lunes, 21 de marzo de 2016

[Píldoras literarias] "Trece", de Pía Barros






La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción de los minirrelatos. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración. Ocurre, sin embargo, que tal noción es eminentemente subjetiva. Se puede considerar breve un relato de ocho o diez páginas, pero también lo será uno de un par de páginas, e igualmente, y con mayor razón, algún texto de extensión aún menor, que podremos describir en función de un determinado número máximo de líneas o de palabras, y no de páginas ni de párrafos. 

Pesan en este sentido la tradición de una literatura, y también la implícita comparación -casi instintiva, casi subconsciente- que formulamos con otros textos que conocemos, o bien con lo que se considera cuento o relato en nuestra propia literatura o en una distinta de ella. ¿Habremos de aceptar una categoría nueva, la del microrrelato brevísimo o hiperbreve, aunque el nombre resulte redundante? ¿O bien entenderemos que hay casos en que el escritor extrema alguna de las características que también tienen otros textos de este tipo, y ese hecho es percibido por el lector como un factor de diferenciación? Ustedes deciden. 

Continúo hoy la serie Píldoras literarias con el relato titulado Trece, de Pía Barros (1956), escritora chilena conocida especialmente por sus cuentos, y perteneciente a la denominada generación de los 80. Estudió pedagogía en Santiago y allí asistió al taller de Carlos Ruiz-Tagle, quien la recomendaría que abandonara la aventura poética y se dedicara a la narrativa. Ha sido profesora visitante en la Universidad de Oregón, Estados Unidos. Sus cuentos han sido publicados en más de treinta antologías, tanto de Chile, como del extranjero compartiendo publicación con nombres como Roberto Bolaño, Antonio Skármeta e Isabel Allende.

Su relato, incluido en la obra A horcajadas (1990), tiene veintisiete palabras, y dice así:

***

TRECE

Me encantas, bruja, en tu vuelo nocturno. 
Así le dijo, lo que siempre había querido escuchar. 
Pero siguió de largo. Era el día de los malos augurios.


***



Pía Barros


***



Disfruten de él. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




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[Reedición] Las lágrimas de Marianne. Atentados terroristas en París






Marianne: Símbolo de la República Francesa 



"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente y conservan su título, fecha y numeración original. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

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À mes amies françaises, depuis 1963,
Georgette Crespin, Marie-Claude Bonté et Françoise Selosse, 
toujours à mon coeur 

Una semana después de los atentados terroristas en París a los redactores del semanario satírico Charlie Hebdo y un supermercado de comida judía en la Porte de Vincennes, saldados con veinte muertos, tres de ellos policías, e incluidos los tres terroristas abatidos por las fuerzas de seguridad, puede ser ya un buen momento para una recapitulación serena sobre lo sucedido y echar una mirada a lo que se ha dicho en España y algunos otros lugares sobre ello. 

En España los acontecimientos fueron seguidos con expectación, pero la respuesta ciudadana en apoyo de los ciudadanos franceses víctimas del terrorismo islamista no ha sido la que cabía esperar. ¿Por qué? No tiene una explicación racional si nos atenemos al hecho de que precisamente España es el país europeo más castigado por el terrorismo islamista, al menos en el número de víctimas. Resaltaba el hecho el escritor Luis Prados en un artículo en El País titulado "Todos somos Excalibur", en el que señalaba que las pequeñas concentraciones de residentes franceses en nuestro país o de la comunidad musulmana en Madrid o la iniciativa de un grupo de dibujantes en Galicía palidecían de vergüenza en comparación con las multitudes reunidas en Londres, Washington, Berlín y otras capitales. Resulta dramático, concluye su artículo, que parezca que los españoles estimen en tan poco su libertad que den más valor a la vida de un perro (Excalibur, el perro de la enfermera infectada de ébola, sacrificado por orden de las autoridades sanitarias) que a la de diecisiete víctimas del terrorismo. 

También el domingo pasado, en su crónica semanal en El País, la escritora Elvira Lindo escribía un corrosivo artículo titulado "¿Respeto o miedo?", reivindicando el derecho de humoristas y viñetistas a tomarse la religión y el poder a cachondeo sin tener que arriesgar sus vidas e invitándoles a tomar el relevo de los periodistas asesinados en la redacción de Charlie Hebdo sin tener que hacer repaso acerca de las posiblesa las culpas de Occidente, como ha hecho ese impresentable personaje que es el actor español Willy Toledo o el (¿negacionista?, ¿conspiranóico?) profesor estadounidense, Paul Craig Roberts, del que hablo más adelante.

El viernes, 9 de enero, el escritor y periodista canadiense David Brooks, escribía en The New York Times, El País y otros diarios, un clarificador artículo, "Yo no soy Charlie Hebdo", en el que apuntaba que quizá era este un buen momento para adoptar posturas menos hipócritas hacia nuestras propias figuras provocadoras, que concluía con estas palabras: "Las sociedades sanas no silencian el discurso, pero conceden un estatus diferente a los distintos tipos de personas. A los eruditos sabios y considerados se les escucha con gran respeto. A los humoristas se les escucha con un semirrespeto desconcertado, A los racistas y a los antisemitas se los escucha a través de un filtro de oprobio y falta de respeto. La gente que desea ser escuchada con atención tiene que ganárselo mediante su conducta. La masacre de Charlie Hebdo debería ser una oportunidad para poner fin a las normas sobre el discurso. Y debería recordarnos que desde el punto de vista legal tenemos que ser tolerantes con las voces ofensivas, aunque seamos selectivos desde el punto de vista social".

Ese mismo día y de nuevo en El País, el premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa publicaba un artículo con el mismo título que se se había convertido ya en el más fuerte alegato contra los terroristas de París: "Je suis Charlie Hebdo", que comenzaba diciendo: "Creo que lo que ha ocurrido en París en estos días es no sólo un hecho horrible que pone los pelos de punta por su crueldad y salvajismo sino también una escalada en lo que es el terror. Hasta ahora mataban personas, destruían instituciones, pero el asesinato de casi toda la redacción de Charlie Hebdo significa todavía algo más grave: querer que la cultura occidental, cuna de la libertad, de la democracia, de los derechos humanos, renuncie a ejercitar esos valores, que empiece a ejercitar la censura, poner límites a la libertad de expresión, establecer temas prohibidos, es decir, renunciar a uno de los principios más fundamentales de la cultura de la libertad: el derecho de crítica".

Y con la misma fecha la escritora y profesora neerlandesa de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard, Ayaan Hirsi Ali, escribía para Global Viewpoint un artículo titulado "Cómo responder al atentado de París", que también reproducía El País, en el que decía: "Cuanto más conciliamos y nos autocensuramos más audaz se vuelve el enemigo [...] Después de la horrenda masacre del miércoles en el semanario satírico francés Charlie Hebdo, tal vez Occidente renuncie por fin a la abundante retórica inútil con la que intenta negar la relación entre la violencia y el islam radical. No fue el ataque de un pistolero perturbado que actuaba como un lobo solitario. No fue una agresión “no islámica” perpetrada por un puñado de matones: se pudo oír cómo los criminales gritaban que estaban vengando al profeta Mahoma. Tampoco fue una acción espontánea. Había sido planeada para causar el mayor daño posible durante una reunión del equipo, con armas automáticas y con un plan de huida. Fue diseñada para sembrar el terror, y en ese sentido, ha funcionado".

Un día antes, el profesor y filósofo español Manuel Cruz, en su blog Filósofo de guardia, escribía otro artículo sobre el atentado contra Charlie Hebdo: "Al enemigo ni agua (o los peligros del diálogo)", en el que señalaba: "El prestigio de las ideas, como tantas otras cosas en el mundo actual, es algo extremadamente volátil. La idea de diálogo, por ejemplo, hace tiempo que se encuentra en horas bajas. Son muchos los que, desde posiciones que en principio se diría muy alejadas, coinciden en desdeñarla, cuando no en criticarla abiertamente. En especial por la connotación blanda, humanistoide, buenista que suele ofrecer. Frente a ello, la actitud presuntamente firme, coherente, rotunda, goza de saludable imagen. [...] Quien es de veras radical es el que se atreve a medirse con el otro, lo que no deja de ser una forma de medirse con uno mismo. Dialogar es una forma de beneficiarse de lo mejor del otro, tanto como de enriquecerlo con nuestros aciertos".

Casi voy terminando con este repaso selectivo de los dicho sobre los atentados islamistas de París. El escritor y periodista español Ilya U. Topper escribía desde Estambul para el diario electrónico El Confidencial un durísimo alegato titulado "Respetando a los caníbales: Europa es cómplice del fundamentalismo islámico" en el que decía: "Europa ha fomentado de forma activa y continua, de forma criminal, las corrientes más extremistas del islam, financiadas desde Arabia Saudí, Qatar, Kuwait y sus vecinos gracias a la marea del petróleo [...] La izquierda probablemente desgastará sus últimos cartuchos de tinta en intentar convencerse a sí misma de que el islam de los saudíes es diferente, exótico, intocable, digno de todo respeto como cualquier rito de una lejana tribu caníbal. [...] Europa, sus gobiernos, sus pensadores, sus demagogos, -termina diciendo- son el aliado necesario para los dirigentes de la hegemonía islamista financiada con petrodólares cuyo objetivo es convertirse en dueños absolutos de esa sexta parte del globo habitada por musulmanes, o personas forzadas por ley a considerarse musulmanes. Dueños absolutistas, por encima de las críticas, las parodias, las sátiras y las consideraciones de derechos humanos. Esto nada tiene que ver con una islamización de Occidente. Europa no es víctima. Es cómplice".

Contrapunto a las opiniones anteriormente expresadas, el politólogo estadounidense Paul Craig Roberts, exsubsecretario del Tesoro bajo la presidencia de Ronald Reagan, se sumaba en su blog a la teoría conspiranoica tan del gusto de la televisión de Putin (que no ha desaprovechado la oportunidad de oro que se le ofrecía) atribuyendo la autoría intelectual de los atentados de París a indeterminados servicios secretos occidentales,  No hay prueba alguna de la misma y las evidencias dicen lo contrario, pero ¿qué importan las evidencias cuando contradicen nuestros deseos?

Marianne, la matrona símbolo de la República Francesa llora y honra a las víctimas de los atentados del 7, 8 y 9 de enero. Sus lágrimas nos estremecen, pero ¿y ahora, qué hacer?. Los gobiernos de la Unión Euopea se han apresurado a anunciar medidas de control dentro y sobre las fronteras de la Unión en aras de la seguridad. Al lema de la República: Libertad, Igualdad y Fraternidad ¿pretenderán añadirle un cuarto:  Seguridad? Bien, pero no en detrimento de la Libertad. Decía Thomas Jefferson, padre de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América y tercer presidente del país, que quien sacrifica su libertad a su seguridad acabará más o menos tarde por perder ambas. 

No es casualidad, no puede serlo, que la libertad ocupe el primer lugar del lema del republicanismo, por delante de la igualdad y la fraternidad (solidaridad, diríamos ahora). También aquí podemos aducir la experiencia de la historia: libertad, igualdad y solidaridad están en un mismo plano, sí, pero tenemos que tener claro cual es la prioridad: no hay igualdad que valga sin libertad. Lo contrario es la igualdad del comunismo, de las experiencias totalitarias habidas, y quizá por haber. No hay igualdad posible sin libertad, pero conseguir la igualdad es sencillísmoi, basta con suprimir las libertades... y todos esclavos. Ya lo han intentado varias veces en el pasado siglo, y funcionó. En todo caso, como ha dicho el primer ministro francés, Manuel Valls, no estamos en una guerra de religiones, sino en una guerra contra el terrorismo y el fanatismo.

Al final de su libro "La invención de los Derechos Humanos" (Tusquets, Barcelona, 2009), la historiadora y profesora estadounidense de la Universidad de California en Los Ángeles, Lynn Hunt, dice: "La violencia (¿terrorista?) dista mucho de ser excepcional o reciente; judíos, cristianos y musulmanes llevan mucho tiempo tratando de explicar porqué el Caín bíblico mató a su hermano Abel. A medida que han pasando los años desde las atrocidades nazis, estudios detenidos han mostrado como seres humanos corrientes, sin anormalidades psicológicas ni apasionadas convicciones políticas o religiosas podían ser inducidas en circunstancias apropiadas a cometer con sus propias manos lo que sabían que eran asesinatos en masa. Todos los torturadores de Argelia, Argentina y Abu Ghraib también empezaron siendo soldados corrientes. Los torturadores y los asesinos son como nosotros, y con frecuencia infligen dolor a personas que tienen delante. [...] El marco de los derechos humanos, con sus organismos internacionales, sus tribunales internacionales y sus convenciones internacionales, podría resultar exasperante dada la lentitud conque responde o la repetida incapacidad de alcanzar sus objetivos últimos; sin embargo -añade la profesora Hunt- no disponemos de ninguna estructura mejor para afrontar estos asuntos. Los tribunales y las organizaciones gubernamentales, por muy internacional que sea su ámbito, siempre se verán obstaculizadas por consideraciones geopolíticas. La historia de los derechos humanos demuestra que al final la mejor defensa de los derechos son los sentimientos, las convicciones y las acciones de multitudes de individuos que exigen respuestas acordes con su sentido interno para la indignación". 

Termino. Desde este enlace del diario El País pueden acceder a un listado actualizado día a día y permanentemente de todos los artículos publicados hasta la fecha, y que se vayan publicando en lo sucesivo en el mismo, sobre los atentados de París.

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




La portada de hoy de "Charlie Hebdo"




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Publicada originariamente con fecha 13 de enero de 2015

domingo, 20 de marzo de 2016

[Humor en domingo] Hoy, sin palabras, por descanso del personal. Con viñetas de Forges





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Disfruten de ellas. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




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[Reedición] ¿Hola?, ¿Europa? ¿Hay alguien ahí?



Estrasburgo, capital parlamentaria de la Unión Europea



"Reedición" es una nueva sección del blog dedicada a reproducir antiguas entradas que tuvieron cierto predicamento en su momento entre los lectores de Desde el trópico de Cáncer. Estas entradas se publican diariamente y conservan su título, fecha y numeración original. Disfrútenla de nuevo si lo desean. 

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A la memoria de 
mi profesor en la UNED, 
don Enrique Fuentes Quintana

Si en algún momento me rondó la cabeza el presuntuoso pensamiento de que mi "Carta abierta al presidente del parlamento europeo", publicada en este blog hace unos días, iba a causar un efecto similar a la del famosísimo "J'accuse" de Émile Zola en el diario L'Aurore de París el 13 de enero de 1898, me equivoqué de medio a medio: apenas un centenar de lectores, un par de comentarios de amigos incondicionales, y ninguna respuesta, ni siquiera protocolaria, de su destinatario: el presidente del parlamento europeo, al que le fue remitida directamente, ni tampoco de los otros destinatarios de la correspondiente copia: el presidente del Consejo Europeo, el Defensor del Pueblo Europeo y la dirección del grupo parlamentario Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. Ni uno... Ni por mera cortesía hacia el elector. Así, pues, pregunto de nuevo: ¿Hola?, ¿Europa? ¿Hay alguien ahí?... Más adelante volveré sobre la infantil e ingenua -por lo que se ve- pretensión que me movió a a publicar la citada carta. De momento voy a tomar prestada las palabras de otros para intentar ver que está pasando en el seno del proyecto europeo.

Mi amigo Mark de Zabaleta, economista, residente en Ginebra (Suiza), suele citar en su magnífico blog una frase del profesor John Kenneth Galbraigth (1908-2006) que ha hecho fortuna: "Hay dos clases de economistas, los que no saben nada y los que no saben ni eso". Un servidor, a pesar de haber estudiado y aprobado con nota la asignatura de Economía Política con el profesor Fuentes Quintana y famoso libro de Paul A. Samuelson (1915-2009) forma parte de los primeros, de los que no saben nada, así que para enterarme de algo de lo que se cuece en esa pretendida ciencia tengo que recurrir, forzosamente, a lo que dicen otros. Por ejemplo, el premio nobel de Economía y profesor estadounidense de la Universidad de Columbia Joseph E. Stiglitz (1943). 

Hace unos días el profesor Stiglitz publicaba en el diario El País un artículo titulado "Europa y su momentánea sinrazón" en el que señalaba que, contrariamente a lo que estaba ocurriendo en Estados Unidos a este lado del Atlántico había pocas señales de, incluso, una recuperación modesta. La brecha entre donde Europa está y donde habría estado en ausencia de la crisis -dice en él- sigue creciendo. Una media década perdida -añade- que se está convirtiendo rápidamente en una década entera perdida. Detrás de las frías estadísticas las vidas se arruinan, los sueños se desvanecen, y las familias se desintegran (o no se forman) a la par de que el estancamiento —que llega a ser depresión en algunos lugares— se arrastra año tras año. Peor diagnóstico, imposible.

El caos actual, dice más adelante, viene de la ya desacreditada creencia de que los mercados funcionan bien sin ayuda. Sin embargo, añade, Europa no es una víctima: su malestar es autoinfligido a causa de una sucesión sin precedentes, de malas decisiones económicas, comenzando por la creación del euro. Si bien el euro se creó con la intención de unir a Europa, finalmente, lo que hizo fue dividirla; y, debido a la ausencia de la voluntad política para crear instituciones que permitan que una moneda única funcione, el daño no se está revertiendo. Y es que cada día parece más claro que ahí está la clave de todo: en la falta de una voluntad política para dotar a la Unión Europea de una estructura federal que le permita funcionar eficazmente. Si Europa no cambia sus maneras de actuar —si no reforma la eurozona y rechaza la austeridad— una reacción popular será inevitable. Esta locura económica no puede continuar por siempre, concluye diciendo: la democracia no lo permitirá, pero ¿cuánto más dolor tendrá que soportar Europa antes de que se restablezca el sentido común? Así pues, ¿Hola?, ¿Europa?: ¿Hay alguien ahí?

Otro economista, esta vez francés, Thomas Piketty (1971), profesor de la École de Économie de París, autor de un libro de culto entre la izquierda y la progresía europea: "El capital en el siglo XXI" (Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 2014) defiende que la evolución dinámica de una economía de mercado y de propiedad privada que es abandonada a sí misma, contiene en su seno fuerzas de convergencia importantes, relacionadas sobre todo con la difusión del conocimiento y de calificaciones, pero también poderosas fuerzas de divergencia, potencialmente amenazadoras para nuestras sociedades democráticas y para los valores de justicia social en que están basadas. 

Durante demasiado tiempo, dice en el capítulo de conclusiones de su libro, los economistas han tratado de definir su identidad a partir de supuestos métodos científicos. En realidad, añade, esos métodos se basan sobre todo en un uso inmoderado de modelos matemáticos que a menudo no son más que una excusa para ocupar espacio y disimular la vacuidad del objetivo. Demasiada energía se ha gastado, sigue diciendo, en meras especulaciones teóricas sin que los hechos económicos que se ha trado de explicar, o los problemas sociales y políticos que se ha intentado resolver, hayan sido claramente definidos. Y es que, como ha escrito antes, en la introducción de su libro, la economía no puede ser concebida como una ciencia autónoma sino como una subdisciplina más de las ciencias sociales, al lado de la historia, la sociología, la antropología, las ciencias políticas y tantas otras. ¿Quiere eso decir que hay que volver a la primacía de la política? Supongo que sí; asi pues, ¿Hola?, ¿Europa?: ¿Hay alguien ahí?

En el número de febrero del pasado año de Revista de Libros el catedrático de Historia de las Instituciones Económicas de la Universidad de Sevilla, el profesor Antonio-Miguel Bernal, escribía un denso artículo titulado "¿Moribunda Europa?" que llevaba el clarificador subtítulo de "El proyecto europeo más allá de la economía y de la crisis". Una vez más, ¿y van, cuántas?, la necesidad de restablecer en el seno de la Unión Europea la primacía de la política sobre la economía. 

Más allá de la crisis, dice en los párrafos finales del mismo. bajo el imperio de la economía, la política europea se ha convertido en algo demasiado tecnocrático, al tiempo que la burocratización de los Estados ha alcanzado unos límites insoportables. Son caldos de cultivos propicios que dan alas a los movimientos regionalistas y nacionalistas y a conflictos secesionistas que afloran en distintos Estados de la Unión. Unos regionalismos autonómicos y unos nacionalismos que se gestionan fuera del alcance de la autoridad central de sus respectivos Estados y que sólo ven a Europa como la nodriza del maná ilimitado –por ahora– del que se alimentan. Se trata de una mera opción económica, pues, en lo referente a la política de integración, los nacionalistas/regionalistas irredentos, en tanto que euroescépticos, hacen bueno el dicho aldeano de que, fuera de las «fronteras naturales» –lengua, folclore y demás señas identitarias–, no hay más que barbarie. Moribunda Europa.

La Unión Europea, continúa diciendo, a diferencia de los orígenes míticos y heroicos que los imperios y nacionalismos reclaman como esencia de su ser, un ser al margen de la historia, nació de la agonía de un continente en guerra empapado de sangre. El proyecto europeo, más allá de la crisis y de la economía, ha puesto al descubierto la falta de un compromiso constitucional para hacer de Europa, como sistema de poder, una formación supranacional, federada, cuyos actores sean los propios ciudadanos europeos y no, en exclusiva, los Estados constituyentes que la conforman representados por las elites tecnológicas y burocratizadas que los suplantan. Y, en consonancia con este compromiso, se impone la necesidad de un contrato social y político en el que se haga realidad el manifiesto de más libertad, más democracia, más Europa.

Vuelvo pues, a lo que era mi ingenua pretensión al escribir y publicar la entrada citada del pasado 7 de enero, mi carta abierta al Presidente del Parlamento Europeo: animar a la institución que preside a liderar, asumir y protagonizar, como calificados y genuinos representantes del pueblo europeo en su conjunto, el golpe de timón que la Unión necesita: la proclamación de los Estados Unidos de Europa y la elaboración y aprobación de una Constitución Federal que rija su destinos. 

El 17 de junio de 1789 el Tercer Estado abandonó los inútiles debates de los Estados Generales de Francia y se autoproclamó Asamblea Nacional y única representación del pueblo francés. Ni yo ni nadie en Europa le pide a nuestros parlamentarios en Estrasburgo un golpe de Estado; sí, que asuman el papel que les corresponde en el proceso definitivo de construcción europea; sí, que asuman, que si no la hacen ellos, los gobiernos de los Estados de la Unión no van a hacerlo nunca por sí mismos a menos que una marea irresistible de ciudadanos encolerizados por su incompetencia les empuje a ello; sí, que asuman que nunca, nunca más, un ciudadano europeo reciba el silencio por respuesta cuando pregunte algo tan sencillo y elemental como "¿Hola?, ¿Europa?, ¿hay alguien ahí?"... 

Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt



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P.S.: Con fecha 30 de marzo de 2015 recibo el siguiente correo electrónico de la Unidad de Solicitudes de Información del Parlamento europeo:


A(2014)415
CL/rf

Estimado Sr. Campos:

El Presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, ha recibido su mensaje electrónico en el que recoge un enlace a su carta abierta sobre la Unión Europea (UE).

Rogamos acepte nuestras disculpas por el retraso en la respuesta a su mensaje. El Presidente del PE recibe diariamente una cantidad elevada de solicitudes y no es posible responder a todas ellas en un plazo breve de tiempo.

El Presidente nos ha encargado responder a su correo.

Le indicamos que el Sr. Martin Schulz ha recordado en varias ocasiones el interés del Parlamento Europeo por recuperar la confianza de los ciudadanos en la Unión Europea.

En su discurso inaugural, tras su reelección como Presidente del PE, el Sr. Schulz ha insistido una vez más en este asunto, al asegurar que "solo ganaremos la confianza de los ciudadanos si los ciudadanos sienten que la Unión Europea está a su lado, que les protege y les fortalece. La base del Estado de Derecho, Señorías, es el respeto de la dignidad humana, de la dignidad de cada ser humano con independencia de su sexo, su origen, el color de su piel, sus creencias o su modo de vida".

El Presidente del PE también recordó los diferentes desafíos a los que se enfrenta actualmente la UE, como el desempleo juvenil, las desigualdades entre países y entre grupos sociales o las reformas en el sistema bancario y fiscal, entre otros numerosos temas. Usted puede consultar el texto íntegro de este discurso en la página web del Presidente del PE.

En su intervención de julio de 2014 ante el Consejo Europeo (reunión de los jefes de Estado o de Gobierno de cada país de la UE), el Sr. Schulz volvió a referirse a estos temas y destacó que: "en la presente legislatura nos enfrentaremos a desafíos muy importantes. El Parlamento Europeo quiere hacer frente a esos desafíos sobre la base del método comunitario y cooperando lealmente con la nueva Comisión y con ustedes".

En su discurso de diciembre ante el Consejo, en diciembre, el Presidente del PE destacó la importancia del plan de inversiones de la UE y aseguró que dicho plan es "una señal inequívoca de nuestro compromiso de situar a Europa en una nueva senda de crecimiento y empleo. Y es de la mayor importancia que ustedes también muestren su compromiso inequívoco con él". Puede consultar más información sobre este plan de inversiones la nota de prensa del PE a este respecto.

Esperamos que estas informaciones resulten de su interés.

Reciba un atento saludo,

Unidad de Solicitudes de Información de los Ciudadanos
www.europarl.europa.eu/askEP 




Bruselas, capital política de la Unión Europea




Entrada núm. 2210
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Publicada originariamente con fecha 22 de enero de 2015

sábado, 19 de marzo de 2016

[A vuelapluma] España es de todos. Una perogrullada que muchos no entienden



Jaime Miquel


Acabo de terminar de leer, de un tirón, en menos de cuarenta y ocho horas desde que lo saqué de la Biblioteca Pública del Estado en Las Palmas, las 399 páginas de La perestroika de Felipe VI. Un profundo cambio (RBA, Barcelona, 2015), de Jaime Miquel. 

Investigador del comportamiento electoral en Gallup, organización de la que fue director general en España, ha ejercido como asesor para diversos partidos políticos y es especialista reconocido en la investigación del comportamiento electoral y de la opinión pública así como en la estimación prospectiva de resultados electorales.

Decir que lo he disfrutado, el libro y su lectura, es poco. Me ha encantado, me he divertido como un enano, he aprendido un montón, y ahora entiendo muchas cosas que antes se me escapaban, aunque no comparta algunas de sus conclusiones. A mí, que siempre me ha apasionado la política como objeto de estudio, no como ejercicio de actividad pública, no me queda otro remedio que recomendarlo por activa y por pasiva, al igual que he hecho muy recientemente con el libro de Daniel Innerarity La política en tiempos de indignación, que me parece de lectura ineludible. Y es que como dice el autor en la nota a pie de página que pone fin al libro, en la página 399: "Ya se habrá dado cuenta [el lector] de que esto no es un libro. Usted disimule que nos están mirando. Es el mejor informe estratégico que he escrito para el mejor cliente que existe, usted, el dueño de lo que es de todos".


Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt





HArendt




Entrada núm. 2650
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[A vuelapluma] ¿Jeremiada?: Ni por asomo; al contrario, muy agradecido.





"¿Y entonces tu saber no es nada 
si no hay otro que sepa que lo sabes?"
Cicerón: Persio, I, 26

Desde hace meses, incluso un año o dos, constato día a día que lo que escribo y publico en el blog no le interesa gran cosa a mis paisanos, es decir, a los ciudadanos de este país del sur de la Unión Europea llamado España. No es ninguna jeremiada; ni lo lamento ni me produce un dolor exagerado. Es lisa y llanamente un dato incontrovertible que me da el contador de visitas del blog.

A punto de llegar a las 400.000 entradas "vistas" del blog (y me gustaría pensar que leídas) en los últimos cinco años y diez meses, lo han hecho 121.287 españoles frente a 86291 estadounidenses; en los últimos treinta días lo han hecho 3359 estadounidenses frente a 2098 españoles; en los últimos siete días 683 estadounidenses frente a 380 españoles; en las últimas veinticuatro horas 130 estadounidenses frente a 30 españoles. Y en este mismo momento, a las 10:22, hora de Canarias, están leyendo Desde el trópico de Cáncer 14 franceses, 6 estadounidenses, 4 belgas, 3 españoles y un ucraniano. Ni uno más ni uno menos. Me llama la atención ese aparente fervor estadounidense por el blog, pero se me escapan las razones de ello.

Pues nada. Gracias a todos ellos. Es un auténtico placer tenerles como lectores. Nos vemos. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2649
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[Poesía y música] Hoy, con Luis Cernuda, Georges Bizet y Anna Caterina Antonacci




Biblioteca Británica y Royal Opera House, Londres


Como afirmo en una de las entradas más leídas del blog soy capaz de recordar y reconocer casi cualquier fragmento de texto literario o película que haya leído o visto, aunque solo haya sido una vez en la vida. Por el contrario, ni el Azar ni la Naturaleza, mis divinidades paganas preferidas, me han dotado del mismo talento para la música. La diosa Terpsícore me ha negado sus favores, salvo en aquellas piezas que ya forman parte, por la amplitud de su difusión, del imaginario colectivo de la humanidad. Y esa incapacidad para recordar y reconocer piezas musicales, es una de las circunstancias que más dolor me producen, porque en contraste con ellas la música es de todas las Bellas Artes la que más profundas emociones me provoca.

George Steiner, uno de los más grandes intelectuales del siglo XX, dice en su libro Errata. El examen de una vida, uno de los más hermosos textos que he leído nunca, lo siguiente: "El canto (y la música) es, simultáneamente la más carnal y la más espiritual de las realidades. Aúna alma y diafragma. Puede, desde sus primeras notas, sumir al oyente en la desolación o transportarlo hasta el éxtasis. La voz que canta es capaz de destruir o de curar la psique con su cadencia". Estoy en completo acuerdo con él.

La UNESCO instituyó el año 2000 el Día Mundial de la Poesía, que se celebra cada 21 de marzo, entendiendo que el mundo contemporáneo tiene necesidades estéticas y sociales que la poesía puede cubrir. Así pues, continúo con esta entrada de hoy la nueva sección del blog, Poesía y música, aunando algunos de los más bellos poemas en español con algunas de las más hermosas arias operísticas de la historia.

Continúo hoy la serie dedicada a Poesía y música con el poema Si el hombre pudiera decir, de Luis Cernuda, y la bellísima aria "L'amour est un oiseau rebelle", (El amor es un pájaro rebelde) de la ópera Carmen, de Georges Bizet, cantada por la soprano Anna Caterina Antonacci en el The Royal Opera House londinense. Esto último pueden hacerlo desde el enlace inmediatamente anterior o en el vídeo del final de la entrada. 



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Luis Cernuda


Luis Cernuda Bidou (1902-1963) fue un destacado poeta y crítico literario español, miembro de la llamada Generación del 27. Nunca negó su condición homosexual, factor que le hizo ser considerado en su patria un «raro» y rebelde, dada la mentalidad poco abierta de la España de entonces, «un país donde todo nace muerto, vive muerto y muere muerto», como dirá en Desolación de la Quimera. La consciencia de su aislamiento se expresa en una de sus imágenes más conocidas: Cernuda se ve a sí mismo «como naipe cuya baraja se ha perdido». El núcleo temático de la obra de Cernuda es la antítesis entre la realidad y el deseo, hecho que explica que a partir de 1936 titulara el conjunto de su poesía con esta oposición. Esta antítesis nace, sin duda, de las peculiares circunstancias vitales del poeta sevillano, pero entronca perfectamente con lo que en los poetas románticos y simbolistas era la colisión entre la libertad individual y la sociedad burguesa, además de ser un tema característico de la poesía del siglo XX, como lo demuestra su aparición en poemas de autores muy variados, desde Antonio Machado, a Federico García Lorca, pasando por Rafael Alberti, por citar solamente a algunos contemporáneos de Cernuda. Les dejo con su poema Si el hombre pudiera decir.



SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Luis Cernuda (Los placeres prohibidos, 1931)


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Georges Bizet


Alexandre-César-Léopold Bizet (1838-1875) fue un compositor francés, principalmente de óperas. En una carrera cortada por su muerte prematura, alcanzó escasos éxitos hasta su última obra, Carmen, que se convirtió en una de las obras más populares e interpretadas de todo el repertorio operístico. No creó escuela ni tuvo discípulos ni sucesores evidentes. Tras años de abandono, sus obras se empezaron a interpretar de nuevo con más frecuencia en el siglo XX. Críticos posteriores lo han proclamado como un compositor de gran brillantez y originalidad cuya muerte prematura significó una gran pérdida para la música teatral francesa. 

Carmen es una ópera dramática en cuatro actos con música de Georges Bizet y libreto en francés de Ludovic Halévy y Henri Meilhac, basado en la novela Carmen de Prosper Mérimée, publicada en 1845, que a su vez posiblemente estuviera influida por el poema narrativo Los gitanos (1824) de Aleksandr Pushkin. La ópera se estrenó en la Opéra-Comique de París el 3 de marzo de 1875, con escaso éxito de crítica.


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Anna Caterina Antonacci



Anna Caterina Antonacci (1961) es una soprano y mezzosoprano italiana. Debutó en 1984 en Pistoia con Rigoletto, de Verdi y ha destacado como intérprete del repertorio operístico barroco y clásico durante la primera etapa de su carrera, y como mezzosoprano en obras de Rossini, Mozart, Handel, Donizetti, Bellini y Monteverdi. Ha cantado en el Covent Garden, La Scala, Paris, el Festival de Glyndebourne, Turin, Salzburgo, Copenhague, el Teatro Colón de Buenos Aires, Toulouse, Roma, el Liceo de Barcelona y en el Teatro Real de Madrid.

La genial "Habanera" de Bizet de su ópera Carmen, titulada "L'amour est un oiseau rebelle", es una traslación con algunas variantes de la habanera de Sebastián Iradier, llamada "El arreglito"; Bizet dijo haberla utilizado creyéndola de autor anónimo; es decir, perteneciente al acervo folclórico popular.





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Disfruten de ellos. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt




HArendt




Entrada núm. 2648
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La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)