martes, 5 de septiembre de 2023

De la gente que complica las cosas

 






Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz martes. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, del genetista Javier Sampedro, va de la gente que complica las cosas. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos. harendt.blogspot.com







Gente que complica las cosas
JAVIER SAMPEDRO - El País
31 AGO 2023 - harendt.blogspot.com

Como seres pensantes, los humanos nos dividimos en dos grandes grupos: los que disfrutan complicando las cosas y los que sufren por simplificarlas. Ya sé que buena parte de la manipulación psicológica de masas en que se ha convertido la política conservadora, y la peor parte de la otra, se basa en cocinar mensajes simples sobre problemas complejos, pero aquí no estoy hablando de la simpleza, sino de la simplicidad. Mientras la simpleza es una poderosa herramienta de intoxicación, la simplicidad es el verdadero motor del conocimiento. Los grandes avances en la comprensión del mundo se deben en el fondo a una religión: la creencia en que el mundo es comprensible. La búsqueda de pautas simples bajo la abrumadora confusión que nos presentan nuestros sentidos. El Dios de Spinoza y Einstein, el que se revela en la armonía de todo lo que existe. La única fe de los científicos.
Basta echar un somero vistazo a las noticias de este miércoles para encontrar buenos ejemplos de gente que disfruta complicando las cosas. Feijóo le pide a Sánchez que le deje gobernar dos años, en un intento candoroso de confundir a sus propios correligionarios. Exteriores acaba de descubrir que los buques británicos se entrometen en las muy españolas aguas de Gibraltar. Rusia entierra a escondidas a Prigozhin, no vaya a ser que se manifiesten las hordas en un funeral público. Rubiales se resiste a dimitir por alguna razón que no entienden ni en Manhattan, todo ello maridado con un vídeo del autocar donde la selección femenina se reía de él, lo que por lo visto le parece un escándalo a la ultraderecha. El PP y Vox censuran en Cáceres una obra de teatro sobre la violencia de género. Gente que complica las cosas.
Las interpretaciones correctas son bien simples, en cambio. España controla la frontera sur del Estrecho desde Ceuta, y el Reino Unido controla la frontera norte desde Gibraltar. Putin ha asesinado a Prigozhin. Rubiales evita dimitir para no perder la pasta gansa de la indemnización. La derechona no cree en la democracia. Y Feijóo no va a gobernar. Simplicidad.
No quiero ser injusto. Tanto los simplificadores como los enredas son necesarios. Desde el redescubrimiento de las leyes de Mendel en 1900 ―el pobre monje las había descubierto 35 años antes sin que nadie le hiciera ni caso—, la investigación en genética produjo tal flujo de datos que ni siquiera un experto podía mantenerse al día con ellos, no hablemos ya de penetrarlos. Aquellos genetistas disfrutaban complicando las cosas, y hay que reconocer su mérito, puesto que la vida es genuinamente complicada. Pero bastó un destello de genio en 1953, la ahora famosa doble hélice del ADN, para reducir todos aquellos estratos de información a una simple pieza de conocimiento que se puede explicar a un niño. La historia de la ciencia ha repetido este esquema muchas veces. La simplicidad es la fórmula del progreso.
La fe del científico es que el mundo es comprensible. Entre los sociólogos, politólogos e historiadores hay mucha gente que disfruta complicando las cosas, pero los mejores de ellos hacen bien en sufrir por simplificarlas. Como dijo Samuel Johnson, lo que se escribe sin esfuerzo se lee sin placer.



































[ARCHIVO DEL BLOG] El largo camino de la literatura. [Publicada el 03/09/2013]











Mientras esperaba con ansiedad la publicación del próximo número de "Revista de Libros", siempre tan inspiradora para mí, previsto para el próximo día 15 de septiembre, después de tres meses de asueto veraniego en los que su ausencia se me ha hecho insportablemente larga, he tenido la oportunidad de zascandilear por la página electrónica de uno de sus más ilustres patrocinadores: el Colegio Libre d Eméritos, una prestigiosa institución cultural y académica sin ánimo de lucro, conformada por catedráticos y profesores eméritos de la universidad española en todas sus ramas científicas, humanas y sociales, que organiza gratuitamente cursos, seminarios y programas de formación, tanto presenciales como en red, y publica libros, memorias, documentos y cuadernos de libre acceso en su página electrónica.
Entre esos cursos ya celebrados, a los que pueden acceder libremente desde el enlace anterior, he encontrado uno que me ha resultado interesantísimo y que no me he podido resistir a traer hasta el blog. Se trata del titulado "Ser y vida de la literatura: De Sumeria y Homero a Shakespeare y Cervantes", pronunciado por el ilustre profesor y académico de la Lengua, don Francisco Rodríguez Adrados, en la sede del Colegio entre octubre y noviembre del pasado año a lo largo de seis sesiones, de aproximadamente una hora y media de duración cada una, cuyos sendos vídeos puedan ustedes ver en el enlace correspondiente. .
Un curso que en palabras del propio profesor Rodríguez Adrados, intenta dar una visión general sobre el origen de la literatura desde la oralidad a la escritura y desde Sumeria, en el tercer milenio antes de Cristo, hasta nuestro Siglo de Oro, sus orígenes en las literaturas indoeuropeas y de Oriente Próximo y su continuación a través de Grecia, Roma, la Edad Media y el Humanismo, en lo que él denomina el "río de las literaturas". Un largo recorrido de 4500 años que han puesto las bases de su continuación hasta hoy.
Espero sinceramente que lo disfruten y que les estimule a bucear por el enorme potencial académico y formativo que pone a disposición de la cultura y la ciencia española el Colegio Libre de Eméritos. Y el próximo día 15, no se me olviden, a gozar de nuevo de "Revista de Libros". Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates: "Ιωμεν", vámonos. Tamaragua, amigos. HArendt









lunes, 4 de septiembre de 2023

Del mes de agosto

 






Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz lunes. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy, de la filósofa Aurora Freijo, va del mes de agosto. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos. harendt.blogspot.com







Agosto a veces
AURORA FREIJO - El País
31 AGO 2023 - harendt.blogspot.com

Agosto no es un mes de fiar. No es febrero ni octubre, meses estáticos y medidos. Agosto se extiende y se contrae, se expande y se repliega en un ritmo informe y arbitrario. Puede contener tiempos infinitos o micromomentos, puede detenerse o correr. Agosto a veces pasa de la celebración inmensa a la soledad infinita. Agosto, más que ninguno de los otros 11 meses, nos muestra la metafísica del tiempo, sus capas, su caudal y su desmesura. Agosto nos muestra la insuficiencia de la razón para desentrañar en qué consiste en realidad el tiempo. Porque agosto a veces es la culminación del instante, el logro del descanso, el colmo del encuentro y el triunfo del ocio (otium) frente al negocio (negotium). Dinámico y movedizo, en agosto, más que nunca, el tiempo se hace pura durée bergsoniana, manifestando su estructura heterogénea, mientras se resiste a nuestra humana intención de parcelarlo y cuantificarlo. El tiempo que es agosto contiene todos los tiempos a la vez. Su inmensidad abisma, asusta. Solo agosto, entre todos los otros meses, puede ser el Tipasa luminoso habitado por los dioses del que escribió Camus, o el erial estéril de una tierra baldía. Sorprende agosto, olas y tierra seca a la vez. Y es que agosto es pura sensación, magma subjetivo y cualitativo en el extremo.
Más que nunca, a veces el mes de agosto es el tiempo vivido y la memoria intensa del sujeto que somos cada uno de nosotros. No se entiende bien agosto, porque la temporalidad que es agosto solo puede ser pensada con la intuición; el latido que es agosto no es el de un mes cartesiano; agosto no es un mes para el intelecto, sino más bien para el corazón, un mes para la pura sensación. Agosto no es sensato. El mes de agosto se desprende de la mano de Cronos, el dios del tiempo de cada día, el dios ordenado, secuenciado, encajonado, el devorador de sus hijos, de sus horas. Al mes que es agosto le apetece mucho más ir de la mano de Aión, el tiempo privilegiado de la divinidad, de la eternidad, el tiempo generoso que es capaz de detener el devenir, el tiempo circular. Desmesurado, sin duda agosto no tiene remedio, paralítico y a la vez veloz.
Agosto a veces es inmenso, es anómalo, de naturaleza espectacular, y en ocasiones es breve como un destello, como el rayo de Heráclito que todo gobierna, que enlaza noche y día, cielo y tierra. El mes de agosto tiene naturaleza de coágulo, posee textura de grumo en mitad del año. Discontinuo y sagrado, agosto es una extrañeza, un lugar disimuladamente inscrito entre la vida y la muerte, aromático y evocador, proustiano, visitador de lugares del pasado y tiempos de infancia, amasijo de esperanzas y escombros. Aventurero o reposado, en agosto se está más vivo que nunca, más muerto que siempre. Admite agosto lecturas de piscina y de sol, pero agosto tiene también sed de lecturas carnívoras. Aunque queramos, nunca agosto es tiempo de paso, no deja indiferente a nadie. Agosto a veces es un instante que consigue ser un remanso o un remolino. No es un mes discreto agosto, nadie puede ignorarlo. Invencible, es la presencia contundente de la dificultad que es la temporalidad. Y no es un mes kantiano, no es una categoría, no obedece al deber, ni al imperativo categórico, pero abre la posibilidad a un cambio de aliento. Agosto, si sabemos verlo, está lleno de dioses.
Pero agosto a veces es calladamente el mes del destierro, oscuro pese a su vasta luz. Tiene aspecto de paz, pero guarda corrientes frías submarinas. Agosto, el mes de la excepción, el mes carnavalesco, el tiempo de la sucesión de instantes, el mes del kairós, del dios de la oportunidad, el mes que tiene pretensiones de ser el instante sostenido. Y es que agosto tiene la vocación de ser el mes logrado. Con su peculiaridad, agosto nos ofrece tomar el ritmo del dinamismo interno del tiempo que en el resto del año parcelamos, porque en él la temporalidad asoma con su realidad no cuantificable. Da miedo agosto, da ganas agosto. Agosto para el aburrimiento a veces, el leve e infecundo, pero también para el aburrimiento profundo, heideggeriano, el posibilitante, operador metafísico abridor de mundo, de otra atención, de otros modos de vida. Agosto a veces también dispuesto para cumplir el imperativo de la aceleración y el deseo de estar en el todo. Inaprensible y de naturaleza contradictoria, cénit y punto cero, el más excelente de los meses. A veces agosto es la posibilidad de un poema. Agosto, y no abril, a veces es el mes más cruel.
Después, una vez más, necesariamente septiembre. Con su llegada, la vuelta a la seguridad del orden y a la atadura al reloj. Y nos entregamos a los brazos de Cronos, el del pecho aprisionado, al regazo del rendimiento, dispuestos de nuevo para la utilidad y el cansancio.




























[ARCHIVO DEL BLOG] Equinoccio. [Publicada el 23/09/2015]





 




Según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional el otoño de 2015 ha comenzado en Canarias, hoy miércoles, 23 de septiembre, a las 09:21, hora local. Esta estación durará 89 días y 20 horas, y terminará el 22 de diciembre con el comienzo del invierno.
El inicio astronómico de las estaciones viene dado, por convenio, como el instante en que la Tierra pasa por una determinada posición de su órbita alrededor del Sol. En el caso del otoño, esta posición es aquella en la que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el sur. Cuando esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama equinoccio de otoño en el hemisferio norte, y en el hemisferio sur, de primavera.
El equinoccio de otoño puede darse, a lo sumo, en cuatro fechas distintas (del 21 al 24 de septiembre). A lo largo del siglo XXI el otoño se iniciará en los días 22 y 23 de septiembre (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003. Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos son bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).
Esta es la época del año en que la longitud del día se acorta más rápidamente. El Sol sale por las mañanas cada día un poco más tarde que el día anterior y por la tarde se pone antes, siendo el acortamiento del día especialmente apreciable por las tardes. En definitiva, al inicio del otoño el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte se reduce en casi tres minutos cada día a las latitudes de la península.
Los equinoccios (del latín "aequinoctium" (aequus nocte), "noche igual") son los momentos del año en que el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre. Ese día y para un observador en el ecuador terrestre, el Sol alcanza el cenit (el punto más alto en el cielo con relación al observador, que se encuentra justo sobre su cabeza a 90°). El paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste entonces coinciden.
Los equinoccios tienen lugar dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año, momento en el que los dos polos terrestres se encuentran a una misma distancia del Sol, así la luz se proyecta por igual en ambos hemisferios.
En las fechas en que se producen los equinoccios, el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares de la Tierra. En el equinoccio sucede el cambio de estación anual contraria en cada hemisferio de la Tierra.
El día de los equinoccios, el Sol sale exactamente por el punto Este y se pone por el punto Oeste, en todos los lugares de la Tierra -excepto en los Polos dónde no sale, ni se pone-. En el Ecuador el Sol alcanza el cenit. Por otra parte, y para cualquier día del año, nótese que desde el hemisferio norte el Sol culmina hacia el sur, moviéndose en sentido horario, mientras que desde el hemisferio sur culmina hacia el norte y se mueve en sentido antihorario.
Desde el ecuador -latitud 0º-, el Sol sigue aparentemente una trayectoria vertical, desde que nace por el Este hasta que se pone por el oeste, alcanzando al mediodía el cenit del observador.
Por el contrario, desde los polos, bien sea el norte o el sur, el Sol no se levanta sobre el horizonte, sino que describe un círculo rasante. Prescindiendo de la refracción, se verá sólo medio disco solar durante todo el día: ni amanece, ni culmina ni se pone.
La foto que acompaña esta entrada ha sido tomada a las 07:53 del 23 de septiembre de 2015 desde la ventana de nuestra casa en Las Palmas, en la latitud N. 28º04'53.72".  Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt