martes, 29 de julio de 2014

El poeta Jorge Guillén y el tema de España en la poesía española contemporánea (XXXI)



Catedral de Nuestra Señora de la Asunción (Valladolid, Castilla y León)



¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.

De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".  

Hoy traigo hasta el blog al poeta y miembro de la Generación del 27, Jorge Guillén. Nace en Valladolid en 1893. Estudia Filosofía y Letras en las universidades de Madrid, alojándose en la Residencia de Estudiantes, y Granada. Se doctora en la de Madrid. Ejerce de lector de español en las universidades de la Sorbona de París y Oxford, y como catedrático de literatura en las de Murcia y Sevilla. Encarcelado al inicio de la guerra civil, se exilia en 1938 a norteamérica dando clases en Canadá, Estados Unidos (Harvard) y Puerto Rico. En 1976 recibe el Premio Cervantes. Muere en Málaga en 1984. Por su inclinación a la poesía pura es considerado el discípulo más directo de Juan Ramón  Jiménez. Les dejo con su poema "Despertar español", que se inicia con un verso de Federico García Lorca:


¡Oh blanco muro de España!
Federico García Lorca

I

¿Dónde estoy?
Me despierto en mis palabras.
Por entre las palabras que ahora digo,
A gusto respirando
Mientras con ellas soy, del todo soy
Mi nombre,
Y por ellas estoy con mi paisaje:
Aquellos cerros grises de la infancia.
O ese incógnito mar, ya compañero
Si mi lengua le nombra, le somete.

No estoy solo ¡Palabras!

Y merced a sus signos
Puedo acotar un trozo de planeta
Donde vivir tratando de entenderme
Con prójimos más próximos
En la siempre difícil tentativa
De gran comunidad.

A través de un idioma
¿Yo podría llegar a ser el hombre
Por fin humano a que mi esfuerzo tiende
Bajo este sol de todos?

II

Ay, patria,
Con malos padres y con malos hijos,
O tal vez nada más desventurados
En el gran desconcierto de una crisis
Que no se acaba nunca,
Esa contradicción que no nos deja
Vivir nuestro destino,
A cuestas cada cual
Con el suyo en un ámbito despótico...
Ay, patria,
Tan anterior a mí,
Y que yo quiero, quiero
Viva después de mí -donde yo quede
Sin fallecer en frescas voces nuevas
Que habrán que resonar hacia otros aires,
Aires con una luz
Jamás, jamás anciana.
Luz antigua tal vez sobre los muros
Dorados
Por el sol de un octubre y de su tarde:
Reflejos
De muchas tardes que no se han perdido,
Y alumbrarán los ojos de otros hombres
-Quien sabe- y sus hallazgos.

III

¡Fluencia!
Y nunca se interrumpe,
Y nunca llega al mar
Ni sabe de traiciones.
Río de veras fiel a su mandato,
A su fatal avance sesgo a sesgo,
Rumbo a la primavera con su estío,
Y en las agudas barcas
Las eternas parejas
De nuevo amor.

Y no hay más mundo que ese
Un mundo bajo soles
Y nuestra voluntad.

Paso ha de abrise por las nuevas sangres
Incógnito futuro
Libérrimo.

¿Vamos a él? Él es quien nos arrastra
Rehaciendo el presente
Fugaz
Mientras confluye todo por su curso
De cambio y permanencia.
España, España, España.

IV

Nuestra intervención y nuestro amor, España, 
Pese a los pusilánimes,
Pese a las hecatombes -bueyes muertos-
Sobre las tierras yermas,
Entre ruinas y fábulas
Con luces de ponientes
Hacia noches y auroras.

Y todo, todo en vilo,  
En aire
De nuestra voluntad.

Queremos más España.

Esa incógnita España no más fácil
De mantener en pie
Que el resto del planeta,
Atractiva entre manos escultoras
Como nunca lo es bajo los odios,
Creación sobre un trozo de universo
Que vale más ahondado que dejado.
¿Península? No basta geografía.
Queremos un paisaje con historia.

V

Errores y aflicciones.
¡Cuántas culpas!

Gran historia es así:
Realidad hay, compacta.

En el recuerdo veo un muro blanco,
Un sol que se recrea
Difundiéndose en ocio
Para el contemplativo siempre en obra.

¡Blanco muro de España!
No quiero saber más.
Se me agolpa la vida hacia un destino,
Ahí, 
Que el corazón convierte en voluntario.

¡Durase junto al muro!

Y no me apartarán vicisitudes
De la fortuna varia.

¡Tierno apego sin  término!
Blanco muro de España, verdadera:
Nuestro pacto es enlace en la verdad.


"Despertar español"
Jorge Guillén




Y mañana nos vemos con el poeta Luis Cernuda. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




El poeta Jorge Guillén




Entrada núm. 2124
http://elblogdeharendt.blogspot.com
Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Realmente brillante!


Saludos