miércoles, 9 de octubre de 2019

[CLÁSICOS DE SIEMPRE] Hoy, con "Poenulus" (El cartaginés), de Plauto




Representación actual del Poenulus, de Plauto


Continúo con esta entrada la sección dedicada a las obras de autores grecolatinos, subiendo al blog la comedia titulada Poenulus (El cartaginés), de Plauto, que pueden leer desde el enlace anterior.


No se conoce la fecha de nacimiento de Plauto, que se ha fijado hacia el  254 a. C. por una noticia de Cicerón, pero sabemos que murió en el 184. Un lapso vital históricamente muy revuelto. Se trasladó a Roma de joven y allí fue soldado y comerciante. Murió enormemente rico, envuelto en una gran popularidad. Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería entre retruécanos, chistes, anfibologías, parodias idiomáticas y neologismos, usando un vocabulario muy abundante de una gran variedad de registros. Se le atribuyen hasta 130 obras.

El Poenulus es una comedia latina compuesta por Tito Maccio Plauto, probablemente entre los años 195 y 189 a. C. El título suele traducirse literalmente como El pequeño cartaginés o como El pequeño púnico, aunque también ha sido traducido en alguna ocasión de manera más libre, como El ladino cartaginés.​ Inspirada en una obra griega anterior, probablemente en Ὁ Καρχηδόνιος (ho Karkhēdónios, «El cartaginés»), atribuida a Alexis de Turio (ca. 375-275 a. C.),​ el Poenulus es especialmente conocida en la actualidad por contener pasajes redactados en idioma púnico o cartaginés. Se trata de uno de los pocos testimonios escritos en esa lengua que se nos han conservado y constituye una oportunidad única para acercarnos a ese idioma extinto, ya que, a diferencia de lo que sucede con las inscripciones cartaginesas escritas en alfabeto fenicio, Plauto sí anotó las vocales.​ A menudo, ha llamado la atención que Plauto concediera tanto peso a un extranjero, y no a un extranjero cualquiera, sino a uno procedente del pueblo cartaginés, el enemigo por excelencia de Roma en los años en los que se estrenó la pieza. Es probable que lo hiciera para poder incluir esos breves parlamentos en la obra y, de este modo, poder divertir a su audiencia con el sonido extraño de una lengua que en nada se parecía a la latina.

La obra transcurre en una calle de la ciudad griega de Calidón, en Etolia, delante de las casas de Agorastocles y Lico, y ante el templo de Venus. Agorastocles es un joven cartaginés que fue raptado a la edad de siete años y que acabó siendo liberado y adoptado por un viejo misógino, que lo nombró su heredero. Junto a él viven dos hermanas, Adelfasia y Anterástile, que también fueron raptadas de niñas, pero que corrieron peor suerte, ya que fueron compradas por un alcahuete, Lico, para convertirlas en prostitutas. Agorastocles se enamora de una de las dos hermanas, de Adelfasia, pero Lico mortifica a los dos enamorados e impide su unión. Por eso, el joven idea un plan con ayuda de su esclavo Milfión, para comprometer a Lico en un robo de oro. Finalmente, sin embargo, no será necesario recurrir a ese plan porque a la ciudad llega el cartaginés Hanón, que descubre en Agorastocles a su sobrino y reconoce en las dos hermanas a sus propias hijas, a las que creía perdidas para siempre. Gracias a este hecho inesperado, Agorastocles y Adelfasia pueden casarse, mientras el viejo Lico se convierte en el gran perdedor de la historia.


En la mitología griega Talía era una de las dos musas del teatro, la que inspiraba la comedia y la poesía bucólica o pastoril. Divinidad de carácter rural, se la representaba generalmente como una joven risueña, de aspecto vivaracho y mirada burlona, llevando en sus manos una máscara cómica como su principal atributo y, a veces, un cayado de pastor, una corona de hiedra en la cabeza como símbolo de la inmortalidad y calzada de borceguíes o sandalias. Era hija de Zeus y Mnemósine, y madre, con Apolo, de los Coribantes. 



La diosa Talía, musa del teatro



La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



HArendt




Entrada núm. 5331
elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

No hay comentarios: