miércoles, 20 de septiembre de 2017

[A vuelapluma] El día después





Me resulta enervante estar subiendo al blog un A vuelapluma tras otro sobre el tema del referéndum catalán (suprimo lo de ilegal por obvio). Obvio pero agobiante, sí. Y es que los catalanes y el resto de los españoles nos estamos jugando mucho en este envite. Pero entiendo que lo primero es restablecer el orden constitucional en Cataluña; eso, lo primero. ¿Y luego?... 

Tomás-Ramón Fernández, catedrático emérito de la Universidad Complutense y Académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, al que tuve el honor de conocer y tratar como decano de la Facultad de Derecho y más tarde como rector durante mi paso por la UNED,  escribía hace unos días un interesante artículo sobre este mismo asunto. Que no va a haber referéndum el 1-O lo sabemos todos y, por supuesto, también quienes lo han convocado, comienza diciendo. ¿Pero con qué nos encontraremos el 2-O, que está sólo a 24 horas después de la fecha del referéndum anunciado y, por lo tanto, tan cerca como éste? Y ¿cómo haremos frente a los que nos encontremos? Hay que pensar en ello desde ahora, porque del 1-O todo está dicho ya. 

Nos encontraremos, por lo pronto, con una serie de procesos constitucionales y penales ya iniciados, que seguirán su curso, lenta pero inexorablemente, hasta su final. De los procesos constitucionales poco hay que decir porque su mera promoción, una vez admitida por el Tribunal Constitucional, deja en suspenso la medida o la norma impugnada, lo que da tiempo al Tribunal para dictar la sentencia correspondiente, tarea sencilla dada la abundante jurisprudencia existente. Lo único que merece la pena retener aquí es que, contra lo que cree o dice creer el Sr. Puigdemont, el TC puede en el caso de que sus resoluciones sean incumplidas, total o parcialmente, acordar la suspensión en sus funciones de todas las autoridades o empleados públicos responsables del incumplimiento durante el tiempo preciso para asegurar la observancia de los pronunciamientos del Tribunal o bien imponer a aquéllas o éstos una multa coercitiva de 3.000 a 30.000 euros, susceptible de ser reiterada cuantas veces sea necesario hasta asegurar el cumplimiento íntegro de lo mandado (artículo 92 de la Ley Orgánica del Tribunal, modificada por la Ley Orgánica 15/2015, de 16 de Octubre). 

De los procesos penales tampoco es necesario decir gran cosa. Sólo notar que hasta ahora los aventureros que han impulsado el procés más allá de los límites de la Ley creyendo que todo era gratis y que había barra libre tendrán que empezar a pensar en serio que no era así y que más pronto que tarde les llegará una factura que no tendrán más remedio que pagar, unos en términos de inhabilitación, que no es cosa muy grave, aunque sí les impedirá seguir disfrutando de la "sopa boba", y otros, en cambio, con pérdida de libertad por un cierto tiempo, si se prueba, lo que no parece difícil, que han utilizado fondos públicos para financiar el festival independentista. Nada de esto plantea especiales dificultades, ni ha de ser motivo de especial preocupación, como es notorio. 

Lo que sí va a ser peliagudo es reconducir a la normalidad la situación de una Comunidad Autónoma que lleva varios años en abierta rebeldía contra el Estado, porque en ella no sólo se ha impulsado ese procés aventurero, sino que se han incumplido las Leyes del Estado y se han dejado sin ejecutar sentencias firmes de los Tribunales con absoluto desprecio no ya de éstos, sino también y sobre todo de los derechos de los ciudadanos que las obtuvieron, que siguen siendo desconocidos por quienes no han tenido otro norte que su mera voluntad. Eso es, en efecto, lo que vamos a encontrarnos el 2-O: un Gobierno autonómico en rebeldía y una Comunidad Autónoma en quiebra. Esta situación se ha venido tolerando hasta ahora porque el Gobierno del Sr. Rajoy, consciente de que las demás fuerzas políticas iban a medir con cicatería su apoyo, ha extremado la paciencia y la cautela y ha evitado echar más leña al fuego del nacionalismo desatado, ya de por sí muy vivo. 

En su afán, muy elogiable por cierto, aunque nadie se lo ha agradecido, ni se lo va a agradecer, ni en Cataluña, ni en el resto de España, el Gobierno del Sr. Rajoy no ha dejado de inyectar liquidez en la economía pública de Cataluña, consciente de que allí viven no sólo los aventureros de la independencia, sino también un número por lo menos igual al de éstos que no tienen por qué sufrir las consecuencias de una aventura que no comparten en forma de disminución del nivel de prestación de los servicios públicos, como se hubiera producido inevitablemente en otro caso. ¿Recuerdan la crisis de las farmacias? Pues bien, pasada ya la fecha del referéndum, hay que hacer lo preciso para encauzar la situación, para restablecer la legalidad hollada, para garantizar la ejecución de las sentencias firmes de los Tribunales que siguen incumplidas, para reconducir la situación económica, para frenar el caos y poner un mínimo de orden. 

Cataluña está en quiebra y, como le ha ocurrido a tantas empresas, grandes y pequeñas, tiene que ser declarada en concurso para poder sanearla y asegurar su viabilidad. Y, ya se sabe, para poner fin al concurso hay que llegar a un acuerdo con los acreedores, lo que exige, sin duda, buena voluntad por ambas partes, y por supuesto, mutuas concesiones: los acreedores concediendo una quita y una espera, no el perdón íntegro de la deuda contraída tan irresponsablemente en esta carrera desenfrenada hacia el precipicio, y el deudor reduciendo también sus pretensiones hasta donde éstas puedan ser razonablemente aceptadas por aquéllos. La sociedad civil catalana, que sabe de esto, sin duda, es la que tiene que dar un paso adelante para que ese convenio imprescindible pueda poner fin al concurso y devolver la solvencia y el crédito a una nueva Generalidad asegurando así la vuelta a la normalidad. 

Es posible que para esto sea preciso echar mano en algún momento de medidas extraordinarias, lo que haría entrar en juego el artículo 155 de la Constitución, transcrito del artículo 37 de la Ley Fundamental de Bonn, precepto que hay que desdramatizar porque no significa en absoluto sacar los tanques a la calle, ni mucho menos, sino simplemente poner temporalmente en manos de las autoridades del Estado un poder de sustitución que les habilite para "dar instrucciones" a los órganos autonómicos en la medida estrictamente necesaria para asegurar la corrección de la situación de incumplimiento que ha motivado la apelación a este precepto extraordinario.

Normalizada la situación y pacificados los espíritus, nunca antes, será el momento de afrontar la solución definitiva del problema que pasa inexcusablemente por una reforma parcial de la Constitución, que, una vez lograda, habrá de someterse a referéndum de la totalidad del pueblo español, única manera de recobrar el consenso pedido. Reforma, ¿de qué? Del título VIII de la Constitución, que nos sirvió para salir del paso en 1978, pero que ha quedado vacío de contenido porque se limitó a reconocer el derecho a la autonomía de las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, un derecho ya ejercido del que ha salido el Estado de las Autonomías que tenemos, un Estado formado empíricamente al compás de la dinámica política, sin ningún plan previo, ya que la Constitución se abstuvo de diseñar plan alguno, que se resiente por ello a diario de la ausencia de mecanismos que aseguren la correcta relación del Estado stricto sensu y las 17 piezas que lo componen. 

A los socialistas les gusta hablar de una España federal, término éste que, al parecer, tiene para ellos el valor de una panacea. A mí no me gusta porque induce al engaño y en este punto hay que ser esta vez muy claros, vista la experiencia. Pero, prescindiendo del nombre, que resulta muy ambiguo en el ámbito del Derecho Comparado, porque el calificativo de federal se da sin ningún rigor a realidades que tienen muy poco en común, no tengo ningún inconveniente para aceptar el contenido de la Ley Fundamental de Bonn, esto es, del esquema de reparto de las competencias entre el Bund y los Länder, es decir, entre el Estado propiamente dicho y las Comunidades Autónomas, las reglas de relación entre aquél y éstas y los principios básicos de la distribución de los gastos y, sobre todo, de los ingresos tributarios. No creo que nuestros federalistas avant la lettre puedan poner pegas al federalismo alemán, que es el más prestigioso en Europa y el de más fácil importación para nosotros. Yo, desde luego, no tendría inconveniente en firmar algo parecido desde ahora. De esto es de lo que hay que empezar a hablar, no de pluralismos nacionales, ni vaguedades por el estilo. En 1978 salimos del paso como pudimos porque el futuro distaba entonces de estar claro, tratándose como se trataba de salir de 40 años de dictadura; ahora ya, con otros 40 años de experiencia de descentralización y democracia, estamos obligados a acertar, y para eso es imprescindible afrontar el problema con rigor, concluye diciendo.





Dibujo de Ajubel para El Mundo



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos.  HArendt



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[Un clásico de vez en cuando] Hoy, con "Las suplicantes", de Eurípides





En la mitología griega, Melpómene (en griego Μελπομένη "La melodiosa") es una de las dos Musas del teatro. Inicialmente era la Musa del Canto, de la armonía musical, pero pasó a ser la Musa de la Tragedia como es actualmente reconocida. Melpómene era hija de Zeus y Mnemósine. Asociada a Dioniso, inspira la tragedia, se la representa ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro o una corona de pámpanos, o bien un puñal ensangrentado. Va coronada con una diadema y está calzada de coturnos. También se la representa apoyada sobre una maza para indicar que la tragedia es un arte muy difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa. Un mito cuenta que Melpómene tenía todas las riquezas que podía tener una mujer, la belleza, el dinero, los hombres, solo que teniéndolo todo no podía ser feliz, es lo que lleva al verdadero drama de la vida, tener todo no es suficiente para ser feliz.

Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar a los clásicos, de manera especial a los griegos, y de traerlos a colación a menudo. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

Continúo la sección de Un clásico de vez en cuando trayendo hoy al blog la tragedia de Eurípides titulada Las suplicantes, que pueden leer en el enlace inmediatamente anterior. 

Eurípides (480-406 a. C.) fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Odiaba la política y era amante del estudio, para lo que poseía su propia biblioteca privada, una de las más completas de toda Grecia. Fue amigo de Sócrates, el cual, según la tradición, sólo asistía al teatro cuando se representaban obras de Eurípides. En 408 a. C., decepcionado por los acontecimientos de su patria, implicada en la interminable Guerra del Peloponeso, se retiró a la corte de Arquelao I de Macedonia, en Pela, donde murió dos años después. Se cree que escribió 92 obras, conocidas por los títulos o por fragmentos, pero se conservan solo 19 de ellas (18 tragedias y el drama satírico El Cíclope). Su concepción trágica está muy alejada de la de Esquilo y Sófocles. Sus obras tratan de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a. C. de Atenas, pero aplicables al tiempo en que escribió, sobre todo a las crueldades de la guerra. 

La fecha de representación de esta tragedia suele establecerse alrededor del año 423 a.C., cuando Atenas estaba inmersa en plena guerra del Peloponeso. El tema de la misma se inserta en el conocido como ciclo tebano, como continuación de Los siete contra Tebas. Eurípides dramatiza un episodio muy concreto de la saga, aquel en que las madres y los hijos de los siete caudillos que han perdido la vida en el ataque a Tebas acuden a Etra, la madre de Teseo, rey de Atenas, para que interceda por ellas ante Tebas y se les permita recuperar los cadáveres y darles sepultura con los honores y ritos debidos. 

La acción se desarrolla en Eleusis, ante en templo de Deméter, en el que Etra, rodeada de las madres de los caudillos caídos y de Adrasto, rey de Argos, y único superviviente de la batalla, entonan sus lamentos y piden a Teseo su intervención. 

Que esta tragedia tiene un gran contenido político, se pone de manifiesto en el elogio de Atenas a la democracia y a los valores que esta encarna. Pero al lado de esta evidente intención Eurípides introduce la idea clave de la obra: el dolor que las guerras provocan en las madres, las esposas, los hijos, los padres. Es ese un sufrimiento humano universal, y por ello Eurípides despoja a las madres de los siete caudillos de su individualidad mítica para darles una voz colectiva en el coro, mientras que ejemplifica el dolor individual en el personaje de Evadne, que se arroja voluntariamente a la pira de su esposo. Disfruten de la obra.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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[Humor en cápsulas] Para hoy miércoles, 20 de septiembre de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Gallego y Rey y Ricardo en El Mundo; Forges, Peridis, Ros, El Roto y Sciammarella en El País. Disfruten de ellas.




Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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martes, 19 de septiembre de 2017

[Desde la RAE] Hoy, con la académica Carme Riera Guilera







La Real Academia Española (RAE) se creó en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), octavo marqués de Villena, quien fue también su primer director. Tras algunas reuniones preparatorias realizadas en el mes de junio, el 6 de julio de ese mismo año se celebró, en la casa del fundador, la primera sesión oficial de la nueva corporación, tal como se recoge en el primer libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. En estas primeras semanas de andadura, la RAE estaba formada por once miembros de número, algunos de ellos vinculados al movimiento de los novatores. Más adelante, el 3 de octubre de 1714, quedó aprobada oficialmente su constitución mediante una real cédula del rey Felipe V. 

La RAE ha tenido un total de cuatrocientos ochenta y tres académicos de número desde su fundación. Las plazas académicas son vitalicias y solo ocho letras del alfabeto no están representadas —ni lo han estado en el pasado— en los sillones de la institución: v, w, x, y, z, Ñ, W, Y.

En esta nueva sección del blog, que espero tengo un largo recorrido, voy a ir subiendo periódicamente una breve semblanza de algunos de esos cuatrocientos ochenta y tres académicos, comenzando por los más recientes, hasta llegar a la de su fundador, don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga. Pero sobre todo, en la medida de lo posible, pues creo que será lo más interesante, sus discursos de toma de posesión como miembros de la Real Academia Española.

Continúo hoy con la académica Carme Riera Guilera, nacida en Palma de Mallorca en 1948. Fue elegida académica en abril de 2012, y tomó posesión de la silla "n" de la corporación el 7 de noviembre de 2013 con un discurso titulado Sobre un lugar parecido a la felicidad. Le respondió, en nombre de la Real Academia, Pere Gimferrer. 

La escritora Carme Riera es catedrática de Literatura Española de la Universidad Autónoma de Barcelona, directora de la Cátedra José Agustín Goytisolo de la misma universidad y miembro de número de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona.

Ha dirigido el Estudio de la representación de la mujer en la modernidad hispánica (1997-2000 y 2000-2003) y ha participado en el proyecto Edición y estudio de veinte comedias de Lope de Vega (1990-1993 y 1994-1997), ambos de la Universidad Autónoma de Barcelona. Asimismo, ha coordinado las colecciones Clásicos y Raros, de la editorial Montesinos, y Ramon Llull, de la editorial Planeta, y codirigido el grupo Mujeres y Textualidad, perteneciente a la Red del Plan de Investigación de la Generalitat de Catalunya. Actualmente participa en el proyecto Corpografías de la identidad, de la misma universidad.



Carme Riera en su toma de posesión como académica



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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[Humor en cápsulas] Para hoy martes, 19 de septiembre de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy con Morgan en Canarias7; Gallego y Rey y Ricardo en El Mundo; Forges, Peridis, Ros, El Roto y Sciammarella en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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lunes, 18 de septiembre de 2017

[A vuelapluma] Vivir ilusionados





El comportamiento de don Quijote recuerda al de los niños en sus juegos, dice el escritor Gustavo Martín Garzo. Tampoco él quiso elegir entre la justicia y el amor; deseaba las dos cosas. Y de haber contemplado las filas de refugiados, habría arremetido contra los guardianes de las fronteras.

Ahora que han concluido los actos que conmemoraron el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote, comienza diciendo, puede que no esté de más preguntarse, ya en silencio de la lectura, por el misterioso encanto de un libro que no ha dejado de maravillar al mundo desde que se publicó. Hace unos meses, en un artículo publicado en El País, Francisco Rico se preguntaba por la razón de ese éxito sin desfallecimiento. Un éxito al que no sólo han contribuido sus lectores, puede que hoy más escasos que nunca, sino las gentes de toda condición, ya que sus personajes han abandonado las páginas del libro en que nacieron para aparecer en el mundo real y así, las carreteras están llenas de mesones con sus siluetas, sus figuras se han reproducido en mil lugares, se han hecho sobre ellos películas y series de televisión y no hay escolar que no conozca la historia del caballero que perdió la cabeza por leer libros de caballerías y que decidió irse por el mundo para emular las hazañas de los caballeros que admiraba.

Francisco Rico afirma que, más allá de su poderoso sentido simbólico, la razón de ese éxito radica en que El Quijote es una obra divertida, sin aparentes complicaciones, que entretiene y da felicidad a quien la lea. Y ciertamente el comportamiento de don Quijote recuerda mucho al de los niños en sus juegos. Torrente Ballester, en su libro El Quijote como juego, abunda en esta tesis al afirmar que lo que hace Alonso Quijano cuando sale al mundo vestido de caballero andante es ponerse a jugar con las cosas. Y así, por ejemplo, cuando dice que los molinos son gigantes no es tanto que confunda a éstos, los gigantes, con aquellos, los molinos, como que juega a que es así, como haría cualquier niño cuando afirma que una silla es su caballo. Y jugar para los niños no es otra cosa que dar cuenta en el mundo de la vida de sus deseos, llevar su verdad a la vida real.

Las extravagancias que tanto abundan en este divertido y hondo libro tienen que ver con la incapacidad de don Quijote, y en esto también se parece a los niños, para aceptar una vida no marcada por lo excepcional. En la mística iraní se piensa que el nacimiento de cada hombre está presidido por un ángel llamado Daena, que tiene la forma de una niña bellísima. El rostro de ese ángel no permanece inalterable a lo largo de la vida sino que se va transformando imperceptiblemente con cada uno de nuestros gestos, palabras o pensamientos. Al final de la vida, cuando nos encontramos por fin con él, se ha transformado en un ser bellísimo o en una criatura monstruosa según han sido nuestros actos. En El Quijote es Dulcinea quien representa a ese ángel secreto y es a ella a quien nuestro caballero dedica sus aventuras, pues un caballero no es nada sin una dama a quien amar. Llevar a la realidad la vida de sus sueños más secretos, tal es la búsqueda esencial de los caballeros enamorados.

Nos dan a elegir entre la justicia y el amor, escribe Elías Canetti. Yo no quiero, yo quiero las dos cosas. Es justo eso lo que hace don Quijote. Por eso libera a los galeotes, da la razón a la pastora Marcela, defiende a un pobre criado de la brutalidad de su dueño y devuelve con sus palabras la dignidad a venteros, prostitutas y pastores. Y no me cabe duda de que de haber contemplado este invierno las filas de refugiados sirios bajo la nieve, don Quijote habría arremetido sin dudarlo contra los guardianes de las fronteras de Europa, porque ¿acaso la ley que se ha invocado como justificación de esas fronteras es algo sin el amor que permite ver en el desamparo de tantos una muestra más de nuestra propia humanidad herida? El corazón de una sociedad es la ley, dijo Roberto Rossellini, el de una comunidad es el amor.

En uno de sus breves apólogos, Kafka nos habla de un hombre que manda a sus criados que dispongan su caballo para su salida inmediata. Cuando éstos, extrañados por sus prisas, le preguntan que adónde va, él les contesta que eso qué importa. Salir de aquí, esa es mi meta, exclama. También a don Quijote le mueve el mismo deseo de escapar, de abandonar cuanto antes la triste casa donde pasa sus días para vivir sus aventuras. Porque ¿qué es la aventura sino el deseo de tener un corazón? Todos los personajes que lo intentan deben pasar por pruebas dolorosas y noches oscuras. Tener un corazón nos hace enfermar porque el corazón es el lugar del extrañamiento, de la apertura hacia lo Otro. Alonso Quijano ha perdido el suyo, y malvive aburrido en su pobre hacienda hasta que vuelve a escuchar sus latidos en las páginas de los libros de caballerías. Leer es apostar por los latidos de ese corazón hipotecado, entrar en el mundo de la ilusión.

En su libro Breve tratado de la ilusión, Julián Marías nos recuerda que la palabra ilusión procede del verbo latino illudere, que significa jugar. Aparece en todas las lenguas románicas con un significado negativo relacionado con la ficción y el engaño. Lo ilusorio es lo que no existe en la realidad; el ilusionista es un vendedor de humo; el iluso, alguien que tiene esperanzas infundadas. Pero esta palabra ha adquirido en nuestro idioma un valor muy diferente. Ese cambio, continua diciéndonos Julián Marías, es parecido a lo que sucedió con la palabra sueño. Cuando Calderón afirma que la vida no es más que sueño, lo que quiere decirnos es que no es verdadera realidad. “Pero en el siglo XVII se opera en Europa, en los filósofos y en los poetas, el descubrimiento del sentido positivo del sueño y la ficción, no como opuestos a la realidad, sino como formas de realidad, y precisamente aquellas que reflejan la condición de hombre”. Tener ilusiones, para nosotros, no será ya refugiarse en quimeras, sino vivir queriendo otras cosas. La ilusión tiene que ver con lo que Marías llama la condición indigente o menesterosa del ser humano; es decir, con el hecho de que nuestra vida sea un proceso lleno de necesidades que tenemos que satisfacer. Y la ilusión es la expectativa de que lo podemos conseguir. Vivir en mundo sin cosas, como les pasa a los niños, esa es la búsqueda de la ilusión.

Ese vivir ilusionado es el que encarna don Quijote, y lo que tanto necesitamos nosotros. Harold Bloom dice que leemos movidos por una necesidad de belleza, de verdad y de discernimiento. Es decir, buscando el esplendor estético, la fuerza intelectual y la sabiduría. Añadiría un cuarto motivo: buscando un poco de locura, pues ¿qué es la vida sin locura? Hacer posible lo que no lo parece, restablecer el reino de la posibilidad, es lo que entiendo por locura. Lo que más sorprende de don Quijote es su candor, su maravillosa disponibilidad, pero también que, a pesar de los líos en que se mete, raras veces pierda la cabeza. Tal es la paradoja de las bellas historias, que cuanto más maravillosas y locas son más discretos y razonables vuelven a quienes las escuchan. Esta alianza entre fantasía y razón es la que da al libro de Cervantes su encanto imperecedero. Goya lo explicó en su famosa glosa al Capricho 43, El sueño de la razón: “La fantasía, abandonada de la razón, produce monstruos imposibles: unida con ella, es madre de las artes y origen de sus maravillas”. Rindamos pleitesía una vez más al valeroso Caballero de la Fantasía, concluye diciendo Martín Garzo.



Dibujo de Raquel Marín para El País



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[Política] XII Legislatura de las Cortes Generales. Septiembre, 2017 (III)





Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución. 

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Les recomiendo encarecidamente que la exploren con atención si tienen interés en ello. Y desde estos otros a las páginas oficiales de la

Casa de S.M. el Rey

Congreso de los Diputados
Senado
Presidencia del Gobierno
Tribunal Constitucional
Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial
Consejo de Estado
Boletín Oficial del Estado

Parlamento Europeo

Consejo Europeo y Consejo de la Unión Europea
Comisión Europea
Tribunal de Justicia de la Unión Europea
Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Diario Oficial de la Unión Europea

Parlamento de Canarias

Gobierno de Canarias
Cabildo de Gran Canaria
Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

La actividad parlamentaria oficial de las Cortes Generales estuvo centrada en las reuniones celebradas por las Comisiones y Plenos de ambas Cámaras.

Lunes, 11 de septiembre:
Comisión Constitucional (Senado).

Martes, 12 de septiembre:
Sesión plenaria (Congreso).
Comisión de Interior (Congreso).
Comisión de Educación y Deporte (Congreso).
Sesión plenaria (Senado).

Miércoles, 13 de septiembre:
Sesión plenaria (Congreso).
Comisión para el estudio del cambio climático (Congreso).
Comisión de Educación y Deporte (Congreso).
Comisión para Políticas integrales de Discapacidad (Congreso).
Sesión plenaria (Senado).
Comisión de Sanidad y Servicios Sociales (Senado).

Jueves, 14 de septiembre:
Comisión de Hacienda y Función Pública (Senado).
Comisión Mixta para la Seguridad Nacional (Cortes Generales).

Desde los enlaces anteriores (en rojo) pueden acceder a los Diarios de sesiones respectivos.

Y esta es la agenda de trabajo prevista para esta semana en el Congreso de los Diputados y en el Senado.

Desde este enlace pueden acceder al Diario de Sesiones del Parlamento Europeo, que entre los días 11 y 14 de septiembre ha celebrado sesión plenaria con el Debate sobre el estado de la Unión.

Y desde estos otros, a la Proposición de ley del Grupo parlamentario Ciudadanos, por el que se limita el mandato de los presidentes del gobierno a ocho años, y a la Resolución del Tribunal Constitucional por la que se suspende la Ley 20/2017 de la Comunidad Autónoma de Cataluña que declara la fundación de la República catalana.

Y ahora vamos una semana más con los documentos que relatan la historia del parlamentarismo español. Todo ello gracias a la publicación de "Papeles para la Historia" en la página electrónica del Congreso de los Diputados, que tiene como objetivo acercar a los ciudadanos la historia parlamentaria aprovechando la digitalización de los fondos del archivo de la Cámara que se ha realizado en estos últimos años.

El periodo que abarca esta historia parlamentaria desde 1810 a 1977 se ha dividido en ocho etapas formadas a su vez por las diferentes elecciones y las legislaturas comprendidas entre una elección y otra.

Los apartados desarrollado son los siguientes:

I. Cortes de Cádiz 1810-1814.
II. Trienio Liberal 1820-1823.
III. Regencias y Reinado de Isabel II 1833-1868, subdividido en la 
III. 1. Regencia de María Cristina de Borbón, 1833-1840.
III. 2. Regencia del General Baldomero Espartero, 1840-1843.
III. 3. Década Moderada,1844-1854.
III. 4. Bienio Progresista, 1854-1856.
III. 5. Crisis del Moderantismo, 1856-1868.
IV. Sexenio Revolucionario, 1868-1874, con: 
IV. 1.Gobierno Provisional-Regencia del General Serrano y Gobierno de Prim.
IV. 2. Reinado de Amadeo I 
IV. 3. Primera República.
V. Restauración, 1874-1923, con:
V. 1. Reinado de Alfonso XII, 1874-1885.
V. 2. Regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena, 1885-1902.
V. 3. Reinado de Alfonso XIII, 1902-1923 
VI. Dictadura de Primo de Rivera, 1923-1930, con:
VI. 1. Asamblea Nacional, 1927-1929. 
VII. Segunda República Española, 1931-1939.
VIII. Franquismo. Cortes Españolas, 1943 -1977

Cada uno de estos periodos va introducido por un breve resumen histórico reseñando los hechos más relevantes de esos años. En el texto se muestran distintos enlaces a imágenes o documentos que pretenden ilustrar y testimoniar la historia política y parlamentaria dando además a conocer el patrimonio documental y bibliográfico del Congreso de los Diputados.

Además en cada periodo aparecen bajo la elección correspondiente los datos relativos a cada una de las legislaturas, así como el resumen o reseña, según los casos, que se publicaba al final de los índices del Diario de Sesiones. Y a continuación se enumeran los presidentes de la cámara, durante cada una de las legislaturas con un enlace al apartado referente a los mismos en la página institucional.

Continúo hoy la historia del parlamento español subiendo al blog los documentos relacionados con la denominada Década Moderada, que transcurre entre 1844-1854.

La  reina Isabel II jura la Constitución de 1837 el 10 de noviembre de 1843. (Ceremonial que ha de observarse en la solemnidad del juramento y declaración de mayoría de edad). Su reinado se divide en tres periodos conocidos como Década Moderada (1844-1854), Bienio Progresista (1854-1856) y Crisis del Moderantismo (1856-1868).

Elecciones 3 de septiembre de 1844
Elecciones 6 de diciembre de 1846 
Elecciones 31 de agosto de 1850  
Elecciones 10 de mayo de 1851 
Elecciones 4 de febrero de 1853 

En la Década Moderada se convocan cinco elecciones, en 1844, 1846, 1850, 1851 y 1853. En la primera legislatura de 1844-1845, las Cortes se plantean la necesidad de reformar la Constitución de 1837. La Constitución de 1845, aprobada el 23 de mayo, es un texto que expresa claramente el pensamiento del moderantismo dominante. Se omite la mención a la soberanía nacional, y se incluye el principio de soberanía compartida. Asimismo, se introducen algunas modificaciones en la composición del Congreso de los Diputados y en la duración del mandato, que se amplía de tres a cinco años. Esta Constitución es  reformada de nuevo por la ley de 18 de julio de 1857.

  

Inauguración del nuevo edificio del Congreso de los Diputados por la Reina Isabel II.  The Illustated London News. Londres 16 de noviembre de 1850.

La ley electoral para el nombramiento de Diputados a cortes de 18 de marzo de 1846 amplía las modificaciones del texto constitucional con respecto al Congreso. El número de diputados aumenta a 349, para una mejor representación del país. Se restringe el cuerpo electoral, y sólo se concede el derecho al voto a los mayores de 25 años que paguen 400 reales de contribución directa. Otra gran novedad es el cambio de las circunscripciones provinciales por distritos.

Entre los problemas a los que se enfrenta el gobierno durante este período está la cuestión sobre el matrimonio de la Reina. Tras la discusión sobre los candidatos propuestos, finalmente se elige al candidato español, el que resulta menos controvertido. Francisco de Asís de Borbón y Borbón se casa con Isabel II el 10 de octubre de 1846.

En estos años de 1843 a 1850 se construye el nuevo Palacio del Congreso de los Diputados, en el mismo solar donde se encontraba el convento del Espíritu Santo. La primera piedra se coloca  el 10 de octubre de 1843. Junto a ella, en una arqueta de plomo, se guardan monedas y periódicos de la época, un ejemplar de la Constitución de 1837 y la paleta de plata empleada por la reina para colocar el primer cimiento. La Academia de Bellas Artes de San Fernando había convocado un concurso público de ideas para realizar este proyecto en 1841. El fallo del concurso que había tenido lugar en noviembre de 1842,  recae en el arquitecto Narciso Pascual y Colomer, que había presentado el proyecto bajo el lema Nihil est ex ómnibus rebus humanis praeclarius aut praestantius quam de Republica bene meriri. 

El 31 de octubre de 1850, la Reina Isabel II inaugura el  edificio del Congreso de los Diputados, siendo presidente del Gobierno Ramón María Narváez, duque de Valencia, y presidente de la Cámara Luis Mayáns.

Tienen gran importancia en la construcción del edificio tanto la Comisión de Obras como la Comisión de Gobierno Interior, que completa la decoración en años sucesivos con numerosas pinturas y esculturas. En 1856, la Comisión de Gobierno Interior del Congreso publica la Memoria Histórico-Descriptiva. 

Destaca la decoración del techo del salón de sesiones, pintada por Carlos Luis de Rivera entre los años 1850-1853, y el bajorrelieve del pórtico de la fachada principal, realizado por Ponciano Ponzano.

Durante la década moderada se aprueban el Reglamento Interior del Congreso de los Diputados, de 4 de mayo de 1847, y el proyecto de ley para el régimen de cuerpos colegisladores, de 3 de diciembre de 1852.






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)