martes, 29 de noviembre de 2022

[ARCHIVO DEL BLOG] Mis lecturas. [Publicada el 29/11/2006]







Entre mayo de 2004 y noviembre de 2006 llevé un diario con anotaciones sobre las lecturas que iba realizando. Esta es una versión reducida de algunas de las anotaciones de ese diario literario, meros bosquejos de la reflexión que me había merecido el libro leído, sin que la extensión de la nota sea indicativa de preferencia alguna. Las lecturas están ordenadas cronológicamente. 

1.- “Del espíritu de las leyes”,  Montesquieu. Uno de los grandes clásicos de la teoría política de todos los tiempos. Imprescindible para comprender los principios que informaron las primeras experiencias democráticas en Occidente.
2.- “Mar de fondo”, Patricia Highsmith. Intrigante novela de suspense, magistralmente escrita, que nos envuelve en una atmósfera de misterio que sólo se aclara al final. Final, por cierto, que no me ha gustado, aunque resulte lógico.
3.- “La Eva fantástica”, Antonio Muñoz Molina (edt.). Veinte relatos cortos de fantasía, terror y misterio, escritos todos ellos por mujeres: desde Mary Shelley a Patricia Highsmith. Hay entre ellos dos escritos por españolas. Todos interesantísimos. El que más me ha gustado: “Portobello”.
4.- “La reforma del Senado”. Recoge las intervenciones habidas en el Centro de Estudios Constitucionales hace doce años. Todas muy interesantes. Pero todo sigue igual o peor en relación con dicha reforma, sin el menor avance significativo al respecto por falta de voluntad política por parte de los responsables.
5.- “Historia del rey Arturo y sus nobles caballeros”, John Steinbeck. Magnífica versión moderna realizada por el premio Nobel norteamericano a partir del texto del siglo XV escrito por Mallory, que a su vez lo tomó del francés Chretien de Troyes. Bellísima.
6.- “La monarquía de España”, Miguel Artola. Un texto imprescindible para conocer los entresijos y el funcionamiento de la institución monàrquica y sus órganos a lo largo de toda la historia española, desde los visigodos hasta la monarquía parlamentaria actual.
7.- “Las edades de Lulú”, Almudena Grandes. La leí por primera vez hace quince años. Es una nueva edición, corregida por la autora con motivo de dicho aniversario, con un prólogo que explica el origen de la novela y lo que significó para ella. Me ha gustado mucho más ahora que antes.
8.- “Amadís de Gaula”, Garci Rodríguez de Montalvo. Uno de los grandes clásicos de la “novela de caballería”, precursor de una relación que acaba y culmina con el Quijote. Muy entretenido.
9.- “El pensamiento francés en el siglo XVIII”, Daniel Mornet. Interesantísimo libro sobre los antecedentes filosóficos y científicos que van a dar origen a la Revolución francesa.
10.- “La cultura de la conversación”, Benedetta Craveri. Uno de los más bellos e interesantes libros que he leído nunca, en el que se da cuenta de la febril actividad cultural y social llevada a cabo por los “Clubs” parísinos, la mayoría de ellos impulsados por mujeres de la nobleza francesa, a lo largo de los siglos XVII y XVIII.
11.- “Los versos satánicos”, Salman Rusdhie. Lo adquirí en octubre de 1989 en solidaridad con el autor, condenado a muerte por las autoridades religiosas iraníes. No lo había leido aún. Me ha parecido una sensacional novela de humor y fantasía, con escenas de una gran comicidad, no exenta de ironía y sarcasmo. Y desde luego, en nada irreverente con el Profeta.
12.- “Hay algo que no es como me dicen. El caso de Nevenka Fernández contra la realidad”, Juan José Millás. Impresionante recreación de los hechos que dieron lugar a la defenestración política del que fuera alcalde de Ponferrada por acoso sexual a una de las concejalas de dicho municipio leonés. Durísimo alegato en defensa de la capacidad de decidir de la mujer.
13.- “La República mundial de las Letras”, Pascale Casanova. Ensayo sobre la influencia literaria francesa sobre el resto de la literatura europea. Excesivamente “ombliguista”, pero interesante.
14.- “El futuro de la libertad. Las democracias *iliberales* en el mundo”, Fareed Zakaria. Fascinante texto sobre la historia de la libertad y su enfrentamiento, a veces inevitable, con la idea de democracia. La tesis del libro es que no siempre una mayor democracia significa mayor libertad, tesis que comparto.
15.- “El Federalista”, A. Hamilton, J. Madison y J. Jay. Otro de los grandes clásicos de la literatura política de todos los tiempos. Escrito a finales del siglo XVIII, en defensa y explicación, a través de artículos de prensa del proyecto que acabaría convirtiéndose en la Constutición de los Estados Unidos de América. Imprescindible.
16.- “El mundo de Sofía. Novela sobre la historia de la filosofía”, Jostein Garder. Interesantísima y bellísima obra en la cual, a través de una trama de acción, misterio y fantasía juvenil, se nos ofrece una historia de la filosofía y de la ciencia que en nada desmerece de cualquier libro de texto de nivel universitario, de una forma amena y entretenida. Magnífica.
17.- “Don Quijote de La Mancha”, Miguel de Cervantes. Releida con motivo del quinto centenario de su publicación. Lo mejor de lo mejor.
18.- “Libertad conquistada. Memorias”, Hans Küng. Para un descreido como yo, sin remordimiento ni sentimiento alguno de culpa por ello, ni miedo a una eternidad sin Dios, el mensaje cristiano me sigue resultando fascinante. Y que haya hombres como Küng, que hacen del respeto a ese mensaje una cuestión vital, me llena de esperanza. Como dijo otro gran ”herético” (Teilhard de Chardin): “Si llego a perder la fe en Dios, al menos me queda la fe en el hombre”. Impresionante testomio de libertad y de fe.
19.- “Los símbolos del alma”, Emilio Lledó. Discurso pronunciado en la Real Academìa Española por el considerado como el mayor filósofo español vivo. Un pequeño y bellísimo texto. Fue mi profesor de Historia de la Filosofía en mi paso por la universidad. Haberle conocido y escuchar sus lecciones es el mejor recuerdo que tengo de la universidad. 
20.- “Obras Completas”, Esquilo, Sofocles y Eurípides. Todo el pensamiento originario de Occidente está aquí. Bellísimo.
21.- “Alegato de los gatos”, Antonio Burgos. Sentimental texto sobre el mundo gatuno y su relación con los humanos. Tierno y sensible hasta la risa y el llanto. Sólo lo entenderán los afortunados mortales que han convivido con los más fantásticos seres del mundo animal.
22.- “La sombra del viento”, Carlos Ruíz Zafón. La obra más vendida del panorama literario español. Para llorar: no pasa de ser un folletín decimonónico, mal escrito, plagado de incongruencias, contradicciones y expresiones fuera de contexto. Apto para lectores sin mayores pretensiones. Así anda la literatura patria…
23.- “Buenos días, pereza. Estrategias para sobrevivir en el trabajo”, Corinne Maier. Un divertido alegato contra la deshumanización del trabajo en la sociedad actual, escrito por una psicóloga francesa de reputado e incómodo inconformismo social. Muy interesante.
24.- “Nubes. Las ranas. Pluto”, Aristófanes. Sarcásticas comedias del más ácido y crítico contemporáneo de la democracia ateniense. Desvergozadas y divertidas. No deja títere con cabeza.
25.- “Buenos días, tristeza”, Francoise Sagan. La primera novela de esta afamada escritora francesa, escrita cuando tenía 18 años. Magistral en su sensualidad y cinismo, prototipo de una forma de vida que se conoció como ”dolce vita”. La leí, en francés, cuando aún estaba en el instituto, y luego, mucho más adelante, en español. La vuelvo a releer con motivo de la muerte de la autora, en homenaje a una mujer y un libro que rompieron todos los esquemas de una sociedad bienpensante.
26.- “El Cristianismo. Esencia e historia”, Hans Küng. El teólogo más importante del catolicismo romano se enfrenta a una tarea fundamental de explicación del origen, historia y sentido final del cristianismo. Lo releeo con motivo del Cónclave que elegirá a Benedicto XVI como nuevo papa.
27.- “La esencia del cristianismo”, Ludwig Feuerbach. Al igual que el libro anterior, comienzo a leerlo con motivo del Cónclave de sucesión de Juan Pablo II. Libro de difícil lectura escrito por uno de los más enfervorazados enemigos de la iglesia y durísimo crítico del catolicismo.
28.- “¿Dónde se encuentra la sabiduría?”, Harold Bloom. El más importante crítico literario del mundo analiza las principales obras literarias de la historia y su influencia sobre el pensamiento occidental, con protagonismo especial del “Don Quijote” cervantino. Bellísimo.
29.- “Ulises”, James Joyce. La última versión en español de la novela que reformó los esquemas literarios en lengua inglesa. Un libro sorprendente, en que no pasa nada fuera de la vida cotidiana de sus protagonistas, a lo largo de un solo día en el Dublín de principios del siglo XX. Inmensa, difícil y gratificante. La tenía sin leer desde 1989.
30.- “La sociedad dividida”, José Félix Tezanos. Un certero análisis sociológico de la estructura social actual y sus enfrentamientos larvados entre clases y grupos, con predicciones de futuro. Interesante.
31.- “Soy Charlotte Simmons”, Tom Wolfe. Descarnada crítica del mundo universitario norteamericano llevada a cabo por uno de ´los más lúcidos novelistas contemporáneos. La escena de la violación pseudo-consentida de la protagonista es realmente magistral. Quizá la novela sea demasiado extensa y excesivamente sarcástica, motivo por el cual pierde verosimilitud.
32.- “El banquete”, Platón. Uno de los más bellos diálogos platónicos sobre la naturaleza profunda del amor, protagonizado por una mujer, Diotima, que por esta vez roba el papel principal a Sócrates. Espléndido y reconfortante.
33.- “Las voces de la libertad. Intelectuales y compromiso en la Francia del XIX”, Michel Winock. Magnífico ensayo sobre el caldo de cultivo intelectual que sacudió los comportamientos políticos de la Europa del siglo XIX, a partir de la lucha por la libertad de los escritores, filósofos, periodistas e intelectuales franceses, desde la caida de Napoléon hasta la I Guerra Mundial.
34.- “La mesa limón”, Julian Barnes. Colección de relatos cortos de este escritor británico en los que con ácido humor, pone delante de nuestros ojos la vida, los amores y la presencia latente de la muerte de las personas englobadas en ese grupo que hemos dados en llamar “tercera edad”. Deliciosos a pesar del previsible fin trágico de todos ellos.
35.- “Ángeles y demonios”, Dan Brown. La primera novela del autor de “El Código Da Vinci”. Disparatada, absurda, en algunos momentos divertida y con un final, sobre la cúpula de San Pedro, absolutamente delirante. Resulta difícil imaginar como “algo” así puede ser llamado literatura. Para olvidar.
36.- “Assassini”, Thomas Gilford. Otra novela de intriga en el seno de la iglesia católica, esta vez más creible y dentro de lo admisible como novela de entretenimiento. Y lo consigue. Merece la pena siempre que no se busque nada trascendente. Muy interesante.
37.- “La isla y los demonios”, Carmen Laforet. La segunda novela de la autora, cuya acción transcurre en la isla de Gran Canaria en el último año de la guerra civil. La visión de una sociedad cerrada como era la de la burguesía isleña desde la óptica de una joven que despierta a la vida llena de ansias de libertad. El retrato de los paisajes isleños de la época, por ejemplo, la aventura que suponía ir de Las Palmas hasta Maspalomas, en el sur de la isla, conmueve todas las fibras sentimentales de los que vivimos actualmente en ella. La recomiendo fervientemente.
38.- “El libro de los pequeños placeres”, Luis Racionero. Un canto a la vida y a esos “pequeños placeres” que ella nos depara si la afrontamos con los ojos y el corazón dispuestos.
39.- “Breve historia del saber”, Charles Van Doreen. Magistral síntesis de la historia de la cultura, la ciencia y el progreso humano desde los albores de la vida hasta el futuro más inmediatamente predecible. Imprescindible.
40.- ”El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas”, Eduardo Punset. De nuevo un interesantísimo ensayo sobre las enormes posiilidades que los descubrimientos científicos abren para la humanidad en su eterna e infatigable búsqueda de la felicidad. Muy interesante, ameno e instructivo. Una magnífica obra de divulgación científica.
41.- “Jesús y Jahvé. Los nombres divinos”, Harold Bloom. Interesante libro que indaga sobre la veracidad de la existencia humana del Jesús de Nazareth de los evangelios, contraponiendo los relatos del Antiguo y el Nuevo Testamento, y los mensajes salvíficos de ambos. No es un libro de fácil lectura, ni tampoco un relato religioso, sino más bien una exégesis crítico-literaria sobre el Jesús de los evangelios y ese mismo Jesús histórico que se reconstruye a partir de ellos.
42.- “Comedia. Paraiso”, Dante Alighieri. Versión bilingüe italiano-española del libro que funda la lengua italiana. Un poema eterno, aunque quizá este libro III (Paraiso) sea el menos poético de los tres que consituyen la Comedia. Bello.
43.- “Extrañas estrellas. Wedding-Pankow, 1976/1977″, Emine Sergi Ózdamar. El intimista Diario de la escritora y dramaturga turco-alemana, que relata su llegada a Alemania desde Turquía, para trabajar en la mítica compañía de teatro que fundara Bertol Brecht en Berlín Oriental. Muy interesante.
44.- “4 Relatos”, Arturo Pérez-Reverte. Cuatro deliciosos relatos cortos de la más variada temática: sobre la bienpensante colonia española en la Guinea Ecuatorial de los años 40; la derrota de Pavía contada por el rey Francisco I de Francia a su amante parisina; la “Noche Triste” de la conquista de México, desde los ojos de un soldado de Cortés; y un excurso sobre los más afamados personajes de los libros de aventuras de la literatuta universal. Entrañables.
45.- “Mitológicas. Lo crudo y lo cocido”, Claude Levy-Strauss. El libro más importante y famoso de la antropología de los pueblos indígenas sudamericanos, escrito por la mayor eminencia científica en este campo. Impresionante.
46.- “Helena, Helena, amor mio”, Luciano de Crescenzo. Divertida recreación de la guerra de Troya como excusa para contarnos los más entrañables mitos de la Grecia clásica. Muy entretenido.
47.- “Entrevista con la historia”, Oriana Fallaci. La gran sacerdotisa del periodismo europeo entrevista a corazón abierto a los grandes líderes mundiales de los años 70. Entre ellos, a Santiago Carrillo, un año antes de la muerte de Franco. Esclarecedor y emotivo.
48.- “El fenómeno humano”, Teilhard de Chardin. El gran teólogo y antropólogo belga intenta dar su visión de la aventura humana desde la aparición de la vida sobre la tierra hasta el fin del mundo, compaginando ciencia y fe como nadie hasta él lo había intentado jamás, y granjeándose por ello la expulsión de la iglesia católica y la injusta condena de sus libros.  
49.- “Constitucionalismo en la historia”, Miguel Artola. Una historia comparada del imparable avance del constitucionalismo como base del nuevo “contrato social” de las sociedades modernas, pormenorizados exhaustivamente en todos sus elementos constitutivos. Clarificador.
50.- “Las nieblas de Avalón”, Marion Zimmer Bradley. Una de las mejores recreaciones literarias de los mitos artúricos, contada desde el protagonismo de Morgana y las restantes mujeres de la leyenda. Muy bueno y sumamente entretenido.
51.- “Paz. Aves. Lisístrata.  Nubes”, Aristófanes. Cuatro comedias del mordaz, sarcástico y desvergonzado autor contemporáneo de Sócrates y Platón, que nos incitan a aceptar que después de lo dicho por los griegos pocas cosas nuevas hay bajo el sol. Divertidísimas y procaces.
52.- “Los Masones”, César Vidal. Otro libro más, los escribe como el que hace churros, de este joven historiador perteneciente a la “nueva ola revisionista”, al lado de Pio Moa y otros, cuya pretendida ingente documentación no esconde ni por asomo la parcialidad de sus conclusiones. Con justificada razón, y aunque gocen de un amplio crédito mediático, no merecen la consideración ni el respeto de la mayoría de los historiadores españoles.
53.- “Cien poemas de amor”, Amaru. Deliciosos y sensuales poemas, a modo de epigramas, escritos por el más famoso poeta erótico de la India a mediados del siglo VIII d.C. Bellísimos.
54.- “La Eneida”, Virgilio. Las andanzas de Eneas, tras su huida de la Troya arrasada, hasta arribar a lo que más tarde será la ciudad de Roma. Una de las grandes epopeyas de la literatura universal. No tiene la garra de la Odisea, pero es también un bellísimo poema. Lo tenía en casa, sin leer, desde hace más de treinta años.
55.- “El Aleph”, Jorge Luis Borges. Colección de relatos cortos de temática varia, pero todos de carácter fantástico, con el lenguaje y el ritmo característicos de su autor. Brillantes y cautivadores.
56.- “Las ciudades. César o Nada”, Pío Baroja. Releo esta novela después de muchos años de haber hecho sobre ella un trabajo de curso universitario sobre los antecedentes del fascismo en la literatura española. Publicada en 1910, relata las aventuras de un joven español, cínico y descreido, que nos revela el “hombre nuevo” que estaba emergiendo en Europa. Me ha gustado más que cuando la lei por vez primera.
57.- “Vida amorosa de los pueblos naturales. Comportamiento sexual de las comunidades primitivas”, Adolf Tüllman. Estudio etnológico sobre la sexualidad de los pueblos primitivos de América, África y Oceanía, principalmente.  No alcanza la altura de otras obras, como las de Levy-Strauss, pero su lectura ma ha resultado muy interesante. Lo tenía sin leer desde hace casi veinte años o más.
58.- “Vida amorosa en el Lejano Oriente. Comportamiento sexual de los pueblos orientales”, Adolf Tüllman. Estudio similar al comentado anteriormente, pero esta vez centrado en los pueblos primitivos de China , Indochina y las islas del Pacífico. Interesante también.
59.- “El Digesto de Justiniano. Tomo I: Constituciones preliminares y Libros I-XIX”, A´Dors (et ál.). Después de una temporada de ficción, nada como la base del Derecho para volver al mundo real. Siempre es una gozada releer una obra cumbre del espíritu humano como esta en la que precisión conceptual, rigor terminológico y concisión estilística se aunan para fundar una ciencia. 
60.- “Single & Single”, John Le Carré. Interesante novela del afamado autor británico, especialista del género policiaco. Este vez, centrada en los paraisos fiscales, los negocios turbios, las mafias financieras y los asesorías legales que asesoran y protegen a los delincuentes. Interesante.
61.- “Ramses. La batalla de Kadesh”, Christian Jacq. Tercera novela de la serie sobre la mítica figura de Ramses II, ahora centrada en la famosa batalla de Kadesh, que enfrentò en tierras de la actual Siria, a las tropas del faraón con el ejército hitita por el dominio de la región. Y además, las intrigas en la corte egipcia tejidas por los sacerdotes rebeldes al rey en torno a la figura de su esposa, Nefertari. Muy bien escrita y sumamente entretenida.
62.- “Guerras justas a injustas. Un razonamiento moral con ejemplos históricos”, Michael Walzer. Un magistral ensayo sobre la guerra y su justificación moral, escrito por este profesor de Princenton, justamente alabado por su espíritu crítico.
63.- “Escalera hacia el cielo”, Luis Goytisolo. Una divertida y desvergonzada novela, ambientada en la España de ahora mismo, sobre el amor y sus indeseables consecuencias, con escenas amorosas de alto contenido erótico, que la hacen más atractiva aun si ello es posible. Muy buena, como todos los textos de este autor.
64.- “Favoritos de la Fortuna”, Colleen McCullough. De nuevo una magistral novela histórica, también tercera de la seria escrita por esta autora australiana sobre la figura de Julio César. Centrada en esta ocasión en la adolescencia del joven Julio y las vicisitudes e intrigas de la Roma de su tiempo. Magistral.
65.- “Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política”, Hannah Arendt. Releo esta magnífica obra sobre teoría política  conmemorando a mi manera el centenario del nacimiento de la autora. La tesis del libro es que las palabras que reflejan nuestra percepción actual de la política han perdido sentido: justicia, democracia, razón, participación, responsabilidad, virtud…, parecen no significar apenas nada o son tergiversadas con oportunismo por los populismos de izquierda y derecha. Y lo que Hanna Arendt viene a decirnos es que es preciso recuperarlas, siguiendo la trayectoria de esos conceptos a lo largo de la Historia, para así proyectarlos desde el pasado hasta el futuro. Fundamental para encontrar un poco de luz en la inhospita obscuridad de ideas en que andamos sumidos. Lo he disfrutado más ahora que en su primera lectura.
66.- “El guardian entre el centeno”, J.D. Salinger. Novela de culto, donde las haya, en los institutos y universidades norteamericanas, donde es lectura obligatoria para los alumnos, como en España lo son Don Quijote, la Celestina o el Lazarillo. Salvando las distancias, claro está, porque se trata de lecturas muy distintas. La lástima es no poder leerla en su idioma original. Escrita por Salinger el año 1945, y reescrita de nuevo en 1973, la novela describe el relato en primerísima persona de la peripecia de su joven protagonista, un joven de dieciseis años, de familia “bien”, que acaba de ser expulsado del elitista colegio en el que estudia y vuelve a su casa de Nueva York en las navidades de un año indeterminado a finales de la década de los cuarenta. Temeroso de la reacción familiar, deámbula durante dos días por hoteles y casas de conocidos en la ciudad mientras nos cuenta como ha sido su vida en el colegio, las relaciones con sus compañeros y profesores. con las mujeres y con su familia. ¿Novela de iniciación, y de ahí su importancia en la literatura juvenil y académica norteamericana? Pudiera ser. En todo caso. lectura agradable y gratificante, con cierto tufillo moralizante, como no podría ser de otro modo. El extraño título de la novela está sacado de un poema de Robert Burns que el protagonista rememora de una conversación con su hermana pequeña.
67.- “El origen del mundo”, Jorge Edwards. Deliciosa novela de amores, celos y pasiones entre chilenos exiliados de la dictadura pinochetista en el París de mediados de los noventa. Relato que se inicia con el descubrimiento por los protagonistas en el Museo de Orsay parisino del famoso cuadro hómónimo (“El origen del mundo”, de Gustave Courbet) tildado de obsceno por buena parte de sus contemporáneos, razón por la cual permaneció durante casi cien años en la clandestinidad más absoluta. Divertida a veces y entretenida en todo momento, resulta de muy agradable lectura, a lo que ayuda la magnifica impresión y tipo de letra habitual en los libros de la editorial Tusquets.
68.- “La dama de Urtubi”, Pío Baroja. Relato corto ambientado en el País Vasco de inicios del siglo XVII. Una peripecia romántica que nos narra los amores de Leonor de Alzate, sobrina del Señor de Urtubi y de Miguel Machain, joven hidalgo sin fortuna, en un marco rural de gran belleza, a caballo entre el Labourd y el Bearn francés y la Navarra española y plagado de magia, brujas (las “sorguiñas”), aquelarres e inquisidores, con especial protagonismo de la famosa cueva de Zugarramurdi. Un precioso cuento de final feliz, como todos los cuentos que se precien. 
69.- “El Horla”, Guy de Maupassant. Novela de misterio y terror psicológico ambientada en la campiña de la Isla de Francia a mediados del siglo XIX.  A través de las anotaciones del Diario del protagonista. un burgués de Ruán que vive apaciblemente en su cara rural a orillas del Sena, y en el transcurso de cinco meses de anotaciones, vamos asistiendo gradualmente a la aparición y posterior posesión personal del protagonista por medio de un ser inmaterial, el Horla, que acabará por dominarlo física y psicológicamente hasta el fatídico desenlace final con trágicas consecuencias no esperadas ni deseadas. Muy interesante y de fácil lectura por su brevedad.
70.- “El Informe Pelícano”, John Grisham. Entretenida novela judicial de este prolífico autor norteamericano, repetidamente llevado al cine. Dos jueces del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América son asesinados en una misma noche de forma violenta. A dos mil kilómetros de allí, una joven universitaria de Nueva Orleans, liada con su profesor de Derecho Constitucional, ferviente admirador de uno de los jueces asesinados, no sabemos muy bien cómo ni porqué, se encierra durante varios días en la biblioteca de la universidad y a base de repasar libros y casos judiciales llega a la conclusión de que ha averiguado quién y porqué ha asesinado, o mandado asesinar, a los dos jueces del Supremo. Su amante y profesor lleva el informe redactado por la protagonista a un amigo del FBI y dos días después muere al explotar su coche a la salida de un restaurante. Comienza una huida frenética de nuestra heroína, perseguida por “los malos”; el informe llega a manos de la Casa Blanca que intuye que van a tambalearse todas sus estructuras si se hace público. La “buena” (Julia Roberts en la película) se pone en contacto con un periodista del “Washington Post”, y ambos comienzan una aventura conjunta para poner a los malos ante el paredón (es una metáfora) mientras intervienen la CIA y el FBI… Es la primera novela que leo de Grisham, y probablemente, la última.

"Post scriptum", a 29/11/2011: En noviembre de 2006, hace justamente cinco años, dejé de anotar y comentar las lecturas que iba realizando. No recuerdo muy bien que me impulsó a dejar de hacerlo; probablemente, el hecho de comenzar la aventura de "Desde el trópico de Cáncer". De todas formas, esporádicamente, voy dejando en el blog desde esa fecha comentarios sobre las nuevas lecturas que realizó, al menos, de las que me parecen más interesantes. 




domingo, 27 de noviembre de 2022

De Antonio Nebrija

 







Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz lunes. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy va sobre Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática de la lengua castellana, del que el abogado Antonio Muñoz Vico, especialista en derecho audiovisual, dice en ella que fue un intelectual que luchó por vivir de su obra sin rémoras ni ataduras y ejerciendo todos los derechos y prerrogativas a su alcance para conseguirlo. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Nada más por mi parte salvo desearles que sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.










Antonio de Nebrija: el privilegio de un solo hombre
ANTONIO MUÑOZ VICO
22 NOV 2022 - El País


En el otoño del año 1500, uno de los humanistas más respetados de su tiempo viajó a Granada. Su paso por la ciudad conquistada fue efímero y se dice que no le impresionó demasiado: apenas tuvo tiempo de despachar algunos asuntos urgentes antes de retornar al Norte, sin duda abrumado por las costumbres foráneas del antiguo reino nazarí. Aunque el viaje de Antonio de Nebrija a Granada es conjetural (algún biógrafo sugiere que pudo coincidir con la presencia de la Corte en la Alhambra), una década después de su muerte sus hijos fundarían allí una imprenta con la que contribuyeron a difundir su legado y, también, su rostro más conocido: el sello estampado en cada ejemplar representaba a un Nebrija de cabello recio apresado en un birrete, nariz recta y ojos grandes, la cabeza erguida de quien se sabe asistido de la razón. La imprenta que Sancho y Sebastián de Nebrija regentaron en el Albaicín (y más tarde en el pago de Ainadamar) se sustentaba en los privilegios de impresión concedidos por Carlos I; privilegios que, de facto, venían a prorrogar los que el propio Nebrija había disfrutado en vida y que los convertía en los únicos que podían editar sus libros. El de Nebrija es uno de los primeros casos en que la obra de un solo autor permitió a varias generaciones vivir del fruto del trabajo intelectual.
Antonio de Nebrija fue ante todo un filólogo, pero su ambición renacentista y su compromiso infatigable con la lengua lo llevó a influir en otras disciplinas. Los juristas le debemos una intuición precoz de derechos que eran entonces prerrogativas y que él reivindicó para sí mucho antes de que fueran reconocidos en las leyes. La imprenta había llegado a España con cierto retraso, pero la censura previa no tardó en implantarse. La Iglesia y la Corona se servían de las licencias de impresión como herramientas de control ideológico: solo quienes comulgaran con los postulados imperantes podrían beneficiarse del privilegio de publicar. Nebrija acompasó la escritura a los avatares de la imprenta y a su propia capacidad de persuasión. Supo ganarse el favor de la reina Isabel para las Introducciones latinas (un manual práctico de aprendizaje del latín) y se acogió al mecenazgo de Juan de Zúñiga para elaborar la Gramática castellana, de cuya publicación se cumplen 530 años. Nebrija hizo uso de los privilegios como si fueran verdaderos derechos de autor: logró que le fueran reconocidos a título personal y tuvo luego la astucia de negociar con su impresor (el francés Arnao Guillén de Brocar) un contrato editorial que le reportaría ingresos regulares. Llevó a su editor ante los tribunales invocando la tasa de los libros, antecedente del precio fijo actual, para impedir que malvendiera sus obras. En su audacia, se atrevió a publicar un diccionario jurídico (el Iuris civilis lexicon) con el que esclarecer la lengua oscura de las leyes y combatir la palabrería hueca de los leguleyos, “aquel género despreciable de hombres que, bajo la apariencia de que poseen profundos conocimientos, acostumbran a interpretar las leyes para los demás”. Pero quizás su gesta más osada, la que pudo costarle su posición social y hasta la vida, fue enfrentarse a la Inquisición en su pretensión de corregir la Vulgata, la traducción de la Biblia al latín cuya inspiración se atribuía al mismísimo Espíritu Santo. La revisión crítica que Nebrija proponía pasaba por examinar las fuentes originales en hebreo y en griego y admitir que la Vulgata no estaba exenta de mácula. Apología, la obra que recoge su defensa ante el inquisidor, es un alegato a favor del rigor lingüístico y de la libertad de pensamiento.
Antonio de Nebrija quiso demostrar que había un sitio en la Corte para los humanistas y que un gramático podía medirse con un jurista y hasta con un jerarca de la Iglesia y salir airoso. En tiempos de conquistadores, Nebrija halló para sí lo que tantos otros ansiarían a lo largo de los años: tuvo el honor de ser el primer autor en España que disfrutara de privilegios de impresión (el segundo en el mundo tras el historiador veneciano Marco Antonio Cocio Sabelico). En el quinto centenario de su muerte, se le ha presentado como un pionero en la defensa de los derechos de autor, pero no fue él quien concibió esos derechos ni pugnó por su reconocimiento legal. Habrá que esperar a que, en los siglos venideros, filósofos y escritores como John Locke, Daniel Defoe, Denis Diderot o Víctor Hugo, entre muchos otros, teorizaran y defendieran públicamente la aprobación de leyes de propiedad literaria para el conjunto de los escritores de su tiempo. Lo que Nebrija nos dejó fue su ejemplo: el de un intelectual que luchó por vivir de su obra sin rémoras ni ataduras, expresándose conforme a su propia conciencia y ejerciendo todos los derechos y prerrogativas a su alcance para conseguirlo. Su empeño sirvió para que, en los albores de la imprenta, otros vieran en él la posibilidad de ensanchar esos derechos y dignificar la figura del hombre de letras. La imprenta que sus hijos fundaron junto a una acequia en Granada simboliza la magnitud de su atrevimiento y el principio de su victoria moral.




















[ARCHIVO DEL BLOG] Wikipedia. [Publicada el 28/11/2009]

 








Hace unas semanas acompañé a mi hija Ruth y su marido, Ramón, al inicio de sus cursos respectivos en Lengua y Literatura española y Derecho en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, en Las Palmas. Fue un emotivo reencuentro con mi Universidad, por la que hacía varios años que no pasaba y que me dio ocasión para saludar a "viejos" profesores amigos. En la presentación del Curso 2009-2010 a los nuevos alumnos, uno de esos "viejos" amigos, profesor titular en la Universidad de Las Palmas de Derecho Romano y coordinador de los estudios de Derecho y profesor-tutor en el centro asociado de la UNED, les dijo a modo de introducción: "Las fuentes del Derecho son (según el artículo 1.1 del Código Civil) la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho, y ahora, además, la Wikipedia". Lo dijo en broma, supongo, pero estaba corroborando de manera implícita una opinión generalizada: la de que hoy por hoy, la Wikipedia, la enciclopedia universal en línea, es un instrumento de información utilísimo e imprescindible. ¿Qué tiene imperfecciones y presenta errores? Por supuesto que sí, pero si no la sacralizamos y aprendemos a movernos a través de los datos que nos facilita de manera casi instantánea, separando lo que contiene de "información", "opinión" y "fuentes", su utilidad es manifiesta. Un consejo, lean el artículo de que se trate hasta el final, accedan a los vínculos electrónicos que estimen de interés de entre los que aparezcan en pantalla, y muy especialmente, visiten las fuentes de referencia que se citan al final de cada uno de sus artículos. Y ya me contarán después. Prueben con cualquier tema que se les ocurra y búsquenlo en Google, por ejemplo, y abran el enlace que venga referenciado a Wikipedia: Obama, Al-Qaeda, Homer Simpson, F.C. Barcelona, Cambio climático, Natación sincronizada, Dios, o Derecho Romano, porque no...
Revista de Libros, en su número de noviembre, le ha dedicado uno de sus artículos de cabecera, titulado "Planeta Wikipedia", que pueden leer en el enlace anterior, escrito por el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, Manuel Arias Maldonado. Es una historia exhaustiva e interesantísima de los orígenes, fundación, desarrollo, expansión, ¿y crisis de crecimiento? de Wikipedia. Y de sus posibilidades y problemas. Espero que lo disfruten. HArendt


El profesor Manuel Arias Maldonado



La reproducción de artículos firmados en este blog por otras personas no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






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Entrada núm. 6016
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

sábado, 26 de noviembre de 2022

De los peligros de la ingenuidad

 






Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz domingo. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy va de los peligros de la ingenuidad, porque como dice en  ella la periodista Rebeca Carranco, un repaso al hashtag #sportwashing permite no olvidar que las peripecias de unos cuantos periodistas en excursión al emirato son solo la anécdota de un Mundial en un país que no respeta los derechos humanos. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Nada más por mi parte salvo desearles que sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.









Qatar y la ingenuidad
REBECA CARRANCO
21 NOV 2022 - El País


¿Qué es el fútbol? La pregunta no tiene una respuesta correcta. Para una periodista de sucesos, como es el caso, es en buena medida hooliganismo, pasión desmedida, violencia e incluso delincuencia, sin que nada de eso sea fútbol. Para un aficionado tradicional, pueden ser todos esos años con los pies fríos en el campo, el bocadillo envuelto en papel de plata, y la contención suficiente para no gritar cuando gana tu equipo y tampoco llorar cuando pierde. Todo, con la radio pegado a la oreja porque es sabido que el fútbol se escucha mejor que se ve.
Para otros, los reventas, el fútbol pueden ser esas jornadas que se pasaban ofreciendo cerca del estadio las entradas que no se habían podido colocar. Ahora los grupos de WhatsApp o los turoperadores sin permisos son más efectivos. Para las peñas, las tardes con la gran familia del pueblo, creada por amor a un club. Para el turista de turno, la visita al estadio del equipo más jaleado del mundo, ¡Barça!, sin que tengan muy claro el significado de aquello de blaugrana són els colors... Para los niños, esa primera vez en el campo, cuando se descubre que el Camp Nou es mucho más pequeño de lo que se imaginaba, y Messi, verdaderamente una pulga en el césped.
Pero por encima de todo, el fútbol es un negocio. Qatar y su Mundial de fútbol están ahí para recordárnoslo, una vez más. En Twitter, la última polémica ha llegado de la mano del periodista danés Rasmus Tantholdt, del canal TV2. Cuando estaba en plena conexión en directo, cerca del estadio donde se disputa el Mundial, un grupo de guardias de seguridad le abordó, intentó impedir que siguiese grabando y uno de ellos amenazó con “romperle la cámara”. El vídeo tuiteado por el periodista acumula más 15 millones de reproducciones.
Los miles de comentarios podrían dividirse en dos: los que con sorna responden que qué esperaban de un país como Qatar, y los que confirman a los primeros, recordándole al periodista que está en Qatar y debe cumplir sus normas. Otro vídeo, esta vez de un cámara, John Balcazar, acumula más de cuatro millones de reproducciones en Tik Tok. Habla sobre la validez de su pase de prensa: “Cuando recogemos la acreditación nos dicen que este permiso y este icono nos da la posibilidad de grabar en cualquier parte de Doha. Y adonde llegamos nos dicen: ‘Sí, listo, buenísimo, pero ese permiso acá no aplica. En todo Doha podemos grabar con esto y en ningún lado podemos grabar”.
El sportwashing es utilizar el deporte para blanquear cualquier cosa, incluso un mundial de fútbol en Qatar. Un repaso al hashtag permite no olvidar que las peripecias de unos cuantos periodistas en excursión al emirato son solo la anécdota en un país donde no se respetan los derechos humanos. Que se lo digan a mujeres, homosexuales o a los inmigrantes que construyeron las infraestructuras del Mundial. Un desencanto más para los amantes del fútbol. El redactor jefe de deportes de EL PAÍS en Barcelona, Ramon Besa, lo resume como nadie: “Siempre he vinculado el fútbol a la ingenuidad. A los niños, a las niñas. Pienso en Brasil, en Inglaterra, en Francia, los niños que salen de los barrios periféricos y son futbolistas. Pienso incluso en España. Pero en Qatar no he visto nunca un futbolista, he visto futbolistas que van allí. Es un país harto. La sociedad de la opulencia, de comprarlo todo. ¿Que en el futbol siempre ha habido corrupción? Eso ya lo sabemos. Pero llega un momento, que como queremos ser ingenuos y niños, queremos que nos engañen. Pero esta vez es imposible”.





















viernes, 25 de noviembre de 2022

Del victimismo político como arma




 


Hola, buenos días de nuevo a todos y feliz sábado. Mi propuesta de lectura de prensa para hoy va de victimismo político como arma, que como dice en ella el historiador Nicolás Sesma, puede terminar convirtiendo a los responsables de los desastres en mártires y allanar el camino de sus herederos al poder. Se la recomiendo encarecidamente y espero que junto con las viñetas que la acompañan, en palabras de Hannah Arendt, les ayude a pensar para comprender y a comprender para actuar. Nada más por mi parte salvo desearles que sean felices, por favor, aun contra todo pronóstico. Nos vemos mañana si la diosa Fortuna lo permite. Tamaragua, amigos míos.






Los haraquiris parlamentarios

NICOLÁS SESMA

20 NOV 2022 - El País


El 18 de noviembre de 1976, los procuradores franquistas aprobaron por amplia mayoría la Ley para la Reforma Política, que fue ratificada un mes más tarde por la población española en referéndum. Considerada el pistoletazo de salida para la transición a la democracia, la ley anunciaba la celebración de elecciones legislativas libres, por sufragio universal directo y secreto. Por muchas garantías de continuidad e impunidad que se les ofrecieran, no dejaba de llamar la atención que hubieran sido los mismos representantes de la dictadura los que ahora aceptaran su desmontaje institucional. Por ello, aquella votación ha pasado a la historia como el “haraquiri de las Cortes franquistas”.

Por una vez, España sí fue diferente. Lo fue además, y esperemos que sirva de precedente, para bien. Generalmente, los haraquiris no han sido protagonizados por dictaduras, sino por sistemas democrático-liberales. Como de costumbre, Italia tuvo el dudoso honor de ser la pionera. Fue también un 18 de noviembre, en este caso de 1923. Un año antes, se había producido la Marcha sobre Roma y el ascenso de Mussolini al poder, designado por el real dedo de Víctor Manuel III. Pero la dictadura no se instaló inmediatamente; el juego parlamentario continuó hasta la aprobación de la llamada ley Acerbo, que modificaba la normativa electoral y permitía al Partido Fascista controlar a su antojo los resultados. El socialista Giacomo Matteotti, representante de la izquierda que intentó resistirse, fue asesinado unos meses más tarde, y Mussolini quedó sin oposición.

Como es bien conocido, Alemania fue la siguiente en la lista. Al contrario de la mentira que tantas veces suele repetirse, en enero de 1933 Adolf Hitler no disponía de mayoría en el Reichstag. De hecho, la suma de socialdemócratas y comunistas superaba ampliamente al partido nazi. Fue nuevamente la designación directa por parte de un jefe de Estado, el mariscal Hindenburg, la que lo convirtió en canciller. Tras el incendio del Reichstag, Hitler aprovechó la oportunidad para dar un golpe de mano y, en marzo de 1933, presentó la denominada Ley habilitante, aprobada por un Parlamento previamente depurado de diputados izquierdistas, que le otorgó todo el poder legislativo.

Francia, por su parte, no se quedó atrás. En julio de 1940, después de la capitulación frente a Alemania, pero sin que ningún nazi se lo exigiera, como clamaron más adelante, la Asamblea Nacional se reunió por iniciativa propia en el Gran Casino de Vichy. Allí aprobaron por aplastante mayoría la ley de plenos poderes constituyentes para el mariscal Philippe Pétain, que dio por liquidada la Tercera República para dar paso al Estado francés.

Ninguno de estos dictadores fue depuesto por la resistencia interior. Solo sucumbieron en el marco de una terrible guerra internacional. Franco murió en la cama, sí, pero porque fue el único dictador fascista que necesitó de una guerra civil para conquistar el poder y nadie ayudó después a ponerle remedio. En palabras del historiador Manuel Tuñón de Lara: “Jamás te avergüences de España: es el único país (…) que resistió tres años un golpe de Estado”. Un motivo de orgullo ahora que acaba de celebrarse la Fiesta Nacional.

Cien años después, Italia es, de nuevo, la primera en abrir la puerta a otro potencial haraquiri. El 13 de octubre de 2022, días antes del aniversario de la Marcha sobre Roma, Ignazio La Russa fue elegido presidente del Senado. Militante de Hermanos de Italia, La Russa se declara abiertamente fascista. Lo justifica haciendo uso del argumento francés, muy extendido en el país transalpino: Mussolini lo hizo todo bien; su único error fue pactar con los nazis, que lo obligaron a adoptar las leyes antisemitas de 1938 y a entrar en la II Guerra Mundial. En realidad, Mussolini fue una víctima más de Hitler. Que no fue exactamente así puede atestiguarlo Liliana Segre, la presidenta incidental del Senado, superviviente de Auschwitz. Convencer a tus compatriotas de que la culpa no solo la tienen los extranjeros puede ser, sin embargo, muy complicado. Segre también lo sabe bien: su propio marido, Alfredo Belli, igualmente contaminado de la tesis victimista, fue durante un tiempo candidato por el Movimiento Social Italiano, antecedente de Hermanos de Italia. La política siempre produce más paradojas de las que somos capaces de asimilar.

El victimismo es un arma poderosa. Puede terminar convirtiendo a los responsables de los desastres en mártires y allanar el camino de sus herederos al poder. A propósito de la Ley de Memoria Democrática, Santiago Abascal adoptaba recientemente sin complejos la vía italiana: “Quieren desenterrar el cuerpo de José Antonio Primo de Rivera, al que ellos fusilaron (…) un hombre que antes de ser fusilado dijo unas palabras que a nadie pueden ofender: ‘Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles”.

Las palabras de José Antonio pueden ser loables, efectivamente. Pero habría sido mejor que todos sus actos anteriores no hubieran ido exactamente en dirección contraria. Cuando redactó su testamento, otro 18 de noviembre, en este caso de 1936, no le quedaba otra opción para intentar que le conmutaran la pena. Pero en plena libertad de movimientos, en su discurso de fundación de Falange Española, no sonaba tan conciliador al declarar que “ser rotas era el más noble destino de todas las urnas”. Palabras que a todos deben ofender.