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martes, 10 de noviembre de 2015

[Historia] Un aniversario más de la "Kristallnacht"



El inicio


Ahora que Europa parece sumirse de nuevo en la noche de los tiempos con campos de concentración y de internamiento, expulsiones y traslados masivos de población, cuotas de refugiados y delirios nacionalistas, de los que en España, hoy mismo, tenemos cumplida referencia, no parece estar de más recordar dónde, cuándo y cómo comenzó todo.

Fue en esta noche, entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938, hace justamente setenta y siete años, que en muchas ciudades de Alemania y Austria comenzó lo que acabaría convirtiéndose en esa pesadilla, vergüenza de la humanidad, que fue el Holocausto, la "Shoah", la "Solución Final" (en el lenguaje tecnocrático del régimen nacional-socialista): el exterminio sistemático y premeditado de los judíos de Alemania y Europa. Pero todo comenzó a fraguarse entre 1925 y 1928, en que un iluminado llamado Adolf Hitler escribió un libro llamado Mein Kampf (Mi lucha). Un artículo reciente en El País, titulado Desmontando el Mein Kampf (sin silenciarlo), escrito por Ricardo de Querol y Luis Doncel, contaba su génesis.

La atrocidad fue de tal calibre que ninguna de las realizadas posteriormente por régimen, estado, nación u hombre alguno, y las ha habido de todos los colores y calibres, le resulta equiparable. Fue la llamada por los historiadores La Noche de los Cristales. Aquella noche, como había anunciado ya cien años antes el poeta alemán Heine (de origen judío): "quién quema libros termina tarde o temprano por quemar hombres", dio comienzo uno de esos hechos que avergonzarán por siempre a la humanidad. Y como dijo el también judío italiano Primo Levi en uno de los libros más intensamente conmovedores que he podido leer nunca, "Si esto es un hombre" (Muchnik, Barcelona, 2002), quizá no podamos comprender nunca lo que pasó, pero si podemos y debemos comprender dónde nació, y estar en guardia. Si comprender es imposible -dice-, conocer es necesario, porque lo sucedido puede volver a suceder, las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo: las nuestras también, concluye. 

Lo que pasó aquella noche entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938 en Alemania y Austria lo recordó en su día en un interesante artículo del El País, titulado "La España en guerra ante la Kristallnacht", el profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid, Alejandro Baer.

El artículo del profesor Baer se centraba en explicar la diferente actitud que mostraron ante los hechos que se relatan en el mismo el gobierno y la prensa de la zona republicana, por un lado, y el gobierno y la prensa de la zona nacional, por otro. La primera, condenándolo con energía y rotundidad; la segunda, amparándolo y justificándolo.

Pero a mi lo que más me llamó la atención del artículo fue la afirmación, que comparto, de que los enraizados prejuicios y estereotipos antisemitas, con que se prodigaron en noviembre de 1938 quienes finalmente ganaron la Guerra Civil, han perdurado durante décadas y que sus resabios y ramificaciones forman parte de nuestro presente. ¿Acaso le cabía a alguien duda de ello? No me atrevería yo a afirmar rotundamente que la mayoría de la sociedad española sea racista; desde luego, arraigados prejuicios antisemitas si que tiene. Y en lo que discrepo del profesor Baer es que provengan del régimen franquista. Tengo la impresión de que son bastante más antiguos.

Hay un libro espléndido y admirable del filólogo e historiador Américo Castro titulado "España en su historia: cristianos, moros y judíos" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1989), que explicita ese eterno tema de discusión académica nacional sobre que es el "ser de España". Castro, contra la opinión de otros eminentes historiadores españoles como Claudio Sánchez Albornoz, con el que polemizó duramente sobre ello, se inclina por la tesis del mestizaje entre cristianos, moros y judíos, como característica definitoria del "ser nacional español". Es por ello por lo que al inicio del capítulo X de su libro afirma con rotundidad: "La historia del resto de Europa puede entenderse sin necesidad de situar a los judíos en un primer término; la de España, no. La función primordial y decisiva de los hispano-hebreos es indisoluble, a su vez, de la circunstancia de haber vivido articulados prietamente con la historia hispano-musulmana."

Como atestigua mi apellido paterno y el escudo de armas familiar (se dice en él que "probó" su hidalguía, lo que significa que había dudas sobre la pureza de su sangre) soy descendiente de conversos. Como lo fueron innumerables españoles tales como el propio rey Fernando el Católico; los escritores Juan de Mena, Fernando de Rojas, fray Luis de León, Mateo Alemán, Hernando del Pulgar, Jorge de Montemayor y el mismo Miguel de Cervantes; los místicos (y santos) Teresa de Jesús y Juan de la Cruz; el teólogo Juan de Torquemada; el médico y científico Miguel Servet; los filósofos Juan Luis Vives, Francisco Sánchez y Benito Espinosa... La lista es interminable y espléndida.

Decir ahora que el antisemitismo español, según algunos especialistas el más arraigado de Europa, es producto del franquismo, o de la confrontación israelí-palestina actual me parece como poco quedarse un poco cortos. El problema es que tengo la impresión de que Europa, y España con ella, camina de nuevo hacia un resurgimiento populista de la xenofobia y el racismo. Confío en equivocarme, pero ejemplos recientes en sentido contrario, tenemos más que sobrados. 

Termino con otro párrafo, que me parece muy significativo, del libro de Primo Levi que cité al comienzo de la entrada: "Destruir al hombre es difícil, casi tanto como crearlo: no ha sido fácil, no ha sido breve, pero lo habéis conseguido, alemanes. Henos aquí dóciles bajo vuestras miradas; de nuestra parte nada tenéis que temer: ni actos de rebeldía, ni palabras de desafío, ni siquiera una mirada que juzgue." ¿Volvemos a empezar? Espero que no. Si quieren saber como fue la realidad les recomiendo la lectura de "Eichmann en Jerusalén", de Hannah Arendt, en cualquiera de sus múltiples ediciones. 

Hay historias de ficción que cuando nos sumergimos en ellas nos parecen tan irreales, por lo horrorosas, que nos cuesta admitir que la realidad fue peor aun de lo que estamos leyendo. Una de esas historias, que estoy terminando de leer con desasosiego y apasionado interés (y espero que se animen a enfrentarse con sus 991 páginas de apretado texto porque -de verdad- merece la pena) es la de "Las Benévolas", de Jonathan Littell (RBA, Barcelona, 2007), ganadora del premio Goncourt. "En realidad -nos dice el narrador de la historia en primerísima persona al inicio de la misma- también podría no haber escrito. Bien pensado no es una obligación. Desde que se acabó la guerra, he sido un hombre discreto; gracias a Dios, nunca he necesitado, como mis excolegas, escribir mis memorias para justificarme, porque no tengo nada que justificar; ni tampoco tengo intenciones lucrativas, porque me gano la vida bastante bien con lo que hago. No estoy arrepentido de nada; hice el trabajo que tenía que hacer, y ya está; en cuanto a mis asuntos familiares, que a lo mejor cuento también, solo me importan a mí y, en lo referido a lo demás, hacia el final, es muy posible que me haya excedido, pero es que estaba ya un tanto fuera de mis casillas, flaqueaba y, encima, a mi alrededor el mundo entero se venía abajo; admitid que no fui el único que perdió la cabeza. Pese a mis fallos, que han sido muchos, no he dejado de ser de esos que opinan que las únicas cosas indispensables para la existencia humana son respirar, comer, beber, defecar y buscar la verdad. El resto es facultativo."

Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



El final



Entrada núm. 2502
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

miércoles, 28 de abril de 2010

Standard & Poor´s

 Sede de la Standard & Poor´s




La noticia de la tarde: "La agencia de calificaciones Standard & Poor's (S&P) ha rebajado un escalón la nota de la deuda española a largo plazo. La calificación ha pasado de AA+ a AA con perspectiva negativa, lo que deja abierta la posibilidad de nuevos recortes de rating a medio plazo. La noticia ha caído como una bomba en la Bolsa de Madrid, que cuando se conoció caía en torno al 1,5%. La sesión ha terminado con un descenso del 2,99%, que se suma a la caída del 4,19% de ayer".

Nada más conocerla he recordado un pasaje del artículo "El Ministerio Mendizabal", escrito por Mariano José de Larra (1809-1837) en los años 30 del siglo XIX. Decía Larra en él: "¿Cómo se quiere lograr este fin [interesar a la ciudadanía en la causa de los asuntos públicos] no viendo más termómetro del público bienestar que el alza o baja de los fondos en la Bolsa, en cuyo movimiento sólo se interesan veinte jugadores?".
.
Salvando las distancias, pienso que no se puede decir con mayor claridad. Las instituciones públicas nacionales, europeas e internacionales no pueden estar a merced de las opiniones de unos señores y entidades privadas que han demostrado que no merecen credibilidad. La Bolsa, como decía Larra hace 180 años no puede ser el termómetro de la vida pública. Y si funciona mal, habrá que arreglarla, o cambiar las reglas de su juego, pero lo que no puede consentir una sociedad madura y democrática es que los intereses privados de unos especuladores arruinen la economía y la solvencia de un Estado y la vida de sus ciudadanos. Y si los gobiernos no saben afrontar la situación, cámbieselos.

He puesto en la sección de vídeos una entrevista que le hicieron en su día al profesor Leopoldo  Abadía, dónde explica con sencillez y cierta dosis de gracia el origen, las causas y el desarrollo de la crisis financiera que nos asola. Espero que les resulte interesante. Y sean felices a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






Emblema del Fondo Monetario Internacional




 




"STANDARD & POOR´S REBAJA UN ESCALÓN LA CALIDAD DE LA DEUDA ESPAÑOLA", por Luis Doncel
ELPAIS.com  -  Economía - 28-04-2010

La agencia de calificación abre la puerta a nuevos recortes. La agencia Standard & Poor's (S&P) ha rebajado un escalón la nota de la deuda española a largo plazo. La calificación ha pasado de AA+ a AA con perspectiva negativa, lo que deja abierta la posibilidad de nuevos recortes de rating a medio plazo.

La noticia ha caído como una bomba en la Bolsa de Madrid, que cuando se conoció caía en torno al 1,5%. La sesión ha terminado con un descenso del 2,99%, que se suma a la caída del 4,19% de ayer.

"En nuestra opinión, es probable que España sufra un largo periodo de bajo crecimiento económico, lo que perjudica la situación de sus arcas públicas. La previsión negativa refleja la posibilidad de otra rebaja si las finanzas públicas españolas evolucionan peor de lo que nosotros ahora prevemos", asegura el comunicado de S&P

La decisión se produce un día después de que la calificadora degradara ayer a bono basura la deuda griega y los mercados temblaran. El mismo día bajó dos escalones el rating portugués hasta A-, lo que sirvió para que todas los ojos apuntaran a Lisboa como la siguiente pieza del dominó en el que se juegan su sostenibilidad los países de la periferia de la zona euro. Ahora es el turno de España.

La pregunta que muchos se hacen es cómo han acumulado tanto poder unas empresas que quedaron en entredicho en verano de 2008 tras sus errores de diagnóstico en el hundimiento del banco estadounidense Lehman Brothers.

"Que algunas agencias intenten erigirse de nuevo en albaceas de la pureza económica y cuestionen los pilares sobre los que se sustenta nuestra economía produce cuando menos cierta dosis de perplejidad",
disparó ayer la vicepresidenta primera al conocer las rebajas del rating griego y portugués. Quizás María Teresa Fernández de la Vega estaba poniendo la venda antes de la herida, y con sus críticas se anticipaba a algo que ayer ya parecía muy posible: la degradación de la deuda española por parte de S&P. "Estamos adoptando todas las medidas para cumplir nuestros compromisos", ha añadido hoy la propia De la Vega tras conocer la rebaja del rating español.

Pablo Guijarro, de Analistas Financieros Internacionales, cree que esta rebaja no tiene por qué ser traumática. "A nadie le coge por sorpresa, porque la propia cotización de la deuda ya recogía este riesgo. S&P ya avisó el pasado diciembre de que esto podría ocurrir cuando publicó una previsión negativa para nuestro país", sostiene. Dos de las tres agencias más importantes, Moody's y Fitch atribuyen por ahora la calificación más alta a la deuda española (Aaa y AAA, respectivamente), lo que supone una calidad óptima. Mientras que S&P le otorga un AA, el tercer escalón en el podio de las calificaciones, que implica una alta calidad crediticia, pero que se aleja de la óptima.

La mayoría de países europeos -Holanda, Suecia, Reino Unido, Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Luxemburgo...- obtienen matrícula cum laude en las tres agencias. España y Holanda quedan en un escalón inmediatamente inferior. La primera recibe la máxima calificación de dos de las tres empresas, y la segunda obtiene la segunda mejor nota de las tres. Más abajo quedan Irlanda, Italia y Portugal. Y el perdedor absoluto es Grecia, cuya deuda tiene el dudoso honor de haber abandonado la zona de inversión para pasar a ser considerada como especulación. En román paladino: ha quedado al nivel del bono basura.

A estas temidas agencias se les ha criticado mucho porque tienden a sobrerreaccionar en momentos convulsos como los que vivimos; y en cambio, a dar su visto bueno con demasiada facilidad cuando las cosas van bien. "Es cierto que en el caso de los Estados soberanos están intentando anticipar las dificultades que podrán atravesar y puede que estén yendo más allá de lo que parece razonable. Pero esta sobrerreacción también obedece a las críticas que recibieron después de Lehman Brothers por no haber advertido nada. Están tratando de mejorar su imagen", concluye Guijarro.

El Gobierno pide calma tras el recorte de S&P ya que España sabe "hacer sus deberes". Nadie lo ve tan negro como Standard & Poor's. La agencia matiza que la decisión "no tiene un impacto inmediato" en la banca.

La agencia de medición de riesgos Standard & Poors ha advertido de que la rebaja de la calificación de la deuda española de 'AA+' a 'AA' con perspectiva negativa "no tiene un impacto inmediato en los rating de los bancos españoles". Además de las perspectivas económicas "débiles", los riesgos económicos para el sector bancario español "se acentúan", según la agencia, "por la concentración excesiva de los créditos morosos en el sector de la construcción".

Así, indica que continuarán observando "de cerca" cómo la corrección de estos desequilibrios económicos afecta al crédito y a la capacidad de los bancos para absorber la morosidad. En concreto, analizará el impacto del "actual y fuerte ajuste del sector inmobiliario, que está dando lugar a una considerable acumulación de activos problemáticos", además de seguir "el impacto de un entorno operativo menos favorable, con un bajo crecimiento del volumen de negocio y mayores costes de
financiación".

Por otra parte, la agencia ha rebajado la calificación de deuda de 'AA+' a 'AA' a una emisión del Fondo de Estructuración Ordenada Bancaria (FROB) de 3.000 millones de euros.






El Banco Central Europeo





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Entrada núm. 1300 -
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"Pues, tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)