¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.
Hoy traigo hasta el blog a la poetisa Concha Zardoya (1914-2004). Nacida en Valparaíso (Chile) de padres españoles, regresa con su familia a España con 17 años. Estudia Filosofía y Letras y Biblioteconomía en la Universidad de Madrid. En plena guerra civil comienza a publicar sus primeros poemas. En 1947 emigra a Estados Unidos, doctorándose en Filología Moderna e impartendo clase en universidades como Yale y Boston. En 1977 regresa definitivamente a España. Entre otras actividades literarias tradujo a Walt Whitman al español y fue autora de una biografía del poeta Miguel Hernández. Muere en Madrid, donde residía, el año 2004. Les dejo con su poema "Como una gran ciudad, España mía":
Como una gran ciudad, España mía,
te elevas en mis sueños, tras los aires.
Me llamas con tu luz y tu hermosura,
con el dulce misterio de tus campos.
Como una isla, tú vas por mi sangre
y buscas ese puerto de mi alma
donde un faro -tú misma- brilla siempre.
¡Sobrenadas aun en ese océano!
Y todos tus jardines se unifican
para ser uno solo ante mis ojos.
Y todas tus aldeas se han erguido
hasta llegar aquí, junto a mis sienes.
¡Se desbordan tus ríos, abrazándome!
(¿Los acrece mi llanto cada día?)
Los olivos me tienden su ramaje.
(¿Esa mano de plata iluminada?).
Y las cuatro estaciones, fugazmente,
ya las veo girar en tus paisajes.
Inefables acordes me revelan
el perdido secreto de tu nombre.
¿Más cenizas que luz, en mi memoria?
¿Más tristeza que amor, en este pecho?
Solo sé que el recuerdo es esperanza
que sobrevive en mí para salvarme.
te elevas en mis sueños, tras los aires.
Me llamas con tu luz y tu hermosura,
con el dulce misterio de tus campos.
Como una isla, tú vas por mi sangre
y buscas ese puerto de mi alma
donde un faro -tú misma- brilla siempre.
¡Sobrenadas aun en ese océano!
Y todos tus jardines se unifican
para ser uno solo ante mis ojos.
Y todas tus aldeas se han erguido
hasta llegar aquí, junto a mis sienes.
¡Se desbordan tus ríos, abrazándome!
(¿Los acrece mi llanto cada día?)
Los olivos me tienden su ramaje.
(¿Esa mano de plata iluminada?).
Y las cuatro estaciones, fugazmente,
ya las veo girar en tus paisajes.
Inefables acordes me revelan
el perdido secreto de tu nombre.
¿Más cenizas que luz, en mi memoria?
¿Más tristeza que amor, en este pecho?
Solo sé que el recuerdo es esperanza
que sobrevive en mí para salvarme.
"Como una gran ciudad, España mía"
Concha Zardoya
1 comentario:
Magnífica poetisa...
Saludos
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