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sábado, 5 de julio de 2014

Mi subida al Roque Nublo, cinco años después



El Roque Nublo entre las nubes



Ayer hizo cinco años que subí por vez primera hasta la base del Roque Nublo. Me había prometido volver a hacerlo, ahora ya con un poco más de preparación, con toda la familia: mi mujer, mis hijas, mis nietos y mis yernos. Tengo la impresión de que es una intención que no va a poder realizarse; por falta de fuerzas y  de  ánimo sobre todo.

Al atardecer de un 29 de marzo, en 1967, y a bordo del Caravelle de Iberia que me traía a isla de Gran Canaria desde Madrid, vi por vez primera el Nublo recortándose en el horizonte, con la majestuosa silueta del Teide, en la isla de Tenerife, al oeste, casi coincidiendo con la puesta del sol. Una imagen muy parecida a la que sirve como foto de portada al blog.

El Roque Nublo es el monumento natural más emblemático de Gran Canaria. Como digo en la presentación del blog, es uno de los mayores roques basálticos del mundo. Situado prácticamente en el centro geográfico de la isla, en una zona muy abrupta de origen volcánico, alcanza una altura de 80 metros desde su base y de 1813 metros sobre el nivel del mar.

Fue lugar mágico, de culto, junto a su vecino el Roque Bentayga, de los aborígenes prehispánicos, y hoy ocupa sin duda alguna el epicentro de los sentimientos más profundos de todos los grancanarios.

Ayer hizo, pues, 47 años, 3 meses y 5 días que lo ví por vez primera a 9000 metros de altura, y cinco años que subí hasta él. No sé porqué no lo hice antes. Quizá porque estaba allí desde hacía unos cuantos millones de años y sabía que no se me iba a escapar. Que siempre iba a estar esperándome.

La visita de hace cinco año, la primera y única, fue bastante impremeditada, pues solo había salido con mi mujer y mi yerno más joven con la intención de dar un paseo en coche por las cumbres centrales de la isla y subir hasta su punto más alto, el Pozo de Las Nieves, a 1949 metros de altitud, justo donde termina la carretera que llega hasta allí. El día estaba espléndido, no como hoy que ha sido lluvioso y fresco, al menos en Las Palmas. Casi de repente, cuando ya bajábamos hacia la costa sur de la isla buscando un restaurante rural donde comer nos encontramos de bruces con el letrero que anunciaba el sendero forestal que lleva hasta la base del Roque Nublble. Y no pudimos si supimos resistir la tentación... De lo impremeditado de la subida daba prueba que ni tan siquiera llevábamos una máquina de foto o un móvil para inmortalizar nuestra hazaña. Los tres íbamos en chanclas y sin una mísera gorra que echarnos a la cabeza. Pero mereció la pena.

De todas maneras no se crean eso que dicen los folletos turísticos de que es una subida de extrema facilidad que se hace en 15 o 20 minutos. ¡Y un huevo!, que decían en mi pueblo. De subida fácil, nada. Y échenle de 45 a 50 minutos de ascenso empinado, aunque practicable, y no recomendable para los que sufran de vértigo, aunque tampoco es preciso ser un senderista profesional para hacerlo. Suban con cuidado y disfruten del paseo: nosotros lo hemos hecho y disfrutado. A pesar de lo que decía al comienzo de la entrada, me gustaría volver a subir con mi familia. Ahora sí, con alevosía y premeditación. Muchas premeditación..., por eso de las fuerzas y que el cuerpo ya no es el mismo. Dejémoslo en un "ya veremos"...


Ahora, por favor, sean felices. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




Gran Canaria desde el espacio



Entrada núm. 2088
http://elblogdeharendt.blogspot.com
Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

domingo, 7 de julio de 2013

Subiendo al Nublo, 42 años después. (Reedición de la entrada publicada el 4/7/2009)





El Roque Nublo (Gran Canaria)



Al atardecer del día 29 de marzo de 1967, a bordo del Caravelle de Iberia que me traía de Madrid a la isla de Gran Canaria, vi por vez primera el Roque Nublo recortándose en el horizonte, con la majestuosa silueta del Teide al fondo. Una imagen muy parecida a la que ha figurado durante mucho tiempo como portada de mi Blog.

El Roque Nublo es el monumento natural más emblemático de la isla de Gran Canaria y uno de los mayores roques del mundo por su altitud. Situado en el centro geográfico de la isla, en una zona muy abrupta de origen volcánico, tiene una altura de 80 metros sobre su base y de 1.813 metros sobre el nivel del mar. Fue un lugar de culto de los aborígenes y hoy ocupa sin duda alguna el epicentro del corazón y del alma de todos los grancanarios.

42 años, 3 meses y 5 días después de esa fecha he cumplido mi sueño de subir hasta él. No se porqué no lo había hecho antes; quizá porque estaba ahí desde hace unos cuantos millones de años y tenía la seguridad de que no iba a cambiar de ubicación, que siempre iba a estar esperándome. Ha sido una visita bastante impremeditada la que le he hecho, acompañado por mi mujer y el más joven de mis yernos, pues sólo habíamos salido con la intención de dar un paseo en coche por las cumbres de la isla y subir hasta su punto más alto, el Pico de las Nieves, a 1949 metros de altitud. Pero así ocurren las cosas. El día estaba espléndido y casi de repente, cuando bajábamos hacia la costa buscando un restaurante donde comer nos encontramos a los pies del sendero forestal que lleva hasta el Nublo. Y no pudimos ni supimos resistir la tentación... De lo impremeditado de la subida es prueba de que ni tan siquiera se nos ocurrió llevar una máquina de fotos, los tres íbamos con sandalias y chanclas y ni una mísera gorra que echarnos a la cabeza, pero ha merecido la pena...

No se crean lo que dicen los folletos de que es una subida de "extrema facilidad", que se hace en 15 ó 20 minutos. ¡Y un huevo! De fácil nada, y échenle de 35 a 45 minutos de subida empinada, y nada recomendable para los que sufran de vértigo, aunque tampoco hace falta ser senderista profesional para intentarlo. Suban con cuidado y disfruten del paseo. Nosotros lo hemos hecho. Lo más probable es que lo haga otra vez, ahora sí, con alevosía y premeditación, con mis nietos, mis hijas y mis yernos. 

Por una de esas cosas que tiene el azar, el diario "La Provincia", de Las Palmas, de hoy 7 de julio de 2013, trae un interesante reportaje sobre la ascensión a la cumbre del Roque Nublo de una cordada de montañeros grancanarios, que lo coronaron por vez primera en enero de 1954, relatada por el único superviviente de la hazaña, Rafael Marrero Silva.

Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν". Tamaragua, amigos. HArendt











Entrada núm. 1904
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domingo, 28 de abril de 2013

29 de abril de 1483: Gran Canaria entra en la Historia. (Reedición)




El Roque Nublo (Gran Canaria) y el Teide (Tenerife)




En diciembre de 1969 me faltaban a penas unas semanas para terminar mi servicio militar. Estaba destinado en el Batallón de Infantería del Ministerio del Ejército, perteneciente al Regimiento "Inmemorial del Rey, Núm. 1", el regimiento de infantería más antiguo del mundo, en el hoy Cuartel General del Ejército de Tierra, con sede en el Palacio de Buenavista de la madrileña plaza de Cibeles. Yo tenía 22 años, llevaba dos años casado, y mi hija mayor, Myriam, con 13 meses de edad, y su madre vivían en nuestra casa de Las Palmas de Gran Canaria.

Con motivo de las fiestas de la Inmaculada, la patrona de la Infantería española, el batallón convocó un concurso de relatos literarios entre sus miembros. El 8 de diciembre, día de la Inmaculada, me dieron un diploma en el que me declaraban ganador del tercer premio por un relato titulado: "29 de abril de 1483: Gran Canaria entra en la Historia". No guardo copia del relato, aunque sí el diploma. Y nunca, hasta mucho después de tal fecha, me había parado a reflexionar si la concesión del premio pudo estar influenciada por el hecho, aparte de la mucha o poca valía literaria del texto, de que el teniente-coronel jefe del batallón era un laureado militar grancanario llamado Antonio Alemán Ramírez, que llegaría más tarde al grado de teniente general del ejército.

Sobre mi pasión filial por Gran Canaria, la tierra en la que vivo desde entonces, y la fecha del 29 de abril de 1483 de la que mañana se cumplen 530 años, en que culmina la conquista y pacificación de Gran Canaria por los Reyes Católicos y queda incorporada la isla a la corona de Castilla, ya he escrito en otras ocasiones.

Hoy quisiera remitirles de nuevo a mi entrada de esa misma fecha del pasado año, y por sus especiales connotaciones históricas, recomendarles una relectura crítica de la misma.

No modifico lo que contaba en ella ni un ápice; al contrario, ahora más que nunca creo que somos un gran pueblo, canarios y españoles, que no nos merecemos la clase política gobernante que padecemos; que sí, de acuerdo, que están ahí porque les hemos votado nosotros, canarios y españoles, no neozelandeses ni marcianos, pero que también se mantiene en sus poltronas, pegados como con poxipol, por un sistema electoral hecho a la medida de sus mediocres intereses de partido, cuando no meramente personales, en los que los generales de sus conciudadanos no cuentan para nada. Por mi parte no va a quedar el moverles la silla en lo que pueda y sepa hasta que se les despegue.

Feliz día a todos los grancanarios. A pesar del gobierno. A pesar del mundo. A pesar de todo. Les invito a disfrutar de esta hermosísima versión del himno oficial de Gran Canaria, "Sombra del Nublo", cantada al alimón por Los Sabandeños y el universal tenor grancanario Alfredo Kraus en 1993. Espero que la disfruten. Tamaragua, amigos. HArendt



Las Palmas de Gran Canaria desde el aire





Entrada núm. 1855
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"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)