lunes, 4 de febrero de 2019

[PÍLDORAS LITERARIAS] Hoy, con "La muerte en Samarra", de Gabriel García Márquez





La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. 

Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 

Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? 

Continúo hoy la serie de Retazos literarios con el titulado La muerte en Samarra, del escritor colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014​), que en 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura. Está relacionado de manera inherente con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de este movimiento literario, e incluso se considera que por el éxito de la novela es que tal término se aplica a la literatura surgida a partir de los años 1960 en América Latina.En 2007 la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española publicaron una edición popular conmemorativa de esta obra, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos. Fue famoso tanto por su genialidad como escritor como por su postura política. Su amistad con el líder cubano Fidel Castro fue bastante conocida, y criticada, en el mundo literario y político. Les dejo con su relato:



LA MUERTE EN SAMARRA
por
Gabriel García Márquez

El criado llega aterrorizado a casa de su amo.-Señor -dice- 
he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza.
El amo le da un caballo y dinero, y le dice:-Huye a Samarra.
El criado huye. Esa tarde, temprano, el señor 
se encuentra la Muerte en el mercado.
-Esta mañana le hiciste a mi criado una señal de amenaza -dice.
-No era de amenaza -responde la Muerte- 
sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, 
tan lejos de Samarra, y esta misma
 tarde tengo que recogerlo allá.

FIN






Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

domingo, 3 de febrero de 2019

[ESPECIAL DOMINICAL] ¡Qué bello es dudar!





Mi amigo Voltaire decía que la verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura. Esa parece ser también la opinión del columnista de El País, Guillermo Altares, que en un reciente artículo señalaba que no hace ningún daño, más bien todo lo contrario, consultar, calibrar, dudar en fin, antes de tomar una decisión.

La historia de la filosofía, comienza diciendo Altares, se puede resumir como el relato de una gran duda. La mayoría de las certezas absolutas ante problemas complejos suelen llevar a grandes errores, por eso con el pensamiento racional nace a la vez la incertidumbre. Platón atribuyó a Sócrates el famoso “solo sé que no sé nada”, mientras que Descartes inaugura la racionalidad moderna con su duda metódica. Se podría argumentar que es muy fácil para los filósofos dudar, un lujo que no pueden permitirse los políticos, que tienen la obligación de actuar y decidir.

Sin embargo, la filosofía y la política siempre han ido de la mano. Los injustamente denostados sofistas discutían con Sócrates de los asuntos públicos de Atenas. Inmanuel Kant, al principio de La paz perpetua, se refiere a los ronchones que las opiniones de los filósofos suelen provocar en los políticos que “acostumbran a desdeñar, orgullosos, al teórico”. En ese mismo ensayo escribe el filósofo de Könisberg: “Ningún Estado debe inmiscuirse por la fuerza en la constitución y el gobierno de otro Estado”. Aunque el propio pensador sostiene un poco más adelante: “No es esto aplicable al caso de que un Estado, a consecuencia de interiores disensiones, se divida en partes, cada una de las cuales represente un Estado particular, con la pretensión de ser todo”. No hay ninguna contradicción, solo matices y prudencia a la hora de valorar una situación.

El gran problema de la política, o de la prensa, es que se deben tomar muchas decisiones sin tener el cuadro completo a mano. Es imposible conocer todas las consecuencias de un acto, pero tampoco hace ningún daño, más bien todo lo contrario, consultar, calibrar, dudar en fin, antes de tomar una decisión. Quizás por eso dan tanto miedo los políticos que se nutren de certezas absolutas, aquellos que creen que pueden solucionarlo todo con mensajes faltones en Twitter. Que los buenos y los malos estén claros, que haya pocas dudas —en algunos casos es cierto que no las hay— sobre las víctimas y los verdugos no significa que no se deban medir las consecuencias de una decisión. El mundo está lleno de políticos, periodistas, reyes de las redes sociales, que nadan en certezas absolutas, una versión del “quítate, que ya lo arreglo yo” que suele preceder a los desastres domésticos. Deberían darse una vuelta por el ágora en busca de preguntas y dudas.





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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[TRIBUNA DE PRENSA] Lo mejor de la semana. Febrero, 2019 (I)





Dicen que elegir es descartar, y estoy acuerdo con ello. Aquí les dejo algunos de los artículos de opinión publicados en la prensa diaria que durante la pasada semana he ido subiendo al blog en la columna Tribuna de prensa. Asumo la responsabilidad de su elección y de la posibilidad de equivocarme. Como dijo Hannah Arendt, espero que les inviten a pensar para comprender y comprender para actuar, pues la vida, a fin de cuentas, no va de otra cosa: pensar, comprender, actuar. Se los recomiendo encarecidamente. Creo que merecen la pena, pero si no es así, la próxima vez acertaré. 

La trampa de la palabra hembrismo, por Álex Grijelmo
Colón ya no está a la altura de América, por Hughes
La fe de Hobsbawm, por Luis Ventoso
Una enemiga del pueblo, por Francisco J. Laporta
¡Vámonos con Valls!, por César Antonio Molina

Desde los enlaces de más abajo puede acceder a algunos de los diarios y revistas más relevantes de España, Europa y el mundo, actualizados continuamente.
El País (España)
Le Monde (Francia)
The Times (Gran Bretaña)
El Mundo (España)
Gazeta Wyborcza (Polonia)
La Vanguardia (España)
Canarias7 (España)
El Universal (México)
Clarín (Argentina)
La Voz de Galicia (España)
NRC (Países Bajos)
La Stampa (Italia)
Le Figaro (Francia)
Tages Anzeiger (Suiza)
Excelsior (México)
Die Welt (Alemania)
El País Semanal (España)
Revista de Libros (España)
Letras Libres (España)
Litoral (España)
Jot Down (España)
Der Spiegel (Alemania)
Política Exterior (España)
Cidob (España)
Concilium (España)
Le Nouvel Afrique (Bélgica)
Time (EUA)
Life (EUA)
Cambio16 (España)
Jeune Afrique (Francia)
Tiempo (España)
Newsweek (Estados Unidos)
Nature (Estados Unidos)
Paris Match (Francia)
National Geographic (Estados Unidos)
Expresso (Portugal)
Les Temps Modernes (Francia)
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[PARLAMENTO] Diario de Sesiones de las Cortes Generales. Febrero, 2019 (I)






Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución. 

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Les recomiendo encarecidamente que la exploren con atención si tienen interés en ello. Y desde estos otros a las páginas oficiales de las principales instituciones políticas nacionales, europeas y locales:



INSTITUCIONES EUROPEAS


INSTITUCIONES LOCALES


Desde estos otros enlaces pueden acceder a los Diarios de Sesiones de los plenos de ambas cámaras, así como a los de sus comisiones y los de las mixtas de las Cortes Generales, habidas en la semana precedente:


I. CORTES GENERALES
MIÉRCOLES, 30 DE ENERO
1. Comisión mixta para la Unión Europea

II. CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
LUNES, 28 DE ENERO

MARTES, 28 DE ENERO

MIÉRCOLES, 29 DE ENERO
III. SENADO
MARTES, 29 DE ENERO

MIÉRCOLES, 30 DE ENERO
4. Comisión de Economía y empresa

Esta es la agenda prevista para la semana próxima tanto en el Congreso como en el Senado. Y desde estos otros enlaces pueden acceder al programa que RTVE ofrece semanalmente sobre la vida parlamentaria y al blog de las Cortes Generales dedicado a la Conmemoración del 40º aniversario de la Constitución. 





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sábado, 2 de febrero de 2019

[A VUELAPLUMA] Los nuevos depredadores





Las formaciones dominantes contemporáneas son muy distintas de los ladrones tradicionales que aparecen de noche y se llevan su botín con discreción, porque se mueven a través de algoritmos complejos con vida propia, escribe la profesora Saskia Sassen, catedrática "Robert S. Lynd" de Sociología en la Universidad de Columbia de Nueva York, y premio Príncipe de Asturias 2013 de Ciencias Sociales. 

Uno de los principales obstáculos en la lucha por una sociedad más justa, comienza diciendo la profesora Sassen, es el auge de formaciones depredadoras y complejas. Su complejidad las hace admirables. Pero también esconde sus riesgos.

Estas formaciones no funcionan como el típico invasor que llega, se apodera de lo que quiere y huye con el botín. Hoy usan los botines robados para construir algo nuevo sobre el terreno. Para librarse de estos actores no basta la ley: son una mezcla de lógica, decisiones informatizadas y velocidades que superan la capacidad humana de gobernar el avance de un proceso.

Uso esta formulación para hacer hincapié en ciertas distinciones que vamos perdiendo en la discusión del sistema financiero y en estudios críticos sobre la economía política actual, tanto a escala mundial como nacional. He aquí una breve descripción de lo que busco subrayar cuando examino estas formaciones, temas que he desarrollado con más detalle en algunos de mis libros como Una sociología de la globalización (2008) y Expulsiones (2014).

Un primer rasgo distintivo, que ya he mencionado, es que la complejidad de estas formaciones (por ejemplo, las altas finanzas) tiende a ocultar su capacidad depredadora: su brutalidad no es evidente como lo es, por ejemplo, la explotación laboral que puede verse en un taller de costura clandestino o en una mina en países pobres. Al contrario, vienen marcadas (en parte) por admirables conocimientos complejos y algunas de las tecnologías más impresionantes que hemos desarrollado: modalidades de ley y contabilidad, capacidades técnicas específicas, la matemática de algoritmos, la logística de alto nivel, y más. Y si bien estas formaciones incluyen élites poderosas y grandes propietarios, estos son factores que contribuyen solo parcialmente a su funcionamiento.

Para comprender que, en efecto, no son más que factores parciales, basta pensar que, aunque fuera posible debilitar a los poderosos dueños y gestores del capital, hacerlos menos poderosos, eso no nos libraría automáticamente de estas formaciones depredadoras. Los grandes dueños, empresas y gestores del capital influyen de manera determinante en el estado actual de las economías. Pero, por sí solos, no habrían podido adquirir la inmensa concentración de riqueza y el poder inimaginable que poseen hoy a través del mundo.

Esta combinación de elementos y la lógica que los rige han terminado por reforzar enormemente la capacidad del sistema para generar un acaparamiento masivo en los altos niveles: del sistema, de una jerarquía, de un proyecto. Ha llevado también a una destrucción medioambiental de dimensiones nunca vistas. Y ha contribuido todavía más a expulsar a las clases medias modestas y las clases trabajadoras de opciones de vida razonable en un número cada vez mayor de países, incluidos los llamados “países ricos”. No olvidemos que estas fueron las clases sociales que en Occidente, durante gran parte del siglo XX, pasaron a ser el elemento crucial que ayudó a mejorar las vidas de muchos, y no solo las de unos pocos.

Una característica importante de estas formaciones depredadoras es que son sistémicas. No se trata de meras y elementales usurpaciones de poder. Se constituyen mediante la incorporación de diversos componentes de sistemas fundamentales en nuestras sociedades y las capacidades de las principales economías y sociedades actuales, desde la matemática de algoritmos hasta la ingeniería avanzada. Como ya he dicho, incluyen fragmentos de distintas formas clave de conocimiento y disposiciones organizativas que merecen nuestra admiración.

Las formaciones depredadoras actuales son muy distintas de los ladrones tradicionales que aparecen de noche y se llevan su botín con discreción. Estas de ahora son “descaradas”, podríamos decir, salvo que son tan complejas que necesitamos a expertos en finanzas para que nos las expliquen, y, estos últimos son, por supuesto, los que resultan más beneficiados de todo ello, por lo que tienen pocas probabilidades de mostrar una actitud crítica. Algo que es, sin duda alguna, muy comprensible.

Podemos establecer el contraste de estas formaciones y su carácter sistémico con esa imagen tradicional del invasor o el ladrón que llega, se apodera de lo que quiere y huye con el botín, pero no utiliza lo que ha cogido para construir algo nuevo sobre el terreno. Las formaciones depredadoras actuales, por el contrario, construyen algo directamente en el mismo sitio, como personas (“los ricos e inteligentes”), si bien los instrumentos son abstractos e informatizados.

Esto nos indica, además, que librarse de los ricos no es suficiente para neutralizar estas formaciones que generan enriquecimientos: a estas alturas están más allá de las personas, porque forman parte de algoritmos complejos que, en parte, cuentan con vida propia, puesto que tienen y son, cada vez en mayor medida, una función clave de aquello que llamamos “el conocimiento”.

En la mayoría de los casos, estas formaciones están fuera del alcance de las medidas políticas habituales. Sobre todo si se tiene en cuenta la tendencia de los responsables políticos a construir silos para cada área estratégica. En agudo contraste con esa compartimentación, las nuevas formaciones de las que hablo aquí abarcan varias áreas; lo que hacen es, en definitiva, tomar elementos de cada área, combinarlos y ensamblarlos de maneras nuevas.

Para contrarrestar o eliminar esos montajes mezclados y complejos de elementos fundamentales, hay que contar con la voluntad de desmontarlos o destruirlos. También está siempre la posibilidad de la autodestrucción, si los seres humanos diseñáramos esos montajes de tal manera que utilizaran mal su propio poder. Podemos sentirnos tentados de decir: a fin de cuentas, son como nosotros, los humanos. Pero no, no lo son. Tienen unas características cruciales que los hacen distintos de nosotros: su extraordinaria velocidad y su también extraordinaria dimensión de funcionamiento. Sí, los algoritmos están diseñados por humanos (y los más complejos casi siempre, por físicos) pero, una vez creados, pueden dejar atrás a nuestras inteligencias.

Lo que he tratado de describir en estos párrafos es una de las situaciones más extremas que hemos contribuido a crear y que es uno de los factores que está afectando a nuestras sociedades y generando divisiones en ellas. Existen otros vectores que también influyen en nuestras economías actuales, vectores compuestos por elementos más familiares, y entre ellos algunos que podemos controlar y son menos esquivos que los que he mencionado aquí. Debemos sacar partido de ellos y utilizarlos en beneficio de nuestras sociedades cada vez más frágiles.



Dibujo de Eva Vázquez



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