lunes, 4 de diciembre de 2017

[Parlamento] XII Legislatura de las Cortes Generales. Diciembre, 2017 (I)





Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución. 

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Les recomiendo encarecidamente que la exploren con atención si tienen interés en ello. Y desde estos otros a las páginas oficiales de la

Casa de S.M. el Rey

Congreso de los Diputados
Senado
Presidencia del Gobierno
Tribunal Constitucional
Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial
Consejo de Estado
Boletín Oficial del Estado

Parlamento Europeo

Consejo Europeo y Consejo de la Unión Europea
Comisión Europea
Tribunal de Justicia de la Unión Europea
Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Diario Oficial de la Unión Europea

Parlamento de Canarias
Gobierno de Canarias
Cabildo de Gran Canaria
Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

La actividad parlamentaria de las Cortes Generales ha estado centrada esta pasada semana en las de las Comisiones y los Plenos de ambas Cámaras. Desde los enlaces siguientes (en rojo) pueden acceder a los Diarios de sesiones respectivos. Estos enlaces se actualizan diariamente aunque la entrada haya sido publicada con anterioridad.

DIARIO DE SESIONES DE LAS CORTES GENERALES

Martes, 28 de noviembre
Sesión plenaria (Congreso)
Comisión de Investigación sobre la financiación del partido popular (Congreso)
Comisión de Agricultura, alimentación y medio ambiente (Congreso)
Comisión de Empleo y seguridad social (Congreso)
Comisión de Presupuestos (Congreso)
Comisión General de las Comunidades Autónomas (Senado)
Sesión plenaria (Senado)
Comisión Mixta para el Estudio del problema de las drogas (Cortes Generales)
Comisión Mixta de Control de la RTVE (Cortes Generales)

Miércoles, 29 de noviembre
Sesión plenaria (Congreso)
Comisión de Sanidad y servicios sociales (Congreso)
Comisión de Fomento (Congreso)
Comisión de Cultura (Congreso)
Comisión de Igualdad (Congreso)
Comisión de Investigación sobre la crisis financiera (Congreso)
Comisión de Energía, turismo y agenda digital (I) (Congreso)
Comisión de Energía, turismo y agenda digital (II) (Congreso)
Sesión plenaria (Senado)
Comisión de Asuntos exteriores (Senado)
Comisión Conjunta de las Comunidades Autónomas y Constitucional (Senado)

Jueves, 30 de noviembre
Sesión plenaria (Congreso)
Comisión Constitucional (Congreso)
Comisión de Interior (Congreso)
Comisión para el Estudio del cambio climático (Congreso)
Comisión para Política integrades de discapacidad (Congreso)
Comisión Mixta de Seguridad nacional (Cortes Generales)


Esta es la agenda de trabajo prevista para esta semana en el Congreso y en el Senado Y desde este enlace pueden acceder al programa semanal que RTVE ofrece sobre la actividad parlamentaria.








Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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elblogdeharendt@gmail.com
La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

[Humor en cápsulas] Para hoy lunes, 4 de diciembre





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción.

En la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos en Canarias7, El Mundo, El País y La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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domingo, 3 de diciembre de 2017

[A vuelapluma] Las miserias de la política





Solía pensar que era por lo aburrido del paisaje -que aquí, en el Estado estadounidense de Indiana, es un campo deforestado, ondulante, cubierto de maíz en verano y de nieve en invierno-, que los letristas de canciones y autores de ficciones siempre se fijan en la supuesta belleza de sus cielos: los mosaicos de las nubes, el horizonte borrado por la llovizna, la claridad violeta de las noches de verano, el azul chillón del mediodía..., comenta en El Mundo el profesor Felipe Fernández Armesto, historiador y titular de la cátedra William P. Reynolds de Artes y Letras de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EEUU).

Acabo de darme cuenta, comienza diciendo, de que el encanto de los cielos de Indiana consiste en sus cambios constantes, que invocan a la fragilidad de la vida. El otro día quedé fascinado por un cielo azul pálido, manchado por una luz rosa y oro, que se desvaneció para ceder paso a la noche, dejándome con una profunda tristeza por saber que nunca volvería a ver su esplendor. La política es parecida: aunque no goza de placer estético, sus muestras son fugaces y dejan lamentos y miserias. Casi no vale la pena hacerle caso. Como dijo A. J. Balfour, el filósofo que llegó a ser primer ministro británico hace un siglo más o menos, en la política "poco cuenta y no hay nada que cuente por mucho".

Me atrae la idea de que la política suele ser poco importante. En mi vocación de historiador espero a que las noticias maduren durante varios siglos antes de interesarme por ellas. En EEUU es fácil convencerse de que mientras hay que seguir la trayectoria de la economía, las decisiones judiciales y la situación internacional, la política interna no vale sino como entretenimiento. Lo que hacen el presidente y el Congreso es retórica y comedia.

El sistema es tan esclerótico que la política queda estancada en debate sin generar efectos reales. Es una arena ideal para un payaso como Donald Trump, pero un campo poco digno de la atención de gente seria. Los que le teníamos miedo cuando Trump ganó las elecciones, hemos dejado de hacer caso al presidente. Cuando sale el tema en una reunión o una cena o un paseo por el campus, decimos "no hablemos de él" y nos consolamos pensando que no influye. Hasta cierto punto, esta actitud de descuido y complacencia es comprensible. Casi todos los retos del Trump candidato se han disuelto bajo el Trump presidente. No vamos a construir un muro contra México, ni exigir que los mexicanos nos lo paguen. No vamos a echar del país a los hijos de inmigrantes. No vamos a abandonar los acuerdos internacionales, ni siquiera el notorio tratado nuclear con Irán. Ni se va a desmantelar el sistema, por ineficaz que sea en EEUU, de bienestar social. No habrá guerra con Corea del Norte. Seguiremos manteniendo relaciones comerciales con China. Los impuestos de los pobres no subirán, ni se bajarán mucho los de los ricos. No se acabará con la independencia de los jueces, ni con la libertad de la prensa. A los agentes de policía no se les permitirá actuar sin exigir responsabilidad ante los tribunales. El presidente sigue escribiendo tuits pero, debido a su falta de habilidad política y el desacuerdo paralítico en el Congreso, no prospera ninguna de sus temibles propuestas.

Gracias a la Constitución, el presidente tiene pocas perspectivas de cumplir sus deseos. Por eso, se limita a sus tuits acerbos y frustrados de mal humor y peor gusto. Un sistema perfectamente equilibrado, que no favorece a ninguno de los órganos de gobierno, acaba sin cumplir nada. Entre los famosos "chequeos y balanzas" que limitan el poder ejecutivo y garantizan el equilibrio entre el administrativo, legislativo y los tribunales no hay sino lo poco que queda en el campo exclusivo del presidente. Sus decretos se hunden ante la oposición de los jueces. Sus proyectos legislativos quedan encallados en el Congreso. En el Congreso es casi imposible reunir una mayoría a favor de ningún cambio radical. Cualquier intento contra los derechos humanos de los inmigrantes suscita la conciencia colectivamente liberal del cuerpo judicial.

Quedan dos posibles salidas para un presidente dispuesto a trastornar el país. Tiene, en primer lugar, el derecho de declarar la guerra. Es inquietante pensar que a una persona tan inestable como Trump se le permita algo tan horrible. Pero es casi seguro que nunca lo ejerza, en parte por su inclinación personal a abrazar conflictos retóricos sin entrar en enfrentamientos violentos. A fin de cuentas, Trump es un hombre de negocios a quien le gusta conseguir tratos y cuyo libro más conocido -un largo panegírico de sí mismo- se llama El arte de la transacción. El presidente también tiene poder para nombrar jueces de los tribunales de apelación, y sobre todo del Tribunal Supremo. Lógicamente sus nombramientos son y seguirán siendo de gente conservadora. Pero no existe ningún motivo para pensar que eso llevará a decisiones contrarias a las preciosas libertades del modelo de vida norteamericana. La jurisprudencia es fiable en este país: los jueces, al nivel de los tribunales de apelación, son incorruptos y respetan la ley sin someterla a juicios personales. El caso de Anne Barrett, colega mía de la universidad de Notre Dame, donde es catedrática de derecho, es pertinente: acaba de conseguir la aprobación del senado a su nombramiento a pesar de las sospechas divulgadas por algunos senadores laicistas que temen que una católica ortodoxa podría intentar manipular la Ley del Aborto. La profesora Barrett insiste que un juez no debe, ni puede permitir que sus opiniones personales, sean religiosas o seculares, influyan en sus decisiones judiciales. Es probable que tarde o temprano la Ley del Aborto en EEUU se reforme para introducir más restricciones, pero no será por actos aislados de los tribunales sino por el lento cambio de la opinión pública que, debido a la progresiva mejora de la viabilidad de los fetos inmaduros, se inclina cada vez más por la defensa de los no nacidos.

Cuesta pensar que Trump sufre la inmovilidad de su propia política. Es una persona de intelecto primitivo, pero de cierta sagacidad política. Apuesta por estrategias populistas, no por compromisos personales. Por consolidar su apoyo entre la clase obrera blanca -que responde positivamente al grito contra elites-, minorías y extranjeros desgraciados, sin interesarse por la falta de logros concretos. El presidente debe saber que los deseos que proclama suelen ser imposibles o desastrosos. Le conviene no poder implementarlos si puede echar la culpa a los diputados o jueces de impedirlos.

Así que todos acabamos contentos: el presidente por fastidiar a sus amigos y gratificar a sus constituyentes; los jueces y diputados por poder felicitarse el triunfo de no hacer nada; los votantes a bajo nivel económico por poder molestar a las elites sin sufrir las consecuencias de la política populista que han votado; y los intelectuales por asegurarnos de que podemos escapar por los huecos en la dentadura del Leviatán. Como toda, ese sentido de seguridad es peligroso -lo que se llama en inglés el "paraíso de tontos"-. La gran amenaza de Trump no consiste en sus posibles contribuciones a la política estadounidense, sino en los efectos funestos de su influencia cultural. El guardián de la polis puede ser plebeyo o un gentil hombre, burgués o realeza, varón o hembra, del color o la religión que sea, pero es preciso que se comporte como una persona bien educada, civil y honrada, con respeto y "cortesía para todos". Cada vez parece más difícil conseguir líderes de la categoría deseable. Entre los presidentes de EEUU desde Eisenhower, todos menos Jimmy Carter, que era una persona cabal que sabía mantener la dignidad del oficio tanto como la simpatía de su propio carácter, han sido decepcionantes por su conducta sexual, o su mendacidad, o su corrupción, o su crudeza, o su egoísmo o simplemente su estupidez o, en el caso de Ronald Reagan, el mal gusto de su mujer. Al lado del Trump, todos parecen virtuosos y civilizados. Con su twitter repugnante, lleno de palabrotas y comentarios asquerosos dirigidos a ancianos y viudas, héroes y desgraciados, potentes y marginados, víctimas y vencedores, ha logrado ensuciar el diálogo político en este país. Si triunfa alguna política suya, no cabe duda de que podremos recuperarnos. Pero el envilecimiento de la vida política es irremediable. 



Dibujo de Ajubel para El Mundo



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




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[Tribuna de prensa] Lo mejor de la semana. Diciembre, 2017 (I)





Les dejo con los Tribuna de prensa que durante esta semana pasada he ido subiendo a Desde el trópico de Cáncer. Espero que les resulten interesantes, y que como decía Hannah Arendt les inviten a pensar para comprender y comprender para actuar. La vida, a fin de cuentas, no va de otra cosa que de eso. Se los recomiendo encarecidamente.


Domingo, 26 de noviembre
El trágala de cuponazo vasco, por Francisco Rosell
El panfleto de Savater, por Fernando Palmero
La encrucijada del progreso, por Javier Redondo
El caso Campbell, por Jesús Mota
Cloacas, por Manuel Vicent
Claridad, por Soledad Gallego-Díaz
La dignidad intacta, por Almudena Grandes
Poor devils, por Javier Marías
Los tres días que conmocionaron Cataluña, por X. Vidal-Folch y M. Noguer

Lunes, 27 de noviembre
¿Autocrítica?, por Ferrán Caballero
Las que están sin convencer, por Berta González de Vega
Demasiado tiempo perdido, por Rafa Latorre
Nos conviene que haya tensión, por Iñaki Gabilondo
La generación más estúpida, por Stephan Israel
El "Coco" en la red, por Ana Merino
La parálisis de la ira, por Antonio Navalón
Ciudadanos desguarnecidos, por Joaquín Estefanía
Tan difícil como necesaria, por Alfredo Pérez Rubalcaba
Las ventajas de un satélite espía, por Rosario G. Gómez
Un procés no tan europeísta, por Ariane Aumaitre

Martes, 28 de noviembre
Zurdos, por Félix de Azúa
El día 21, referéndum, por Iñaki Gabilondo
Peatón, siga la flecha, por Rubén Amón
Sub, por David Trueba
La belleza de las naciones, por Víctor Lapuente Giné

Miércoles, 29 de noviembre
Un Monedero transitivo, por Santiago González
Adoctrinar, por Francesc de Carreras
Visto para sentencia, por Iñaki Gabilondo
Limpieza, por Leila Guerriero
Estaciones, por Manuel Jabois

Jueves, 30 de noviembre
DUI ut des (el salvavidas del 155), por Teodoro León Gross
Todos contra Ciudadanos, por Rubén Amón
Escepticismo constitucional, por José Ignacio Torreblanca
Bajo el balcón de Ada Colau, por Iñaki Gabilondo
Los colmillos de Rivera, por Raúl del Pozo

Viernes, 1 de diciembre
Dios mortal, por Fernando Vallespín
La vía multilateral, por Jorge Galindo
Cien años de El Sol, por Antonio Elorza
Angustia, por Juan José Millás
¿Y si os espera la irrelevancia?, por Berna González-Harbour
Clases de polis, por Jorge M. Reverte
Chapapote británico, por Xavier Vidal-Folch
El régimen del 78, por Valentí Puig
A Trump le habla Dios, por Jan Martínez Ahrens

Sábado, 2 de diciembre
Intemperie, por Julio Llamazares
Las nuevas brujas, por Máriam Martínez-Bascuñán
Fil, por Fernando Savater
Negrín: Elogio de un hombre olvidado, por Aurora Nacarina-Brabo
Muerte de un supremacista, por Jorge Bustos

Y desde los enlaces de más abajo pueden acceder a algunos de los diarios y revistas más relevantes de España y del mundo, actualizados continuamente. Espero que los disfruten:

The Washington Post (EUA)
El País (España)
Le Monde (Francia)
The New York Times (EUA)
The Times (Gran Bretaña)
Le Nouvel Observateur (Francia)
Chicago Tribune (EUA)
El Mundo (España)
La Vanguardia (España)
Los Angeles Times (EUA)
Canarias7 (España)
El Universal (México)
Clarín (Argentina)
L'Osservatore Romano (Vaticano)
La Voz de Galicia (España)
NRC (Países Bajos)
La Stampa (Italia)
Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania)
Le Figaro (Francia)
Tages Anzeiger (Suiza)
Komsomolskaya Pravda (Rusia)
Excelsior (México)
Die Welt (Alemania)
El Nuevo Herald (EUA)
Revista de Libros (España)
Letras Libres (España)
Claves de Razón Práctica (España)
Cuadernos para el diálogo (España)
Litoral (España)
Jot Down (España)
Real Instituto Elcano (España)
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (España)
Der Spiegel (Alemania)
The New Yorker (EUA)
Política Exterior (España)
Cidob (España)
Concilium (España)
Le Monde Diplomatique (Francia)
Le Nouvel Afrique (Bélgica)
Time (EUA)
Life (EUA)
Revista Española de Ciencia Política (España)
Cambio16 (España)
Jeune Afrique (Francia)
Tiempo (España)
Historia y Política (España)
Newsweek (Estados Unidos)
Nature (Estados Unidos)
Historia National Geographic (España)
Paris Match (Francia)
Instituto Nacional de Estadística (España)
Para terminar, les dejo con los reportajes de El País con las mejores imágenes del 2016, las treinta fotos más representativas de los 40 años de vida del periódico, las fotos ganadoras del World Press Photo 2017, y las 12 fotos del año de National Geographic. Y como siempre, las mejores fotos de la semana que termina en El País. 




Maratón de Las Arenas, Perú. Noviembre, 2017



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt



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[Humor en cápsulas] Para hoy domingo, 3 de diciembre





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Pero también como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Yo no soy humorista, así que me quedo con la primera acepción.

En la medida de lo posible iré subiendo al blog cada día las viñetas de mis dibujantes favoritos: Morgan en Canarias7; Ricardo, Gallego y Rey e Idígoras y Pachi en El Mundo; El Roto, Forges, Peridis, Ros y Sciammarella en El País; y Montecruz, Padylla y Santy en La Provincia-Diario de Las Palmas. Disfruten de ellas. 





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: vámonos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





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sábado, 2 de diciembre de 2017

[A vuelapluma] La hora de los nacionalismos





Hoy, las banderas ya no solo ondean en Cataluña sino en el resto del Estado. PP y Ciudadanos van a pugnar por el voto más identitario, por lo que el nacionalismo puede convertirse en el principal campo de batalla de la política española, señala en El País el profesor Lluís Orriols, doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid.

Hasta hace pocas semanas, comienza diciendo el profesor Orriols, el debate en torno al llamado “problema catalán” provocaba entre la opinión pública española más sensación de desafecto que de preocupación. Sin embargo, tras los acontecimientos del 1-O se ha puesto de manifiesto que la cuestión territorial es, de entre las distintas piezas que componen la crisis política, la de mayor gravedad y trascendencia. Y así parece haberlo entendido la sociedad española. Según el último barómetro del CIS, la independencia de Cataluña se sitúa ahora como el segundo problema más importante de España, sólo por detrás del paro. Se trata de un cambio sustancial, pues hace apenas dos meses prácticamente nadie incluía esta cuestión como una de sus principales preocupaciones.

Aunque la gravedad de la crisis territorial empieza a calar ahora entre la sociedad española, esta cuestión lleva ya un lustro agitando la vida política catalana. El proceso soberanista ha provocado que los dos partidos tradicionalmente centrales en Cataluña, el PSC y muy especialmente CiU, hayan perdido esa transversalidad política que les permitía cosechar tan buenos resultados en el pasado. Ya nada queda de esa vieja Convergència que lograba en 2010 erigirse como la fuerza más votada tanto entre el electorado con identidad catalana como española. Hoy en Cataluña existe poco mestizaje político: cada comunidad nacional cuenta con su propio menú de partidos. La única fuerza política que, por ahora, aún mantiene un electorado relativamente transversal en lo identitario es Catalunya en Comú. Aunque la mayoría de sus apoyos tienen una identidad nacional mixta o española, aún conservan alrededor de un 40% de sus bases con una identidad catalana.

Desde inicios de septiembre, el debate identitario ha cruzado definitivamente las fronteras catalanas y ha empezado a impregnar la vida política del conjunto de España. La crisis territorial ha conseguido monopolizar la agenda política del país y todo indica que seguirá marcando de forma determinante las coordenadas del debate político en los próximos meses. La política española parece dirigirse, pues, hacia una etapa en la que la competición política se dirimirá en el terreno de las identidades nacionales.

A priori, podría pensarse que este nuevo escenario es favorable para los intereses del PP, pues este partido suele sentirse más cómodo compitiendo en la dimensión nacionalista que en la clásica lógica izquierda-derecha. En el pasado, el uso de un discurso más de corte identitario le sirvió al PP para romper las filas socialistas. Por ejemplo, en 2008 el PP de Rajoy logró crecer a costa del PSOE en un contexto particularmente marcado por el debate en torno al Estatut de Cataluña y la tregua de ETA. Entonces, el Partido Socialista pudo compensar esas fugas gracias a recibir un voto estratégico anti-PP procedente del entorno de IU y de los partidos nacionalistas periféricos, algo que hoy resultaría más difícil de lograr.

En esta ocasión existen al menos tres motivos para pensar que el PP puede tener mayores dificultades para obtener réditos electorales de la confrontación entre Cataluña y España. En primer lugar, el PSOE, consciente de su debilidad en ese terreno, ha intentado evitar la confrontación directa con el PP. Por tanto, no es de esperar que la crisis territorial abra ahora grietas preocupantes entre las bases socialistas. En segundo lugar, el PP está hoy en el Gobierno y, por consiguiente, sujeto a la rendición de cuentas por su gestión. No es descartable que la gravedad de la crisis catalana pueda acabar pasando factura al PP si el gobierno pierde el control de la situación. El referéndum ilegal del 1-O dejó patente hasta qué punto el proceso soberanista puede llegar a desbordar al Gobierno central. Puede que la próxima legislatura el movimiento soberanista renuncie a la unilateralidad, pero aún así la crisis catalana sigue siendo un campo de minas para el ejecutivo central.

Pero el factor clave que puede dificultar al PP beneficiarse electoralmente de la crisis territorial catalana es la existencia de un nuevo competidor en la dimensión nacionalista: Ciudadanos. Desde su irrupción en la política catalana en 2006, Ciudadanos goza de una acreditada y solvente hoja de servicios en su lucha contra el nacionalismo catalán. Según su manifiesto fundacional, Ciudadanos nacía con el fin de atender a esa izquierda no nacionalista que se sentía huérfana de opciones políticas debido al perfil catalanista del PSC. Desde entonces, Ciutadans ha cosechado numerosos éxitos electorales, arañando votos inicialmente del PSC, más tarde del PP y finalmente de CiU tras el inicio del proceso soberanista.

Sin embargo, cuando Ciudadanos empezó a expandirse por el resto del Estado, lo hizo con un perfil marcadamente distinto del de sus inicios. Este partido quiso presentarse ante la opinión pública española como un partido reformista, cuyo objetivo era esencialmente la regeneración democrática e institucional del país. Así pues, el éxito inicial de Ciudadanos en la política española nada tuvo que ver con su tradicional discurso antinacionalista catalán. De hecho, el ascenso de Ciudadanos en las elecciones generales de 2015 no se explicó por cuestiones relacionadas con la identidad nacional sino que respondió esencialmente a la desafección política y al hartazgo con la corrupción y la política tradicional.

El terremoto político generado por el proceso soberanista ha situado la cuestión catalana en el centro de la agenda política. Ahora la lucha entre PP y Ciudadanos parece estar desplazándose al terreno de las identidades nacionales. Ciudadanos tiene ahora la oportunidad de recurrir a su tradicional pedigrí antinacionalista catalán para ganar votos no solo en Cataluña sino también en el resto del Estado. No hay duda de que el PP es plenamente consciente de la amenaza que supone Ciudadanos si los sentimientos nacionales empiezan a impregnar la competición partidista en el conjunto de España. Es por este motivo que el Gobierno de Mariano Rajoy ha intentado a toda costa monopolizar el patrimonio del 155 y evitar que Ciudadanos cobre cualquier tipo de protagonismo en la actual crisis catalana.

En definitiva, hoy las banderas ya no solo ondean en los balcones de Cataluña sino que también empiezan a asomarse en los del resto del Estado. Nos dirigimos hacia una nueva etapa en la que las identidades nacionales podrían cobrar un protagonismo sin precedentes en nuestro país. Durante los próximos meses deberemos estar particularmente atentos a la nueva pugna abierta entre PP y Ciudadanos para hacerse con el voto más identitario. De mantenerse la crisis catalana, el nacionalismo podría convertirse en el principal campo de batalla de la política española.



Dibujo de Eulogia Merle para El País


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