La prueba de que la economía no es una ciencia exacta -en realidad ninguna ciencia que se tenga por tal debería serlo- la encontramos hoy en el diario El País con la clara confrontación entre dos opiniones absolutamente divergentes sobre la salida de la crisis del euro que la situación en Grecia ha provocado. Por un lado, las de los premios Nobel de Economía, Paul Krugman, decidido partidario de la salida de Grecia del euro, no como mal menor sino como mejor solución para ellos, en su artículo Grecia al borde, y Joseph E. Stiglitz, en el suyo Obligar a Grecia a ceder. En el lado contrario, la del que fuera economista jefe del FMI, el español Fernando Fernández Méndez de Andés, con el suyo Grecia: ahora más Europa, que asegura que esta crisis es lo mejor que le ha podido pasar al euro y a la Unión Monetaria y Fiscal europea, porque gracias a ella se van a adelantar y comenzar a funcionar todos los mecanismos previstos para convertir esa unión fiscal y monetaria en ciernes en el auténtico gobierno fiscal europeo, y el Informe del Real Instituto Elcano, titulado Euro: dudas sobre mañana, plan para 2025, no tan confiado en que todo va a ir bien para el euro, pero razonando que hay expectativas suficientes para que no todo salga mal. No se dejen llevar por sus simpatías o antipatías previas. La verdad es que de las crisis se suele salir fortalecidos, y el euro, Grecia y la Unión pueden salir fortalecidos de esta. Y entonces, quizá, habrá merecido la pena tanto sacrificio. Esperemos un poco de cordura por parte de todos y conservemos la esperanza en la racionalidad de nuestros dirigentes políticos, por difícil de asumir que resulte en estos momentos. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt
1 comentario:
Soberbio...
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