miércoles, 16 de agosto de 2023

[ARCHIVO DEL BLOG] La huelga. [Publicada el 29/09/2010]









"Se necesitan dos años para aprender a hablar y setenta para aprender a callar". La frase anterior es de Ernest Hemingway (1899-1961), escritor norteamericano, premio Nobel de Literatura y gran amigo y admirador de España y de los españoles. Yo voy camino de los sesenta y cinco y reconozco que aún no he aprendido a callar, pero estoy haciendo progresos, y además, pongo en ello la mejor voluntad. De ahí la abulia escribidora en la que estoy sumido sin excesivo remordimiento.
Entre la enorme cantidad de sandeces que he leído en estos días a favor o en contra de la huelga general planteada por los llamados "sindicatos de clase" (UGT y CC.OO.) contra la mini-reforma laboral aprobada por las Cortes Generales, destaca por su ecuanimidad y ponderación el artículo publicado ayer lunes en El País por José María Ridao, titulado "Huelga de caballeros", que pueden leer en este enlace.
José María Ridao (1961), escritor, periodista y diplomático en ejercicio (ha sido Embajador de España ante la UNESCO), refleja en su artículo la que estimo es la opinión más generalizada entre los ciudadanos españoles ante la huelga que ya ha comenzado en la España continental, y en Canarias, en apenas una hora: que es un paripé entre los sindicatos y el gobierno, que no va a servir para nada, que va a desgastar tanto a unos como a otros, y sobre todo, que va a provocar la deserción y el desinterés más absoluto de los españoles hacia la "cosa pública".
Ridao está formado en la diplomacia, y se le nota. Yo, lo diría más llanamente, nos están tomando el pelo todos: sindicatos, patronal, gobierno y oposición. Los sindicatos, porque convocar una huelga general a tres meses de la aprobación por el Parlamento de una ley que no les gusta, cuando han estado años negociando con la patronal esa misma reforma sin saber o querer llegar a un acuerdo, suena a camelo y ganas de salvar la cara ante su espantosa inutilidad e incapacidad negociadora y de presión. La patronal, porque resulta absolutamente impresentable que su máximo dirigente permanezca en el cargo casi un año después de haber sido denunciado por fraude a la Seguridad Social y a la Hacienda Pública, y de haber dejado en la calle a cientos de sus empleados, miles de sus clientes y destrozado unas empresas solventes. El gobierno, y especialmente su presidente, por decir apenas hace unas horas, que se sentaría a negociar con los sindicatos al día siguiente de la huelga; ¿no podía haberlo hecho antes; tan cargada tenía su agenda? La oposición, porque son una partida de sinvergüenzas, sin proyecto, sin ideas y sin programa, para los que "contra peor, mejor", aunque se lleven por delante a cuarenta millones de españoles.
Termino con dos anécdotas personales que me han dejado muy muy cabreado: una, la del  gilipollas que propuso que los abuelos no nos hiciéramos cargo de nuestros nietos el día 29; aparte de lo de gilipollas, no le contesto porque comprendo que pretender dialogar con un imbécil es duplicar la imbecilidad; la segunda, la del sindicalista canario que ha dicho (y se ha quedado tan fresco) que el día 29, no se podría garantizar la seguridad de los niños que acudieran a los colegios; una amenaza bastante poco subliminal que de estar en un país "normal", dirigido por gentes "normales", con instituciones que funcionaran "normalmente", le habría llevado ante la fiscalía y el juzgado. En un país "normal", claro... Sean felices a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt









3 comentarios:

LaCuarent dijo...

Me alegra su vuelta a las letras aunque sea para despotricar cotra una chapuza sin sentido que llega tarde mal y que no sirve ara nada en absoluto.
Al estupido de la amenaza al banquillo, ah! que no, que esto es España donde la clase política es ignorante y está por encima del bien y del mal
Un saludo

HArendt dijo...

Muchas gracias, querida amiga. Un saludo muy afectuoso desde Gran Canaria.

Agustin dijo...

Amigo HArendt, cuanto tiempo sin cruzarnos...
En cuanto a esta entrada, es la guerra que he tenido yo con mucha gente sobre el tema. Solo quería decirte que por aquí, en mi tierra, existe un dicho popular que define claramente lo que expones."De molinero cambiarás, pero de ladrón no"
Un saludo