El sol sale por el este. El viento sopla también desde esa dirección. Y esto cambiará el equilibrio del poder mundial, escribe en Substack (9 de noviembre de 2025), el Premio Nobel de Economía y Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, Paul Krugman.
Lo cierto es que el futuro energético mundial estará dominado por la energía solar y eólica. No necesariamente lo controlarán todo: la energía nuclear puede (y debe) tener un papel importante, y aún estamos lejos de abandonar por completo los combustibles fósiles. Pero la combinación de la rápida disminución de los costos de las energías renovables, el rápido aumento de la demanda de electricidad y los grandes obstáculos para satisfacer esa demanda mediante la quema de combustibles fósiles —de lo cual hablaremos más adelante— hacen inevitable el dominio de las energías renovables.
Y China dominará ese futuro energético. Es discutible que esto tuviera que haber sucedido, y que Europa pueda mantener cierto papel en la energía eólica. Pero bajo el mandato de Donald Trump, Estados Unidos se ha retirado de la contienda, e incluso si la cordura finalmente regresa a la política energética estadounidense (y a la política estadounidense en general), para entonces casi con seguridad estaremos demasiado rezagados para alcanzar a China.
La semana pasada escribí sobre la demanda: el consumo de energías renovables. En este aspecto, Europa sigue liderando según algunos indicadores, China según otros, mientras que Estados Unidos se sitúa muy por detrás en cualquier criterio. Hoy retomaré algunos puntos de esa discusión y luego abordaré la oferta: la producción de los equipos que aprovechan la energía solar y eólica. Actualmente, China domina por completo la industria de la energía solar. Europa aún produce una gran cantidad de aerogeneradores, pero China produce prácticamente todo lo demás relacionado con la energía eólica.
¿Debería importarnos? El éxito económico suele depender más del uso eficaz de las nuevas tecnologías que de la producción de los dispositivos en sí. Pero vivimos en un mundo de competencia geopolítica entre grandes potencias, y será crucial que una de ellas tenga el monopolio efectivo de la producción de bienes esenciales. Ya hemos visto cómo China ha utilizado su dominio de las tierras raras con gran eficacia en su conflicto comercial con Estados Unidos. Sería imprudente ignorar las implicaciones de su probable dominio de las energías renovables.
Más allá del muro de pago, abordaré lo siguiente:1. Más detalles sobre el crecimiento de las energías renovables; 2. Por qué las energías renovables dominarán el crecimiento energético; 3. ¿Por qué China domina la producción?; y 4. El futuro de la competencia entre grandes potencias. Paul Krugman


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