolongación natural. La consecuencia inmediata es que, una vez reprimidos, cunde el desconcierto entre sus protagonistas. ¿Pero es que acaso no éramos los buenos, los que íbamos a salvar al país? Aquí es donde se manifiesta su aspecto más posmoderno. Cada cual se cree su verdad tribal; la realidad objetiva ha desaparecido detrás de relatos interesados. Il n’y a pas hors de texte, que diría el bueno de Derrida. Todo consiste en contar milongas y que luego haya gente lo suficientemente infantilizada para creérselo, como ocurre con las teorías de la conspiración. Todo es discurso. Si luego el mundo de lo real no se adapta a él, pues peor para el mundo, aunque este se cobre luego su venganza.
Si no fuera una cosa tan seria —recordemos que en la toma del Capitolio hubo hasta varios muertos—, la reflexión anterior estaría justificada. No, aunque no sean comparables a las anteriores asonadas “modernas”, no podemos dejar de señalar sus peligros. Sin embargo, tengo para mí que no es así, mediante masas irrumpiendo en las instituciones, como mueren las democracias. Es más, casi hasta facilitan el reforzamiento de sus anticuerpos. Las democracias de hoy no mueren de infarto o de ictus, sino de cáncer; no mediante un shock, sino por una metástasis progresiva por todo el cuerpo político hasta que se produce el fallo multiorgánico. Es un golpe a fuego lento, casi imperceptible, pero que está bien claro en el manual populista. El objetivo primero es tomar el Estado, además del Gobierno. Y esto presupone la eliminación o patrimonialización de todo el sistema de contrapoderes, muy en particular el poder judicial. Colonizar las instituciones e instrumentalizarlas con fines partidistas. La mayoría, siempre coyuntural, puede así aspirar a hacerse permanente. A continuación, o de modo paralelo, el objetivo es desacreditar toda oposición, ya se trate de otras fuerzas políticas o de los medios no favorables; ignorar el pluralismo, que el pueblo hable “con una sola voz”, la que emite el líder o sus secuaces; silenciar al disidente.
Algunos lo hacen de forma más o menos sutil, como en Hungría y Polonia; otros de forma descarada, como hemos visto en América Latina o en la Turquía de Erdogán, donde incluso se encarcela a sus posibles adversarios electorales. Y otros, en fin, los que no lo consiguen, recurren a las bufonadas con las que comenzábamos. Lo importante es ser conscientes de que este peligro existe y que la única vacuna es el fortalecimiento de las instituciones y una ciudadanía vigilante. Estamos advertidos.




























[ARCHIVO DEL BLOG] Miedo a la libertad. [Publicada el 01/06/2009]










En 1973 la escritora norteamericana Erica Jong escribió una novela que es ya un clásico de la literatura erótica feminista. Se titulaba "Miedo a volar" (Plaza & Janés, Barcelona, 1992). Y es evidente que no se refería con ese título a lo denominado por los psicólogos como aerofobia, sino que constituía una metáfora sobre el miedo de muchas mujeres a vivir en libertad, sin dependencia psicológica, emocional, física o material del hombre-macho. Pero no voy a hablar de ese miedo ancestral, sino de libertades generales, colectivas, de todos, que nos afectan individualmente. ¿Le tenemos miedo los españoles a la libertad? A pesar de las aparentes pruebas históricas en contrario, yo diría que sí. Y me atrevería a más, no sólo le tenemos miedo: le tenemos pavor. El "¡Vivan las caenas!" de nuestros absolutistas de principios del siglo XIX sigue omnipresente en nuestra vida cotidiana. Y eso en la patria del anarco-sindicalismo ácrata. O quizá precisamente por eso: porque a los españoles se nos cae la boca reclamando a voz en grito "nuestro derecho a" o el "yo tengo derecho de"... El individualismo tiene carácter hispano. Pero el reconocimiento de ese mismo derecho a "los otros", es ya otro cantar. Todo esto viene a cuento de la polémica suscitada por el proyecto de ley enviado por el gobierno a las Cortes sobre la modificación de la Ley del Aborto, en línea con los países de nuestro entorno. Que se oponga la jerarquía católica, me parece normal e inobjetable, siempre que no pretenda imponer su opción al resto de los ciudadanos que ni son ni se sienten católicos, o que simplemente mantienen una posición contraria a la de la jerarquía en ese asunto. Que las secunde el cabeza de lista del partido popular español al Parlamento europeo, me parece reaccionario, pero es lo que hay. La oposición del partido popular al proyecto de ley, se centra mucho más en el derecho que se reconoce a las españolas mayores de 16 años, pero menores de edad legal, a abortar sin consentimiento paterno, que en el asunto específico de los plazos. Y según las encuestas, la mayoría de los españoles tampoco están por la labor de reconocer a las jóvenes mujeres españolas ese derecho. Precisamente hoy leo en el blog del cronista parlamentario Fernando Garea, "El Patio del Congreso", el último de sus comentarios, titulado "Bibiana Aído y el Tribunal Supremo británico", que hace referencia a un caso muy similar al del controvertido supuesto impugnado por el partido popular, y resuelto por el Tribunal Supremo en favor del derecho de las jóvenes británicas para abortar sin permiso ni conocimiento paterno. Respecto a las también polémicas declaraciones de monseñor Cañizares de hace unos días, afirmando que el reconocimiento del derecho al aborto es mucho más condenable y execrable que los cientos de casos de corrupción de menores por parte de religiosos, sacerdotes y jerarcas de la iglesia católica que salen a cada día a la luz pública en todo el mundo, no acabo de entender las razones del asombro. Por simple cuestión fisiológica, los sacerdotes, religiosos y jerarcas de la iglesia católica no pueden abortar, así que no es su problema, y por eso hablan de él desde la altura, presunta, de su posición ética. El abuso y corrupción de menores, la sodomización de niños y jóvenes seminaristas por parte de sus miembros, y el silencio y amparo de los culpables por parte de la cúpula eclesial, sí que lo es, así que, mejor no menearlo, dice monseñor. Yo lo llamaría cinismo e hipocresía, pero en fin, allá ellos. 
Sean felices. Tamaragua, amigos. HArendt











martes, 17 de enero de 2023

De la función de la escritura en China

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz miércoles. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, de la filóloga Lola Pons, va sobre la función de la escritura en China. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Nada más por mi parte salvo desearles que sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.








China contra la escritura
LOLA PONS RODRÍGUEZ
13 ENE 2023 - El País

Entre las paradojas evidentes que genera cualquier régimen dictatorial, está la que China nos ha ofrecido en los últimos meses: el símbolo de la protesta de una sociedad con una escritura milenaria ha sido justamente no usarla. La protesta de los chinos hacia las medidas anticovid de su Gobierno ha consistido en salir a la calle con un folio en blanco entre las manos.
Que una protesta en China se haga no escribiendo es un curioso levantamiento. Desde el siglo XX y, sobre todo, desde la etapa comunista, el país asiático emprendió de forma deliberada un proceso de planificación lingüística. En una nación extensísima que habla al menos ocho lenguas ininteligibles oralmente entre sí y con decenas de variedades internas, el régimen comunista trató de hacer su revolución lingüística interviniendo sobre los dominios de uso de la lengua en la vida social, el tipo de escritura y la variedad lingüística utilizada. El proceso no es muy distinto al que se ha vivido en otros Estados de otros signos políticos: se escoge una variedad como base de la lengua oficial (para el caso de China, el mandarín, que es la lengua que se habla en la capital) y se promueve su uso en la Administración y en la educación escolar.
Lo que sí resultaba singular en el caso de China era la cuestión de la escritura. Los caracteres chinos inventariados alcanzan la cifra de 50.000. Cada uno de esos caracteres equivale a una sílaba dentro de una lengua que suele tener palabras de dos o más sílabas. Al menos 3.000 de ellos aparecen en el uso común y son necesarios para estar alfabetizado. Son muchos. Con distinta pronunciación según provincias y regiones, los caracteres son compartidos en el uso escrito por las distintas lenguas chinas, lo que supone un factor de unidad por encima de la diversidad lingüística interna. Una de las reformas lingüísticas emprendidas en la República Popular China fue la simplificación de los caracteres reduciendo el número de trazos en cada signo: mientras que la China continental promovía el uso de estos caracteres simplificados, regiones administrativas especiales como la de Hong Kong, bajo dependencia británica, continuaron con el uso de la escritura tradicional. La escisión política se hacía escisión gráfica.
Más éxito unificador logró, en cambio, el sistema que la República Popular China apoyó para la escritura de los sonidos chinos con nuestro alfabeto, el latino, a través de un sistema llamado pinyin. El pinyin, introducido oficialmente en las escuelas de la República Popular China, era más fácil que los sistemas de romanización usados hasta el siglo XX. Este sistema pinyin se ideó para que aumentase el grado de alfabetización de la población y también ayudó a consolidar escolarmente el mandarín como lengua escrita. Pero el pinyin traía otras ventajas: su adopción permitía que el chino se aprendiera más fácilmente entre los extranjeros, que no tendrían que estudiar un nuevo sistema de escritura, sino solo una nueva lengua. El pinyin, además, cambió los sonidos de algunos nombres de lugar o persona que no se pueden traducir y que en Occidente pronunciamos, con alguna adecuación, en chino: que Pekín empezara a ser llamada Beijing, con una adaptación más ajustada al sonido original es una consecuencia del pinyin.

En ese proceso cabe destacar el nombre de Zhou Youguang, creador del pinyin, cuya larga vida (murió con 111 años: este viernes es el aniversario de su nacimiento en 1906 y este sábado se cumplen seis años de su muerte) se esmera en ser un espejo de la historia de China. Zhou trabajaba en Nueva York y volvió a China en 1949 al llamado comunista; lideró el proceso de gestación del pinyin, escribió numerosas obras pero eso no lo libró de sufrir dos años de purga en campos de arroz. Zhou envejeció como muchos de esos abuelos que admiramos porque dicen con desfachatez lo que se les viene en gana: al universalizador del chino la edad le fue achicando el esparadrapo en la boca. Cada vez más libre, declaraba públicamente contra la represión y, él mismo, viudo y superviviente de sus dos hijos, decía que le daba igual que se lo llevaran preso. El hombre que comunicó por escrito a China con el resto del mundo, envejeció sin miedo de hablar contra su país. Hasta ahí no llegó la intervención lingüística oficial.
La escritura es aquí la radiografía de lo implanificable de las decisiones de un régimen sin libertades plenas. Inventado un sistema de comunicación, no se puede controlar su uso: el pinyin ayudó al acceso del chino a los teclados de teléfonos y ordenadores, clave en estos últimos años para escapar de la censura gubernamental china.
La esforzada planificación lingüística del régimen comunista no ha podido evitar dos imágenes distintas de protestas basadas en el silencio: la reciente del folio en blanco y la ya histórica del hombre parado en 1989 ante la columna de tanques de Tiananmen con sus dos bolsas del supermercado. No ha hecho falta usar el pinyin para que la queja china nos llegue a Occidente. Qué elocuente puede ser no hablar.

















 





[ARCHIVO DEL BLOG] Bloqueado [Publicada el 12/1/2009]









Llevo nueve días bloqueado, nocaut, fuera de combate... Me siento ante la pantalla del ordenador y no puedo escribir ni una sola línea coherente... ¿Por qué?, no lo sé... No entiendo como una buena parte de la izquierda europea se lanza a la calle, legítimamente, quizá con justicia, pero con bastante hipocresía, para condenar las acciones de Israel en Gaza, olvidándose de la responsabilidad de Hamas en esa acción; una organización terrorista que tiene secuestrada, literalmente, a un millón y medio de personas en ese territorio palestino. No entiendo que no pare de hablarse de la crisis financiera y económica que aqueja a medio mundo -que no pongo en duda, ¡faltaría más!, pero que también tiene mucho de virtual y prefabricada- pero todos los comercios, restaurantes, zonas de ocio, y supermercados están llenos a rebosar de gentes que consumimos lo que no necesitamos a manos llenas. No entiendo porqué los nacionalistas canarios, gallegos, vascos, catalanes, navarros, murcianos, madrileños, etc., etc., etc., niegan la existencia de la "nación española" y proclaman la "suya" respectiva como pre-existente desde el inicio de los tiempos. No entiendo como se puede producir un caos en el aeropuerto de Madrid-Barajas como el de hace unos días, y que no hayan caído aún una docena de cabezas: desde la de la ministra del ramo, a la de los responsables del SEPLA (¡hay que tener poca vergüenza para llamarle a "eso" un sindicato!) de los controladores aéreos y de la compañía Iberia. No entiendo nada, lo juro. Y eso me tiene absolutamente bloqueado. Aunque espero salir pronto de la situación; quizá a partir del 21 de enero próximo, con suerte... Y es que yo creo más en la genética y el genio individual que en la genética y el genio de los pueblos...
El domingo pasado hablaba con una sobrina y su marido, ambos investigadores y catedráticos en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre el proceso de convergencia de Bolonia y las enormes dificultades que está encontrando para su implantación. Los tres coincidíamos en una cuestión fundamental, que sabemos va contracorriente y es políticamente incorrecta: la universidad no puede ser una fábrica de títulos, la universidad debe ser una institución elitista por principio a la que se va a "aprender por aprender", no para ganarse la vida; al menos, no como fin último.
Y esta misma mañana leía en el número de Revista de Libros de este mes de enero, un interesante artículo titulado "Panfletos antidemagógicos", escrito por Jesús Hernández, profesor titular de matemáticas en la Universidad Autónoma de Madrid, comentando sendos libros de Ricardo Moreno ("Panfleto antipedagógico", Lector, Barcelona, 2008) y de Xavier Pericay ("Progresa adecuadamente. Educación y lengua en la Cataluña del siglo XXI", Tentadero, Barcelona, 2008).  
El artículo se abre con una cita del también profesor y matemático Ventura Reyes y Prósper (1863-1922), que dice así: "Enseñar al que no sabe, es obra de caridad. Enseñar al que no quiere, es una barbaridad". Y en el que se dicen cosas como estas: "La secta pedagógica se está infiltrando en la universidad, y así como ha destrozado la enseñanza media va a destrozar también la superior". O esta otra: "Los alumnos (universitarios) casi consideran un derecho que la última asignatura se les tenga que aprobar por que sí". O esta, tremenda: "La universidad empieza a semejarse ya a un parvulario. La enseñanza actual, así la inferior como la superior, no posee otro objetivo que el de entretener a los usuarios de las aulas". Y para terminar, añade, "se dan detalles, citando documentos, de la reunión organizada en 1995 en un hotel de San Francisco por la Fundación Gorbachov, donde se habría planificado lo que podemos llamar, abreviando, el entontecimiento global".
Asumo personalmente con todas sus consecuencias la cita de Ventura Reyes que abre el artículo y que me ha traído el recuerdo de algo dicho por Hannah Arendt (1906-1975), también citada en el artículo que comento, sobre la diferencia entre "educar" y "enseñar". Está extraída de su artículo "La crisis de la educación", incluido en su libro "Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política" (Península, Barcelona, 2003).
Dice Hannah Arendt: "No existe una regla general que fije la posición de la línea divisoria entre la niñez y la edad adulta; esa posición cambia a menudo, según la edad, de un país a otro, de una civilización a otra e incluso de una persona a otra, pero la educación, diferenciada del aprendizaje, ha de tener un fin predecible. En nuestra civilización, ese fin quizá coincide con la licenciatura universitaria más que con la graduación en el instituto, porque la formación profesional que dan las universidades o las escuelas técnicas, aunque relacionada con la educación, es en sí misma un tipo de especialización, en la que no se busca introducir al joven en el mundo como un todo, sino en un segmento limitado, específico, de él. No se puede educar sin enseñar al mismo tiempo; una educación sin aprendizaje es vacía y por tanto con gran facilidad degenera en una retórica moral-emotiva. Pero es muy fácil enseñar sin educar, y cualquiera puede aprender cosas hasta el fin de sus días sin que por eso se convierta en una persona educada".
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt