domingo, 9 de febrero de 2025

Del poema de cada día. Hoy, Oración por Marilyn Monroe, de Ernesto Cardenal

 






ORACIÓN POR MARILYN MONROE



Señor

recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de

Marilyn Monroe

aunque ese no era su verdadero nombre

(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a

los 9 años

y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)

y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje

sin su Agente de Prensa

sin fotógrafos y sin firmar autógrafos

sola como un astronauta frente a la noche espacial.

Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia

(segun cuenta el Time)

ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo

y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.

Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.

Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno

pero también algo más que eso…

Las cabezas son los admiradores, es claro

(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).

Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.

El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo

en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano

expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox

que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.

Señor

en este mundo contaminado de pecados y radioactividad

Tú no culparás tan solo a una empleadita de tienda.

Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.

Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).

Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos.

—El de nuestras propias vidas—. Y era un script absurdo.

Perdónala Señor y perdónanos a nosotros

por nuestra 20th Century

por esta Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.

Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.

Para la tristeza de no ser santos

se le recomendó el Psicoanálisis.

Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara

y el odio al maquillaje —insistiendo en maquillarse en cada escena—

y cómo se fue haciendo mayor el horror

y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda

soñó ser estrella de cine.

Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y

archiva.

Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados

que cuando se abren los ojos

se descubre que fue bajo reflectores

¡y apagan los reflectores!

y desmontan las dos paredes del aposento (era un set

cinematográfico)

mientras el director se aleja con su libreta

porque la escena ya fue tomada.

O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río,

la recepción en la mansión del duque y la duquesa de Windsor

vistos en la salita del apartamento miserable.

La película terminó sin el beso final.

La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.

Y los detectives no supieron a quien iba a llamar.

Fue

como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga

y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER.

O como alguien que herido por los gángsters

alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor:

quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar

y no llamó (y tal vez no era nadie

o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Ángeles)

¡contesta Tú el teléfono!



Ernesto Cardenal (1925-2020)

poeta nicaragüense



















De las viñetas de humor de hoy domingo, 9 de febrero de 2025

 
































sábado, 8 de febrero de 2025

De las entradas del blog de hoy sábado, 8 de febrero de 2025

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz sábado, 8 de febrero de 2025. Quienes tenemos un ojo puesto en la política internacional y otro en la nacional no paramos de bizquear; no hay manera de evitar el estrabismo derivado de su falta de acople, se dice en la primera de las entradas del blog de hoy. En la segunda, un archivo del blog de febrero de 2018 se comentaba lo que Goethe decía sobre  el hecho de que "un hombre vale por tantos hombres cuantos idiomas posea" y, desde luego, no seré yo quien le contradiga. De ahí que los ciudadanos españoles residentes en comunidades autónomas con lengua propia puedan ser unos seres privilegiados si llegan a ser bilingües de verdad. El poema de hoy, sin título, en la tercera del día, es del poeta Manuel Vilas y comienza con estos versos: "Oh, tú, lengua desamparada./Tal vez yo me haya convertido en tu último apóstol. Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor. Pero ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Hoy entro yo en la octava década de mi existencia. No puedo quejarme de lo vivido hasta ahora, pues he sido tratado con benevolencia, y parafraseando a Machado, permítaseme decir que creo que soy, en el buen sentido de la palabra, una buena persona y que he gozado de una vida afortunada y feliz. Lo que me quede de ella se lo encomiendo a las Euménides y la diosa Fortuna. Nos vemos mañana si ella lo permite. Sean  felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. HArendt










Del cada uno a lo suyo y ninguno a lo de todos

 







Quienes tenemos un ojo puesto en la política internacional y otro en la nacional no paramos de bizquear; no hay manera de evitar el estrabismo derivado de su falta de acople, escribe en El País [La gran desconexión entre los partidos y el futuro, 02/02/2025] el politólogo Fernando Vallespín. Por un lado, un inquietante mundo en plena disrupción en el que todas las certidumbres anteriores parecen desvanecerse a una velocidad alarmante; por otro, "politics as usual", como si habitáramos una isla ajena al temporal. Aquí seguimos dejándonos llevar por las inercias de los años anteriores. Se supone que estamos entrando además en una nueva era tecnológica que romperá de modo drástico con la organización del sistema productivo, exigirá algo próximo a una revolución de los sistemas de enseñanza, sanitario y de la misma gestión burocrática del Estado. Son cuestiones que se discuten en nuestro espacio público, claro está, pero como si fuera algo ajeno a nuestra política. Esta parece inmune ante estos desafíos, inmersa como está en el pugnaz choque entre bloques o partidos, en si Puigdemont es más trilero que Sánchez o viceversa, en si este o aquel juez sufre de alguna u otra distorsión hermenéutica o partidista, o en predicciones sobre la duración de la legislatura y los costes o beneficios de la (in)estabilidad del Gobierno. En fin, en nuestra política no hay más discusión que la que imponen las necesidades de poder de los partidos.

Las iniciativas del Gobierno tampoco se pueden discutir a fondo, porque su final es imprevisible; cuesta saber cómo van a quedar después de las negociaciones que Puigdemont gusta escenificar a cara de perro y a puerta cerrada. Se nos presenta el resultado, que luego se nos vende como necesariamente bueno por la cantidad de consensos que consigue sumar. El Gobierno transmite imagen de desconcierto, y la oposición también, aunque el problema de esta es que parece haber puesto todas las fichas en el mismo número, el de sentencias judiciales cuyo tempo, recursos y eventuales pronunciamientos del Tribunal Constitucional trasladan hacia un futuro indeterminado. Fuera de eso, carece de imaginación opositora, no tiene ni un solo gesto irónico o propositivo. Así pasamos los días, las semanas, los meses, volviendo una y otra vez sobre los mismos temas y en ambiente de encarnizada lucha electoral permanente.

Lo malo es que el futuro no puede esperar a que los grandes partidos se pongan de acuerdo en algo, o a que pase el año de celebración de la muerte de Franco u otra efeméride que siga anclándonos al retrovisor en vez de enfrentarnos al porvenir. ¿No tendrían curiosidad por ver en las Cortes lo que los partidos nos tienen que decir sobre la inteligencia artificial, por ejemplo? ¿O lo que opinan sobre lo que se le viene encima a Europa con el ciclón Trump? ¿Tienen un plan específico para cada uno de los desafíos de futuro o se limitarán a hacer seguidismo de sus correligionarios europeos? La verdad es que no lo sé. En nuestros medios podemos informarnos bien sobre el devenir de este apasionante y peligroso momento histórico que nos está tocando vivir. Pero cuando vamos a las páginas de Nacional, no aparece apenas huella alguna de lo que nos ha dejado tan acongojados, como si se tratara de dos subsistemas distintos, cada uno con su propia lógica.

Todos sabemos que la política es local, que se ocupa preferentemente de lo próximo, y que en ella es inevitable el partidismo y que imperen el conflicto y la división. Pero también que muestra su cara más noble cuando consigue adicionar fuerzas para resolver problemas acuciantes. Es inevitable no calificar este momento como necesitado de orientación, de discusión pública y acción política. En este último sentido mencionado, no en el mecánico raca-raca habitual.















[ARCHIVO DEL BLOG] Lenguas, Ley y Constitución. Publicado el 20/02/2018












Goethe decía que "un hombre vale por tantos hombres cuantos idiomas posea" y, desde luego, no seré yo quien le contradiga. De ahí que los ciudadanos españoles residentes en comunidades autónomas con lengua propia puedan ser unos seres privilegiados si llegan a ser bilingües. Por consiguiente, todo lo que se haga en este sentido deber ser alabado y alentado, siempre que una política lingüística determinada no signifique a la larga la sumisión de una lengua a la otra, desvirtuándose así el objetivo del bilingüismo, escribe en El Mundo el profesor Jorge de Esteban, catedrático de Derecho Constitucional y presidente del Consejo Editorial de ese diario.
Precisamente fue esta condenable orientación la que prevaleció durante el régimen anterior, en dónde estuvo vigente aquel estúpido eslogan de «habla la lengua del Imperio», comienza diciendo. Acabar con semejante estulticia fue uno de los objetivos que se trazaron los redactores de nuestra Constitución, cuyo Preámbulo señala ya que "la Nación española proclama su voluntad de proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones". Razonamiento que viene perfilado ya más concretamente en el artículo 3º. Y otros artículos se refieren también, directa o indirectamente, al uso de las diferentes lenguas españolas (Arts. 2, 14, 20.3, 27.8, 148.1.17, 149.1.1 y Disposición Final).
Pues bien, en este contexto es en el que hay que plantear la solución al conflicto entre el castellano y el catalán que, como continuación a una serie de protestas, acaba de plantear el Tribunal Supremo. En efecto, ante la duda de la constitucionalidad de la Llei 7/83 de normalizació lingüística a Catalunya, aquel ha elevado ante el TC la correspondiente cuestión de inconstitucionalidad. Así, un conflicto pleno de connotaciones políticas y emocionales se trata de resolver en términos estrictamente jurídicos y, por tanto, sin perjuicio de lo que acabe resolviendo el Tribunal, la argumentación que sigue se limita a un razonamiento exclusivamente conforme a Derecho. Para ello, conviene delimitar el problema: saber si, desde el punto de vista constitucional, es posible que la enseñanza, en sus diversos grados, se imparta exclusiva o fundamentalmente en catalán, lesionándose los derechos de los castellanoparlantes.
La política de inmersión lingüística que lleva a cabo actualmente la Generalitat se basa sobre todo en el artículo 14, apartados 1,2 y 5 de la citada Llei y, en consecuencia, es el precepto que debe centrar nuestra atención, cuyos contenidos los podemos exponer así: "El catalán es la lengua propia de la enseñanza en todos los niveles educativos", "los niños tienen el derecho a recibir la enseñanza primaria en su lengua habitual, ya sea ésta el catalán o el castellano", y "la Administración deber tomar las medidas para que la lengua catalana se use progresivamente a medida que todos los alumnos la vayan dominando". Es decir, la finalidad de esta política es llevar a cabo un bilingüismo desequilibrado en favor de la preponderancia del catalán, basándose sobre todo en la enseñanza en esta lengua de todas las materias. ¿Es constitucionalmente posible?
Sinceramente, tengo mis dudas, basándome tanto en lo que dice la Constitución como en lo que señala el propio TC interpretando la misma. En primer lugar, la Constitución establece sin ambages que todos los españoles tienen el deber de conocer el castellano, mientras que es únicamente un derecho usar las otras lenguas españolas en el ámbito de la comunidad autónoma propia. La concreción constitucional de este deber se deriva no sólo de que el castellano es la lengua oficial del Estado, sino sobre todo de que, según el artículo 27.8 CE, "los poderes públicos inspeccionarán y homologaran el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las leyes". Y precisamente la homologación básica en la enseñanza consiste en que se haga en el idioma oficial del Estado, lo que no implica, ni mucho menos, que no se enseñe también la lengua propia de las diferentes comunidades. Ciertamente, es un derecho constitucional la enseñanza del catalán, pero no la enseñanza en catalán. Y, por si hubiese dudas, el artículo 148.1.17 CE lo aclara definitivamente, al establecer que las Comunidades Autónomas podrán asumir competencias en las siguientes materias... "el fomento de la cultura, de la investigación y, en su caso, de la enseñanza de la lengua de la Comunidad Autónoma".
Se dice, pues, enseñanza de la lengua y no enseñanza en la lengua, porque se trata así de una competencia exclusiva del Estado, según el artículo 149.1.1º, por lo que entonces éste deberá "regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales". La conclusión, con la Norma Fundamental en la mano, estriba en que, reconociendo al catalán como lengua propia de Cataluña, la enseñanza debe ser impartida en castellano, sin perjuicio de las horas que se decida consagrar al aprendizaje del catalán. Semejante razonamiento es el que ha venido sosteniendo hasta ahora el Constitucional, con alguna evidente equivocación, según vamos a ver. En efecto, en una primera sentencia (STC 6/82) establece que es competencia del Estado "garantizar la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales", por lo que la "Alta Inspección puede ejercitarse legítimamente para velar por el respeto a los derechos lingüísticos (entre los cuales está eventualmente, el derecho a conocer la lengua peculiar de la comunidad autónoma) y, en particular, el de recibir enseñanza en la lengua del Estado".Posteriormente, el TC en otras sentencias (SSTC 87/83 Y 88/87) indica que "de acuerdo con los arts. 27 y 149.1.30 de la Constitución la competencia para establecer las enseñanzas mínimas del ciclo medio de EGB corresponde al Estado, y la finalidad de tal competencia es, con toda evidencia, conseguir una formación común en un determinado nivel de todos los escolares de EGB, sea cual sea la comunidad autónoma a que pertenezcan". Y acaban señalando que "el Gobierno ha fijado unos horarios mínimos para todo el territorio nacional, y en materia lingüística los ha fijado sólo en relación con el castellano, ya que al referirse a enseñanzas mínimas en todo el Estado se ha limitado correctamente a regular la enseñanza de la única lengua que es oficial en todo su territorio y que, por tanto, debe enseñarse en todo él con arreglo de unos mismos criterios concernientes tanto al contenido como a los horarios mínimos...". Igualmente, otra sentencia (STC 82/86) vuelve a reiterar esta cuestión: «En virtud de las competencias asignadas por el artículo 149.1.1ª, el Estado puede regular las garantías básicas de la igualdad en el uso del castellano como lengua oficial ante todos los poderes públicos, así como las garantías del cumplimiento del deber de conocimiento del castellano, entre las que se halla la obligatoriedad de enseñanza en este idioma...».
Por último, dos sentencias más (SSTC 195/89 y 19/90) no reconocen sendos recursos de amparo en los que se reivindicaba el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación en la lengua de su preferencia, en este caso, el valenciano. Sentencias que resultan incongruentes con la doctrina anterior, porque dan por hecho la legalidad de que en la Comunidad de Valencia coexistan centros públicos de enseñanza en castellano y en valenciano cuando el Tribunal Constitucional ha venido manteniendo, como he demostrado, que la enseñanza debe realizarse siempre en castellano, sin perjuicio de que se enseñen también las otras lenguas españolas en el ámbito de la Comunidad Autónoma propia. En definitiva, si nos atenemos exclusivamente al criterio de la Constitución, de los Estatutos y de la jurisprudencia constitucional, la enseñanza no puede sino impartirse en la lengua oficial del Estado, lo que no impide que se enseñen también las otras lenguas españolas. Por supuesto, se pueden alegar criterios respetabilísimos para adoptar otro sistema diferente, tanto por razones políticas como emocionales, pero desde el punto de vista constitucional, a mi juicio, no hay más interpretación que la que se ha expuesto aquí.--- El texto anterior es literalmente el mismo de un artículo que publiqué aquí el 28 de febrero de 1994, es decir, hace 24 años. Si me he decidido a republicarlo en estas horas cruciales para Cataluña y, en definitiva, para España, ha sido para demostrar que la crisis actual no es sólo la consecuencia del interés descerebrado de los separatistas catalanes, sino sobre todo de la pasividad de los distintos Gobiernos españoles, que han dejado que el golpe de Estado avanzase irremediablemente a causa de su dejadez y miopía política o, lo que es peor, en razón de que todos los Gobiernos desde 1983 hasta la fecha han puesto sus intereses particulares por encima de los nacionales. En este tiempo, los diversos Ejecutivos no se han preocupado de hacer cumplir la Constitución, las leyes y las sentencias del TC, pero, en cambio, se han doblegado a las exigencias de los nacionalistas vascos y catalanes cuando han necesitado sus votos. Lo que nos lleva a la raíz de este problema que no es otra que la anormalidad de que en el Congreso de Diputados haya en la actualidad solo tres partidos nacionales, incompletos en toda España, mientras que hay más de media docena de partidos nacionalistas que solo representan a unas fracciones regionalistas o separatistas de ciudadanos. En consecuencia, salir de la actual crisis solo será posible mediante un gran revulsivo político. Pero eso es harina de otro costal. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
















El poema de cada día. Hoy, Poema sin título, de Manuel Vilas

 






POEMA SIN TÍTULO



Oh, tú, lengua desamparada.

Tal vez yo me haya convertido en tu último apóstol.


Los hijos de los mexicanos que nacieron

en la tierra de Abraham Lincoln

a duras penas hablan

la lengua de sus padres.


Oh, tú, lengua de los pobres.


A ellos, sí, a ellos,

cuando los veo en las prósperas

ciudades anglosajonas trabajando

en los peores trabajos,

les digo con amor: “háblalo,

enséñalo a tu hijos,

el español,

estas sílabas nuestras,

estas sílabas caídas”.


Ellos me miran con gesto interrogante,

incómodo, como diciendo “cállese, se lo ruego”.


Oh, sílabas españolas dichas

en voz baja

para que no sean oídas por el gringo rico.


“Cállese, cállese, se lo ruego,

usted viene de España,

usted tiene suerte,

pero yo no”.


Cocineros de bares humeantes,

dependientas en tiendas outlet,

camareras y camareros,

conductores de autobuses,

limpiadoras y sirvientas,

pieles oscuras en trabajos duros, en obras,

en fábricas, en la industria tóxica,

en la basura,

oh, lengua desamparada,

allí dicen tus sílabas con miedo y vergüenza,

con pena.


Oh, lengua desamparada

ven a mi corazón desamparado.


Dila a tus hijos, yo les digo,

y el verbo decir se disuelve para siempre.


Oh, lengua de los humillados,

yo soy tu último apóstol.


Tu novio, tu sangre, tu amor.


Oh, lengua de los sacrificados

para que el mundo rico siga siendo rico,

yo te doy el último beso.


Oh, lengua del desamparo,

vuelve a mí,

entra en mi corazón,

contempla cómo tu soledad

halla hermanamiento

con la mía,

que es siete mil veces más grande

y más antigua

que la tuya.



Manuel Vilas (1962)

poeta español