martes, 23 de agosto de 2016

[A vuelapluma] Vamos a jugar al trile...





Vamos primero con las definiciones, y recurro como siempre al nuevo Diccionario de la lengua española (2014). 1.- trilero: Tahúr que dirige el juego del trile. 2.- tahúr: Jugador fullero. 3.- fullero: Que hace fullerías. 4.- fullería: Astucia, cautela y arte con que se pretende engañar. Y 5.- trile: Juego callejero de apuestas fraudulentas que consiste en adivinar en qué lugar de tres posibles se encuentra una pieza manipulada. Aclarado queda...

En contra de lo que suelen afirmar los filósofos, uno no suele ser buen juez de sí mismo... Por eso, quizá, hace unos días me quedé con mal sabor de boca al publicar mi último vuelapluma, titulado Coincidencia casual y dedicado a nuestro presidente del gobierno en funciones don Mariano Rajoy. ¿Me habré pasado dos pueblos, como decía graciosamente otro destacado exdirigente del PP reverenciado en su momento por don Mariano y ahora defenestrado como apestoso por lo que pueda pasar? Me tengo por una persona ecuánime y poco dada a los exabruptos... En mis tiempos de activismo político y sindical me molestaba profundamente que mis compañeros me dijeran que tenía la sangre de horchata, dado que era difícil sacarme de mis casillas fuera cual fuera la situación. Bien, supongo que con la edad uno pierde facultades...

Don Mariano amenaza a los españoles con unas terceras elecciones el día de Navidad... La verdad es que sería una pasada, pero en fin cosas más raras se han visto. Lo que me llama poderosamente la atención es que haga responsables de esas nuevas elecciones, ¡tres, tres en un año!, a quien no vote por él como presidente del gobierno en el próximo pleno de investidura. Ganarse la investidura es su problema, no el de la oposición ni el de los que no le hemos votado. Y si es incapaz de conseguirlo, la solución no es pedirles a los demás que le voten, sino que él, por el bien de todos los españoles, se bote a sí mismo. O pedírselo a su partido. Lo demás es faena de tahúr, trilero o farsante. O de pillo, o pícaro, si prefieren que recurramos a términos arraigados en la tradición literaria española.

Ver que persona tan comedida habitualmente como el periodista Xavier Vidal-Folch tenga que recordarnos algo tan elemental como lo anterior en un artículo de El País titulado Embestidura me reconcilia conmigo mismo. Nunca sabrá cuanto se lo agradezco.

Todo feo. Demasiadas embestidas tácticas en la pre-cocción de la investidura de Mariano, dice Vidal-Folch. La primera fue ningunear la Constitución, cuando el candidato designado por el Rey amagó con desobedecerla. Pidió reunirse con el líder de la oposición “para ver si me presento”. ¿Cómo que si me presento? Despreciaba así el mandato del artículo 99.2 de la Carta Magna, por el que el candidato “expondrá” su programa y “solicitará” la confianza de la Cámara. No es una opción, es un doble imperativo. Una doble obligación de hacer. Cuestionarla es una conducta extraña en un dirigente que predica sin descanso la necesidad de cumplir la ley. ¿O eso solo rige para los demás?

La segunda, continúa diciendo, fue olvidar la promesa al probabilísimo socio, y a su propio partido: “Una vez conocidas las condiciones de Ciudadanos para negociar, las someteré a debate y aprobación por el Comité Ejecutivo Nacional del PP” (tuit del día 10). No hubo nada porque “el PP no ha venido a hablar de condiciones”, proclamó tras reunir ese órgano, el día 17. Una coz, quizá para devaluar el impacto de su inmediata aceptación integral —verdadero trágala— de las seis sensatas condiciones de marras.

La tercera y última embestida, añade, fijar la fecha de investidura de forma que si fracasa, la tercera elección deba celebrarse el 25-D. Para presionar a Pedro Sánchez a facilitarla: “A ver si tiene narices de enviar a 36 millones de españoles a votar en Navidad”, tuiteó, gentleman, Xavier García Albiol. “Chantaje”, replicó Jordi Sevilla. Escupir a la mano de quien te tiene que dar de comer, curiosa táctica. Exigir al rival que haga (abstenerse) lo que tú no hiciste (ídem) cuando estabas en su posición de hoy (ser candidato), sorprendente coherencia.

Agravada si lo haces de forma perentoria, agónica, amenazante, termina diciendo. Confundir investidura con embestidura conlleva riesgo: la de desanimar, desincentivar e inhibir a aquellos de los rivales —los hay— partidarios de desbloquear la situación. ¿Cómo? Imponiendo un alto precio (social: ajuste sin recortes de bienestar, alza del salario mínimo, convenios serios, fiscalidad progresiva, alquiler simbólico a los desahuciados…) a su indispensable abstención. Matar, pero muriendo, pésimo negocio.

Gracias, don Xavier. Hoy dormiré mucho más tranquilo; gracias de todo corazón. 



El rey Felipe VI y el presidente Mariano Rajoy



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2852
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

lunes, 22 de agosto de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy lunes, 22 de agosto de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2851
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Cuentos para la edad adulta] Hoy, con "Macario", de Juan Rulfo






El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros.

Continúo hoy la serie de "Cuentos para la edad adulta" con el titulado Macario, de Juan Rulfo (1917-1986), escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52. Fue uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo xx. En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía cuya acción se desarrolla en escenarios mexicanos. Sus personajes representan y reflejan el tipismo del lugar con sus grandes problemáticas socio-culturales entretejidas con el mundo fantástico. La obra de Rulfo, y sobre todo Pedro Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela revolucionaria, lo que permitió las experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación del medio siglo en México o los escritores pertenecientes al boom latinoamericano.

Macario narra la historia en primerísima persona de un personaje que a pasear de encontrarse al margen de la sociedad, habitante de un lugar invisible para el mundo y marcado para siempre por la locura, parece no ser consciente de su precaria condición. Por el contrario narra su vida con gran ingenuidad, despojando de sentido trágico situaciones que para cualquier miembro de la sociedad constituirían algo terrible. Para Macario, ésa es simplemente su vida, y así da cuenta de ella... Disfrútenlo.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2850
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

domingo, 21 de agosto de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy domingo, 21 de agosto de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2849
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Reedición] Reflexiones sobre el federalismo




Mnemosine, musa de la Memoria


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican sin periodicidad fija, conservan su título, fecha y numeración y pueden variar ligeramente en su contenido sobre el publicado originariamente. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

***

Una digresión previa... Sé que abuso de los puntos suspensivos, pero no es tanto un recurso estilístico -que sí lo es también- como algo que aflora desde mi subconsciente por culpa de esa duda de la que hablaba Dante que figura el pie de algunas de las entradas del blog. La Ortografía de la RAE le dedica a ellos, a los puntos suspensivos, y a su correcto uso, nada menos que siete páginas: "Cuando su uso responde a necesidades expresivas de carácter subjetivo, -dice- funcionan como indicadores de modalidad, pues aportan información sobre la actitud o intención del hablante en relación con el contenido del mensaje [...] Pausa transitoria en el discurso que expresa duda, temor o vacilación".  ¿Queda claro el por qué del abuso?... ¿No?... ¡Vaya por Dios!, pues lo siento...

¿Y qué decir sobre ese "pues tanto como saber me agrada dudar" dantesco?... Mi siempre admirada Hannah Arendt, para la que "saber" y "comprender" son los dos ejes sobre los que pivotan todas sus obras, atribuyó a la teoría política la tarea de indicarnos cómo comprender y apreciar la libertad en el mundo y no la de enseñarnos como cambiarlo: "Cambiarlo -dice- es cosa de aquellos [¿los políticos?] que aman actuar concertadamente y no del solitario trabajo de los téoricos".

El origen de esta entrada está en una interesante conversación mantenida hace unos días, vía mensaje privado a través del Facebook, con el cabeza de lista de una de las candidaturas españolas al Parlamento europeo. Ni que decir tiene que no coincidimos en casi nada, pero que agradezco muy sinceramente la deferencia que tuvo conmigo al permitirme esa conversación fluida y amistosa durante unos minutos que me supieron a poco. Entre los asuntos comentados, saltó el de la opción federal...

De federalismo están hablando mucho en estos últimos tiempos nuestros políticos. Sin mucho rigor, la verdad sea dicha. ¿Por insuficiencias teóricas o por mero oportunismo? Probablemente por las dos cosas. Y es que como dice Roberto Luis Blanco Valdés, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela en su libro Los rostros del federalismo (Alianza, Madrid, 2012) "no hay federalismo, sino federalismos", tantos como Estados federales (o teóricamente federales) existen.

La experiencia federal carece de ensayos prácticos en nuestro país. El proyecto de Constitución federal de 1873, aun aprobado por las Cortes republicanas, no llegó a promulgarse, y sin embargo dio lugar y ocasión a lo que se ha denominado la "revolución cantonal" de la que tanto fruto literario sacaron Benito Pérez Galdós en La Primera República (1911), o Ramón J. Sénder en Mr. Witt en el Cantón (1935). Como planteamiento teórico el federalismo español tiene su mayor y mejor ponente en la figura de Francesc Pi i Margall, expresidente de la República, pero también merecen atención al respecto los planteamientos que expusiera José Ortega y Gasset en La redención de las provincias (1931).

Escuchar hoy a algunos políticos españoles hablar de federalismo es como hacer un brindis al sol. Ninguno pasa del enfático: "¡Hay que federalizar España!", pero no añaden nada más... Ni la menor puntualización; si acaso, una mención de pasada a la necesidad de convertir el Senado en la Cámara territorial que la Constitución parecía prever... 

De federalismo he escrito en numerosas otras ocasiones. Soy un federalista convicto y confeso. Incluso en la página cabecera que sirve de presentación a "Desde el trópico de Cáncer" lo enunció explícitamente cuando lo considero "el marco idóneo en el que desenvolver el autogobierno de los pueblos y los Estados". Por esa firme convicción traigo a la entrada dos artículos  que reflejan con bastante exactitud lo que sus autores, y yo mismo, meramente secundándolos, entendemos por federalismo: El horizonte federal de España (2011), de Javier Tajadura, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco, y el titulado Déjense fotografiar con la bandera española (2014), del diplomático Juan Claudio de Ramón. 

Les invito a compartir este artículo, Federalismo y soberanía, del profesor Francesc Trillas Jané de hace unos días que pone los puntos sobre las íes del estado de la cuestión. Más que interesante.

Pero si de verdad quieren ustedes saber en qué consiste el federalismo no tienen más remedio que recurrir a la lectura de El Federalista, un fascinante libro escrito por los "ilustrados" norteamericanos James Madison, Alexander Hamilton y John Jay a finales del siglo XVIII, que recopila todos los artículos de prensa publicados por los mismos bajo el seudónimo de "Publius" entre 1787 y 1789 en defensa del proyecto de Constitución federal de los Estados Unidos de América. Todo un clásico, quizá el mejor libro de ciencia política de la Historia, cuya lectura, estudio y comprensión, para muchos tratadistas, equivale -con suficiencia- a una maestría de postgrado en dicha materia. Pueden descargarlo, íntegro, en el enlace anterior. Espero que disfruten de su lectura, así como de los otros enlaces de la entrada. 







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2051
elblogdeharendt@gmail.com
Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri
Publicada originariamente con fecha 10 de abril de 2014

[Reedición] Reflexiones sobre el federalismo




Mnemosine, musa de la Memoria


"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican sin periodicidad fija, conservan su título, fecha y numeración y pueden variar ligeramente en su contenido sobre el publicado originariamente. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

***

Una digresión previa... Sé que abuso de los puntos suspensivos, pero no es tanto un recurso estilístico -que sí lo es también- como algo que aflora desde mi subconsciente por culpa de esa duda de la que hablaba Dante que figura el pie de algunas de las entradas del blog. La Ortografía de la RAE le dedica a ellos, a los puntos suspensivos, y a su correcto uso, nada menos que siete páginas: "Cuando su uso responde a necesidades expresivas de carácter subjetivo, -dice- funcionan como indicadores de modalidad, pues aportan información sobre la actitud o intención del hablante en relación con el contenido del mensaje [...] Pausa transitoria en el discurso que expresa duda, temor o vacilación".  ¿Queda claro el por qué del abuso?... ¿No?... ¡Vaya por Dios!, pues lo siento...

¿Y qué decir sobre ese "pues tanto como saber me agrada dudar" dantesco?... Mi siempre admirada Hannah Arendt, para la que "saber" y "comprender" son los dos ejes sobre los que pivotan todas sus obras, atribuyó a la teoría política la tarea de indicarnos cómo comprender y apreciar la libertad en el mundo y no la de enseñarnos como cambiarlo: "Cambiarlo -dice- es cosa de aquellos [¿los políticos?] que aman actuar concertadamente y no del solitario trabajo de los téoricos".

El origen de esta entrada está en una interesante conversación mantenida hace unos días, vía mensaje privado a través del Facebook, con el cabeza de lista de una de las candidaturas españolas al Parlamento europeo. Ni que decir tiene que no coincidimos en casi nada, pero que agradezco muy sinceramente la deferencia que tuvo conmigo al permitirme esa conversación fluida y amistosa durante unos minutos que me supieron a poco. Entre los asuntos comentados, saltó el de la opción federal...

De federalismo están hablando mucho en estos últimos tiempos nuestros políticos. Sin mucho rigor, la verdad sea dicha. ¿Por insuficiencias teóricas o por mero oportunismo? Probablemente por las dos cosas. Y es que como dice Roberto Luis Blanco Valdés, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela en su libro Los rostros del federalismo (Alianza, Madrid, 2012) "no hay federalismo, sino federalismos", tantos como Estados federales (o teóricamente federales) existen.

La experiencia federal carece de ensayos prácticos en nuestro país. El proyecto de Constitución federal de 1873, aun aprobado por las Cortes republicanas, no llegó a promulgarse, y sin embargo dio lugar y ocasión a lo que se ha denominado la "revolución cantonal" de la que tanto fruto literario sacaron Benito Pérez Galdós en La Primera República (1911), o Ramón J. Sénder en Mr. Witt en el Cantón (1935). Como planteamiento teórico el federalismo español tiene su mayor y mejor ponente en la figura de Francesc Pi i Margall, expresidente de la República, pero también merecen atención al respecto los planteamientos que expusiera José Ortega y Gasset en La redención de las provincias (1931).

Escuchar hoy a algunos políticos españoles hablar de federalismo es como hacer un brindis al sol. Ninguno pasa del enfático: "¡Hay que federalizar España!", pero no añaden nada más... Ni la menor puntualización; si acaso, una mención de pasada a la necesidad de convertir el Senado en la Cámara territorial que la Constitución parecía prever... 

De federalismo he escrito en numerosas otras ocasiones. Soy un federalista convicto y confeso. Incluso en la página cabecera que sirve de presentación a "Desde el trópico de Cáncer" lo enunció explícitamente cuando lo considero "el marco idóneo en el que desenvolver el autogobierno de los pueblos y los Estados". Por esa firme convicción traigo a la entrada dos artículos  que reflejan con bastante exactitud lo que sus autores, y yo mismo, meramente secundándolos, entendemos por federalismo: El horizonte federal de España (2011), de Javier Tajadura, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco, y el titulado Déjense fotografiar con la bandera española (2014), del diplomático Juan Claudio de Ramón. 

Les invito a compartir este artículo, Federalismo y soberanía, del profesor Francesc Trillas Jané, de hace unos días, que pone los puntos sobre las íes del estado de la cuestión, más que interesante.

Pero si de verdad quieren ustedes saber en qué consiste el federalismo no tienen más remedio que recurrir a la lectura de El Federalista, un fascinante libro escrito por los "ilustrados" norteamericanos James Madison, Alexander Hamilton y John Jay a finales del siglo XVIII, que recopila todos los artículos de prensa publicados por los mismos bajo el seudónimo de "Publius" entre 1787 y 1789 en defensa del proyecto de Constitución federal de los Estados Unidos de América. Todo un clásico, quizá el mejor libro de ciencia política de la Historia, cuya lectura, estudio y comprensión, para muchos tratadistas, equivale -con suficiencia- a una maestría de postgrado en dicha materia. Pueden descargarlo, íntegro, en el enlace anterior. Espero que disfruten de su lectura, así como de los otros enlaces de la entrada. 







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2051
elblogdeharendt@gmail.com
Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri
Publicada originariamente con fecha 10 de abril de 2014

sábado, 20 de agosto de 2016

[Humor en cápsulas] Para hoy sábado, 20 de agosto de 2016





El Diccionario de la lengua española define humorismo como aquel modo que presenta, enjuicia o comenta la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios.

Como yo no soy humorista, me quedo con la primera acepción, y a partir de hoy, siempre en la medida de lo posible, iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en los diarios Canarias7: Morgan; La Provincia: Padylla y Montecruz, ambos de Las Palmas de Gran Canaria; y El País, de Madrid, en su edición nacional: Forges, Peridis, Ros y El Roto. Espero que disfruten de las mismas.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2848
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Píldoras literarias] Hoy, con "Sin título", de Carmen Leñero





La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. 

Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 

Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden. 

Continúo hoy la serie "Píldoras literarias" con el relato titulado Sin título, de Carmen Leñero (1959), escritora y cantante mexicana. Entrelaza la música con la creación poética, y el pensamiento crítico con la ficción literaria. Ha publicado numerosos libros de poesía, ensayo, narrativa, y de ficción para niños, obteniendo varios premios literarios nacionales e internacionales. Combina su labor como artista con la investigación y la enseñanza en el campo de la teoría literaria.

Su relato, incluido en la obra Birlibirloque (1987), tiene veintitrés palabras y dice así: 


SIN TÍTULO

La empatía entre los cuerpos
 lleva a una inercia de imitación: 
cuando salíamos apresurados del hotel, 
a media tarde, traías uno de mis aretes puesto.







Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2847
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)