Fuente de Cibeles. Al fondo la alcaldía de Madrid
¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.
Hoy traigo hasta el blog al poeta Enrique Azcoaga (1912-1985). Nacido en Madrid estudió en la Escuela de Artes y Oficios. Conoció al poeta Miguel Hernández, que influyó sobremanera en su creación literaria. Formó parte del patronato director de las Misiones Pedagógicas de la república. En 1933 obtiene el Premio Nacional de Literatura. En los años 40 emigra a Buenos Aires, donde permanece durante once años. A su vuelta España obtiene el premio Lázaro Galdiano. Colaboró con Eugenio D'Ors en diversas actividades literarias. Fue un notable poeta, escritor y crítico de arte. Francisco Calvo Serraller le dedicó una sentida necrológica en el diario El País. Les dejo con su poema "España":
Cuando el viajero ciego te recorre
negándote por torpe o por malsana
manía de no ver claro, descubro
lo que hay en ti de alba.
El español que vuelve a su terruño,
vacío, contrahecho de distancia,
no puede -descastado- darse cuenta
lo que hay en ti de casta.
El truhán que necesita verte hundida
para flotar en falso, es el que pasa
por tu milagro joven, despreciando
lo que hay en ti de ansia.
El desterrado innoble, ese que tiembla
pensando si mejoras, dio la espalda
por siempre a su verdad, y no comprende
lo que hay en ti de ala.
El estéril que vive de tu gloria;
los que al deificarte te degradan,
ignoran por cenizos y por rotos
lo que hay en ti de garza.
El emigrado ruin que por dinero
hijo se siente un día de otra patria,
reniega de tu estirpe cuando olvida
lo que hay en ti de raza.
Cuando a diario escucho al mal nacido
negarte inútilmente con su baba,
comprendo por encima de mi furia
lo que hay en ti de brasa.
"España"
Enrique Azcoaga
Y mañana nos vemos con el poeta Javier de Bengoechea. Sean felices por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt
El poeta Enrique Azcoaga
Entrada núm. 2112
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Pues tanto como saber me agrada dudar (Dante Alighieri)