Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz sábado, 8 de febrero de 2025. Quienes tenemos un ojo puesto en la política internacional y otro en la nacional no paramos de bizquear; no hay manera de evitar el estrabismo derivado de su falta de acople, se dice en la primera de las entradas del blog de hoy. En la segunda, un archivo del blog de febrero de 2018 se comentaba lo que Goethe decía sobre el hecho de que "un hombre vale por tantos hombres cuantos idiomas posea" y, desde luego, no seré yo quien le contradiga. De ahí que los ciudadanos españoles residentes en comunidades autónomas con lengua propia puedan ser unos seres privilegiados si llegan a ser bilingües de verdad. El poema de hoy, sin título, en la tercera del día, es del poeta Manuel Vilas y comienza con estos versos: "Oh, tú, lengua desamparada./Tal vez yo me haya convertido en tu último apóstol. Y la cuarta, como siempre, son las viñetas de humor. Pero ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Hoy entro yo en la octava década de mi existencia. No puedo quejarme de lo vivido hasta ahora, pues he sido tratado con benevolencia, y parafraseando a Machado, permítaseme decir que creo que soy, en el buen sentido de la palabra, una buena persona y que he gozado de una vida afortunada y feliz. Lo que me quede de ella se lo encomiendo a las Euménides y la diosa Fortuna. Nos vemos mañana si ella lo permite. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos míos. HArendt
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