sábado, 12 de agosto de 2023

[ARCHIVO DEL BLOG] Vidas paralelas: Alfonsina Storni y Violeta Parra. [Publicada el 06/09/2013]










No creo ser una persona envidiosa, y en ese sentido no ejerzo en exceso de español, en el que la envidia constituye con mucho su pecado capital por excelencia. En cualquier caso si me reconozco cierto reconcomo ante capacidades narrativas de otros, de las que yo carezco. Por ejemplo, del historiador griego Plutarco, que vivió a mediados del siglo I d.C., y escribió obras ejemplares como sus "Vidas paralelas" (Círculo de Lectores, Barcelona, 1997), entre ellas las "Alejandro y César", o "Pericles y Fabio Máximo".
Me gustaría hacer lo mismo con las de las dos mujeres que traigo a esta entrada: la poetisa Alfonsina Storni (1892-1938) y la cantautora y folclorista Violeta Parra (1917-1967), pero me falta la sensibilidad suficiente para hacerlo. Tienen en común su condición femenina, su origen sudamericano (argentina, la primera; chilena, la segunda), sus cercanas fechas de nacimiento: 1892 y 1917; sus difíciles y similares vicisitudes vitales; sus fracasos amorosos; sus trágicas muertes, casi a la misma edad y ambas por suicidio, en 1938 y 1967, respectivamente. Pero sobre todo el enorme valor artístico de su obra.
El 8 de septiembre de 2008 dediqué una de mis entradas del blog a Alfonsina Storni. Lo hice con motivo del 70 aniversario de su muerte, publicando uno de sus más emotivos poemas: "Dejad dormir a Cristo", y lo hice movido por los extraños sentimientos encontrados que me produjo el funeral de Estado celebrado por aquellos días en la catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad donde yo vivo, con motivo del accidente de avión en el aeropuerto de Madrid unos días antes, en el que murieron decenas de grancanarios.
La única razón, el profundo desasosiego que me produjo la ocupación por la religión, la iglesia en este caso, de un espacio público, espacio que, por antonomasia, corresponde a todos, creyentes y no creyentes, como ámbito de su exclusiva competencia. La religión de cada cual debería ser algo que se desenvuelve en el estricto ámbito de lo privado. Iba a decir de lo íntimo, pero como decía mi profesor don Emilio Lledó, lo íntimo es ya un reducto inaprensible, y tampoco aspiro a tanto.
Les dejo el intimista poema de Alfonsina Storni y les animo a que escuchen la enternecedora "Gracias a la vida" de Violeta Parra, porque enterncedor resulta que su más famosa composición, su más entrañable canto a la vida, fuera compuesto un año justo antes de quitarse la misma. Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt



Dejad dormir a Cristo: desde el duro madero
ha veinte siglos oye: "Interced por nos".
De su pecho de palo, sensible al lacrimero,
ya extrajísteis, sobrado, lo que cabe en un dios.
Dejad dormir a Cristo, y si estáis en naufragio
hacia otro calmo puerto desamarrad las velas
que, obligado a dentista por el mayor sufragio,
bastante os ha curado los dolores de muelas.
Veneno le pedisteis para mojar la flecha,
propicia sombra y viento para encender la mecha,
lo bajasteis al lecho que el diablo presidía.
¿Quién dijo que era un pozo jamás desagotado?
Huyendo de los hombres, por sobre algún tejado,
habréis de verlo, en fuga, dejar la cruz vacía.

"Dejad dormir a Cristo"
Alfonsina Storni: "Antología Poética"
Ediciones Busma, Madrid, 1984)











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