El Congreso de los Diputados (Madrid)
Nunca me ha gustado hablar de
política en público, será que siempre he oído que de religión y política no se
habla y se me quedó en las carnes, o que mi señor padre habla tanto de política
que no me gusta repetir. Lo bueno de no hablar en estos casos, es que se
escucha mejor, y se escuchan todas las versiones.
Curiosamente hace años tuve el
pensamiento de hacer Ciencias Políticas pero como el futuro lo veía peor que la
Historia del Arte me quedé con la Historia; total, hoy en día todo es igual a
paro. La política en sí me gusta, la teoría, la filosofía; el circo que montan
en el congreso no. También podría ser llamado como patio de colegio, o solo nos
insultamos porque no nos atrevemos a darnos a la salida. Es vergonzoso ver el
comportamiento que tienen estos personajes sentados en sus sillones, parecen "hooligans" animando al equipo; y da igual al equipo que animen, todos caen en lo
mismo. Pitidos, aplausos, silbidos, abucheos.. comportamientos que no están
permitidos en un aula a niños de 10 años tienen cabida ahí. Será que por esto
tampoco hablo de política porque para hablar de adultos sin modales a los que
solo les falta decir ¡chincha rabiña!, mejor hablar de Modern Family que
me río a gusto y no de pena.
Con el padre que tengo está claro
hacia donde va mi tendencia, cuestiones de herencia, ya que no me deja un
palacete en la sierra, me deja sus gustos. Y que no me guste no significa que
no me interese. Hay que informarse de lo que pasa en el mundo, desde la ciudad
hasta Marte si hace falta. Cuando no entiendo algo siempre pregunto y pregunto
hasta que lo comprendo, y como suele pasar en política casi nunca me place del
todo. Algo que mejora siempre perjudica por otrora, no llueve a gusto de todos,
ni todo el campo es orégano; pero es lo que hay y demos gracias a que estamos
en una democracia, por ahora...
Además del comportamiento
infantil, tampoco aguanto la gandulería y egoísmo que le entra a la gran
oposición, sea cual sea el partido al que le toque, cuando toma ese papel. “Pues
yo no lo haría así, eso está fatal, me voy a chivar” Pero ni dan ideas para que todo mejore,
ni hacen críticas serias, ni nada de nada, solo “Mal, mal y muy mal. Yo lo
haría mejor.” En la teoría Política,
como ciencia, se supone que la oposición tiene un papel muy importante, no es solo
el grano en el culo del gobierno, es la que tiene que luchar para ganarse al
pueblo y la que debe aportar ideas cuando el gobierno esté estancado; no la que
mete el dedo en la llaga, después se relame, se aplaude a sí misma y dice que
bien lo hemos hecho. Si en lugar de intentar hundir al gobierno de turno, la
oposición del momento diera ideas sería más efectivo, eso sí lo hundiría por sí
solito, no por llamarlo inútil aunque lo sea. Luego la gente cuando lleguen las
elecciones votará por cansancio, no por ideología.
Bueno, ya por hoy y por mucho he
hablado de ciencia. Un saludo. Nos vemos. Ruth Campos
Ejerciendo la política
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Entrada núm. 1475
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