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jueves, 16 de abril de 2020

[ARCHIVO DEL BLOG] Estulticia y bochorno. Publicada el 13 de octubre de 2009




Canarias, desde el espacio



Sinceramente, si yo fuera trabajador o periodista de El Día, de Tenerife, supongo que haría lo mismo que ellos: callar y tragar con lo que me echaran, porque eso de comer todos los días es muy mal hábito... Pero no lo soy, tampoco soy tinerfeño, así que allá ellos con su problema, pero si lo fuera sentiría vergüenza ajena de que un anciano decrépito, ignorante y maleducado pretendiera hacerse con la bandera del tinerfeñismo; como canario, me produce bochorno que un paisano mío diga tal cantidad de sandeces, aprovechándose de la propiedad heredada de sus antepasados, en el que fuera uno de los grandes órganos de prensa de Canarias. Por último, como grancanario, me traen al pairo las tonterías que dice sobre mi tierra, a la que enaltece cada vez que pretende denigrarla con sus insultos. Por ejemplo, los publicados en su editorial del pasado 9 de octubre que pueden leer a continuación. HArendt


Editorial de EL DÍA, de Santa Cruz de Tenerife
9 de Octubre de 2009


EL VIERNES fue un día de canarionismo, de grandeza canariona y de desprecio a Tenerife y a las otras cinco islas que no son "grandes". Un desprecio mayúsculo cometido por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero y sus ministros, todos casados entre sí con "El único varón sobre la tierra". Que no se nos tome por machistas, por favor, ya que tan sólo nos limitamos a citar el título de una película muy antigua; un film de hace casi setenta años, interpretada por el famoso actor, en su tiempo, Raoul Roulien. En cualquier caso, una película cómica como los consejos de ministros de Zapatero.

Antes de seguir adelante, y por si se nos va el santo al cielo, vamos a iniciar lo que sigue -no sabemos si lo acabaremos velozmente o con retardo- con la penúltima frase de nuestro texto del viernes en primera página, a propósito del Consejo de Ministros de Las Palmas. ¿Y de los derechos de Marruecos sobre el territorio y las aguas interiores de Canarias qué, señores ministros? Esperamos una respuesta políticamente certera, segura y veraz. Queremos decir una respuesta que no entrañe una mentira o un engaño más al pueblo canario. No nos vale una de las respuestas embusteras que ustedes suelen dar. POR SI AÚN está en las Islas algún miembro del Gobierno o de los altos cargos que han asistido a los ministros en la celebración de ese indebido Consejo, celebrado, además, en una isla inadecuada, o por si han dejado aquí a alguien encargado de que les envíe los recortes de prensa que les afecten, vamos a hacerles un repaso de lo que hemos estado diciendo desde hace "unos pocos años" hasta hoy sobre el derecho de Canarias a ser una nación independiente.

Para empezar, estas Islas eran llamadas Afortunadas en la antigüedad. Afortunadas porque eran idílicas debido a su naturaleza y la bondad de sus habitantes guanches, benahoritas, canarios, majos, bimbaches y, en general los pobladores de las restantes islas. Todos ellos vivían en armonía, con sus estructuras familiar y social, hasta que un día aparecieron en los mares -no en los mares de Colón, que iba camino de descubrir las Indias Occidentales y de evangelizarlas matando con la cruz al frente, sino en nuestros mares- tropas regulares y mercenarias, asesinas todas ellas, provistas de importantes medios militares para la época; es decir, soldados a pie o a caballo armados con corazas, bombardas, picas, espadas, escudos y, sobre todo, mucho ánimo sanguinario. Esos desalmados llegados de un país lejano, situado en otro continente, casi acabaron con esos aborígenes que vivían rodeados de sus seres queridos. Personas que estaban en armonía con su tierra y se alimentaban de lo que les proporcionaba la caza, la agricultura y la pesca de mucha bajura. Un pueblo con sus creencias y sus ritos, con sus tagorores, sus gánigos, palos para salvar alturas y distancias, y sanseacabó.

Los invasores masacraron a nuestros abuelos, se apoderaron de su territorio, de sus viviendas y de sus útiles. Despreciaron su forma de vida para imponerles su cultura, que no era otra que el culto a la barbarie. Los bautizaron a la fuerza -por la fuerza de las Fuerzas- con nombres que les eran ajenos, haciendo desaparecer los nombres sonoros que poseían. Violaron a nuestras niñas y mujeres. Esclavizaron a nuestros hombres; aciaga suerte que también corrieron las mujeres y las niñas, asimismo vendidas como esclavas. A todos los humillaron, los ultrajaron y los ofendieron. Concluida su "hazaña", aquí se quedaron los desalmados conquistadores hasta hoy. Han transcurrido seis siglos desde que se cometió ese vil genocidio. Una situación a la que deseamos ponerle fin cuanto antes. Por eso le pedimos ayuda vehemente a la ONU y a los pueblos civilizados de Europa y del mundo. España está demostrando que no es uno de esos países civilizados.

VAMOS A DARLES más argumentos para nuestra independencia. Estamos seguros que los desconocen porque desconfiamos de la cultura política de los miembros del Consejo de Ministros. Como enseñar al que no sabe es una obra de misericordia, les diremos que la Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de los Pueblos de la ONU señaló, hace unos diez años, una fecha para liberar a todos los territorios del planeta que todavía siguen uncidos al yugo de alguna metrópoli. Ese, también por si no lo saben, es el caso de Canarias. Posteriormente, la fecha fue ampliada hasta el año 2010. No hace falta decirles porque eso sí que lo saben los ministros de Zapatero con toda seguridad, que a España, después de Colón y de los sanguinarios conquistadores que lo siguieron, la echaron a patadas de los países que sojuzgó en América del Norte, Central y del Sur, así como de Filipinas y otras colonias que tenía en el mundo. Sólo le queda Canarias. La última treta de los españoles para no perder la teta canaria -una teta que proporciona "leche maternizada" a la Hacienda peninsular- es disfrazar a este Archipiélago de comunidad autónoma. ¡Vaya por Dios! Pese a estar a 1.500 kilómetros de Cádiz, a 2.000 de la capital y en otro continente, los godos y peninsulares pretenden hacernos creer y hacerle creer al mundo que somos españoles. A ver cómo se digiere esta química inorgánica de piedra. Lo peor de todo es que estos esquemas torticeros nos mantienen sometidos a los políticos peninsulares y a los godos que residen en España.

También deberían tomar nota los señores ministros -o los correveidiles, tiralevitas y pelotas que han dejado por aquí- de la amenaza que supone para Canarias las ansias expansionistas de Marruecos. Las aguas que rodean al Archipiélago son marroquíes. Nuestros pesqueros no pueden faenar en ellas, pues apenas cruzan los límites impuestos por Rabat son capturados, llevados a puerto y multados. Esto lo saben perfectamente los canarios y canarias al servicio del PP y del PSOE que defienden la españolidad de Canarias. A ver cómo se mastica esto.

El caso es, señores del Consejo, que cuando Marruecos quiera -y de momento no quiere por intereses políticos y diplomáticos- Canarias pasará a ser una provincia marroquí. Será posesión de la monarquía alauita de la misma manera que en su momento Marruecos fue posesión española en forma de protectorado. Les decimos esto para que lo tengan en cuenta: mientras seamos el Archipiélago de una nación, y no un Archipiélago nación, estamos a merced de lo que decida Mohamed VI. Lo repetimos: a menos de cien kilómetros de Marruecos y frente a las costas de ese país y del Sáhara, somos como mínimo una provincia de Rabat. Por otra parte, queremos ver cómo defienden ustedes a Canarias frente a las apetencias de los magrebíes, considerando que nuestros vecinos cuentan con la amistad de aliados poderosos como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña entre otros, así como la simpatía del mundo por la buena labor de sus inteligentes servicios diplomáticos.

Y UNA APOSTILLA antes de concluir: los canariones, a pesar de Zapatero, el Partido Socialista y el Partido Popular, ya le están viendo los cuernos al diablo. Ya están viendo que la mayor de las islas, la más poblada, la más importante, la de mayor peso específico, la de mayores y mejores recursos naturales, frondosa, boscosa, bella e inigualable dentro del Archipiélago, albergará la capital lógica de la nación canaria cuando obtengamos la inevitable independencia. Por otra parte, que no nos vengan con el cuento de que en Las Palmas está la capital económica y aquí la política. Listos que son los muchachos. Como si ignorásemos que donde está el poder económico también lo está el político.

En definitiva, volvemos a una frase cierta e irrefutable: a los canariones, ni agua; con los canariones, ni a misa. Sí a la unión de las Islas, pero con capital en la mejor dotada por la naturaleza y de muy nobles habitantes: Tenerife.




José Rodríguez Ramirez, editor-propietario de El Día



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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sábado, 14 de diciembre de 2019

[ARCHIVO DEL BLOG] Sobre los nombres de las cosas. (Publicada el 14 de mayo de 2009)




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"Dijo luego Yahvé Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada. Y Yahvé Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver como los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada." (Génesis, 2, 18-20).

He escogido como introducción de mi comentario de hoy estos versículos iniciales del primer libro de la Biblia, a cuenta de la estéril y estúpida polémica suscitada por ese engendro de la radio-televisión pública canaria (TVC) al publicitar un programa de debate sobre si a la isla donde habitan (a 1 de enero de 2008, según datos oficiales del Instituto Canario de Estadística) 829.597 personas, llamada Gran Canaria, se le debe quitar el "Gran" y dejarla con el "Canaria" a secas.

La ocurrencia no es original de la radio-televisión pública canaria, incapaz de pensar nada por sí misma si no se lo dictan desde la presidencia del gobierno canario, y ni aun así salen del encefalograma plano, sino del dueño y editor del periódico santacrucero "El Día", don José Rodríguez, pertinaz defensor y adalid del franquismo al que aduló con servilismo abyecto al servicio de los intereses de lo más reaccionario de la burguesía tinerfeña, y ahora re-convertido al radicalismo independentista y anti-grancanario.

Las cosas no existen antes de ser nombradas. Es metafísicamente imposible que algo exista si no tiene nombre. ¿Quién le puso a Gran Canaria su nombre? Los historiadores sólo constatan al respecto que a lo largo de su existencia (es decir, desde que tiene nombre) la isla donde viven esas 829.597 ha sido llamada "Canari" por sus pobladores aborígenes y "Canaria" o "Gran Canaria", indistintamente, desde su entrada en la Historia.

Un artículo del periódico La Provincia-Diario de Las Palmas de hoy jueves, titulado "Canaria o Gran Canaria: Notas acerca de un debate", escrito por el profesor de historia de la Universidad tinerfeña de La Laguna Francisco Fajardo, aporta interesantes datos e información histórica al respecto, y concluye con una verdad de Perogrullo: Que los nombres los pone la Historia; nada más que eso, pero nada menos también.

No me preocupa en exceso si esta estéril y absurda polémica sobre el nombre de la isla en la que vivo es producto del recurrente pleito insular (que no es tal, pues no es entre islas -Gran Canaria y Tenerife-, sino entre las más rancias y casposas burguesías capitalinas de Las Palmas y Santa Cruz), del latente y manifiesto complejo de inferioridad de don José Rodríguez, o de alguna deficiencia hormonal del susodicho, pero en todo caso, quiero pensar que si hay que cambiarle el nombre a Gran Canaria, nos deje a nosotros, los 829.597 grancanarios censados, que lo decidamos por nuestra propia voluntad. Les aseguro que yo jamás pondría inconveniente alguno en que a esa hermosísima ciudad que es Santa Cruz de Tenerife y a su aún más hermosa isla, le pusiesen los nombres respectivos de Ciudad Rodríguez e Isla de Rodríguez, si esa fuere la voluntad de los santacruceros y tinerfeños. Espero que no, porque no creo que don José se merezca ese honor, pero allá ellos. HArendt






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jueves, 10 de octubre de 2019

[ARCHIVO DEL BLOG] Canarias en la picota (Publicada el 29 de enero de 2009)



Canarias vista desde el espacio


Enésima afrenta del gobierno regional de ATI-CC y PP a los grancanarios a cuenta del famoso mapa del periódico El Día, repartido en los centros públicos de la Comunidad Autónoma, en los que se ignora y modifica el nombre de su isla. Menosprecio gratuito, innecesario y bastante idiota, por cierto. ¿Voluntario? Pues es posible que no, pero en política la mujer del César no sólo tiene que ser honesta sino parecerlo, y este gobierno de honestidad, la verdad, y en base a la de querellas judiciales en que sus miembros están enfrascados, no parece muy sobrado.

¿Consecuencias? En principio, muchos grancanarios están convencidos de que Canarias no tiene viabilidad política mientras continúe en el gobierno ATI-CC, y comienzan a pensar que, contra los tinerfeños nada, pero con Tenerife a ningún sitio. ¿Opciones? Tres: la doble autonomía, federalizar Canarias, y coyunturalmente, y a los solos efectos de modificar el Estatuto de Autonomía y el sistema electoral canario, un pacto PSOE-PP que desaloje a ATI-CC del poder, y después, a quién Dios de la dé, San Pedro se la bendiga.

Personalmente, prefiero la doble autonomía. Pero reconozco las dificultades de todo tipo que ese paso supone y que la convierten en, prácticamente, inviable. Así pues, quedaría una segunda opción: federalizar Canarias.

Federalizar Canarias supondría replantearse la distribución del poder político en el seno de la Comunidad Autónoma de manera horizontal entre el gobierno regional y los gobiernos insulares mediante un reparto de competencias tasado estatutariamente tanto a nivel regional como insular, y la configuración de un parlamento regional (o Cabildo General de Canarias) bicameral en el que estuvieran representados tanto el pueblo del archipiélago en su conjunto como cada una de sus islas (consideradas como entidades territoriales propias y autónomas) con competencias legislativas iguales y capacidad de exigir la responsabildad política del gobierno regional. La Cámara de elección popular sería elegida por la totalidad de la población del archipiélago por un sistema proporcional puro, en una circunscripción electoral única. La Cámara territorial estaría conformada por representantes de los gobiernos de los Cabildos Insulares, en número igual para cada uno de ellos, independientemente de su población.

No es la primera vez que planteo esta posibilidad. Lo hice ante el propio Parlamento de Canarias en 1995, 1996 y 1997, con ocasión de las deliberaciones que llevaron a la reforma del Estatuto de Autonomía, y en varios artículos publicados en la prensa regional que tuvieron cierta repercusión en medios académicos y universitarios, pero casi ninguna política. Esos artículos podían leerse, en la primera etapa del blog, en las entradas correspondientes a los días 26 y 27 de octubre, y 25 y 28 de noviembre, de 2006. Y si alguien ve algún tipo de animadversión a Tenerife en esta crónica, se equivoca de medio a medio, pero como ocurre a veces en los matrimonios mal avenidos, el divorcio de mutuo acuerdo puede ser lo mejor para todos. Más abajo pueden leer el artículo que sobre la polémica del mapa escribe hoy en La Provincia-Diario de Las Palmas, titulado "Un mapa para la discordia", el director de dicho periódico, Ángel Tristán Pimienta. HArendt



http://www.estecha.com/imagen/escudos-piedra-comunidades/canarias-escudo.jpg
Escudo de Armas de Canarias



"Un mapa para la discordia", por Ángel Tristán Pimienta

José Miguel Ruano nació y se crió en Schamann, concretamente en la calle Doña Perfecta. Es un 'canarión' de origen rural que vive en Tenerife desde que fue a estudiar a La Laguna, y que ha escalado puestos en ATI, perdón, en la Coalición Canaria tinerfeña a base de trabajar duro. Porque sólo desde el famoso síndrome del converso se puede explicar una inoportunidad que puede traducirse como que un alto cargo de la Comunidad Autónoma tome partido en una cuestión sensible y disparatada que constituye un ataque contra una de las islas. Miren ustedes que hay mapas antiguos para reproducir en el calendario 2009, año posterior a la rebambaramba por los editoriales de El Día, de la Consejería de Presidencia, planos que reflejan una historia real y que no han sido utilizados torcidamente por personajes llenos de odio que llevan su obsesión al punto de pretender que las otras islas impongan el cambio de nombre a la que es objeto de sus delirios.

Ya los Reyes Católicos, desde el momento mismo de la conquista y de la fundación del real de Las Palmas, se referían en sus cartas y cédulas reales a "la ysla de la Gran Canaria", término que alternaban de vez en cuando con "la dicha ysla de Canaria", incluso en los mismos textos, por la sencilla razón de que al archipiélago no se le denominaba en plural, Canarias, sino en singular, Canaria, tomado el nombre de la principal, que también recibía el de Gran. El archipiélago de Canaria quedó a la postre en archipiélago canario o de Canarias. Y Gran Canaria siguió con la denominación que ha llegado hasta la actualidad. Pretender que es más exacto históricamente suprimir el Gran en base a datos descontextualizados, minoritarios y manipulados, sería lo mismo que pretender que Tenerife se llamara Isla del Infierno porque así está en algunos documentos de la época, sin duda influidos por las poderosas explosiones del Teide, entonces en erupción, que asustaban a los navegantes y aterrorizaban a los vecinos. Sinceramente, no parece muy probable que este se publique el año que viene.

Pero no. José Miguel Ruano, y con él todo el Gobierno, se ha inclinado por el bando que sigue las consignas del periódico El Día, y no sólo hiere la sensibilidad de los grancanarios, constantemente agraviados no sólo por ese diario y sus medios vicarios, sino por la ATI que fue y que, en el fondo y en la forma, sigue estando ahí, sino que da un paso más en dirección a la crispación.

Se duelen muchos miembros de buena fe de Coalición Canaria en Gran Canaria cuando se cita a CC tras las siglas de ATI. Puede que sea un error. Pero no pueden negar que casos como la utilización extemporánea y malévola de este mapa no son el mejor argumento para creer en la sinceridad regional de Coalición Canaria y de su Gobierno. En esta ocasión, que no es una ocasión cualquiera, sino que la cuestión está en plena efervescencia, con amonestación parlamentaria incluida, ni ha demostrado tener sensibilidad ni, por supuesto, neutralidad objetiva. Es decir, se ha dejado llevar por el instinto y ha arrinconado, una vez más, cualquier demostración de vida inteligente y de respeto hacia 'los demás'.

Saldrán en coro ahora sus portavoces quitando importancia al asunto; diciendo que tanta es su bondad y su altruismo que nunca pensaron que se fuera a formar un lío, lo cual, sensu contrario, sería muestra de un preocupante retraso mental en su variante de capacitación política. Pero no se trata de una anécdota, que es la clásica disculpa prepotente y cínica. Es parte de una estrategia fría y premeditada que trampea los mandatos del Estatuto y quiere provocar un estado de tensión que permita desactivar las defensas naturales de Gran Canaria. En esa visión estratégica se incluye, además de sorpresas como la de este mapa francés del mil setecientos elevado a categoría en un documento oficial del Gobierno regional, la voluntad del presidente Paulino Rivero de no cumplir cabalmente con su obligación de residir en Las Palmas de Gran Canaria estos cuatro años y de celebrar, en dicha ciudad, las obligaciones oficiales de agenda. Muy al contrario, son numerosos los empresarios y cargos de las administraciones que se quejan por la necesidad de desplazarse a Tenerife para ser atendidos por el presidente, que tiene una disculpa 'fenomenal': como está arreglando los baños de la residencia oficial con largueza digna de Versalles y lleva año y medio en el hotel Santa Catalina le es más cómodo estar en Santa Cruz.

¿Quién es el que desata el 'pleito insular'?, ¿el que agrede o el que se defiende?, ¿el que aviva los delirios de un expolio demente o el que trata de evitarlo?, ¿el que apoya una locura cerril o el que defiende el buen juicio y la convivencia pacífica y productiva entre todos los canarios?

El Gobierno autonómico sólo tiene una manera de demostrar que se ha equivocado y que no ha querido ofender ni colaborar en el 'golpe de estado' palaciego para dañar la imagen y los intereses de Gran Canaria: retirar con toda urgencia el calendario.

Si la 'guanchancha' se utiliza con los mismos parámetros, el lío del espionaje en Madrid sería un cómic. (La Provincia-Diario de Las Palmas, 29/01/09).




Mapa de Canarias y sus aguas interiores


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