El actor Karra Elejalde en el papel de Unamuno
Más de un millón de españoles, escribe la periodista y analista polìtica del diario El Mundo, Lucía Méndez, han ido al cine a ver la última película de Amenábar sobre Unamuno.
"El cine estaba lleno la noche del domingo -comienza diciendo Méndez-. Echaban Mientras dure la guerra, la película de Alejandro Amenábar con un protagonista muy poco usual en el cine español. Extraordinario, casi único. No una mujer desgraciada, ni un hortera de bolera, ni una familia desestructurada, ni un superhéroe, ni un cineasta que se filma a sí mismo. El protagonista de la película es un intelectual español. Intelectual de verdad, no de pega. El patio de butacas se quedó quieto y en silencio cuando se encendió la luz. Ocurrió un suceso extraordinario. Los espectadores tardaron unos minutos en mirar las pantallas encendidas de sus móviles. Quizá, seguro, estaban reflexionando sobre el discurso de Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de Octubre de 1936. Tal día como hoy del año que empezó la guerra incivil. Los espectadores parecían conmovidos por las palabras de la inteligencia, la precisión y la piedad. Las palabras de un español, que fue vasco, castellano, canario, andaluz y todo lo demás. Un español realmente grande. Hace poco, en el Teatro de la Abadía, sucedió algo parecido cuando José Luis Gómez culminó su monólogo sobre Unamuno con el mismo discurso. El público se echó a aplaudir como loco no sólo al actor. También ovacionaban a esa alma errante de España, la mejor, que encarnó el filósofo, novelista y poeta.
El éxito de Amenábar no es haber rodado una película impecable y canónica desde el punto de vista cinematográfico e histórico. O la gran interpretación de Karra Elejalde y los demás actores. Su gran triunfo es que los españoles estén llenando los cines porque la recomiendan familia, vecinos o amigos.
Asistí a la proyección con dos españoles -chica y chico- muy jóvenes. No sabían que Franco tenía la inteligencia de hacerse pasar por tonto siendo en realidad tan listo, a la vez que perverso. Ni que Unanumo era un genio cascarrabias, rabiosamente celoso de su libertad de cátedra. Un pensador gigantesco que tuvo dudas y crisis de fe. Otro éxito de Amenábar. Enseñar a los jóvenes Historia de España en el cine, ya que en las aulas llegan al siglo XX a final de curso, y estudian deprisa y corriendo la Guerra Civil y el Franquismo.
Más de un millón de españoles han ido al cine a conocer cómo era el autor de San Manuel Bueno, mártir, Del sentimiento trágico de la vida o La tía Tula. Sólo por eso, gracias Amenábar. Una última cosa. Sólo alguien muy simple, muy ignorante -o las dos cosas- puede analizar a Unamuno o a su película en clave política o partidista".
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