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domingo, 4 de diciembre de 2011

Antisemitismo: ¿Todavía hoy?; parece que sí...






Alfred Dreyfys (1859-1936)





Tenía aparcado desde hace varios días un borrador de entrada sobre la experiencia de los kibutz israelíes que publiqué en el blog el 31 de enero de 2007. La reedito a continuación, pero ahora movido por razones que nada tienen que ver con el comentario interesado de un libro, que me ha dado pie para escribir esta entrada de hoy.

De Israel, israelíes, israelitas y judíos he escrito muchas veces en este blog. No son términos sinónimos: consulten el Diccionario de la Real Academia Española, si no me creen. Del antisemitismo latente y persistente en la sociedad española actual, una actitud que tiene su origen en la entrada de los visigodos en la península hace dieciséis siglos, también. Lo que no deja de ser altamente curioso en una sociedad cuya población, según los más recientes análisis genéticos, es en un 20 por ciento descendiente de judíos o de conversos. Les remito al respecto a la entrada de mi blog titulada "Genética española", del 8/12/2008. 

De que el antisemitismo persiste latente e insistentemente en la sociedad española actual da cuenta un interesante artículo de El País del pasado día 1 de diciembre firmado por el periodista e investigador Juan G. Bedoya, que certifica que España encabeza las encuestas de más acendrado antijudaísmo de toda Europa. Sobre el "por qué" de esa circunstancia les remito al reportaje en cuestión.

Pero en todas partes cuecen habas, no vayan a creerse ustedes. Para mi siempre admirada Hannah Arendt (1906-1975), la politóloga norteamericana de origen judeo-alemán, el antisemitismo de la sociedad europea está en la base de lo que más tarde se convertirá en el imperialismo de finales del siglo XIX y las experiencias totalitarias de la primera mitad del siglo XX. Temas que estudió como nadie lo había hecho hasta entonces en su libro, un clásico de la ciencia política, "Los orígenes del totalitarismo" (Alianza, Madrid, 1987), y para ella, en el origen del antisemistismo que explota en Francia a finales del siglo XIX está el "caso Dreyfus".  

¡Ah, la dulce Francia!... Francia ya no es lo que era: Sarkozy no es De Gaulle; ni por aproximación, aunque él lo pretenda con denuedo y constancia admirables... ¿Será el "caso Dominiques Strauss-Khan", estallado hace unos meses en Nueva York un nuevo "caso Dreyfus" organizado desde el poder para deshacerse del que podría haber sido el primer presidente de la república francesa de origen judío?  Parece verosímil, en opinión del periodista Miguel Mora, que en El País de hoy, escribe el mejor reportaje que he leído hasta ahora sobre el asunto: "DSK, el morbo sin fin". "Voilá!", que dicen por allí...

No deseo terminar esta entrada con pesimismo. Lo hago, pues, con este enlace desde el que pueden acceder a la interesante entrevista que acaban de realizar a la nueva presidenta del Senado federal argentino, Beatriz Rojkés, judía, en la que se muestra orgullosa de su condición de tal y de todo lo que para ella significa ese hecho. ser judía, hoy.

En el vídeo que acompaña la entrada, realizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), pueden ver como ha tratado el cine moderno las utopías totalitarias. Se lo recomiendo encarecidamente.

Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. HArendt





Dominique Strauss-Khan




"El kibutz, una sociedad diferente"
Desde el trópico de Cáncer, 31/1/2007

Nunca he ocultado mi admiración por Israel y por los israelíes, sin que ello implique compartir los postulados de sus gobiernos en el conflicto palestino ni en otros aspectos de su realidad cotidiana. Que ello sea producto de la ascendencia hebrea de mis antepasados o de otras causas, no viene ahora a cuento. Releeo con interés el libro "Le Kibboutz, société différente", de H. Darin-Drabkin (Éditions du Seuil, Paris, 1970), que compré en Madrid, en la Librería del extinto Instituto de Estudios Políticos, Lespo, en la calle del Reloj, hace ya más de treinta años, seducido por la aventura de los “kibboutzim”, que incluso me llevó a plantearme una corta estancia en uno de ellos. Pecados de juventud, supongo ahora… La sociedad de los kibutz, se funda sobre los principios del colectivismo y la solidaridad y tiene por objetivo la igualdad máxima de sus miembros. Es, en cierto modo, la única experiencia de “comunismo” en libertad que ha prosperado en el mundo moderno, si bien muy localizada espacial y temporalmente. El libro de Darin-Drabkin que comento comienza con la historia del movimiento Kibutz, en la Palestina británica de 1908, fundamentalmente como explotaciones agrícolas autogestionadas por grupos de trabajadores inmigrantes fuertemente ideologizados por las ideas del comunismo teórico. Pero no es éste, en todo caso, un libro de historia, pues a lo largo de sus páginas se analizan con detenimiento la estructura de la sociedad del kibutz, con sus principios de base, sus mecanismos de administración y democracia interna, de organización del trabajo y planificación de sus actividades económicas, la vida en colectividad, la educación de sus menores, el papel del individuo, la mujer y la familia en la sociedad del kibboutz, la eficacia económica de sus planteamientos y su papel en la economía y la sociedad israelita. Existe una edición española, imagino que sudamericana, del libro anterior a la francesa de 1970 que comento, que no me ha sido posible localizar. En todo caso, me ha resultado muy grata su lectura pues me ha hecho recordar aquellos tiempos en que pensaba que el mundo podía cambiarse a base de voluntad.





Beatriz Rojkés




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Entrada núm. 1433 -
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