Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos? Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado.
El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.
Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado "Soneto XLII", de William Shakespeare William Shakespeare (1564-1616greg.), dramaturgo, poeta y actor inglés. Conocido en ocasiones como El Bardo de Avon (o simplemente El Bardo), Shakespeare es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal. Según la Encyclopædia Britannica, «Shakespeare es generalmente reconocido como el más grande escritor de todos los tiempos, figura única en la historia de la literatura. La fama de otros poetas, tales como Homero y Dante Alighieri, o de novelistas como Miguel de Cervantes, León Tolstoy o Charles Dickens, ha trascendido las barreras nacionales, pero ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare, cuyas obras […] hoy se leen y representan con mayor frecuencia y en más países que nunca. La profecía de uno de sus grandes contemporáneos, Ben Jonson, se ha cumplido por tanto: "Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la eternidad"». El crítico estadounidense Harold Bloom sitúa a Shakespeare, junto a Dante Alighieri, en la cúspide de su "canon occidental": «Ningún otro escritor ha tenido nunca tantos recursos lingüísticos como Shakespeare, tan profusos en "Trabajos de amor perdidos" que tenemos la impresión de que, de una vez por todas, se han alcanzado muchos de los límites del lenguaje. Sin embargo, la mayor originalidad de Shakespeare reside en la representación de personajes: Bottom es un melancólico triunfo; Shylock, un problema permanentemente equívoco para todos nosotros; pero sir John Falstaff es tan original y tan arrollador que con él Shakespeare da un giro de ciento ochenta grados a lo que es crear a un hombre por medio de palabras». Jorge Luis Borges escribió sobre él: «Shakespeare es el menos inglés de los poetas de Inglaterra. Comparado con Robert Frost (de New England), con William Wordsworth, con Samuel Johnson, con Chaucer y con los desconocidos que escribieron, o cantaron, las elegías, es casi un extranjero. Inglaterra es la patria del understatement, de la reticencia bien educada; la hipérbole, el exceso y el esplendor son típicos de Shakespeare». Shakespeare fue poeta y dramaturgo venerado ya en su tiempo, pero su reputación no alcanzó las altísimas cotas actuales hasta el siglo XIX. Los románticos, particularmente, aclamaron su genio, y los victorianos adoraban a Shakespeare con una devoción que George Bernard Shaw denominó "bardolatría". En el siglo XX, sus obras fueron adaptadas y redescubiertas en multitud de ocasiones por todo tipo de movimientos artísticos, intelectuales y de arte dramático. Las comedias y tragedias shakespearianas han sido traducidos a las principales lenguas, y constantemente son objeto de estudios y se representan en diversos contextos culturales y políticos de todo el mundo. Por otra parte, muchas de las citas y aforismos que salpican sus obras han pasado a formar parte del uso cotidiano, tanto en inglés como en otros idiomas. Y en lo personal, con el paso del tiempo, se ha especulado mucho sobre su vida, cuestionando su sexualidad, su filiación religiosa, e incluso la autoría de sus obras.
Las viñetas de algunos de mis dibujantes favoritos que traigo hoy hasta el blog, todas ellas dedicadas monográficamente a las elecciones al parlamento de Cataluña que se celebran pasado mañana, han sido publicadas en estos últimos días.
Si alguien ve alguna relación intencionada entre esas elecciones y el poema de Shakespeare que reproduzco, por forzada parezca, quizá no se equivoque.
Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
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Sonnet LXII
That thou hast her it is not all my grief,
And yet it may be said I loved her dearly;
That she hath thee is of my wailing chief,
A loss in love that touches me more nearly.
Loving offenders, thus I will excuse ye:
Thou dost love her because thou knowst I love her;
And for my sake even so doth she abuse me,
Suff'ring my friend for my sake to approve her.
If I lose thee, my loss is my love’s gain,
And losing her, my friend hath found that loss;
Both find each other, and I lose both twain,
And both for my sake lay on me this cross.
But here’s the joy; my friend and I are one;
Sweet flatt'ry! Then she loves but me alone.
***
Soneto LXII
No duele tanto que la hicieras tuya,
si bien es cierto que la quise mucho;
la pérdida es más íntima y aguda
sabiendo que además tú fuiste suyo.
Así os excusaré, falsos amantes:
la amaste solo porque yo la amaba
y ella porque me amaba dio su parte,
buscando que, al tenerte, la aprobara.
Si yo te pierdo a ti, te gana ella,
y si la pierdo a ella, ganas tú;
y cuando os encontréis, seré el que pierda
y cargue, por mi bien, con vuestra cruz.
Mas yo y mi amigo somos uno; así
aunque ella lo ame, me está amando a mí.
William Shakespeare
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No duele tanto que la hicieras tuya,
si bien es cierto que la quise mucho;
la pérdida es más íntima y aguda
sabiendo que además tú fuiste suyo.
Así os excusaré, falsos amantes:
la amaste solo porque yo la amaba
y ella porque me amaba dio su parte,
buscando que, al tenerte, la aprobara.
Si yo te pierdo a ti, te gana ella,
y si la pierdo a ella, ganas tú;
y cuando os encontréis, seré el que pierda
y cargue, por mi bien, con vuestra cruz.
Mas yo y mi amigo somos uno; así
aunque ella lo ame, me está amando a mí.
William Shakespeare
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VIÑETAS
Entrada núm. 2453
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)