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viernes, 7 de junio de 2013

La Historia [entre corchetes]




La diosa Clio



"Esta es la exposición del resultado de la investigaciones de Heródoto de Halicarnaso para evitar que, con el tiempo, los hechos humanos queden en el olvido y que las notables y singulares empresas realizadas, respectivamente, por griegos y bárbaros -y, en especial, el motivo de su mutuo enfrentamiento- queden sin realce." Así comienza, con ese párrafo inicial, la "Historia" de Heródoto (490-425 a.C.), a quién Cicerón llamó y definió como padre de la Historia.

Veinticinco siglos después ese sigue siendo el afán principal y único de los historiadores, de los buenos historiadores, porque en el gremio, como en botica, hay de todo.

Ayer jueves nació en el diario El País un nuevo blog que lleva ese nombre: "Historia(S)", con esa "S" mayúscula final entre paréntesis que no acabo de entender -torpe que es uno-, en el que participan nombres tan notables como Tereixa Constenla, Isabel Burdiel, Manuel Morales, María José Turrión y Julián Casanova, que se estrena con un artículo del último de los historiadores citados sobre la vigencia actual del pensamiento anarquista. 

Por mi parte, sigo con interés y entusiamo creciente la lectura del libro del profesor e historiador, Varela Castro, que citaba hace unos días en el blog: "Los señores del poder y la democracia en España: entre la exclusión y la integración".

Concluyo invitándoles a la lectura del artículo y de los documentos que lo acompañan que el profesor Morales, citado más arriba, publicaba en El País del pasado 23 de mayo sobre la desclasificación por el MI6 británico de los papeles secretos que demuestran los sobornos del gobierno inglés a destacados militares y dirigentes franquistas para evitar que España entrara en la II Guerra Mundial al lado del Eje.

Y mientras, nuestro democrático gobierno, sigue negándose, alegando razones de "seguridad nacional" a abrir los archivos documentales del periodo que nos ocupa a los historiadores profesionales. ¡Cosas veredes, Sancho!, que alegaba con sorna nuestro Don Quijote.

¡Bendita sea por siempre la diosa Clio! Sean felices, por favor, a pesar de todo. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν". Tamaragua, amigos. HArendt





Entrada núm. 1879
http:/harendt.blogspot.com
"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)
"Todas las penas pueden soportarse si las ponemos en una historia o contamos una historia sobre ellas" (Isak Dinesen)

martes, 28 de mayo de 2013

Políticos: ¿Señores o empresarios del poder?




Consejo de Ministros
Palacio de La Moncloa (Madrid)
¿La sede del poder?




Los artículos que aparecen semanalmente en el blog "Vitrinas", publicado por "Revista de Libros", constituyen para mí una fuente inagotable de lectura satisfactoria, inspiración e incitación a la escritura de numerosas entradas de "Desde el trópico de Cáncer". Algo que los lectores del mismo habrán percibido sin duda.

El pasado 18 de abril aparecía en "Vitrinas" un artículo del profesor Rafael Núñez Florencio, titulado "Los empresarios del poder", comentando el libro del también profesor de Historia, José Varela Ortega, titulado "Los señores del poder y la democracia en España: entre la exclusión y la integración" (Círculo de Lectores, Barcelona, 2013). 

De entrada, me llamó la atención la notable diferencia semántica entre el título de la reseña y el del libro. ¿Mera argucia publicitaria? No lo creo, más bien, supuse, tras la lectura de la misma (a la que pueden acceder en el enlace de más arriba resaltado en rojo), perspectivas distintas sobre el análisis de un mismo fenómeno histórico: el ejercicio del poder político por las élites que lo conforman.

Ese mismo día envié por internet una desiderata a la Biblioteca Pública del Estado en Las Palmas para ver si podían adquirirlo, algo complicado en los tiempos actuales por mor de las restricciones presupuestarias. Me equivoqué de nuevo. La responsable de adquisiciones de la Biblioteca me respondía al siguiente día que la propuesta había sido admitida y que me avisarían en cuanto tuvieran el libro. Ayer me avisaron de que había llegado y por la tarde, sentado en un banco del parque de San Telmo, al calor tibio de un día soleado y ventoso mientras esperaba para recoger a mi nieto a la salida del colegio comencé a leerlo. Nada más hacerlo, tras el magnífico prólogo del también historiador,  hispanista y exembajador de Israel en España, Shlomo Ben-Ami, y el capítulo introductorio del propio autor, afloraron a mi mente las percibidas perspectivas distintas de autor y reseñador que se vislumbraban, ímplícitas algunas, y explícitamente otras, en el artículo de "Vitrinas".

Como no he pasado de la página 50 del libro no puedo dar una opinión ni siquiera aproximada del mismo, pero si me voy a atrever a transcribir la contraportada, que supongo es un resumen elaborado por el editor, y del esbozo biográfico de su autor, el profesor Varela Ortega. 

El currículum del profesor Varela es impresionante: Doctor en Historia por las universidades de Oxford y Complutense de Madrid, catedrático en las de Santiago, Valladolid, Rey Juan Carlos y Oxford, director del Colegio de España en París, presidente de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, y autor de prestigiosas publicaciones que se citan en la reseña del profesor Núñez Florencio.

"Este libro -dice la contraportada del mismo- es un magistral ensayo interpretativo de la historia contemporánea de España desde la invasión francesa hasta la democracia post-franquista, pasando por la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y la Guerra Civil. En su recorrido a través de los grandes hitos de este largo devenir histórico, José Varela Ortega nos deja reflexiones y análisis originales e instructivos sobre la imagen, o el estereotipo, de España en la literatura occidental, los diferentes sistemas políticos que se instauraron en España, los grandes debates historiográficos en torno a ellos, el uso y abuso del tan debatido tema de la "memoria histórica" en estos días, y el papel del ejército en la España contemporánea, no sin desarrollar en el proceso una tipología del pronunciamiento y un recorrido histórico comparativo del violento flirteo de los militares con la política desde la Roma de Sila hasta el fallido golpe de 1981 en España. Un recorrido hilvanado por la aventura de algunos políticos profesionales que ambicionaron el poder con pasión y se dedicaron a maximizarlo con empeño. En ocasiones, lo hicieron en alianza con el demos, extendiendo e impulsando derechos. Pero a veces -continúa- sus querellas les llevaron hasta su propia descalabro, arrastrando con ellos a los ciudadanos a quienes decían representar o beneficiar. Por eso es también la conmovedora historia de quienes aprendieron de las catástrofes que generó su propia incompetencia. Decía Ortega -y concluye con el texto que estoy reseñando- que de la Historia, lo más interesante era aprender de los errores. Y, no obstante, demasiados políticos, en lugar de interpretarla como fórmula de comprensión, se aferran a Clio con voluntad anacrónica, cual maza de alabardero, que es un símbolo de poder".

Una última reflexión personal, y termino por hoy: No hay un "caso España" en la historia de Europa ni del mundo. No somos una excepción a lo vivido en otras sociedades y épocas alejadas y contemporáneas. Lo deja claro el autor del libro desde esas primeras páginas que sí he leído. Con él coinciden otros muchos historiadores españoles y extranjeros, por citar algunas publicaciones recientes, las de Juan Pablo Fusi y Juan Marichal, ya reseñadas por mí en el blog. También es mi opinión: no somos ni peores ni mejores que los demás pueblos y sociedades que han luchado a lo largo de su historia por su libertad.

Les animo de nuevo a leer la reseña del profesor Núñez Florencio, y por supuesto, si pueden y se animan a hacerlo, el libro del profesor Varela. Y espero que esta entrada de hoy les haya resultado interesante, pues dicho sea con sinceridad y reconocimiento de culpa, el blog anda algo alicaido desde hace un tiempo.

Sean felices, por favor, a pesar de todo. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν". Tamaragua, amigos. HArendt




El profesor Varela y los príncipes de Asturias






Entrada núm. 1870
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"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)
"Todas las penas pueden soportarse si las ponemos en una historia o contamos una historia sobre ellas" (Isak Dinesen)