Rubén Darío
Es muy posible que a algún purista la parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y la sonrisa, así pues, ¿por qué no juntarlas?
Continúo la serie con "Propósito primaveral", de Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (1867-1916), fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, posiblemente, el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es sin duda el mayor y mejor exponente de la adaptación de los ritmos de las literaturas clásicas (grecorromanas) a la lírica hispánica. Para el poeta Pedro Salinas el erotismo es uno de los temas centrales de su poesía, al que todos los demás están subordinados, un erotismo básicamente sensorial, cuya finalidad es el placer, en el que no hay una sola amada ideal, sino muchas amadas pasajeras. La influencia de Rubén Darío fue inmensa en los poetas de principios de siglo, tanto en España como en América. Los poetas del siglo XX han mostrado hacia la obra de Darío actitudes divergentes. Entre sus principales detractores figura Luis Cernuda, que reprochaba al nicaragüson de la ense su afrancesamiento superficial, su trivialidad y su actitud "escapista". En cambio, fue admirado por poetas tan distanciados de su estilo como Federico García Lorca y Pablo Neruda, si bien el primero se refirió a "su mal gusto encantador, y los ripios descarados que llenan de humanidad la muchedumbre de sus versos".
Las viñetas son las habituales de Morgan, en Canarias7; Padylla y Montecruz, en La Provincia; Forges, Peridis y Ros, en El País; y Guillermo, en El Mundo. Todas del día de hoy.
Espero que disfruten de unos y otras. Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt
PROPÓSITO PRIMAVERAL
A Vargas Vila
A saludar me ofrezco y a celebrar me obligo
tu triunfo, Amor, al beso de la estación que llega
mientras el blanco cisne del lago azul navega
en el mágico parque de mis triunfos testigo.
Amor, tu hoz de oro ha segado mi trigo;
por ti me halaga el suave son de la flauta griega,
y por ti Venus pródiga sus manzanas me entrega
y me brinda las perlas de las mieles del higo.
En el erecto término coloco una corona
en que de rosas frescas la púrpura detona;
y en tanto canta el agua bajo el boscaje obscuro,
junto a la adolescente que en el misterio inicio
apuraré, alternando con tu dulce ejercicio,
las ánforas de oro del divino Epicuro.
Rubén Darío
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Entrada núm. 2418
elblogdeharendt@gmail.com
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)