Catedral de La Asunción y río Tormes (Salamanca, Castilla y León)
¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.
De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".
Hoy traigo hasta el blog al poeta Pedro Garfias. Poeta vanguardista de la Generación del 27, nace en Salamanca (Castilla y León) en 1901. A los 17 años se traslada a Madrid para estudiar Derecho, estudios que no concluye. Impulsor del ultraísmo, se opone a modernismo que domina la lírica española de ese tiempo. Funda las revistas de poesía Horizonte y Tableros, y ejerce como periodista. En 1921 frecuenta la Residencia de Estudiantes de Madrid. Sus primeros libros de poemas reciben elogiosas críticas de revistas como Gaceta Literaria, Revista de Occidente y Mediodía. En 1927 participa en el famoso homenaje que los poetas español rinden a Góngora en Sevilla. Al advenimiento de la República se afilia al partido comunista colaborando en sus revistas Línea y Octubre. En la guerra civil participa activamente como comisario político en varias unidades de combate del PCE. Al término de la misma se exilia a Francia, y de allí a Gran Bretaña. En 1940, se traslada a México, donde reside hasta su muerte, acaecida en la ciudad de Monterrey, en 1967. Les dejo con su poema "Primavera en Eaton Hasting. VI":
Hoy que llevo mis campos en mis ojos
y me basta mirar para verlos crecer
siento vuestra llamada, prados de verde edad,
oigo vuestras palabras, árboles de cien años,
y os busco inútilmente a través de la tarde.
Ni el vuelo de los trinos ni el canto de las ramas
han de romper el duro silencio de mi boca.
Si me quedase inmóvil, como esta buena encina,
vendrían vuestros pájaros a anidar en mi frente,
vendrían vuestras aguas a morder mis raíces
y aun seguiría viendo con su blancura intacta,
quien sabe si dormida, la España que he perdido.
"Primavera en Eaton Hasting. VI"
Pedro Garfias
Entrada núm. 2150
http://elblogdeharendt.blogspot.com
Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri
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