Diego Hernando de Acuña
El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado "Lo que es mortal padece esta prisión", de Diego Hernando de Acuña (1520-1580), militar y poeta español petrarquista, del Renacimiento. De origen nobiliario, se dedicó a las armas y combatió como soldado en Italia bajo las órdenes del marqués del Vasto con quien participó en la guerra del Piamonte. Cantó a dos damas, las Silvia y Galatea de sus versos durante su estancia hacia 1543 en Tesino. Detenido por los franceses es rescatado por el emperador, quien le nombró gobernador de Querasco. Participó en la famosa batalla de San Quintín. Sobre 1560 deja la vida militar y se traslada a España, casándose con una prima suya llamada Juana de Zúñiga e instalándose en Granada. Tradujo obras clásicas de grandes escritores latinos e italianos. Es conocido por sus sonetos, sus églogas y elegías. Considerado uno de los más notables poetas petrarquistas, en su poesía amorosa resuena la influencia de su amigo y compañero de armas Garcilaso de la Vega, con quien formó la primera generación renacentista española, junto a Juan Boscán, Gutierre de Cetina, Diego Hurtado de Mendoza y Gregorio Silvestre. En tales composiciones se refleja un tono sentimental afín a la lírica de Petrarca, si bien no es despreciable, como tampoco lo es en la obra de Garcilaso, el peso de la tradición cancioneril hispánica. Pero por encima de sus poesías de carácter pastoril y amoroso destaca el célebre Soneto al Rey Nuestro Señor, al que pertenece el famoso endecasílabo "un monarca, un imperio y una espada". Al decir de Valbuena Prat, este soneto "condensa en sus dignos y sobrios versos el ideal de la unidad imperial y católica de los Austrias españoles".
Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos? Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado.
El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado "Lo que es mortal padece esta prisión", de Diego Hernando de Acuña (1520-1580), militar y poeta español petrarquista, del Renacimiento. De origen nobiliario, se dedicó a las armas y combatió como soldado en Italia bajo las órdenes del marqués del Vasto con quien participó en la guerra del Piamonte. Cantó a dos damas, las Silvia y Galatea de sus versos durante su estancia hacia 1543 en Tesino. Detenido por los franceses es rescatado por el emperador, quien le nombró gobernador de Querasco. Participó en la famosa batalla de San Quintín. Sobre 1560 deja la vida militar y se traslada a España, casándose con una prima suya llamada Juana de Zúñiga e instalándose en Granada. Tradujo obras clásicas de grandes escritores latinos e italianos. Es conocido por sus sonetos, sus églogas y elegías. Considerado uno de los más notables poetas petrarquistas, en su poesía amorosa resuena la influencia de su amigo y compañero de armas Garcilaso de la Vega, con quien formó la primera generación renacentista española, junto a Juan Boscán, Gutierre de Cetina, Diego Hurtado de Mendoza y Gregorio Silvestre. En tales composiciones se refleja un tono sentimental afín a la lírica de Petrarca, si bien no es despreciable, como tampoco lo es en la obra de Garcilaso, el peso de la tradición cancioneril hispánica. Pero por encima de sus poesías de carácter pastoril y amoroso destaca el célebre Soneto al Rey Nuestro Señor, al que pertenece el famoso endecasílabo "un monarca, un imperio y una espada". Al decir de Valbuena Prat, este soneto "condensa en sus dignos y sobrios versos el ideal de la unidad imperial y católica de los Austrias españoles".
Las viñetas que acompañan la entrada de hoy son todas del dibujante canario Padylla, que las publica en el diario "La Provincia", de Las Palmas de Gran Canaria, y que se centran sobre todo en la crítica mordaz y satírica de los personajes públicos y la situación política de las islas.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
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LO QUE ES MORTAL PADECE ESTA PRISIÓN
Lo que es mortal padece esta prisión,
que lo inmortal, señora, está en la vuestra;
que lo inmortal, señora, está en la vuestra;
ésta tiene de mi sólo la muestra,
la vuestra tiene el alma y corazón.
Por donde yo no hallo de razón
que a Fortuna llamar deba siniestra,
pues ella me guió con mano diestra
a veros y a sufrir por vos pasión.
Así de todo el mal en que me ha puesto,
cuando pienso este bien en que me puso,
no sólo le perdono su mudanza,
pero aun no estando satisfecha de esto
de cualquier otro mal tambien la excuso,
salvándose de veros mi esperanza.
Entrada núm. 2489
elblogdeharendt@gmail.com
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)