La escritora Elena Poniatowska
Hoy, aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, ocurrida el 23 de abril de 1616, es el gran día de la literatura en español. Popularmente conocido y celebrado como el "Día del Libro", es también el día en el cual los Reyes de España entregan en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, la ciudad de nacimiento del escritor en 1547, el premio Cervantes, el Nobel de la literatura en español, que este año ha correspondido a la gran periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska.
Con Elena Poniatowska, nacida en París en 1932, en el seno de una familia de origen polaco, mexicana por adopción, el diario El País mantenía hace unos días una interesante entrevista muy clarificadora de la gran personalidad de la galardonada. Su discurso de recepción del premio, que había levantado mucha expectación, no defraudó: alusiones a los desheredados e injusticias; México y América Latina; mujeres, literatura: Don Quijote y Sancho Panza; al gozo de vivir y la esperanza... ¿Qué otra cosas podía esperarse de esta noble mujer y comprometida escritora con su tiempo?
En el ínterin, les invito a leer las reseñas que la prestigiosa Revista de Libros ha dedicado a algunas de sus obras más celebradas. Y de la agridulce y a la par emocionada crónica que el diario El País ha hecho del acto.
Por mi parte, me sumo a la efeméride invitándoles a visitar este enlace de la Biblioteca Mundial Digital de la UNESCO. En el apartado dedicado a España están las reproducciones digitales de 74 libros, mapas, dibujos y documentos entre los que se encuentran la edición de 1518 de "La Celestina" de Fernando de Rojas; el "Beato de Liébana", del año 776; el "Código de las Siete Partidas" de Alfonso X El Sabio, del siglo XIII; o por citar uno de mi patria chica, "El viaje del Señor de Le Maire a las islas Canarias, Cabo Verde, Senegal y Gambia", de 1745. Pero mejor disfruten ustedes a su aire de la experiencia...
Sean felices, por favor. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
Sean felices, por favor. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
Universidad de Alcalá de Henares
Entrada núm. 2056
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri