lunes, 20 de febrero de 2023

De las becas

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz Martes de Carnaval. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, del escritor Coradino Vega, va de las becas. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.
harendt.blogspot.com








Los nuevos privilegios
CORADINO VEGA
15 FEB 2023 - ​El País​
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Puede que La forja de un rebelde sea una de las fuentes más pertinaces para comprender el funcionamiento de este país a principios de siglo XX. En su novela autobiográfica, Arturo Barea contaba muy bien cómo tuvo acceso a la educación gracias a sus tíos, puesto que él era huérfano de padre e hijo de una lavandera; cómo en el colegio religioso al que fue, incluso dentro del privilegio que suponía ir a la escuela, quedaba claro quién provenía de una familia de dinero y quién no, lo que le hizo comprender pronto en qué consistían las clases sociales; cómo, años más tarde, cuando tuvo que hacer el servicio militar en Marruecos, los hijos de las capas pudientes se libraban de lo peor del Ejército pagando su exención o un destino fuera de peligro. Por medio de su trilogía, Barea, de quien William Chislett acaba de rescatar dos textos inéditos, trató de explicar cuál fue la ruta de una generación que, poco tiempo después, acabaría protagonizando una guerra tras el intento de corregir esa desigualdad de base por parte de la II República.
La dictadura resultante de la contienda a la que Barea dedicó el tercer volumen de La forja de un rebelde propició una regresión absoluta en materia educativa. Y no sería hasta la década final del franquismo cuando los hijos de las familias trabajadoras pudieron ir poco a poco entrando en un sistema de promoción por medio del estudio, aun cuando sus peldaños iniciales siguieran estando controlados esencialmente por la Iglesia. La democracia apuntaló esa apertura a través de la ampliación de becas y centros de titularidad pública. Sin embargo, más que una forma de garantizar la gratuidad de la educación en aquellos enclaves donde el Estado no pudiera ofrecerla, que ha sido el argumento esgrimido hasta hace muy poco, el modelo de conciertos diseñado por el primer Gobierno socialista, y jamás puesto en duda por ninguno de los Ejecutivos que lo sucedieron, obedeció más bien a un pacto de paz social entre las dos grandes fuerzas ideológicas que, en el terreno de la educación, se hacen más visibles que en otros asuntos.
Ese acuerdo implícito, no obstante, ha sido a menudo contestado por una de las partes: aquella que no ha visto amenazados sus privilegios de selección sin faltarle en ningún momento la subvención estatal, por no hablar del profesorado que imparte Religión en la enseñanza pública y cobra como un funcionario, aunque su puesto sea designado de forma arbitraria por el obispado. Desde una mentalidad laica, moderna y republicana en un sentido francés, este modelo de enseñanza concertada y confesional solo podría ser convalidado con el tiempo si se asume que, durante el periodo que va de la década de los sesenta a finales de la de los noventa, en España existió un sistema de promoción meritocrático entendido desde un punto de vista socialdemócrata. Por primera vez en la historia española, hijos de obreros, campesinos y amas de casa pudieron optar sin más trabas que las de su propio esfuerzo a carreras universitarias que les permitieron vivir significativamente mejor que sus padres.
Sin embargo, ese paradigma comenzó a resquebrajarse con el cambio de siglo y acabó implosionando con la crisis económica de 2008. La universidad empezó a deslizarse, de forma más o menos encubierta, hacia el negocio privado. Por su parte, en la enseñanza primaria y secundaria, la práctica totalidad de comunidades autónomas recortaron recursos y profesorado, y permitieron un número de alumnos por clase mucho más alto que el recomendado. Ahora, del mismo modo que parece que no hemos aprendido de la pandemia en la gestión del ámbito sanitario, ante el descenso de la natalidad, la Junta de Andalucía ha preferido suprimir el impuesto de patrimonio, desgravar las clases particulares y cerrar líneas en los colegios públicos, en vez de bajar sus ratios. Mientras, como explicó perfectamente en estas páginas María Fernández Mellizo-Soto, Madrid ha decidido relegar del todo la escuela pública a un papel residual, concebida como red de atención básica de clases bajas, familias inmigrantes y niños con dificultades: el último episodio es la concesión gratis de parcelas públicas para construir más colegios privados concertados.
El Gobierno autonómico de Madrid se ha empeñado en llevar a la práctica el sueño marxista de la solidaridad de clase, solo que de las clases altas y no del proletariado. Las becas a las familias de renta holgada para que sus hijos puedan estudiar la enseñanza postobligatoria en un colegio privado suponen un nuevo privilegio para los viejos privilegiados con los que se topó Barea: los ricos y la élite de la Residencia de Estudiantes. Con el sistema actual de acceso a la universidad, que premia más la trayectoria del alumnado en el bachillerato que la prueba de selectividad, las plazas de las universidades públicas más demandadas —que en España son las que tienen verdadero prestigio— están siendo copadas en su mayoría por quienes proceden de la escuela privada y concertada. Por mucho que los informes demuestren que los bachilleres de la pública aprueban más en primero de carrera, según ha informado Elisa Silió, las notas que se ponen en los colegios de pago son tan altas en los dos últimos años de instituto que los alumnos que vienen de la pública no pueden competir en pie de igualdad con la privada.
Ese es el nuevo privilegio que implican las subvenciones del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Ese es el negocio. Esa es la trampa de la meritocracia de la que habla César Rendueles, y que ni la nueva ley de educación ni la reforma prevista de la prueba de la selectividad han querido valorar a fondo. Porque de poco sirve sopesar un cambio ambicioso de lo que se debe impartir, así como la forma en que ha de ser evaluado, si las condiciones previas están marcadas y determinan de manera tan rotunda el futuro. Al margen de la pauperización de su profesorado, una de las razones por las que Portugal mejoró no hace mucho en todas las pruebas educativas internacionales fue la importante reducción de los conciertos que llevó a la práctica el exministro Tiago Brandão Rodrigues, quien dejó su puesto de profesor en la Universidad de Cambridge para ocupar ese cargo. Allí probablemente conocería a los chums a los que se refiere en su libro homónimo Simon Kuper, la élite tory privilegiada e irresponsable que, con una visión nostálgica y exclusivista del Reino Unido, acabó llevándolo al precipicio del Brexit.
Y esa es también nuestra encrucijada. Optar por becar a las clases altas y no inspeccionar exhaustivamente las notas del colegio al que se paga fomenta la pervivencia de un señoritismo acostumbrado a servirse de la ley para su propio beneficio. Optar por poner sobre la mesa el debate de la escuela concertada, como hizo Brandão Rodrigues, y diseñar un modelo de acceso a la universidad que no premie por homologación a quien más que merecerlo hace uso de su estatus, corregiría en algo las desigualdades que provocan que la meritocracia solo pueda ser invocada por quienes parten con ventaja: los beneficiarios de los nuevos privilegios que, en el fondo, son los privilegiados de siempre.























[ARCHIVO DEL BLOG] La hora de las provincias [Publicada el 25/07/2008]











Hace unos días escribí en el blog sobre el lenguaje de los políticos y aunque siempre hay excepciones a la regla general, la verdad es que suelen hablar mucho, con muchos circunloquios, para al final no decir nada. Los filósofos también resultan difíciles de entender a menudo, con una diferencia, la de que utilizan un lenguaje sumamente críptico, sólo para iniciados o miembros de la tribu filosofal, que se compadece muy poco con el del común de los mortales. No siempre es así: Bertrand Russell y Ortega, por ejemplo, pueden leerse con facilidad por la precisión, elegancia y belleza de su lenguaje. Ambos escribieron de política y participaron activamente en la de su tiempo. También lo hizo mi querida y admirada Hannah Arendt, pero como dice su biógrafa, Laura Adler ("Hannah Arendt", Destino, Barcelona, 2006): "ella, que durante un tiempo ha flirteado con el compromiso en la acción política, se aleja definitivamente de la misma. Desde ahora considera que no está hecha para eso: demasiado emotiva, demasiado a flor de piel, no es lo bastante estratega y se inclina demasiado por la verdad". Sí, es difícil compatibilizar filosofía, acción política y verdad sin acabar pringándose... ¿No cree, Sr. Savater?
Años atrás, durante el proceso de traslado de la biblioteca familiar de Las Palmas a Maspalomas, un poco en broma y como para tentar al destino -lo mismo hace uno de los personajes de "Los amantes encuadernados" (Espasa-Calpe, Madrid, 1997), de Jaime de Armiñan- fui guardando al azar dentro de mis libros fotos, cartas, postales, escritos personales, artículos de prensa... Espero que mis nietos se diviertan encontrándolos y recopilándolos, o echándolos a la hoguera, como hacía Pepe Carvalho, el detective protagonista de las novelas de Manuel Vázquez Montalbán.
Resultó una auténtica sorpresa encontrar hace muy pocos días, hojeando uno de esos libros, un artículo de prensa, ya amarillo por el paso del tiempo, titulado "El derecho fundamental del pueblo canario", publicado en el periódico El Eco de Canarias, de Las Palmas, el 9 de marzo de 1977, y escrito por un Néstor David Ramírez, que reivindicaba, siguiendo el pensamiento de Ortega en su "España invertebrada" (1921), la exigencia para nosotros, "como canarios, de las mismas libertades, los mismos deberes, los mismos derechos y privilegios que pedimos para todos los restantes pueblos y países de España, porque forzoso es reconocer que sólo en una España libre, justa y democrática será posible la existencia de un pueblo canario libre, justo, democrático, pacífico y orgulloso". Salvo algunas expresiones un poco ampulosas, propias de la época y el momento, lo suscribo totalmente.
Las casualidades no existen, pero como las meigas, haberlas, haylas...Así que, no es de extrañar que ayer, 24 de julio, El País publicase un artículo del notario catalán Juan-José López Burniol, miembro de la asociación cívico-política "Ciutadans pel canvi", titulado "La rebelión de las provincias", que reivindica igualmente a Ortega para defender que "la dialéctica centro-periferia viene impuesta por la fuerza de las cosas desde que el Estado Autonómico ha hecho posible lo que Ortega bautizó como 'la redención de las provincias', es decir, el logro de una progresiva homogeneización social y económica de España". Un brillante y crítico comentario contra los que aún parecen no entender que la rebelión de las provincias no sólo es inevitable sino absolutamente justa. Me ha parecido interesante contraponer ambos textos, separados por treinta y un años y muchas cosas más, y reproducirlos a continuación. ¡Ah, por cierto!, se me olvidaba decir que Néstor David Ramírez era uno de los seudónimos que utilizaba HArendt en sus escritos políticos de esa época... No voy a rebuscar más textos antiguos entre mis libros; que el Azar y la Fortuna decidan el mañana... HArendt












domingo, 19 de febrero de 2023

De la doble vida

 







Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz lunes. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, del cineasta David Trueba, va de la doble vida. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.
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La doble vida
DAVID TRUEBA
14 FEB 2023 - El País
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Sorprendió la noticia sobre cómo muchos de los dirigentes talibanes en Afganistán envían a sus hijas a estudiar fuera del país mientras que en el interior prohíben la escolarización femenina. Pero no tendría que escandalizarnos tanto. Si echamos la vista atrás, también en la España franquista, mientras aquí se instauraba una especie de bloqueo internacional que incluía abominar de todas las lenguas que no fueran la del imperio, los cachorros del régimen que se inclinaban más por la formación que por la jarana completaban sus estudios en el extranjero. Para las muchachas bien se reservaba el viaje a Londres si se cruzaba en su camino la necesidad de abortar, mientras que el resto habían de someterse a lo que marcaba la doctrina religiosa que regía las políticas reproductivas. Esa doble moral se ha mantenido intacta. Tras la sentencia de constitucionalidad de la ley de interrupción del embarazo los que presentaron el recurso miran para otro lado, ya volverá el día en que querrán utilizar esa munición electoral.
La doble vida en las dictaduras significa que la nomenclatura dirigente goza de un nivel de vida insultante en comparación con el de sus súbditos, pues el paternalismo ahoga a los ajenos pero no aprieta nunca a los propios. En esta inacabable estampa del doble rasero, el régimen iraní no se queda corto, con los lujos de una élite en el Teherán pijo unidos a la imagen más contundente que uno puede ver en París, Nueva York o Londres. De la puerta de las tiendas de ropa, maquillaje y lencería de lujo no dejan de salir mujeres cubiertas por el velo normativo cargadas de bolsas. A estas alturas, y gracias a la música latina de desinhibición con respecto al dinero, a nadie le preocupa que se haga ostentación, pero aún continúa siendo hiriente si se apoya en un poder que se finge espartano, puro y moralista. En las democracias hemos inventado una variante de este absurdo. Nuestros gobernantes parecen acogotados y sumisos cuando tienen que sentarse ante los grandes empresarios y los directivos de empresas y multinacionales. Quizá por todo ello, en la polémica sobre la subida del salario mínimo los que más han protestado son los que más sueldo cobran y en la gestión de la tasa bancaria, antes incluso de aprobarse, escuchamos el lamento sentido de los que no quieren ver reducida su tajada.
Al consumarse la bendita transparencia sobre los beneficios anuales, resulta que el negocio bancario sale ganador neto gracias a la subida de tipos de interés decretada por el Banco Central Europeo. En un contexto de inflación fuerte y de subida hipotecaria para todas las familias endeudadas, chirrían las muestras de fastidio de la patronal bancaria por tener que afrontar una contribución mínimamente mayor de la que esperaban. Al fin y al cabo, cuando los españoles se vieron forzados a tener que disponer de sus fondos de recaudación públicos para salvar a entidades bancarias, dieron una lección de entrega sin condiciones. Bien es cierto que fueron engañados por parte de los gobernantes de entonces, que les aseguraron que todo ese dinero del rescate sería devuelto sin gran dilación. Al día de hoy se dan por perdidos tantos millones de euros que podríamos acabar por sentirnos como las mujeres afganas, cuando humilladas y pisoteadas además son obligadas a poner cara de agradecimiento por la protección con que las agasajan sus guardianes.






















[ARCHIVO DEL BLOG] ¿Tiene todavía la política algún sentido? [Publicada el 23/03/2011]











"¿Tiene todavía la política algún sentido? ¿Son los fines que la acción política persigue merecedores de los medios que puedan emplearse en determinadas circunstancias para su consecución? ¿Hay todavía en el campo de lo político metas en virtud de las cuales podamos orientarnos confiadamente? Y si las hubiere, ¿no son sus criterios completamente impotentes y utópicos, de manera que toda empresa política, una vez puesta en marcha, no se preocupa más de metas y criterios sino que sigue un curso inherente a ella que nada externo puede detener? ¿No es la acción política, al menos en nuestro tiempo, precisamente una muestra del fallo de todos los principios, de manera que, en vez de proceder de uno de los muchos orígenes posibles de la convivencia humana y alimentarse de sus profundidades, más bien se adhiere oportunistamente a la superficie de los acontecimientos cotidianos y se deja llevar por ellos en múltiples direcciones, elogiando hoy siempre lo contrario de lo que ayer sucedió? ¿No ha conducido la acción misma al absurdo sacudiendo con ello también los principios u orígenes que quizá previamente la pusieron en marcha? Estas son las preguntas que se plantean inevitablemente a cualquiera que empiece a reflexionar sobre la política en nuestro tiempo."
Perdónenme el extenso proemio pero espero que reconozcan conmigo, con la que está cayendo, la pertinencia y actualidad del mismo: crisis económicas, corrupción generalizada catástrofes nucleares en ciernes, rebeliones en el hasta ahora inmutable mundo islámico, acciones militares punitivas por parte de Naciones Unidas, desconfianza de la ciudadanía sobre la capacidad de los líderes políticos para resolver los problemas de nuestra sociedad humana global, y así, hasta el infinito.... 
Ni siquiera los ciudadanos de la otrora opulenta Europa se fían ya de sus líderes. Al menos esa es la desoladora conclusión que se desprende de una encuesta realizada por el diario británico The Guardian entre el 24 de febrero y el 8 de marzo en Reino Unido, Francia, Alemania, Polonia y España. Los resultados de la misma revelan la profunda desconfianza ciudadana con los políticos y su honestidad, no se fían de los mismos: ni de los que gobiernan ni de los que ejercen la oposición, los perciben incapaces de solucionar los problemas que afectan a cada país y, sobre todo, no creen que sean honestos. Un pronunciado desapego hacia los políticos se ha instalado entre los ciudadanos. Solo el 14% de los europeos conserva "alguna" expectativa de que sus gobernantes logren manejar la situación, y un 78% se reparte entre los que no tienen muchas o ninguna. Desalentador.
Las palabras que sirven de introducción a esta entrada del blog pertenecen a la pensadora norteamericana de origen judeo-alemán Hannah Harendt y fueron escritas a finales de los años 50 del pasado siglo en su libro ¿Qué es la política? (Paidós/UAB, Barcelona, 1997, pág. 135), en plena "guerra fría" y tras el cataclismo de dos guerras mundiales en menos de treinta años.
Es evidente que la situación del mundo no es la misma ahora que hace 50 años, pero en cuanto a las respuestas posibles a las pregunta que Hannah Arendt se planteaba sobre si la política tiene todavía algún sentido, no creo que hayamos avanzada mucho. Y mucho me temo que vamos a tardar en encontrarlas, porque no solo nuestros líderes no están a la altura de lo que cabría esperar; pienso, sinceramente, que nosotros, los ciudadanos, tampoco... 
Sean felices a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt













sábado, 18 de febrero de 2023

Del afán privatizador

 






Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz domingo. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, del filósofo Emilio Lledó, va del afán privatizador. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.
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¿Quién privatiza a los políticos?
EMILIO LLEDÓ
04 OCT 2011 - El País
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La defensa de lo público hace vivir la democracia. Hay, por supuesto, opiniones en contra que parecen apoyarse en ese latiguillo de la libertad individual para fomentar la riqueza; de la libertad de emprender, de crear, que se oculta bajo la oscurecida palabra de liberalismo. No se puede negar la importancia de los llamados bienes de consumo que, al parecer, la economía y los economistas administran. Pero el verdadero sustento de la sociedad, de la vida colectiva tan importante como la vida de la naturaleza, es la educación, la cultura, la ética. Ellas son las verdaderas generadoras de riqueza ideal, moral y material.
La democracia, que nació como lucha hacia la igualdad por medio de la reflexión sobre las palabras y por el establecimiento de unos ideales de justicia y verdad, no puede rendirse a las privatizaciones mentales de paradójicos libertadores. Sin embargo, apenas se insiste en el hecho de que la crisis que padecemos es una crisis que tantos competentes expertos, siguiendo el principio de la libertad y la competitividad, no han sabido evitar, ni tampoco las diversas burbujas -sobre todo las propias burbujas mentales- que inflaban y aireaban. Burbujas que, parece ser, les han permitido construir sin que nadie les pida responsabilidades por sus liberadas y productivas ganancias.
¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?
No se entiende bien cómo les votan a esos destructores de la idea de lo público
No es, sin embargo, una discusión sobre problemas económicos, cuyos entresijos y burbujeos desconocemos, a lo que voy a referirme, aunque haya siempre un principio de honradez y verdad en el que, seguro, todos nos entenderíamos. Aludiré únicamente a una de esas frases vacías que hincha las palabras de ciertas oligarquías. Desde hace años, de nuevo en estos días, como manifestación del menosprecio por la enseñanza pública y por sus profesores, se habla de la libertad de los padres para elegir el centro en el que educar a sus hijos. Esa defensa libertaria no tiene que ver con el deseo de que se practique en la educación una verdadera libertad: la libertad de entender, de pensar, de interpretar, de desfanatizar, de sentir. Libertad que, por encima de todas las sectas, debería fomentar la combatida Educación para la Ciudadanía y la identidad democrática. Una libertad que enseñase algo más que la obsesión por el dinero y por el solapado cultivo de la avaricia. A lo mejor, esa educación les obligaba a dimitir a algunos personajes de la vida pública, por vergüenza del engaño que arrastran y contaminan. Mejor dicho: haría imposible que se dieran semejantes individuos.
Ese sermoneo se funda sobre todo en el fomento de la privatización de la enseñanza que alimenta el dinero y la desigualdad. ¿Pueden gozar de esa libertad todos los padres? ¿También los de los barrios más modestos de las grandes ciudades? ¿Pueden ser libres para mandar a sus hijos a esos colegios privados? Centros que proliferan por nuestro país y que apenas pueden compararse, a pesar de sus supuestas y publicitadas excelencias, con cualquier colegio o instituto público de Francia o Alemania. Por lo visto los padres franceses o alemanes ni siquiera se han planteado esa posible libertad que, lógicamente, no necesitan. En ese mismo derrotero andan algunas universidades, que anuncian sus excelencias pregonando que "los alumnos encontrarán las profesiones que les permitirán colocarse rápidamente en la empresa". ¡Magnífico ideario para fomentar la vida universitaria, la pasión por el saber, el crear, el innovar! En el fondo, toda esa propaganda libertaria es fruto de planteamientos políticos, de dominio ideológico, de sustanciosos prejuicios clasistas, que con doble o triple moral predican libertad, cuando lo que realmente les importa, aunque quieran engañarse y engañarnos, es el dinero. Solo por medio de una ideología de la decencia, de la justicia, de la lucha por la igualdad, tan problemática siempre, puede alzarse el sistema educativo de nuestro país, de todos los países. No puedo por menos de citar un texto de Giner de los Ríos, entre muchos de los que podrían citarse del olvidado precursor: "El dogmatismo, el dominio sectario sobre los espíritus, el afán de proselitismo doctrinal, tantas otras formas de opresión y de coacción muestran cómo esa tutela se corrompe, y en vez de disponer gradualmente al hombre para su emancipación procura disponerlo para perpetuar su servidumbre".
En este punto tendríamos que preguntarnos: ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos, si la corrupción mental ha comenzado por deteriorar esas neuronas que fluyen siempre hacia la ganancia privada? No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada y, en la miserable sordidez de la propia ignorancia, esperen alguna migaja, algún botón del traje que viste el supuesto partido político que les arrastra.
Habrá, como digo, que ir estudiando las razones que mueven el comportamiento de esos padres de la patria que tienen el deber de organizar, no para su provecho y el de sus amigoides o amigantes, eso que se suele llamar, más o menos acertadamente, el bien común. Un pueblo "maravillosamente dotado para la sabiduría", como decía Machado, y al que hay que dar ejemplo para que no pierda el sentido de la justicia, de la honradez. Es importante conocer en los defensores de la libre empresa, en los apóstoles de la privatización, qué empresa, ideología, fanatismo, les ha privatizado a ellos. Porque se trata de evitar que la patología individual de esos sujetos se convierta en patología, donde se hunde la vida colectiva.
Es un deber de la sociedad investigar y descubrir las razones ocultas de las privatizaciones. Parece que la raíz de todas ellas, con independencia de determinadas claves genéticas, brota también de la educación, de los ideales que, al abrirnos al mundo del saber y la cultura, hayan acertado a enseñarnos aquellos en cuyas manos está alumbrar la inteligencia y la sensibilidad. Las opiniones que se clavan en las neuronas y que determinan la forma de actuar sobre las palabras y sobre aquello a que esas palabras nos empujan, proviene de esos reflejos condicionados que, desde la infancia, han aprisionado nuestra manera de ver e interpretar el mundo.
Podemos intuir que la degeneración intelectual de buena parte de la clase política, y de los llamados emprendedores -los que, por ejemplo, emprendieron la destrucción de nuestras costas-, procede de esos conglomerados ideológicos en los que se mezclan, con la indecencia, alguno de los males a que se ha aludido. ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?



















[ARCHIVO DEL BLOG] La insoportable levedad del Sr. Rajoy. [Publicada el 08/04/2009]








¡Joder, qué no hay forma; ni siquiera en Semana Santa se pueden estar callados! Y no lo digo por respeto a los fieles cristianos, sino por los pobres de espíritu y pacíficos ciudadanos, que teníamos la esperanza de que al menos en estas fechas de asueto y descanso, los políticos, y su verborrea incontinente e incontenible nos dejaran en paz... Los electores son muy suyos y quitan y ponen presidentes a voluntad. Es cierto que cada vez afinan más, pero ello no impide que cualquier inútil, o quizá, precisamente, por eso, por inútil, pueda llegar a presidente. 
Pruebas, a montones, y de todos los colores. Si don Mariano llega algún día a La Moncloa, ¡Dios no lo quiera, pero hágase su voluntad!, desde luego no será por su fina inteligencia política. De visita ayer, martes, en Gran Canaria, le oigo por televisión responder a un periodista sobre el bochornoso caso del diputado popular en el Parlamento canario que ofendió gravemente el honor de una diputada socialista. Según Rajoy, el diputado popular pidió perdón públicamente a la ofendida, pero como ésta no aceptó las disculpas, el problema es de ella, que es así de estrecha. Tema resuelto. Y a otra cosa. La entrevista me hizo recordar el artículo que el pasado 28 de marzo publicó el profesor Xosé Luis Barreiro en La Voz de Galicia titulado "Tengo una pregunta para Mariano Rajoy", que reproduzco más adelante. El presidente del partido popular en Canarias está siendo investigado por algo más que presuntas corruptelas políticas, pero para el Sr. Rajoy, lejos de preocuparle, su correligionario le parece el mejor político del archipiélago. ¡Pues qué bien, don Mariano; que Santa Lucía le conserve la vista porque lo que es el olfato, lo tienes bastante dañado! El Juez archiva la denuncia del PP en Canarias contra la Jefa Superior de Policía en Canarias, a la que acusan de connivencia con los socialistas por investigar las redes de corrupción con las que, presuntamente, algunos dirigentes regionales de PP, al mejor y más tradicional estilo mafioso, organizan redes clientelares políticas en su propio beneficio personal. El juez acusa a los denunciantes del PP de obrar con evidente mala fe... El Sr. Rajoy insiste: Yo estoy seguro de que esa connivencia entre policías, fiscales, jueces y socialistas (con rabos y cuernos) en contra del PP canario y sus honestos dirigentes, existe. ¡Vale, don Mariano, ráyese un millo!. El Tribunal Supremo, ¡el Supremo, don Mariano, el Supremo!.., deniega la admisión a trámite de la denuncia del PP contra el juez Garzón por prevaricación. Le denunciaron por su investigación de la trama de corrupción y financiación ilícita de algunos dirigentes nacionales, entre ellos el Tesorero del partido, del PP. Y don Mariano, esperando, esperando, esperando... Como si nada estuviera ocurriendo... ¡Dios nos pesque confesados si este inútil integral llega un día a presidente!. Menos mal que mañana se va a Mogán, al sur de Gran Canaria, a pasar la Semana Santa. Su alcalde y amigo, del PP, está incurso en denuncias e investigaciones sobre corrupción urbanística y varios delitos más, pero... a caballo regalado, don Mariano, para que le vamos a mirar los dientes. ¿Verdad?... Sean felices. Y vengan cuando quieran a Gran Canaria, que don Mariano se vuelve en pocos días a Madrid y el viento hace milagros con el mal olor ambiental... Tamaragua, amigos. HArendt











viernes, 17 de febrero de 2023

De algunos medios de comunicaión

 





Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz sábado. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, del poeta Luis García Montero, va de algunos medios de comunicación. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.
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Los perros
LUIS GARCÍA MONTERO
13 FEB 2023 - El País
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Los espectáculos perrunos siempre tiran de mi imaginación. Es la factura que pago por tener los ojos pegados al suelo y sacar de paseo a los perros de mis hijos. Cuando en el parque o en las aceras advierten que se acerca otro perro, levantan las orejas, llenan sus ojos de una seriedad concentrada y detienen su andar despreocupado, animales de compañía que conocen bien el camino. Se miran, se acercan y empiezan a olerse el culo. Antes de gruñir o de mover la cola, nada mejor que reconocer los fluidos más íntimos en un movimiento circular en el que los hocicos persiguen la zona trasera del instinto y los excrementos.
Si estoy de buen humor, pienso en el mundo rosa tan trabajado por algunos cronistas que dan cuenta de cotilleos infames igual que de un terremoto o una guerra sin escrúpulos. Los ojos y los labios de la gente se ponen a husmear en los bajos fondos…, por ejemplo, de una cantante y un futbolista, como si el futuro del mundo dependiese de las barbaridades que se dicen o de los negocios que facilitan las vidas privadas. La exclusiva de un escándalo puede llegar a programarse como una cadena de carnicerías ante un público hambriento.
Cuando estoy de mal humor, me olvido de cantantes, futbolistas y personajes rosas. La imaginación se me va a otros extremos. A un perro le llamo mentira y al otro odio. Los veo dar vueltas, olerse el culo, gruñir e intentar subirse el uno encima del otro. Ahora las revistas no son rosa, ni se encuentran en las mesas de las peluquerías. Se trata de medios de comunicación que no trabajan para contar hechos, sino para buscar argumentos que promuevan relatos manipuladores y cultiven el lado sucio del que escucha. Las opiniones sucumben en la argumentación de los ladridos esperpénticos. Mundos paralelos, sonrisas y lágrimas, carcajadas y llantos.






















[ARCHIVO DE BLOG] Liderazgos. [Publicada el 15/06/2009]












Hace unos días leía un artículo en El País sobre liderazgos. Se titulaba "Liderazgos en nuestros tiempos", y estaba escrito por José Luis Álvarez, doctor en Sociología por la Universidad de Harvard. Lo primero que se me ocurrió fue acudir a la definición de "liderazgo" del Diccionario de la Real Academia Española, que en su versión electrónica, la presenta como voz enmendada para la próxima edición, la vigésimo tercera, con las acepciones de:
1. m. Condición de líder.
2. m. Ejercicio de sus actividades.
3. m. Situación de superioridad en que se halla una institución u organización, un producto o un sector económico, dentro de su ámbito.
Como el artículo de José Luis Álvarez tiene claras connotaciones políticas, me quedo con las acepciones primera y segunda y busco de nuevo la definición académica de "líder" y me encuentro con otras tres acepciones, de las que sólo me interesan las dos primeras:
(Del ingl. leader, guía).
1. com. Persona a la que un grupo sigue reconociéndola como jefe u orientadora.
2. com. Persona o equipo que va a la cabeza de una competición deportiva.
3. com. Construido en aposición, indica que lo designado va en cabeza entre los de su clase.
Ya puestos, me asomo al "Thesaurus. Gran Sopena de Sinónimos y Asociación de Ideas", de David Ortega Cavero (Ramón Sopena, Barcelona, 1987), que me da, entre otros, los siguientes sinónimos de "líder": jefe, superior, director, mayor, amo, cabeza, jerarca, prepósito, capataz, presidente, caudillo, prócer, patricarca, jerifalte, abanderado, mandón, importante, capitán, portavoz, primate...
Y no se muy bien porqué, me quedo con la impresión de que todos esas acepciones tienen en mayor o menor grado connotaciones negativas, o al menos peyorativas. ¿Será por qué casi todas son aplicables a los responsables políticos, y esa negatividad es la percepción mayoritaria de la ciudadanía española y europea? Si tomamos como termómetro de nuestra valoración de la clase política la reciente respuesta ciudadana en las elecciones al Parlamento europeo, yo me atrevería a decir que sí.
El artículo que comento de José Luis Álvarez se centra específicamente en un análisis histórico de las cualidades de liderazgo de los cinco presidentes del gobierno que hemos tenido en España desde la aprobación de la Constitución de 1978: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, en el que incluye al actual líder de la oposición, Mariano Rajoy.
El articulista en cuestión establece dos tipos de liderazgo político (el transformacional y el transaccional) y encuadra a cada uno de los líderes citados en uno u otro tipo de liderazgo explicando el por qué de ese encuadramiento.
No voy a opinar sobre ese encuadramiento, que me parece tan subjetivo como cualquier otro, pero que encuentro sumamente interesante. La cuestión, para mi, es que tipo de liderazgo es mejor para la ciudadanía, y ahí, reconozco que me pierdo de nuevo. Personalmente, en circunstancias políticas "normales" (no me pregunten que considero "normal" en política porque la liaríamos de nuevo), prefiero el liderazgo transaccional, a lo Calvo-Sotelo. En circunstancias "excepcionales" (¿estamos ahora en una de ellas?, prefiero pensar que no, y clasificarla como "complicada") optaría por un liderazgo transformacional, como el que significó, al menos para mi, el de Adolfo Suárez, hasta el momento de la aprobación de la Constitución.
El artículo que comento apareció publicado el pasado día 11 en las páginas de Opinión (lo reproduzco más adelante) y no se si por casualidad (es la penúltima pregunta que me hago hoy: ¿existen las casualidades en política?) en el día de ayer la revista Domingo publica dos extensos e interesantes reportajes de mi paisano, el periodista y escritor Juan Cruz, sobre la persona de Adolfo Suárez: uno, centrado en su ascenso al poder, en 1976, aupado por una hábil estratagema del presidente de las Cortes, Torcuato Fernández-Miranda, con la complicidad del Rey; el otro, mucho más intimista, sobre su situación de enfermo de alzheimer, y su vida actual retirada de todo ámbito público, junto a su familia. Los reproduzco también más adelante.
Y termino con una última pregunta que les hago y que me hago a mi mismo: ¿existe hoy algún líder real o potencial en la escena política española y europea? Tengo la impresión de que no, pero, en fin, ustedes dirán...
Sean felices. Tamaragua, amigos. HArendt