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viernes, 1 de abril de 2016

[Poesía y humor] Hoy, "Gusté la infancia sin haber gozado", de Eugenio Gerardo Lobo. Con viñetas de Montecruz






Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos?  Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado. 

El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.

Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el de Eugenio Gerardo Lobo (1670-1750) que comienza con el verso "Gusté la infancia sin haber gozado". Eugenio Gerardo Lobo Huerta, conocido también como el capitán coplero, fue un militar y poeta español, de noble familia emparentada con Garcilaso de la Vega. Aunque quiso destacar en la épica culta con poemas narrativos afectados de culteranismo, sus contemporáneos apreciaban más sus composiciones cortas en arte menor, casi siempre jocosas y de circunstancias, donde lucía por extremo su ingenio sin que el estilo dejase de ser claro. Sus modelos fueron los satíricos del barroco Francisco de Quevedo y Luis de Góngora. 

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GUSTÉ LA INFANCIA SIN HABER GOZADO

Gusté la infancia sin haber gozado
el dulcísimo néctar que bebía;
pasé la adolescencia en la porfía
de estudio inútil, mal aprovechado;

la juventud se llevan Marte airado,
Amor injusto, rústica Talía,
sin acordarme que vendrá algún día
la corva ancianidad con pie callado.

Y cuando llegue, que será temprana,
¿qué empresa entonces seguiré contento?
¿La de triunfar de mí? ¡Ceguera insana,

esperar el más arduo vencimiento,
quien el día perdió con su mañana,
en la noche infeliz del desaliento!

Eugenio Gerardo Lobo

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Las viñetas que acompañan la entrada son todas del dibujante canario Montecruz, que publica en el diario La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria. Disfruten de ambas.


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VIÑETAS DE MONTECRUZ




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Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






HArendt




Entrada núm. 2667
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jueves, 24 de marzo de 2016

[Poesía y humor] Hoy, "Yo os quiero confesar, don Juan, primero", de Bartolomé Leonardo de Argensola. Con viñetas de Padylla



Bartolomé Leonardo de Argensola


Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos?  Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado. 

El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.

Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el de Bartolomé Leonardo de Argensola (1562-1631) que comienza con el verso "Yo os quiero confesar, don Juan, primero". Poeta e historiador español del Siglo de Oro, cursó en Huesca estudios de Filosofía y Jurisprudencia, y más tarde de Griego, Retórica e Historia Antigua en Zaragoza bajo la dirección de Andrés Scoto. Posteriormente, en la Universidad de Salamanca, estudia Derecho Canónico y Teología. Y allí conoce a Fray Luis de León con quien comparte la afición por los clásicos y es ordenado sacerdote con veintidós años. Tanto él como su hermano Lupercio fueron protegidos de Fernando de Aragón y Gurrea, duque de Villahermosa. Fue nombrado capellán de la emperatriz María de Austria. Conoce a Cervantes y a Lope de Vega, y en 1613 acompaña en el séquito de literatos al Conde de Lemos a tomar posesión del Virreinato de Nápoles, donde participaría de las actividades de la Academia de los Ociosos. Fue Cronista Mayor de la Corona de Aragón. Miguel de Cervantes le elogia en el «Canto de Calíope» de La Galatea. En su obra poética destaca por su clasicismo, que entronca con la poesía latina Su modelos más imitado son Horacio y Marcial. 



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YO OS QUIERO CONFESAR, DON JUAN, PRIMERO

Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que ese blanco y carmín de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.

Pero también que confeséis yo quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual en rostro verdadero.

¿Qué, pues, que yo mucho perdido ande
por un engaño tal, ya que sabemos
que nos engaña igual Naturaleza?

Porque ese cielo azul que todos vemos
ni es cielo ni es azul; ¿y es menos grande,
por no ser realidad, tanta belleza?

Bartolomé Leonardo de Argensola

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Las viñetas que acompañan la entrada son todas del dibujante canario Padylla, que las publica en el diario La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria, y que suele satirizar con buen humor la política local canaria. Disfrutenlas.

VIÑETAS DE PADYLLA




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Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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Entrada núm. 2656
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jueves, 17 de marzo de 2016

[Poesía y humor] Hoy, "¿Por fuerza quieres, Lice, ser hermosa?", de Lupercio Leonardo de Argensola



Lupercio Leonardo de Argensola



Es muy posible que a algún purista le parezca una blasfemia lo que pretendo hacer durante unas semanas: unir en la misma entrada algunos de los más bellos sonetos de amor y a mis viñetistas cotidianos preferidos. Bien, pues lo siento por los puristas, pero un servidor piensa que hay pocas cosas en la vida más serias que el amor y el humor, así pues, ¿por qué no juntarlos?  Todo ello sin mayores pretensiones, aun reconociendo que meter en el mismo envoltorio un soneto de amor y unas viñetas humorísticas, por muy preñadas que estén de crítica social y realidad cotidiana, puede no resultar una fórmula afortunada. En cualquier caso, espero que sean de su agrado. 

El soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte mayor, endecasílabos en su forma clásica, que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el primer cuarteto suele presentarse el tema de la composición, tema que el segundo cuarteto amplifica. El primer terceto reflexiona sobre la idea central expresada en los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo desatado por los versos anteriores. De Sicilia, el soneto pasó a la Italia central, donde fue también cultivado por los poetas del "dolce stil nuovo" (siglo XIII). A través de la influencia de Petrarca, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.

Continúo hoy la serie de sonetos de amor con el titulado ¿Por fuerza quieres, Lice, ser hermosa?, de Lupercio Leonardo de Argensola.


¿POR FUERZA QUIERES, LICE, SER HERMOSA?

¿Por fuerza quieres, Lice, ser hermosa?
O no tienes espejo o estás loca.
¿No consideras esa negra boca
a todo el mundo por su olor odiosa;

esa frente pintada y espaciosa
por falta de cabellos -que no es poca-
ni tu cuidado en componer la toca
sobre la calva estéril y engañosa?

Fortuna es ciega en cuanto distribuye,
ni mira a quién desnuda o a quién viste,
aunque contigo en dar tuvo descuento.

Edad larga te dio, que a muchos huye;
más negó lo demás, y así saliste
con mala cara y corto entendimiento.

Lupercio Leonardo de Argensola


Lupercio Leonardo de Argensola (1559-1613) fue un poeta, historiador y dramaturgo español. Destaca por su obra poética y por ser uno de los iniciadores del teatro clásico español, adscribiéndose a la escuela renacentista de fines del siglo XVI. Amante de los clásicos, como su hermano Bartolomé, admiró sobre todo a los poetas Horacio y Marcial. Su lírica se caracteriza por su raigambre clasicista y un carácter moralizante. Escribió sonetos, tercetos, canciones, epístolas y sátiras. Sus obras poéticas (cuyos manuscritos —según cuenta su hermano— quemó el propio Leonardo) fueron recogidas por su hijo y publicadas en 1634 junto con las de Bartolomé con el título de Rimas de Lupercio y del doctor Bartolomé Leonardo de ArgensolaCompuso también las tragedias Filis (que no se ha conservado), Alejandra e Isabela, que fueron elogiadas por Cervantes en el Quijote. Consideraba inmorales las comedias de la época. Para él la poesía debía ser vehículo de la Filosofía Moral. Como cronista escribió una Información de los sucesos de Aragón en 1590 y 1591, documento histórico basado en los disturbios ocurridos con motivo de haberse refugiado Antonio Pérez en Aragón.

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Las viñetas que acompañan la entrada de hoy son todas del dibujante canario Morgan y han sido publicadas recientemente en el diario Canarias7 de Las Palmas.


VIÑETAS DE MORGAN




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Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt



Entrada núm. 2646
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