ORDEN DEL SUEÑO
Cuando entré a despedirme de los ámbitos
a los que ya rendí mi adiós, mas no mi olvido,
la amada sombra estaba recortándose,
cual negativo de una antigua foto,
sobre lechosa luz de día que declina:
oscura luz o sombra iluminada,
símbolo, pudo ser, de una terrible
desdicha.
Mi sorprendida mano,
que hallarse sola se creía,
puso luz en la estancia, no en la sombra,
ni en el enigma que el tiempo me acercaba
para borrar, con cada beso sabio,
un dolor.
Ya pasados, recordarlos no puedo.
Se me fueron sus nombres y ocasiones.
Sólo hablan en mí sus voces confundidas.
Y ni eso, a veces: un viento que se aleja
entre golpes de mar, nieve que cae.
A través de los sueños
se abre paso el olvido, y los rencores
decaen, lentamente, como otoño ante el invierno.
La noche y sus preciosas criaturas
limpias de su pasado miserable;
salvadas de ellas mismas, de mí misma,
de pie sobre otra tierra: un paraíso.
Julia Uceda (1925-2024)
poetisa española
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