domingo, 5 de marzo de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy domingo, 5 de marzo de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy, con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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sábado, 4 de marzo de 2017

[A vuelapluma] Los malos solo ganan cuando les votamos





En la guerra, como en las elecciones, no hay buenos ni malos, sino vencedores y vencidos. En democracias la pregunta es por qué ganan los antipáticos y solo hay una respuesta posible: porque les votamos. Lo afirmaba el filósofo José Luis Pardo en un reciente artículo en El País titulado Cuando ganan los malos. Y lamentablemente tengo que darle la razón: si ganan es porque les votamos.

Los temores despertados por la llegada a la presidencia estadounidense de Donald Trump, dice José Luis Pardo al comienzo de su artículo, después del sorprendente triunfo del Brexit en el referéndum de Reino Unido y la inquietud que provoca el exitoso resurgimiento de formaciones políticas neofascistas y neocomunistas en toda Europa me han hecho recordar las observaciones de Umberto Eco acerca de esos momentos anómalos de la cultura popular, en los cuales, en lugar de identificarse con el héroe restaurador de la justicia y protector de los indefensos, el público se identifica con los grandes criminales de ficción, como ocurrió con la aparición de las aventuras de Fantomas, el personaje creado por Marcel Allain y Pierre Souvestre. Es como si ahora, como quien se siente confundido por un relato de ficción cuyo desenlace no es el previsto, nos estuviéramos todos preguntando: ¿Por qué ganan (en las urnas) los malos?

Pero no está claro que tengamos derecho a hacer esa pregunta, añade a continuación. A diferencia de lo que ocurre en la ficción, en la historia, como en la guerra y en las elecciones, no hay buenos ni malos, sino únicamente vencedores y vencidos. Para que los hubiera tendríamos que situar una instancia moral o religiosa por encima de la soberanía popular, y eso ya lo hemos probado con resultados catastróficos. Como mucho, podemos hablar de buenos y malos en un sentido político inmanente a los regímenes democráticos de derecho: los buenos serían entonces los que respetan las reglas del juego, y los malos, los que quieren superar la democracia. Así pues, y únicamente en este sentido, los Fantomas de nuestra historia reciente han sido los Estados totalitarios fascistas y comunistas. Pero esto no quiere decir que en los regímenes democráticos reine la bondad moral o que en los no democráticos todo sea maldad y perversión. Por el contrario, las dictaduras totalitarias están llenas, como las guerras, de ejemplos de santidad, heroísmo, buenas intenciones y conductas ejemplares, mientras que las democracias son compatibles con un alto grado de mediocridad moral, malas intenciones, vicio, corrupción e indiferencia. Y las elecciones no son un seguro a todo riesgo contra esos males.

Pero como sucede que en esa historia reciente, sigue diciendo, aquellos grandes malos fueron derrotados por las democracias liberales occidentales, hemos podido tener la sensación de que la historia había terminado y de que la habían ganado los buenos, que mira por dónde éramos nosotros, y de que el nuestro era el reino definitivo del bien moral tras la caída del muro de Berlín, que a partir de ese momento se extendería a todo el planeta —el bien es difusivo, decía el Doctor Angélico— gracias a la desaparición de las fronteras nacionales para la circulación del dinero y de las personas. Los atentados del 11-S fueron un aviso de que Fantomas no había muerto con la derrota de Hitler y la desaparición de la Unión Soviética (y de que se aprovechaba de la difuminación de las fronteras políticas y económicas para sus planes), y las invocaciones teológicas con las que se gestionó esta amenaza (el eje del bien contra el eje del mal) indicaron también el grado de confusión imperante entre la moral y la política.

Hoy, añade, la crisis económica ha alimentado en Europa y en EE UU el crecimiento electoral de opciones políticas antipáticas con respecto a la democracia de derecho (cuyos límites, sin embargo, respetan, aunque no sea de muy buena gana). Y aunque el parentesco de estos líderes malencarados con los malos fantomásicos del siglo pasado parece ser sobre todo estético (del tipo del que Marilyn Manson tiene con Charles Manson), es un síntoma de que el mal antidemocrático no está definitivamente vencido ni únicamente fuera del sistema. El remedio democrático contra este mal es bien conocido: las democracias se distinguen de otros regímenes políticos precisamente porque están acostumbradas a que el enemigo está siempre dentro, como adversario en el Parlamento, y debe ser derrotado en las urnas por el consenso mayoritario de los representantes del pueblo.

Pero esta medicina, dice Pardo, es precisamente la que parece estar dejando de funcionar, como esos antibióticos que pierden eficacia porque las bacterias y microorganismos se vuelven resistentes a ellos. Aplicada a algunos países iberoamericanos, y a otros de los llamados islámicos que tomaron el relevo del enemigo soviético después de 1989, el fármaco da como resultado que, allí donde desaparecen los regímenes autoritarios vigentes desde la descolonización, tienden a ganar las elecciones los islamistas radicales y los caudillos populistas. Y ahora empieza también a fallar en el centro del sistema, en donde las urnas se inclinan una y otra vez a favor de los antipáticos, con el consiguiente desconcierto de los partidos socialdemócratas y conservadores que erigieron el Estado de bienestar, que no se explican por qué han perdido el favor de un pueblo que vota a los malos menos por simpatía hacia sus inspiradas consignas que por no perder la oportunidad, hasta ahora casi inédita, de votar contra los buenos. Porque en las democracias la pregunta ¿por qué ganan los malos? solo tiene una respuesta posible: porque les votamos, de la misma manera que Fantomas escapaba siempre de las garras del detective Juve porque el público esperaba verle de nuevo en la siguiente aventura.

Pero el triunfo de estos neo-malos, continúa diciendo, no son solo sus resultados electorales: sus victorias de hoy en las urnas les ponen en crisis tanto como sus derrotas de ayer les confirmaban en su superioridad moral. Su triunfo consiste, sobre todo, en que a los buenos no se les ha ocurrido mejor solución para salvarse de la quema en los comicios que volverse, aunque sea de mentirijillas, un poco malos para atraerse a los votantes descontentos, con lo cual, en lugar de ganar adeptos, ahuyentan a los pocos que les quedan, desorientados por su calculada pero escandalosa ambigüedad: en los países deudores de la UE, los socialdemócratas se vuelven un poquito neocomunistas, y en los acreedores los conservadores se vuelven un poquito neofascistas, pero ambos se guardan muy mucho de tomar alguna postura comprometida en asuntos de circulación de personas o de capitales, mientras que la posición de los malos en estos puntos es clarísima: que el dinero se quede dentro y los extranjeros fuera (o viceversa), aunque nadie sepa cómo van a convencer a los ricos y a los pobres para que se estén quietos.

Y de esta estrategia, concluye diciendo Pardo, ya no se puede culpar al pueblo casquivano: ¿cómo evitar que los comicios se conviertan en tómbolas plebiscitarias si los malos acuden a las urnas disfrazados de buenos y los buenos disfrazados de malos? Lady Beltham, la amante de Fantomas, obligada a elegir entre la pasión que sentía por el hombre y el horror que le provocaba el criminal, encontró la solución: se suicidó en 1910.




Fantomas



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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[Humor en cápsulas] Para hoy sábado, 4 de marzo de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy, con Morgan en Canarias7; Idígoras y Pachi en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, y Ros en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 






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viernes, 3 de marzo de 2017

[Poesía y pintura] Hoy, con Juan Rufo y Gustave Doré





Durante las próxima semanas voy a intentar unir en una misma entrada algunos de los más bellos sonetos en lengua española y de mis pinturas clásicas favoritas. Espero que sean de su agrado. Hoy dedico la entrada al poeta Juan Rufo y su soneto Di, Ana, ¿eres Diana? No es posibleal pintor Gustave Doré y su cuadro Andrómeda. Disfruten de ambos. 





Juan Rufo


Juan Rufo (1547-1620) fue un militar, poeta y escritor español. Fue jurado de su ciudad, Córdoba, y cronista de Don Juan de Austria, al que acompañó en la campaña de Granada contra los moriscos. En la batalla de Lepanto estuvo en la misma galera de este famoso general, y sobre dicha experiencia compuso su poema épico la Austríada (1584), reimpreso rápidamente dos veces más y elogiado por Cervantes en el escrutinio de la biblioteca de Don Quijote como uno de los tres mejores libros castellanos en verso heroico y una de las más ricas prendas de poesía de España. Les dejo con su poema Di, Ana, ¿eres Diana? No es posible.



DI, ANA, ¿ERES DIANA? NO ES POSIBLE 

Di, Ana, ¿eres Dïana? No es posible,
que eres fecunda y eres más hermosa.
¿Eres, por dicha, el Sol? Tampoco es cosa,
aunque sola, a tu sexo compatible.

¿Eres Belona bella? Fue terrible;
ni Venus, que era fácil, aunque diosa.
¿Pues qué serás, oh imagen milagrosa,
si el ser humana y tal es increíble?

Serás Dïana, Ana, en la pureza,
Febo en el resplandor y en la alegría;
en valor Palas, Venus en belleza;

y mujer a quien dio más que podía
la atenta y liberal Naturaleza
que, en hacerte, más hizo que sabía.




Gustave Doré


Paul Gustave Doré (1832-1883) fue un artista francés, pintor, escultor e ilustrador. Entre sus trabajos más notables pueden citarse las ilustraciones para El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, la Biblia (1865) y La Divina ComediaPor las características de su obra se ha considerado a Doré un visionario recreador del periodo medieval. En sus grabados sobre madera, muestra una Edad Media sobrecogedora y delirante, poblada de sombríos bosques, de ruinas, de masas caóticas; visiones de un tardorromanticismo al uso en el campo de la ilustración, pero más acusado en Doré que en otros dibujantes. Su visión de una Naturaleza provista de vastos espacios, revela una gran atracción por lo sublime. Les dejo con su Andrómeda.



Andrómeda (1869). Chi Mei Museum, Tainan (Taiwan)



Para salvar a su país, Andrómeda fue encadenada a una roca y entregada a un monstruo marino. El héroe Perseo, que volvía a su patria volando tras haber decapitado a la Gorgona, la divisó desde el aire y se enamoró en el acto, mató al monstruo y la rescató. Andrómeda es el equivalente femenino de san Sebastián en un erotismo de la dominación y la sumisión.

Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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[Humor en cápsulas] Para hoy viernes, 3 de marzo de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy, con Morgan en Canarias7; Gallego y Rey y Ricardo en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, Ros y Sciammarella en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





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jueves, 2 de marzo de 2017

[Humor en cápsulas] Para hoy jueves, 2 de marzo de 2017





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción, y en la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos. Las de hoy, con Morgan en Canarias7; Gallego y Rey y Ricardo en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, Ros y Sciammarella en El País; y Montecruz y Padylla en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 




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miércoles, 1 de marzo de 2017

[Política] Urgente: Libro Blanco sobre el futuro de la Unión Europea





El diario El País de hoy publica en su edición vespertina que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha presentado en Bruselas este miércoles el Libro Blanco sobre el futuro de Europa: vías para la unidad de la U.E. de 27 Estados miembros. En él, Bruselas hace una dura autocrítica y presenta los planes de la UE ‘posbrexit’ ofreciendo cinco escenarios para la futura UE a 27, ya sin el Reino Unido. Pueden ustedes acceder a dicho Libro Blanco, en todos los idiomas de la Unión, desde el enlace inmediatamente anterior. 

En Europa conviven con perturbadora promiscuidad las causas más nobles con inconfortables zonas de sombra, dice el El País. Y esas áreas ensombrecidas no dejan de crecer: al ramillete de crisis de los últimos tiempos se suman las inciertas citas electorales en Holanda, Francia y Alemania, con la extrema derecha al alza; la primera salida del club (Reino Unido), y situaciones potencialmente explosivas en Grecia e incluso en Italia. La UE ha evitado los mea culpa en los últimos años pese a la pésima gestión de la crisis, en un estado de negación permanente del que solo salía al borde del abismo. En ese contexto, la Comisión Europea ha presentado hoy el Libro banco sobre el futuro de Europa, que al margen de ofrecer cinco escenarios sobre el futuro camino de la UE supone el primer ejercicio de autocrítica en mucho tiempo. “La Unión ha estado por debajo de las expectativas en la peor crisis financiera, económica y social en la historia de la posguerra”, subraya el texto. “El papel de Europa en el mundo se está reduciendo”, en términos de población y PIB, y “Europa no puede seguir siendo naíf: ser un poder blando ya no es ser poderoso cuando la fuerza prevalece sobre las reglas”, apunta en una tácita referencia a Donald Trump. “Los recientes ataques terroristas han sacudido a la sociedad europea”, que cuestiona “el futuro control de fronteras y la libertad de movimientos en Europa”.

La UE “sigue teniendo un fuerte apoyo” entre los europeos, “pero ya no incondicional”, reconoce el Libro blanco antes de hacer una severa autocrítica sobre la forma en la que ha lidiado Europa con la Gran Recesión: “La recuperación está mal distribuida entre la sociedad y las regiones. Solucionar el legado de la crisis, desde el paro de larga duración a los altos niveles de deuda pública y privada, sigue siendo una prioridad urgente”, admite el Ejecutivo europeo casi 10 años después de la quiebra de Lehman Brothers. Hasta el punto de que la resaca de la Gran Crisis, remata el texto, “ha sembrado dudas acerca de la economía social de mercado”, el modelo económico del continente desde hace seis décadas.

El diagnóstico, en fin, es demoledor, y en su aplastante sinceridad contrasta con la formidable autocomplacencia de los últimos tiempos. Pero ese sucinto resumen del estado de la cuestión es solo un preámbulo para presentar a los Estados miembros un menú de opciones acerca de hacia dónde debería ir la UE con motivo del 60º aniversario del Tratado de Roma, para el que faltan poco menos de tres semanas. El texto ofrece cinco escenarios posibles para ver con qué equipaje sale de ésta la nueva Europa sin Londres. A diferencia del mítico Libro blanco de Delors, el equipo de Jean-Claude Juncker ha preferido no optar por ninguna de las vías, y limitarse a abrir un debate con el resto de instituciones y los jefes de Estado y de Gobierno para que los políticos nacionales expresen sus preferencias, en un momento de formidable desconfianza entre unos y otros que impide pensar en grandes saltos adelante.

Juncker recogerá todas las opiniones en el discurso sobre el Estado de la Unión, el próximo septiembre en Estrasburgo, ya después de las elecciones francesas y justo antes de las alemanas. Y los líderes europeos tendrán la última palabra en la cumbre de diciembre, con el panorama electoral de 2017 mucho más aclarado que ahora. El presidente comparece hoy ante el Parlamento Europeo para exponer ese trabajo, pero ya ha apuntado que este “es el inicio del proceso, no el final”. Su equipo destaca que la aspiración es que se convierta en "el acta de nacimiento de la nueva UE a Veintisiete", ya sin Reino Unido.

El Libro Blanco plantea cinco escenarios con una visión del futuro estado de la Unión en 2025, en función de las opciones por las que se decante Europa. A grandes rasgos, son las siguientes.

1. Seguir igual. La UE a 27, de seguir por esa vía. se orientaría por la Declaración de Bratislava, adoptada en 2016: se trataría de aplicar la actual agenda, con pasos adelante en los asuntos de seguridad y defensa. El propio Ejecutivo comunitario admite que la integridad de la UE podría verse en entredicho. Un ejemplo: podrían producirse más controles de seguridad en las fronteras.

2. Solo mercado único. Esa es la opción más minimalista del menú. Se basa en preservar las cuatro grandes libertades, y convertiría el mercado común en la única razón de ser de la UE, eliminando regulaciones europeas en los ámbitos que no estén estrictamente relacionados con el citado mercado único: una especie de sueño británico hecho realidad, justo ahora que Reino Unido sale de la Unión. Bruselas admite que la cooperación sería limitada y la eurozona podría convertirse en "una fuente de vulnerabilidad". "Se pondría en riesgo la integridad de la moneda única y su capacidad de responder a una nueva crisis financiera", subraya el texto. Junto con el primer escenario, es el que parecen preferir varios socios del Este.

3. Quienes quieran hacer más, harán más. La UE a 27 seguiría funcionando como hasta ahora, pero se incentivarían las múltiples velocidades en las agendas fundamentales, para evitar que los vetos impidan avanzar a quienes quieren hacerlo. Europa ya ha empezado a andar ese camino, con la reducción de las votaciones por unanimidad y el mayor papel de las cooperaciones reforzadas, que implican la posibilidad de seguir adelante con mayorías cualificadas, pero reducen el poder de veto. La Comisión destaca que esa vía permitiría avanzar en defensa, seguridad, unión fiscal --con una especie de Schengen fiscal-- y asuntos sociales. Eso sí: admite que ese camino puede generar problemas de legitimidad democrática. Tanto la canciller Angela Merkel como el presidente francés, François Hollande, han apoyado en las últimas semanas esa Europa de distintas velocidades.

4. Hacer menos pero de forma más eficiente. Se trataría de decidir qué asuntos son claramente europeos e ir a fondo en esas agendas: dedicar todos los recursos de la Unión a un número limitado de áreas y dejar de lado las políticas que pueden hacerse mejor a nivel nacional, regional o local. Eso es, en parte, lo que ha tratado de hacer la Comisión Juncker, pese a que el Libro blanco admite que los europeos ven la UE como un ente "demasiado distante o demasiado entrometido". Junto con el tercer escenario es, a priori, el más realista; la vía que apoyan los Estados miembros más importantes. Holanda, en particular, ha dado sobradas muestras de preferir que la UE devuelva poderes a otros niveles de Gobierno.

5. El salto federal. La vía que defiende el liberal Guy Verhofstadt y con la que se presentó a las elecciones de 2014 Jean-Claude Juncker no tiene visos de prosperar: la policrisis de los últimos años ha hecho aflorar enormes diferencias entre los Estados miembros (Norte-Sur en el caso de la crisis del euro; Este-Oeste por los refugiados, por ejemplo). La Unión apuntaría de esa manera a una mayor armonización fiscal, social y financiera, con la posibilidad de poner en marcha una "capacidad financiera" a modo de estímulo contra los shocks económicos. Permitiría crear una Unión Europea de la Defensa. Ese tipo de saltos federales fue siempre el sueño de los padres fundadores de la UE, pero no parece factible ni con la mayor crisis en décadas: la propia Comisión admite el riesgo de "perder a parte de la sociedad que cree que la UE carece de legitimidad o se ha hecho con demasiado poder procedente de los Estados nación".

Los socialistas buscan su espacio político una vez finiquitada la gran coalición en el Parlamento Europeo, añade El País. Frente al apoyo tradicional prestado a los grandes símbolos de la UE, el grupo socialdemócrata ha optado este miércoles por criticar la propuesta de la Comisión Europea. “El libro blanco nos decepciona. Es una reflexión en lugar de un plan claro para fortalecer nuestro proyecto. La Comisión no es un cuerpo burocrático, sino político”, le espetó el jefe de los socialdemócratas en la Eurocámara, Gianni Pittella, al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, que presentó el proyecto en el hemiciclo europeo.

Los socialistas entienden que la policrisis que azota a Europa exige una apuesta por la integración en lugar de esbozar cinco escenarios para que los Estados decidan. Pese a todo, esa postura no concita el apoyo de todos los socialdemócratas (por ejemplo, los líderes de República Checa y Eslovaquia recelan). La Comisión ha afeado a Pittella que coloque a su grupo en la orilla de los euroescépticos. Su equipo rechaza esa equiparación e intenta situarse en una vía intermedia. Con un discurso más matizado, la eurodiputada Elena Valenciano concedió a Juncker la razón en el diagnóstico, pero añadió: “Se equivoca al no mostrar el camino”.



Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea



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[Un clásico de vez en cuando] Hoy, con "Hipólito", de Eurípides





Les pido disculpas por mi insistencia en mencionar de nuevo a los clásicos, de manera especial, a los griegos. Me gusta decir que casi todo lo importante que se ha escrito o dicho después de ellos es una mera paráfrasis de lo que ellos dijeron mucho mejor. Con toda seguridad es exagerado por mi parte, pero es así como lo siento. Deformación profesional como estudioso de la Historia y amante apasionado de una época y unos hombres que pusieron los cimientos de eso que llamamos Occidente.

No se me ocurre mejor manera de homenajearlos que trayendo hasta el blog, en esta sección de "Un clásico de vez en cuando", el Hipólito, de Eurípides, que pueden leer en el enlace inmediatamente anterior. Más abajo, también pueden ver si lo desean un fragmento de la adaptación de dicha obra llevada a cabo por Concha Távora y representada en el Teatro Central de Sevilla en junio de 2014. 



Representación de "Hipólito" en el teatro romano de Segóbriga


Hipólito (Ιππόλυτος) es una tragedia de Eurípides basada en el mito de Hipólito, hijo de Teseo. Fue estrenada en las Dionisias de Atenas el 428 a. C. y ganó el primer premio como parte de una trilogía. Se sabe que existía un culto a Hipólito en la ciudad de Trecén, lugar donde transcurre la acción de la tragedia y donde existían templos y ritos en su honor. En esta ciudad, las muchachas, antes de casarse, debían de ofrecer a Hipólito un mechón de cabellos. Su mito va unido al de Fedra, hermana de Ariadna y esposa de Teseo. Se dice que las tumbas de Fedra e Hipólito estaban juntas en Trecén.

Hipólito, casto, enemigo de las pasiones mundanas, frugal amante de la naturaleza y de la caza, es ferviente adorador de Ártemis, diosa de la caza, y procura vivir conforme al arquetipo de esta diosa. Fedra es una mujer apasionada, ardiente, tempestuosa, poseída por Afrodita y, por los designios de esta diosa, que cae enamorada de su hijastro, Hipólito, hasta la locura. El antagonismo de valores está encarnado por estos dos personajes contrapuestos. Ambos incurrirán en la desmesura, la hýbris griega, forzosamente castigada por los dioses.



Eurípides


Eurípides (484-406 a. C.) fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Se cree que escribió 92 obras, pero se conservan solo 19 (18 tragedias y el drama satírico El Cíclope). Su concepción trágica está muy alejada de la de Esquilo y Sófocles. Sus obras tratan de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a. C. de Atenas, pero aplicables al tiempo en que escribió, sobre todo a las crueldades de la guerra.







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