domingo, 23 de junio de 2019

[ESPECIAL DOMINGO] Inteligencia artificial





¿La inteligencia artificial supone progreso o retroceso?, se pregunta en El País la profesora Carissa Véliz, investigadora en el Uehiro Centre for Practical Ethics y el Wellcome Centre for Ethics and Humanities de la Universidad de Oxford. No avanzaremos si el futuro digital perpetúa los errores del pasado, dice. Si por cada euro que se invierte en nuevos algoritmos se invirtiera otro en regulación, habría más razones para ser optimistas sobre el porvenir.

Uno de los mayores riesgos de la inteligencia artificial, comienza diciendo Véliz, es que perpetúe los errores y prejuicios del pasado, camuflándolos bajo un barniz de objetividad. Los sistemas de inteligencia artificial se entrenan a partir de datos que reflejan las decisiones que hemos tomado en el pasado. Cuando la inteligencia artificial de reclutamiento de Amazon discriminó a las mujeres, no fue porque los hombres fueran mejores candidatos para los trabajos disponibles. A través de una base de datos que contenía un historial de contratación, Amazon le enseñó a su sistema que la empresa ha preferido contratar a hombres durante los últimos 10 años. En otras palabras, el algoritmo perpetuó un prejuicio sexista que estaba grabado en los datos del pasado.

PredPol, el sistema de inteligencia artificial utilizado por la policía en Estados Unidos, tiene problemas similares. En vez de predecir crímenes, que es lo que se supone que tendría que hacer, reproduce hábitos policiacos. Ahí donde patrulla la policía, encuentran crímenes que dan a procesar al algoritmo, que a su vez recomienda que se continúe patrullando las mismas zonas. Las áreas en donde hay mayor presencia policial, y en consecuencia más arrestos, son zonas pobladas por minorías. El resultado es que estas minorías están siendo indirectamente discriminadas.

Una de las grandes falacias asociadas al optimismo sobre el big data es creer que cuantos más datos tengamos, mejor. Habría que revisitar las palabras del poeta T. S. Eliot, que escribió: “¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento? ¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido con la información?”. Recolectar más datos no garantiza que sean precisos, ni que estén actualizados y sean relevantes para cumplir nuestros objetivos, ni mucho menos que seamos capaces de poner esos datos al servicio de la justicia, la democracia, la igualdad y el bienestar.

Se dice que el big data va a revolucionar la ciencia. De momento, la inteligencia artificial manifiesta más estupidez que inteligencia. Entre otras muchas limitaciones, la inteligencia artificial solo es capaz de rastrear correlaciones, lo que no necesariamente nos lleva a entender mejor las relaciones de causa y efecto que gobiernan la realidad. El que los algoritmos detecten correlaciones es otro elemento que los hace resistentes a reconocer o impulsar cambios. Dos elementos que han estado correlacionados en el pasado (por ejemplo, ser mujer y tener un trabajo mal pagado) no tienen por qué estar correlacionados en el futuro, pero si nuestros algoritmos nos llevan a actuar como si las correlaciones fueran una verdad objetiva e inmutable, es más probable que la inteligencia artificial no genere predicciones neutrales, sino profecías autocumplidas.

También se cree que el big data tiene el potencial de eliminar los sesgos en las decisiones humanas; de momento, como hemos visto, parece que está incrementando los sesgos y solidificando el statu quo.

Un factor que posibilita los cambios sociales es la capacidad humana de olvidar aquello que nos ata al pasado. En su magnífico libro Delete, Viktor Mayer-Schönberger argumenta que tener una memoria perfecta, ya sea como individuos o como sociedad, puede ser un obstáculo para cambiar a mejor. Nuestra memoria biológica es un sistema fantástico de filtración y organización de la información: recordamos lo importante, olvidamos lo insignificante, reconstruimos el pasado constantemente a la luz del presente, y le damos diferentes valores a diferentes memorias. La memoria digital lo recuerda todo sin reinterpretarlo ni valorarlo; es la antítesis de nuestra memoria biológica, forjada a través de milenios de evolución. Las consecuencias de no poder olvidar pueden ser desastrosas.

Si no somos capaces de olvidar los errores que alguien ha cometido (y todos cometemos errores), o por lo menos de tenerlos menos presentes, es difícil que podamos darle una segunda oportunidad. Es verdad que no hay que olvidar las lecciones del pasado, pero aprender de la historia no es lo mismo que mantener un registro de cada infracción que cada persona comete. Lo segundo lleva a tener una sociedad implacable, rígida, que eterniza las injusticias del pasado. Por eso el derecho al olvido es tan importante, y un acierto del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

Otro factor necesario para posibilitar cambios es la capacidad humana de tener consciencia social. Los seres humanos somos seres sintientes y agentes morales. Como seres sintientes, sabemos lo que es el sufrimiento y el bienestar en nuestra piel, y somos capaces de sentir empatía con otros que sufren. Como agentes morales, entendemos las consecuencias que nuestras acciones pueden tener en otros. Comprendemos que en ocasiones hay que hacer una excepción a la regla —cuando la regla no abarca todos los casos posibles o cuando una persona merece una segunda oportunidad—. Somos capaces de reflexionar sobre nuestros valores y actuar en consecuencia.

Los algoritmos no son ni seres sintientes ni agentes morales. Son incapaces de sentir dolor, placer, remordimiento o empatía. Son incapaces de entender las consecuencias de sus acciones —solo los seres que pueden experimentar dolor y placer pueden entender lo que significa infligir dolor o causar placer. Los algoritmos no tienen valores ni son capaces de hacer una excepción a la regla. No toman en cuenta que en muchas ocasiones las transgresiones humanas son producto de la injusticia (la falta de oportunidades que lleva al crimen, por ejemplo). No pueden reflexionar sobre el tipo de vida que quieren llevar, o el tipo de sociedad en la que quieren vivir, y actuar en consecuencia. Un coche autónomo no puede decidir andar menos kilómetros para no contaminar. Un robot de guerra no puede convertirse en pacifista después de reflexionar sobre las consecuencias de los conflictos armados. Los algoritmos no pueden tener consciencia social.

Es una trampa creer que la tecnología puede resolver por sí misma problemas que son fundamentalmente éticos y políticos. El reto más importante que tenemos por delante es uno de gobernanza. Si por cada euro que se invierte en inteligencia artificial se invirtiera otro euro en regulación y gobernanza, tendríamos más razones para ser optimistas sobre el futuro digital. Ahora mismo, los incentivos premian el uso de la inteligencia artificial para tomar decisiones. Si las instituciones usan algoritmos para tomar decisiones, se ahorran dinero al tener que pagar menos sueldos, pueden defender sus decisiones como si fueran objetivas, y si algo sale mal, pueden culpar al algoritmo. Cuando quienes más arriesgan (los ciudadanos a merced de los algoritmos) son diferentes que quienes más se benefician de ese riesgo (las empresas, los Gobiernos), se crean asimetrías de poder. El papel de los reguladores es asegurarse de que los incentivos de las instituciones estén alineados con los intereses de la población. Si la inteligencia artificial daña a los ciudadanos, tiene que haber consecuencias proporcionales para las personas responsables de ese algoritmo.

A pesar de su complejidad, los algoritmos no son más que herramientas, y los agentes morales somos totalmente responsables de las herramientas que creamos y utilizamos. Si dejamos que los algoritmos decidan basándose en datos del pasado, seremos responsables de repetir nuestros errores, de frenar el progreso social a tal punto que empecemos a retroceder.



Dibujo de Eulogia Merle para El País



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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[TRIBUNA DE PRENSA] Lo mejor de la semana. Junio, 2019 (IV)





Dicen que elegir es descartar, y estoy acuerdo con ello. Aquí les dejo algunos de los artículos de opinión publicados en la prensa diaria que durante la pasada semana he ido subiendo al blog en la columna Tribuna de prensa. Asumo la responsabilidad de su elección y de la posibilidad de equivocarme. Como dijo Hannah Arendt, espero que les inviten a pensar para comprender y comprender para actuar, pues la vida, a fin de cuentas, no va de otra cosa: pensar, comprender, actuar. Se los recomiendo encarecidamente. Creo que merecen la pena, pero si no es así, la próxima vez acertaré. Les dejo con ellos:

El viaje, por Fernando Savater
Democracia frente a Derecho, por Victorio Magariños
Y vuelta a empezar, por José Ignacio Torreblanca
Un héroe a la vista, por Lola Pons
He vivido tan poco, por Elvira Lindo
La gran traición, por Javier Cercas
Fatiga de la compasión, por Elvira Lindo
Pactópolis, por Fernando Vallespín
¡Votad hasta que acertéis!, por Joaquín Estefanía
Casta puta, por Arcadi Espada
Peste, por Almudena Grandes
Cordones desatados, por Álex Grijelmo
Así de simple, así de triste, por Mariola Urrea
Sanchez y el perro de Alcibíades, por Francisco Rosell
Por qué sintieron que Carmena les falló, por Berna González Harbour
Dios lo ve, por Félix de Azúa
Amaños, por Enrique Gil
Ciudadano Albert, por Víctor Lapuente
Los acallados, por David Trueba
Pacta sunt, por Arcadi Espada
¿Quo vadis, Rivera?, por Fernando Salgado
Mirage en vuelo rasante, por Enric Juliana
Triflácida, por Rafa Latorre
Independentismos, por Fèlix Riera
Valls, el príncipe que era una rana, por César Casal
Demasiados change.org, por Quim Monzó
Baremos para juzgar a un rey, por Fernando Ónega
Unicornios nacionalistas, por José Fernández-Albertos
Los dilemas (suicidas) de Ciudadanos, por Félix Ovejero
Cómplices de la contaminación, por Jesús Mota
El DNI del califa Abderamán, por César Rodríguez
Una cuestión personal, por Rubén Amón
¿Saben?, por Leila Guerriero
Dicen puta, por David Gistau
El alma de Mr. Ripley, por Antonio Lucas

Y desde los enlaces de más abajo puede acceder a algunos de los diarios y revistas más relevantes de España, Europa y el mundo, actualizados continuamente.
El País (España)
Le Monde (Francia)
The Times (Gran Bretaña)
El Mundo (España)
Gazeta Wyborcza (Polonia)
La Vanguardia (España)
Canarias7 (España)
El Universal (México)
Clarín (Argentina)
La Voz de Galicia (España)
NRC (Países Bajos)
La Stampa (Italia)
Le Figaro (Francia)
Tages Anzeiger (Suiza)
Excelsior (México)
Die Welt (Alemania)
El País Semanal (España)
Revista de Libros (España)
Letras Libres (España)
Litoral (España)
Jot Down (España)
Der Spiegel (Alemania)
Política Exterior (España)
Cidob (España)
Concilium (España)
Le Nouvel Afrique (Bélgica)
Time (EUA)
Life (EUA)
Cambio16 (España)
Jeune Afrique (Francia)
Tiempo (España)
Newsweek (Estados Unidos)
Nature (Estados Unidos)
Paris Match (Francia)
National Geographic (Estados Unidos)
Expresso (Portugal)
Les Temps Modernes (Francia)

Y como siempre, para terminar, las mejores fotos de la semana de los corresponsales en todo el mundo del diario El País. 



Paso fronterizo entre Ciudad Juárez (México) y El Paso (EE. UU.)



Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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[PARLAMENTO] Diario de Sesiones. Junio, 2019 (IV)





Las Cortes Generales representan al pueblo español y están conformadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución. 

En los Diarios de Sesiones de las Cámaras se reflejan literalmente los debates habidos en los plenos y las comisiones respectivas y las resoluciones adoptadas en cada una de ellas. Los demás documentos parlamentarios: proyectos de ley, proposiciones de ley, interpelaciones, mociones, preguntas, y el resto de la actividad parlamentaria, se recogen en los Boletines Oficiales del Congreso de los Diputados y del Senado. 

Desde este enlace pueden acceder a toda la información parlamentaria de la presente legislatura, actualizada diariamente. Les recomiendo encarecidamente que la exploren con atención si tienen interés en ello. Y desde estos otros a las páginas oficiales de las principales instituciones políticas nacionales, europeas y locales:



INSTITUCIONES EUROPEAS


INSTITUCIONES LOCALES


Desde estos otros enlaces pueden acceder a los Diarios de Sesiones de los plenos de ambas cámaras, así como a los de sus comisiones y los de las mixtas de las Cortes Generales, habidas en la semana precedente: 

I. CORTES GENERALES
(Sin sesiones)

II. CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
(Sin sesiones)

III. SENADO 
(Sin sesiones)

Y desde estos otros a las agendas previstas para la semana próxima tanto en el Congreso como en el Senadoa los programas Audiencia abierta  Parlamento que RTVE ofrece semanalmente sobre las actividades de la Casa Real y la vida parlamentaria, al blog de las Cortes Generales dedicado a la Conmemoración del 40º aniversario de la Constitución, y en esta ocasión, a los Boletines Oficiales de las Cortes Generales con la composición de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados y de la Junta de Portavoces del mismo, a más declaraciones de bienes y servicios de diputados de la XII y la XIII legislatura, y al comunicado del Rey a la presidenta del Congreso de los Diputados proponiendo a don Pedro Sánchez como presidente del Gobierno





Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt 



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[SONRÍA, POR FAVOR] Al menos hoy domingo, 23 de junio





El Diccionario de la lengua española define humorismo como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. También, como la actividad profesional que busca la diversión del público mediante chistes, imitaciones, parodias u otros medios. Un servidor de ustedes tiene escaso sentido del humor, aunque aprecio la sonrisa ajena e intento esbozar la propia. Identificado con la primera de las acepciones citadas, en la medida de lo posible iré subiendo periódicamente al blog las viñetas de mis dibujantes favoritos en la prensa española. Y si repito alguna por despiste, mis disculpas sinceras..., aunque pueden sonreír igual. 


















Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt






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