Mostrando entradas con la etiqueta V.Molina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta V.Molina. Mostrar todas las entradas

domingo, 11 de diciembre de 2011

Sobre libros y bibliotecas: filias y fobias






Maqueta de la antigua biblioteca de Alejandría





¿Cómo se definirían ustedes: cómo bibliópatas o cómo bibliófobos? Si lo primero, ¿cómo prefieren los libros: en papel o electrónicos? 

"Leer por gusto, para matar el rato y así ganarse tal vez la eternidad, ha sido siempre el motivo de esa búsqueda de la felicidad y el conocimiento que es la lectura, y como en todos los actos humanos innecesarios o superfluos -a la vez que trascendentales- el acompañamiento personalizado, irrepetible (aunque tu ejemplar sea uno entre un millón que otros desconocidos leen en ese momento), fungible, de un libro físico, añade al acto de leer un componente sensual y sentimental infalible. El tacto y la inmanencia de los libros son, para el "amateur" (amador), variaciones del erotismo del cuerpo trabajado y manoseado, una manera de amar tradicional que, justo es reconocerlo, no pocas personas rechazan, prefiriendo el contacto sexual con aparatos, figuras de holograma y voces pregrabadas, lo que antes se conocía como telephone sex y pronto será, no lo dudo, digital sex, seguramente operado, como la telefonía móvil de alta gama, sin manos". 


Transcribo con placer este párrafo de Vicente Molina Foix, porque sintetiza muy bien lo que se siente, lo que yo siento, cuando tengo un libro entre mis manos... Está en un artículo suyo en El País: "El siglo XXV. Una hipótesis de lectura" (1), escrito como réplica a otro del escritor mexicano Jorge Volpi, "Requiem por el papel" (2), publicado en el blog literario El Boomeran(g), en el que se pronunciaba rotundamente por la edición digital en lugar de la de papel. 

Ha sido la lectura de otro espléndido artículo, éste del escritor José María Merino en Revista de Libros, "Bibliofobia"  (3), lo que me ha llevado a esta reincidente reflexión personal sobre los libros, a la que no aporto nada que no haya dicho anteriormente, por ejemplo, en la entrada de este blog titulada "Bibliopatía" (4)

Ni que decir tiene que comparto las tesis de Vicente Molina Foix, (y de Anne Fadiman, en la citada "Bibliopatía"), sobre el amor y la pasión por los libros: Ya no es esa pasión compulsiva propia de la edad de iniciación, ahora ya morigerada por los años, la experiencia lectora, el cultivo del gusto literario, y... el precio de los libros. También para mí, el libro, todos los libros, son objetos sensuales y sentimentales; y hasta en el más insulso y prescindible, puede uno encontrarse una frase, un giro, una idea, que lo hacen atractivo... Puedo entender que haya gente a la que no le guste leer; ¿pero odiar a los libros?... Escapa a mi comprensión. Y sin embargo, el odio a los libros, la bibliofobia, como ilustra muy bien José María Merino en su artículo, es una constante histórica en todas las civilizaciones y culturas. Basten al efecto las citas sobre la destrucción premeditada y alevosa de bibliotecas como la de Babilonia, por los asirios, hace 4000 años, o la de Bagdad, por los bombardeos norteamericanos ya en el siglo XXI, pasando por la de la Alejandría de Hipatia; o los bibliocaustos eclesiales varios (Savonarola o el Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum, entre otros); o los de la última guerra civil española; o el nazi, en el pasado siglo. Les recomiendo su lectura; estoy seguro que los disfrutarán. 


Acompaño la entrada con el vídeo del capítulo (5) que la serie de televisión "Cosmos", de Carl Sagan, dedicó a la Biblioteca de Alejandría. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





Hipatia de Alejandría, de C.W. Mitchell




-- 
Entrada núm. 1439 -
http://harendt.blogspot.com
"Tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)
"La historia del mundo no es un suelo en el que florezca la felicidad. Los tiempos felices son en ella páginas en blanco" (Hegel)

martes, 27 de abril de 2010

Bibliopatía

Portada de "Ex Libris", de Anne Fadiman





Bella palabra "bibliopatía". Del griego "βιβλίον" (libro) y "πάθεια" (sufrir, experimentar). La podríamos definir como "pasión por los libros". La cita el escritor Félix de Azúa en un hermoso artículo que reproduzco más adelante, publicado en Internet el pasado 19 de abril, en "El Boomeran(g)". Un blog que les recomiendo encarecidamente como una de las lecturas más gratificantes y enriquecedoras que pueden encontrarse  en la red.  En él escriben algunas de las firmas más  interesantes del panorama literario en español, por ejemplo: Víctor Gómez Pin, Vicente Verdú, Yoani Sánchez, Vicente Molina Foix, Rafael Argullol, Basilio Baltasar, Javier Rioyo, o el propio Féliz de Azúa, entre otros.

Similar pasión por los libros padece la escritora norteamericana Anne Fadiman. Dejó constancia de ella en un precioso librito que ya he mencionado con anterioridad en el blog: "Ex Libris. Confesiones de una lectora" (Alba Editorial, Madrid, 2000). Lo leí por vez primera con inmenso placer hace ahora nueve años, y a él vuelvo con frecuencia. Les recomiendo lo lean si creen que padecen "bibliopatía". No se les curará, pero disfrutarán de su enfermedad doblemente.

Cuenta Anne Fadiman en su libro que hasta pasados cinco años de matrimonio, y ya con un hijo a cuestas, no se propusieron su marido (también escritor) y ella unir sus respectivas bibliotecas. Fue sólo entonces, comenta, una vez que lograron encontrar un sistema uniforme de clasificación de sus libros respectivos, que se consideró verdaderamente ligada a él... ¿Exageración? No lo creo... Lo digo por experiencia propia.

Mi modesta, caótica y abigarrada biblioteca familiar, de apenas unos seis mil libros (cantidad calculada a ojo de buen cubero por las estanterías que ocupa) está repartida entre nuestras casas de Maspalomas, Las Palmas, las de mis hijas, ¡y hasta la de una cuñada! Ya casi he renunciado, por imposibilidad manifiesta, a su clasificación y catalogación, de la que sólo he llevado a cabo las de unos 2000 títulos. No me gustaría morirme sin llevarla a cabo, pero no se si lo conseguiré. Me faltan paz y sosiego para ello.

El escritor Félix de Azúa, en el artículo mencionado, comenta que en el futuro será cosa de locos o de millonarios reunir en casa más de mil libros; que su generación es la última que ha logrado tener al alcance de la mano la totalidad del saber y de la literatura; pero que la electrónica y el precio de la vivienda, aquí y en todo el mundo, matarán las grandes bibliotecas particulares. Creo que tiene toda la razón.

A las tres de la madrugada del 28 de abril, insomne, cuatro horas después de publicar esta entrada, me pongo a ojear de nuevo el blog "El Boomerán". Me encuentro en él una joya que no había visto hasta hoy. Un delicioso y sentimental artículo de la novelista cubana Zoe Valdés titulado "Libros clandestinos", publicado el 29 de octubre de 2009 en la Revista Eñe. Es un hermosísimo canto a la "bibliopatía". Pueden leerlo pinchando en el enlace que he colocado más arriba. Merece la pena hacerlo. A mí me ha emocionado, lo confieso sin pudor, porque en muchas de las cosas que dice me he visto reflejado. Creo que ahora me  va a resultar doblemente difícil volver a la cama y conciliar el sueño. Mal trago, porque mañana (hoy, miércoles ya) me espera un día bastante atareado de compromisos personales.

Si tienen curiosidad por saber cuales son algunos de "mis autores y libros favoritos", pueden verlos en la columna de la derecha del blog, prácticamente al final de la misma, en el apartado que lleva ese título.

En la sección de vídeos he puesto uno sobre la historia de la Biblioteca Nacional de España. Espero que les resulte interesante.

Mi próxima entrada será la número 1300 del blog. Si tenemos en cuenta que lo inicié el 1 de agosto de 2006, hace 1365 días, salgo casi a un comentario diario. Demasiado, para algo que nació como un mero entretenimiento. Quizá haya llegado el momento de replantearse, ahora sí, su continuidad... Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt 





La escritora Anne Fadiman




"LA LETRA YA NO ENTRA NI CON SANGRE", por Félix de Azúa
El Boomerang, Blog Literario en español
19 de abril de 2010

No le había visto en los últimos cinco años. Comparto con él la inicua pasión libresca, esa bibliopatía que nos ha llevado a acumular toneladas de libros cuya lectura ocuparía cinco largas vidas. Tenía muy buen aspecto y estaba sumamente simpático. Sólo en un momento de la conversación, justamente cuando tratamos sobre los libros, mostró cierta preocupación. Coincidimos en que nadie pone ya en duda que nuestras bibliotecas personales, conjuntos de diez, doce o quince mil volúmenes, son ya las últimas que podrá poseer un particular. En el futuro será cosa de locos o de millonarios reunir en casa más de mil libros. Mi generación es la última que ha logrado tener al alcance de la mano la totalidad del saber y de la literatura. La electrónica y el precio de la vivienda, aquí y en todo el mundo, matarán las grandes bibliotecas particulares.

Muy contrariado me dice que los libros le están costando mucho más caros que la familia que nunca tuvo. Una parte la guarda en el piso de su propiedad, pero ha tenido que alquilar otros dos para disponer el resto. Gasta todo lo que gana en su biblioteca. Otro amigo mío se vio obligado a alquilar su piso lleno de libros para poder seguir pagándolo. El inquilino convive con ellos, por cierto, muy a gusto. Otros amigos se han ido a vivir a lugares casi salvajes para poder disponer de espacio libresco.

Quienes padezcan esta pasión carísima y postrera se divertirán leyendo "Bibliotecas llenas de fantasmas" que ha editado Anagrama. Su autor, Jacques Bonnet, sufre la misma enfermedad y los mismos temibles conflictos. ¿Y por qué razón soportamos tan terrible losa? ¡Qué pregunta más ociosa! Cuenta Bonnet que en las carretas que llevaban a los nobles franceses a la guillotina, cierto testigo pudo observar a uno de ellos perfectamente ajeno a su muerte inmediata, apenas apoyado en las tablas laterales y leyendo absorto un libro en octavo. Y así subió al cadalso, sin dejar de leer y pasando página. ¡Lo que daríamos cualquiera de nosotros por tener ese libro en nuestra biblioteca!




El escritor Félix de Azúa



--
Entrada núm. 1299 -
http://harendt.blogspot.com

 "Pues, tanto como saber, me agrada dudar" (Dante)
"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)