El logotipo de la Wikipedia
Hace unas semanas, en octubre pasado, acompañé a mi hija Ruth y su marido, Ramón, al inicio de sus cursos respectivos en Lengua y Literatura española y Derecho en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, en Las Palmas. Fue un emotivo reencuentro con mi Universidad, por la que hacía varios años que no pasaba y que me dio ocasión para saludar a "viejos" profesores amigos. En la presentación del Curso 2009-2010 a los nuevos alumnos, uno de esos "viejos" amigos, profesor titular en la Universidad de Las Palmas de Derecho Romano y coordinador de los estudios de Derecho y profesor-tutor en el centro asociado de la UNED, les dijo a modo de introducción: "Las fuentes del Derecho son (según el artículo 1.1 del Código Civil) la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho, y ahora, además, la Wikipedia". Lo dijo en broma, supongo, pero estaba corroborando de manera implícita una opinión generalizada: la de que hoy por hoy, la Wikipedia, la enciclopedia universal en línea, es un instrumento de información utilísimo e imprescindible. ¿Qué tiene imperfecciones y presenta errores? Por supuesto que sí, pero si no la sacralizamos y aprendemos a movernos a través de los datos que nos facilita de manera casi instantánea, separando lo que contiene de "información", "opinión" y "fuentes", su utilidad es manifiesta. Un consejo, lean el artículo de que se trate hasta el final, accedan a los vínculos electrónicos que estimen de interés de entre los que aparezcan en pantalla, y muy especialmente, visiten las fuentes de referencia que se citan al final de cada uno de sus artículos. Y ya me contarán después. Prueben con cualquier tema que se les ocurra y búsquenlo en Google, por ejemplo, y abran el enlace que venga referenciado a Wikipedia: Obama, Al-Qaeda, Homer Simpson, F.C. Barcelona, Cambio climático, Natación sincronizada, Dios, o Derecho Romano, porque no...
Revista de Libros (aquí) en su número de noviembre, le ha dedicado uno de sus artículos de cabecera, titulado "Planeta Wikipedia", escrito por el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, Manuel Arias Maldonado. Es una historia exhaustiva e interesantísima de los orígenes, fundación, desarrollo, expansión, ¿y crisis de crecimiento? de Wikipedia. Y de sus posibilidades y problemas. Pueden leerlo en la propia Revista de Libros (aquí), aunque más adelante lo reproduzco literalmente con el permiso de su autor y de la editora de la Revista. Espero que lo disfruten. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. (HArendt)
Revista de Libros (aquí) en su número de noviembre, le ha dedicado uno de sus artículos de cabecera, titulado "Planeta Wikipedia", escrito por el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, Manuel Arias Maldonado. Es una historia exhaustiva e interesantísima de los orígenes, fundación, desarrollo, expansión, ¿y crisis de crecimiento? de Wikipedia. Y de sus posibilidades y problemas. Pueden leerlo en la propia Revista de Libros (aquí), aunque más adelante lo reproduzco literalmente con el permiso de su autor y de la editora de la Revista. Espero que lo disfruten. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos. (HArendt)
"PLANETA WIKIPEDIA", por Manuel Arias Maldonado
Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Málaga
Revista de Libros nº 155, noviembre 2009
Durante el pasado mes de febrero, el primer ministro británico, Gordon Brown, sucumbió a la lírica mientras trataba de explicar la naturaleza de la actual crisis económica en la Cámara de los Comunes. Y habló así: «Me viene a las mientes la historia de Tiziano, el gran pintor que, al terminar el último de sus espléndidos cien cuadros a la edad de noventa años, dijo: “Por fin aprendo a pintar”. En ese mismo punto estamos todos nosotros». A la semana siguiente, David Cameron, líder de la oposición conservadora, replicó: «El primer ministro nunca maneja bien los hechos: dijo ser como Tiziano a los noventa años. Pero Tiziano murió a los 86». Sigue un revuelo, se oyen risotadas, el speaker pide silencio. Y a otra cosa. Pero la historia no termina aquí. Cuatro minutos antes del final de esta sesión de control, la entrada dedicada a Tiziano en la Wikipedia anglosajona fue alterada con arreglo a la afirmación del líder tory: si antes figuraban 1485 como fecha de nacimiento y 1576 como fecha de defunción, ahora aparecían, respectivamente, 1490 y 1572. ¡Chocante! Concebido para estos menesteres, el Wikipedia Scanner rastreó el origen de la modificación, que resultó ser una dirección IP –o registro de usuario único de Internet– de la sede del Partido Conservador en el suroeste de Londres. Así que un portavoz salió a decir que algún miembro de la oficina había incurrido en exceso de celo. Bien, pero, ¿cuándo murió Tiziano? En realidad, no hay acuerdo al respecto: solía pensarse que en torno a 1577; ahora se cree que después de 1580. Para el Metropolitan Museum de Nueva York, por ejemplo, fue en 1576. Que es lo mismo que decía Wikipedia antes de su interesada alteración.
Es ciertamente difícil hablar de Wikipedia sin recurrir –como decía Pessoa– a la cobardía del ejemplo. Durante los últimos años, de hecho, hemos tenido noticia regular de episodios similares. Sin embargo, nadie parece tener claro qué conclusión extraer de los mismos: la enciclopedia es defendida, atacada e ignorada a partes iguales. Pero es evidente que el desconocido apparatchik conservador la corrigió porque pensó que los británicos se dirigirían a ella para comprobar quién tenía razón, si el primer ministro o el líder de la oposición, en la inopinada querella acerca de la muerte de Tiziano. Y probablemente no se equivocaba. Desde su aparición, en enero de 2001, Wikipedia ha crecido vertiginosamente, hasta alcanzar, ocho años después, los trece millones de artículos, en 262 lenguas distintas; su edición anglosajona contiene casi tres millones de entradas y otras veinticuatro ediciones poseen, al menos, cien mil. Así, por ejemplo, la página dedicada a Michael Jackson ha recibido treinta millones de visitas desde su fallecimiento. Aunque su visibilidad es quizá menor en un país tan atrasado como España, Wikipedia ha alcanzado ya una importancia formidable como fuente de información y –fama obliga– controversia. Semejante éxito ha servido para inspirar algunas réplicas, poner en marcha una contraparte ideológica –la Conservapedia– llamada a combatir el sesgo progresista de Wikipedia y provocar, incluso, un razonable pánico en las enciclopedias tradicionales1. Desde luego, no es poco.
Sus fundadores y comentaristas, empero, formulan objetivos más ambiciosos. Habla Jimmy Wales, cofundador y, todavía hoy, máximo gestor de la enciclopedia: «Imaginemos un mundo donde cualquier persona tiene libre acceso a la suma de todo el conocimiento humano. Eso es lo que nosotros estamos haciendo»2. Wikipedia sería, junto a iniciativas como Google Books, la avanzadilla de un cambio tecnológico que comporta un cambio cultural; o viceversa. Robert Darnton saludaba así, en las páginas de The New York Review of Books, el acceso libre a un creciente número de plataformas de artículos digitalizados: «La democratización del conocimiento parece estar a nuestro alcance. Podemos hacer realidad el ideal de la Ilustración [...]: una República Digital de Aprendizaje»3. Desde este punto de vista, el viejo problema del acceso a la información quedaría resuelto de una vez por todas; su velocidad de circulación crecerá exponencialmente y, como resultado, la humanidad dará lo mejor de sí misma. Borges meets Asimov.
Sin embargo, cuando allá por 2001 Jimmy Wales hablaba de todo el conocimiento humano, acaso ignoraba que sus palabras terminarían adoptando un sentido literal: Wikipedia alberga la biografía de quinientos personajes de Pokémon, popular videojuego de origen japonés. En su versión española, Ana Obregón recibe más y mejor atención que Ricardo de la Cierva. Y así sucesivamente. Al mismo tiempo, su fiabilidad ha sido cuestionada por distintos estudios, como el ameno La revolución Wikipedia, disponible en español. Tal como se pregunta Stacy Schiff desde la atalaya de The New Yorker: «¿Qué decir de una enciclopedia que a veces es precisa, a veces no lo es, y a veces es analfabeta?»4. Se pueden decir muchas cosas. Y puede jugarse con las metáforas. Pero antes es conveniente saber cómo hemos llegado hasta aquí.
¡ES LA TECNOLOGÍA, ESTÚPIDO!
Wikipedia es una enciclopedia digital basada en una herramienta de software libre, la wiki, que permite a cualquier usuario editar en cualquier momento el contenido de cualquier página. Su ideal es la combinación de la vieja vocación enciclopédica con las nuevas posibilidades tecnológicas. Si Umberto Eco dijo una vez que el principal deber de una persona culta es estar dispuesto en todo momento a reescribir la enciclopedia, Wikipedia habría convertido este tropo en realidad5.
Aunque su fundación data de 2001 y las ideas que la animan proceden confesamente del ímpetu racionalista y documental de la Ilustración europea, Wikipedia tiene sus orígenes en el movimiento del software libre. Desde los años sesenta del pasado siglo, este popular movimiento preconiza la libertad en el uso, adaptación y reconfiguración de los programas informáticos, en la creencia de que éstos mejorarán mediante el ejercicio de esta suerte de inteligencia colectiva. Wikipedia no sólo se basa en una herramienta de software libre, sino que comparte su filosofía: bautizada por su creador, Howard G. Cunningham, con una palabra hawaiana que significa «rápido», la wiki permite la elaboración del contenido de una página por sus usuarios: cualquiera puede verla y editarla, sin la intervención de ningún moderador, ni la fijación de filtro alguno; los cambios, además, admiten reversión. Se trata, con todo ello, de acelerar cooperativamente la generación y mejora de información: lo que uno no sepa, lo sabrá otro. De modo que una wiki no es sólo un instrumento tecnológico, sino una forma de organizar la colaboración entre individuos. Y aunque ya existían comunidades digitales basadas en la wiki, ahora se emplea este recurso con un fin bien concreto: dar forma a una enciclopedia mediante el uso de este instrumento técnico.
Es natural, entonces, que Wikipedia explote las posibilidades intrínsecas al medio que la hace posible. Esto significa que la adaptabilidad y el cambio son sus rasgos definitorios: la Wikipedia no es estática, ni posee nunca una forma definitiva; todos sus artículos son, por definición, provisionales. Es tentador considerarla, à la Baumann, símbolo oficial del conocimiento líquido. Sin embargo, que Wikipedia sea una enciclopedia digital –en lugar de ser sólo una enciclopedia– se manifiesta asimismo en el empleo de otra herramienta técnica: el hipertexto. O posibilidad de incluir en un artículo vínculos que conducen a otros artículos: una página es una página. Wikipedia puede así leerse en cualquier orden y admite múltiples itinerarios. Para algunos lectores, esto es una distracción; para otros, una fuente infinita de posibilidades. Sarah Boxer ha celebrado «el ethos asociativo y la obsesión con la conexión» propia de Internet, algo que, sencillamente, no cabe en un libro6. Y es que el hipertexto no es prosa: «Wikipedia está diseñada para navegar entre múltiples artículos interconectados»7. De ahí que se denomine huérfano a aquellos de sus artículos que carecen de links y sean, ay, candidatos instantáneos a la supresión.
A la vista de todo esto, difícilmente sorprenderá que los fundadores de Wikipedia se hayan referido a un artículo seminal de Friedrich A. Hayek acerca del uso social del conocimiento, que operó en ellos a la manera de un chispazo de inspiración. En aquel texto de 1949, Hayek arranca de un hecho –la dispersión del conocimiento útil en la sociedad– para constatar que la planificación centralizada no resuelve el problema subsiguiente –cómo extender el alcance de nuestro empleo de los recursos más allá del alcance de las mentes individuales– y recomendar un orden descentralizado como el más adecuado sistema de distribución de información. Y ello a la vista de «la inevitable imperfección del conocimiento del hombre y la correspondiente necesidad de un proceso mediante el cual el conocimiento sea constantemente adquirido y comunicado»8. ¡Alehop! Wikipedia trata de aplicar este razonamiento a la producción del conocimiento enciclopédico, aprovechando la dramática reducción que Internet procura en los costes de la cooperación: «Llama a sus muchos lectores a convertirse en escritores, redactores y editores, permitiendo a cualquiera hacer una pregunta o enmendar información incorrecta»9. Y –parece– funciona. Después de un par de proyectos frustrados, Wikipedia arranca, de la mano de los norteamericanos Jimmy Wales y Larry Sanger, el 15 de enero de 2001. Obtiene un éxito inmediato y, seis años más tarde, es el octavo sitio más visitado de la red.
WIKIPEDIA POR DENTRO
Pero, si Wikipedia funciona, ¿cómo lo hace exactamente? Es preciso conocer un mecanismo para entender sus averías. Cabría esperar que, en vista del éxito cosechado, ese mecanismo fuera más bien sencillo. Y, verdaderamente, así es, por más que incluya grados variables de sofisticación para quien quiera pasar de aficionado dominical a iniciado a tiempo completo.
Para participar, basta con una conexión a Internet. ¡Y aún la cobran como un suplemento en muchos hoteles! Son posibles tanto el anonimato como el pseudónimo. Cualquier cambio realizado en cualquier página es visible de inmediato; sólo está restringido el acceso a aquellas que están protegidas por su carácter técnico, o semiprotegidas por su conflictividad: así, es necesario registrar la propia IP para editar páginas sobre celebridades, George Bush o Dios, por mencionar algunas. Todos los artículos poseen un historial, en el que pueden rastrearse los cambios realizados; su complemento es la aneja página de discusión, especie de sala de conversación –o trifulca– entre editores y lectores. Todas las Wikipedias posibles están, pues, contenidas en Wikipedia. Más material para la metáfora.
Ahora bien, contra el cliché, Wikipedia posee reglas o, cuando menos, recomendaciones en forma de reglas; cuestión distinta es el respeto que se muestre hacia ellas. Su política de edición exige que los artículos sean neutrales y verificables: así como todos los puntos de vista deben estar representados ecuánimemente, todas las afirmaciones deben remitir a fuentes externas a la propia enciclopedia. No se trata de reemplazar al especialista, sino de facilitar el acceso al material del especialista. Según el Manual de estilo desarrollado por la comunidad de usuarios de la Wikipedia anglosajona, el artículo ideal informa suficientemente al lector a través de una prosa sencilla y ágil, incluye material gráfico y fundamenta todas sus afirmaciones. Existe, no obstante, una cierta tensión entre esta sobria formulación y la política básica en que desembocan sus distintos principios editoriales, que parece más bien un himno punk: Ignora todas las reglas. Y su coda: Sé atrevido. Esta oscilación permanente entre el ideal racionalista y la épica adolescente no es extraña a Wikipedia, aunque, bien mirado, trasluce también un entusiasmo de raigambre puramente estadounidense.
Sin duda, una de las principales virtudes de Wikipedia es la extraordinaria diversidad de su contenido. Y aunque es cierto que en torno a dos tercios de sus artículos nunca superan el estadio de mero resumen o apunte sobre un tema, otro tercio posee la suficiente profundidad para ser tenido en cuenta. Todo cabe: desde temas tradicionales de enciclopedia hasta artículos sobre personajes de ficción, pasando por empresas, infraestructuras, lugares, sucesos de actualidad y trivialidades varias. Así, pueden encontrarse excelentes artículos dedicados a George Eliot, Snoopy, la isla de Corfú o la batalla de Austerlitz, pero también a Star Trek, el PVC y –el humor en Wikipedia– bandas de heavy metal cuyo nombre contiene la Umlaut alemana (haberlas, haylas: de Mötley Crüe a Motörhead). Frente a la enciclopedia clásica, con su limitación física, Wikipedia participa del atributo digital de la ausencia de límites: un saber que no ocupa lugar; o casi10. Junto a los artículos, encontramos un sorprendente número de páginas –diez millones– dedicadas a discusión de contenidos, a la infraestructura técnica y a la administración interna. Es entonces cuando uno descubre las catacumbas de Wikipedia, o sea, la ingente cantidad de tareas necesarias para su mantenimiento y mejora, acometidas por eso que se llama la comunidad.
¿Quiénes forman parte de esta comunidad? Aquellos usuarios que desean formar parte de ella y que actualizan esa pertenencia a través de su participación: una tautología en acción. Las tareas de los wikipedians consisten, por ejemplo, en señalar la necesidad de fuentes en los artículos que carecen de ellas, en dirigir un término al artículo correspondiente, en evitar duplicaciones, en dividir textos demasiado largos, en crear categorías y subcategorías, o en combatir el así denominado vandalismo o desinformación intencionada. Ésta puede ser pueril, como insultar a Dick Cheney, pero también nabokovianamente perversa: basta alterar la fecha de una batalla para amargar el día a un puñado de historiadores. Algunos editores se dedican a combatirla, y ha llegado a crearse una Unidad de Contravandalismo, con enseña propia y todo. Hay que contar también, no obstante, con los errores no intencionados y con la información que, sencillamente, está ausente. Los editores, que parecen tener mucho tiempo libre, se ocupan de todo esto. Y el credo subyacente es inequívoco: «Wikipedia se cura a sí misma»11. Sin embargo, esta política no ha funcionado todo lo bien que sería deseable, razón por la cual la Wikipedia anglosajona ha seguido, un año después, los pasos de la versión alemana: el contenido de las páginas relativas a personas todavía vivas habrá de ser corroborado a partir de ahora por un cuerpo de editores antes de su publicación. Aunque no todas las tareas son tan ingratas. Esta comunidad de editores también señala la excelencia de algunos artículos –mejores cuanto más nutridos de referencias– u organizan Wikiprojects para tratar de fomentar la atención a áreas concretas de conocimiento: así el Wikiproject para Anfibios y Reptiles.
Es difícil, no obstante, hablar inequívocamente de una comunidad, dada la diversidad de los contribuyentes. Hay muchos jóvenes, pero también jubilados; y tanto aficionados como académicos. En cambio, apenas hay mujeres: aproximadamente el 80% de los participantes en Wikipedia son varones. Aunque no hay una explicación oficial al respecto –supuesto que haya necesidad de la misma–, se ha sugerido que el tono general de las controversias es demasiado agresivo y aleja al espíritu femenino; para evitarlo, se creó en 2007 el WikiChix Group, espacio para la discusión y el debate exclusivamente femenino; así sea. Esta comunidad digital ha desarrollado un vocabulario distintivo y propio, además de una ingente cantidad de reglas y procedimientos de funcionamiento interno; incluso tiene una mascota, la Wikipede.
Aunque, a veces, la comunidad se haga carne mediante la celebración de unos congresos llamados Wikimanía, el último de los cuales se celebró este año en Buenos Aires, su existencia ordinaria es virtual y tiene en el llamado Village Pump su lugar de reunión para el tratamiento de temas diversos. La gestión externa, en cambio, corresponde a la Fundación Wikipedia, presidida por Jimmy Wales y radicada en San Francisco. Es una organización sin ánimo de lucro, gobernada por un consejo de administración, encargada de aspectos sustanciales del gobierno de Wikipedia. La fundación, por ejemplo, da su visto bueno al lanzamiento de ediciones en otras lenguas. Basta con que exista un suficiente potencial de usuarios y concurran voluntarios para hacerse cargo del proyecto. La Wikipedia alemana, de tono más académico que las demás, nace ya en 2001; entre las curiosidades, debe hacerse mención de las Wikipedias en catalán y esperanto, así como la breve singladura de una Wikipedia en klingon, la lengua de los trekkies, o seguidores de Star Trek, prohibida por Jimmy Wales en un alarde de seriedad epistemológica.
QUIEN PAGA, MANDA
Es la fundación, también, la que se ocupa de las cuentas de Wikipedia. Y aunque es fácil recurrir al cinismo a la hora de juzgar el hecho de que Wikipedia no posea publicidad, no deja de ser un rasgo encomiable que ayuda a preservar la integridad –ya guste o repela– de su propósito. Sobre todo, porque esta renuncia tiene un precio: la inestabilidad financiera y la necesidad de buscar sin pausa donaciones con las que, a veces no tan encomiablemente, sostener un proyecto cada vez más costoso.
Tanto, de hecho, que la pasada Navidad Wikipedia hubo de lanzar una campaña de salvamento –que incluía un vídeo donde Jimmy Wales se retorcía las manos en un gesto de desesperación– ante la insuficiencia de los fondos recaudados durante el año para cubrir un presupuesto de seis millones de dólares. Sólo se habían cubierto, a fecha de 24 de diciembre, 3,8 millones. Nada extraño, si tenemos en cuenta que los cuarenta y cinco mil donantes individuales dan una media de 33 dólares por cabeza, lo que equivale a un tercio de las necesidades totales. Pero en apenas cinco días los internautas del mundo respondieron generosamente y Wikipedia pudo, con un épico ingreso adicional de 2,3 millones, superar sus objetivos y alcanzar los 6,1 millones de dólares. ¿Y para qué sirve este dinero? Un tercio de este presupuesto se destina a gastos de mantenimiento tecnológico y algo menos de esa cantidad a la administración del sitio; partidas menores financian los programas, campañas e iniciativas desarrolladas por la Fundación Wikipedia, el salario del director ejecutivo y su personal, los gastos jurídicos, los emolumentos del consejo de administración y sus desplazamientos varios.
Sin embargo, a pesar de que esta campaña haya funcionado, no parece que pedir auxilio anualmente sea una fórmula sostenible. Máxime si, además de sobrevivir, se trata también de crecer o de innovar. Si Wikipedia no quiere morir de éxito, en fin, necesita alternativas. Sucede que éstas pueden comprometer la pureza del propósito y desalentar a quienes mantienen un vínculo emocional con la enciclopedia: a la manera de un logo comercial, Wikipedia depende de su reputación. Y esta reputación, a su vez, parece depender de su fidelidad a los principios fundacionales. ¿Cómo recaudar dinero, entonces, sin comprometer el sentido de la empresa?
Ya existen algunos mecanismos. La fundación obtiene cerca de un 2% de su presupuesto por vías alternativas a la donación directa. Por ejemplo, ha cedido el uso de su logotipo a Nokia para publicitar un nuevo modelo de teléfono; o ha cobrado a algunas páginas web, como Answers.com, por actualizaciones inmediatas de contenidos. En otras ocasiones, se trata de estímulos concretos: un profesor del MIT, Philip Greenspun, ha donado recientemente veinte mil dólares para lanzar un proyecto, el Greenspun Illustration Project, que pagará una modesta cantidad a aquellos dibujantes que mejoren la cantidad y calidad media de las ilustraciones en Wikipedia. Idéntica cantidad fue entregada por Deutsche Telekom a la Wikipedia alemana por haber integrado en sus webs el contenido de aquélla; o así se dijo. También en Alemania, y de un modo inequívocamente europeo, el Estado concedió una subvención a Wikipedia para la mejora de la información acerca de las energías renovables: quien paga, ciertamente, manda12.
Naturalmente, el problema que plantean este tipo de ayudas es que se compadecen mal con la política de neutralidad de Wikipedia, y peor aún con el ideal enciclopédico que la inspira. Su propia índole facilita, por añadidura, el trapicheo. Recientemente, el fundador del Timpanogas Research Group sostuvo que Jimmy Wales había accedido a dar protección especial a la página de Wikipedia dedicada a su grupo, a cambio de una donación de cinco mil dólares. En un registro algo más pedestre, un editor de Wikipedia llegó a colgar en la red una oferta que rezaba así: «Soy un experimentado administrador senior de Wikipedia, autor de muchos artículos y responsable de aspectos técnicos de la misma. Si necesitas un buen perfil en ella, mi dilatada experiencia puede serte de ayuda». Estas corruptelas comprometen seriamente la imagen de Wikipedia, sin resolver sus problemas económicos. Salvo que se incluya publicidad o se cobre a los usuarios, resulta difícil pensar en un equilibrio presupuestario razonable.
Ya que, si bien para algunos puede resultar inverosímil que una empresa como Wikipedia pueda coquetear con la desaparición, lo cierto es que sus dificultades son las mismas que aquejan a la mayor parte de las empresas que crean contenidos en la red, en lugar de limitarse a recogerlos de los demás. Es un problema creciente, que ya ha desestabilizado seriamente a muchos medios tradicionales y a buena parte de la llamada industria cultural: de los periódicos a las compañías discográficas. Y es que la cultura de la gratuidad es como la vida bohemia: inmejorable para quien la disfruta, pero onerosa para quien la paga. Mientras siga pagándola.
HUMANA, DEMASIADO HUMANA
Hasta aquí, la Wikipedia oficial. Sus muchos críticos, sin embargo, sostienen que la Wikipedia real es muy distinta. Más que una enciclopedia, dice Sam Vaknin, es «una comunidad de usuarios que intercambia información ecléctica de forma regular»13. ¡Un club de amigos! Más que la calidad de la edición, contaría la cantidad de lo editado; la ausencia de control centralizado degeneraría en anarquía; abundarían la trivialidad y el error. Wikipedia, entonces, puede ser muchas cosas, pero no lo que dice querer ser. Donde mejor puede apreciarse este tenor crítico es en las denominadas guerras editoriales y en el subsiguiente conflicto entre dos formas distintas de entender la Wikipedia: inclusionismo y exclusionismo. ¿Debe la Wikipedia abarcar cualquier aspecto del conocimiento humano, por banal que sea, o adoptar una política editorial más estricta para convertirse en una fuente más reputada? ¿Son los Simpson de Matt Groening un asunto de enciclopedia, digno de tener mejores páginas en inglés, español, francés y alemán que Alexander Solzhenitsyn? Para los inclusionistas, reducir la banalidad no contribuye a aumentar la seriedad; para los exclusionistas, lo contrario: quien ve a Britney Spears ya no se anima a escribir sobre Yasujiro Ozu. Esta querella se ha hecho carne en la persona de los dos fundadores del proyecto, ilustrando de paso el conflicto entre una forma tradicional de acumulación del saber y un experimento –digamos– democrático de generación del mismo. Si Jimmy Wales ha defendido la Wikipedia realmente existente, Larry Sanger la ha abandonado. Aquél, de hecho, ha protagonizado un controvertido caso al crear himself un artículo sobre un restaurante surafricano, Mzoli’s, donde había almorzado satisfactoriamente. ¿Un restaurante desconocido en una enciclopedia? En palabras de Kerstin Kohlenberg: «Sanger quería eficiencia, calidad y concentración; su rival quería libertad. Sanger quería una enciclopedia perfecta; su rival, una comunidad perfecta»14. Esta referencia a la comunidad adquiere pleno sentido si se considera el modo en que Wikipedia resuelve estos conflictos editoriales, ya se trate de decidir si un artículo tiene la relevancia necesaria para sobrevivir, o de zanjar una disputa en torno a una fecha controvertida. No es un asunto menor, si tenemos en cuenta que unos mil quinientos artículos, o proyectos de tales, son borrados a diario.
En realidad, no hay un proceso formal para la resolución de querellas. Wikipedia promueve la discusión orientada al consenso entre editores como procedimiento de decisión. Sólo aquellos casos en los que se juzga el comportamiento de los editores, antes que el contenido de sus aportaciones, conocen una solución distinta a través de un tribunal de arbitraje. Durante los últimos años, sin embargo, han crecido formidablemente las normas sobre gobernanza y política editorial, lo que en la práctica supone que la participación en los procedimientos de supresión de artículos demanda mucha paciencia y no poca capacidad para formar alianzas y forjar así el requerido acuerdo15. Cuanto más se participa, de más autoridad se disfruta: los controles son antes sociales que cualitativos16. Hasta cierto punto, se trata de un rasgo frecuente en las comunidades digitales. Amazon ha tenido que rectificar el criterio con que clasificaba las reseñas elaboradas por los usuarios sobre sus productos a la vista de la desenfrenada carrera acumulativa emprendida por algunos de ellos: Harriet Klausner, el más prolífico, resultó ser el autor de dieciocho mil críticas de artefactos culturales; una cifra delirante. Por otro lado, las querellas son a menudo bien poco elegantes, algo que, sumado al funcionamiento permanente de robots dedicados a borrar obscenidades y a los bloqueos provisionales o definitivos de las direcciones IP dedicadas al vandalismo, proyectan una imagen de la Wikipedia distinta de la originalmente prevista: habíamos empezado en Diderot y hemos terminado en Saint-Just. Nada como abrir las puertas de par en par para que corra el aire fresco.
AGAMENÓN Y WIKIPEDIA
Ahora bien, ¿qué relación guardan entre sí Wikipedia y la verdad? Pregunta relevante sólo si sobreentendemos que una enciclopedia tiene que ser –aproximadamente– un depósito de hechos verificables sobre asuntos relevantes para el conocimiento humano. Recordemos que la idea original reza que la ausencia de control centralizado, en combinación con una serie de principios y procesos que orientan la generación del conocimiento, constituye la innovadora aportación de Wikipedia a la búsqueda de la verdad: ésta emergerá más fácilmente mediante la voluntaria cooperación de todos17. Es conocido el experimento de A. J. Jacobs, periodista de Esquire, que publicó un artículo poblado de errores y erratas intencionados, para recibir 224 correcciones en las primeras veinticuatro horas y otras 149 en las siguientes. ¿Cuánto tiempo habría llevado realizar el mismo número de correcciones en un documento del siglo XII?
Hay quienes ponen en cuestión, no obstante, que el ideal del software libre pueda aplicarse al saber enciclopédico. No todo es una cuestión de velocidad y acceso. ¿Cómo garantizar la fiabilidad del resultado final? Paul Duguid duda de que los métodos que aseguran la calidad del software libre viajen, junto con la tecnología, al terreno enciclopédico. Mientras que existe un estándar objetivo para medir la calidad del software así creado –a saber: si funciona o no–, no parece ocurrir lo mismo con la verdad. Y ello, porque no existe manera de garantizar que la información contenida en un artículo generado colectivamente sea fiable si no existe un procedimiento reglado de revisión donde un experto tenga, por razón de su mayor conocimiento, la última palabra: el ancien régime del saber.
Quizá, sin embargo, no convenga poner tanto énfasis en la verdad si queremos entender lo que es Wikipedia. Es decir, más que un modelo de veracidad indiscutible, Wikipedia sería un marco para la búsqueda desjerarquizada de una veracidad aproximada. Y ello en un contexto donde la cultura popular fagocita sin contemplaciones a la vieja cultura culta. De ahí que Larry Sanger haya distinguido entre un conocimiento útil y un conocimiento fiable, sosteniendo a continuación que Wikipedia supera a las demás fuentes en lo primero, pese a que sus ambiguas virtudes le impidan ser, también, un ejemplo constante en lo segundo. Stacy Schiff ha señalado que, al igual que ocurrió con la Enciclopédie de Diderot y compañía, la Wikipedia es una combinación de manifiesto político-cultural y obra de referencia: lo que Wikipedia hace es señalar una nueva forma de hacer las cosas. Un modus operandi que refleja fielmente las características de su medio ambiente, que no es otro que Internet.
Esto se manifiesta inmediatamente en un problema que aqueja a muchos artículos de Wikipedia: su dependencia respecto de la información contenida en la propia red. Si no hay en ésta material suficiente para escribir un artículo fiable sobre una materia, el artículo será pobre; y, quizás, al revés. Dice Paul Duguid que lo que no está en Internet, sencillamente, no existe, en un proceso de exclusión que se retroalimenta sin pausa. Semejante autorreferencialidad alcanza su cenit en las innumerables páginas que Wikipedia dedica a sí misma. Este narcisismo adolescente es aplaudido por Phoebe Ayers: «Los wikipedians adoran escribir sobre Wikipedia»18. Son también ellos quienes llevan a la práctica un rasgo prominente de la enciclopedia, directamente relacionado con el antedescrito problema de su fiabilidad: la completa disolución de las nociones de autoría y autoridad.
Efectivamente, Wikipedia formula una política igualitaria de edición, en la que un experto posee los mismos privilegios que cualquier otro contribuyente. La autoridad académica no basta en Wikipedia: el conocimiento debe manifestarse durante el proceso de discusión y edición. Es ilustrativo, a este respecto, el caso de William M. Connolley, profesor de climatología sancionado por editar comentarios escépticos sobre el cambio climático y por ampararse en su autoridad para hacerlo. En palabras de Ayers, esa sanción refleja –la cursiva es mía– el hecho de que «la capacidad para contribuir productivamente y en armonía con otros editores nada tiene que ver con el conocimiento que se tenga sobre una materia»19. No en vano, la cultura de Wikipedia lleva implícita la autoría colectiva: «Un artículo nunca es tuyo»20. Acaso este paradójico colectivismo individualista, en el que millones de solitarios cooperan anónimamente en un proyecto común y rechazan la superior autoridad de ninguno de ellos, pueda contemplarse de otro modo cuando averiguamos quiénes son esos editores y cómo contribuyen a la enciclopedia.
Que la mayor parte de las entradas tengan lugar durante el horario lectivo universitario ya podría ponernos en la pista acerca de la edad media de la mayor parte de los editores. No hay mejor ejemplo que el de quien resultó ser el máximo contribuyente a la enciclopedia a la altura de 2006, un estudiante de veinticuatro años de la Universidad de Toronto, responsable total o parcial de –atención– setenta y dos mil artículos. Para muchos, este es el secreto del éxito de Wikipedia: su igualitarismo. Para Nicholson Baker, su crecimiento se ha nutrido de las energías, antes desperdiciadas, de quienes carecen de credenciales; algo así como los descamisados globales del conocimiento. En la Wikipedia, cualquiera puede convertirse en un erudito: basta dedicar las horas necesarias a la edición y a la forja de alianzas sociales en los correspondientes pasillos burocráticos. ¿Se trata entonces de una revuelta contra los expertos? ¿O expresa un nuevo modo de concebir la verdad? Para Stacy Schiff, es más bien esto último. Wikipedia expresaría nuestra relación informal con la verdad, propia de un escenario posmoderno: «Ahora caminamos al descubierto, sin guía, sin horario. Somos libres para fijar nuestro itinerario; también para perdernos imprudente y gloriosamente. ¿Tu verdad o la mía?»21. Sorprendente intuición que termina por conducir la Wikipedia a una provincia bien diferente: la de la identidad, el juego, la comunidad.
INTERNET ERA UNA FIESTA
Que a menudo se atribuya a Wikipedia una dimensión contracultural y antielitista parece, efectivamente, apuntar en la dirección de un espacio voluntariamente apartado de los viejos canónes enciclopédicos para el mejor disfrute de una comunidad que toma forma mediante su elaboración. En fin de cuentas, un lector de la Enciclopedia Británica juzgará la Wikipedia, probablemente, poco seria. Jimmy Wales ha defendido su carácter a la vez divertido y adictivo, cualidad, esta última, que comparte con la mayor parte de los foros sociales y comunidades digitales. Incluso el vandalismo puede ser leído en esa clave, entre Diógenes y Apollinaire. Así lo cree Nicholson Baker: «Puede sonar caótico. [...] Pero es un juego»22. Escribir, corregir, conspirar. Si echamos mano de la justamente célebre concepción del juego propuesta por Johan Huizinga, Wikipedia sería un ejemplo de cultura que «se juega», sin que eso, en modo alguno, comprometa en principio la seriedad de su propósito. En este contexto, la invocación a los expertos supone un molesto contratiempo, que bien pudiera resolverse evocando el grito que Jean-François Lyotard dirigiera, en nombre de los posmodernos, a sus críticos: «¡Dejadnos jugar en paz!»
Encontramos aquí un evidente paralelismo con algunos rasgos propios de la escritura digital, tal como, sobre todo, se hace visible en los blogs. Sarah Boxer se ha referido al usuario de estos últimos como alguien que salta de un sitio a otro, que sigue distintos hipervínculos, que se solaza en la atención fragmentaria y gusta de la provocación. El continente hace el contenido: cuando se escribe aquí, se escribe así. Y cita a Jessica Cutler, autora de un blog, quien dice: «Todo el mundo debería tener un blog. Es lo más democrático del mundo»23. También Wikipedia es democrática: todos pueden participar y nadie es mejor que los demás: a quien no le guste, que se quede en la puerta. Stacy Schiff ha aludido también a ello: «Wikipedia ofrece infinitas posibilidades para la autoexpresión»24. Si en los blogs la identidad se exhibe, en Wikipedia se expresa anónimamente, pero se realiza gloriosamente. No es de extrañar que el severo Die Zeit la haya descrito como una «estrambótica feria de las vanidades»25. Menos evidente parece la sugerencia de Schiff, según la cual esa necesidad democrática de expresión responde al fracaso de los medios tradicionales y de las instituciones representativas; más bien, se diría, responde al surgimiento de la posibilidad misma de hacerlo: eso que, en relación con otros asuntos, llamó Sánchez Ferlosio «la perversión funcional del instrumento»: todo aquello que puede usarse, termina por usarse.
Ahora bien, tal como se pregunta Kerstin Kohlenberg, si Wikipedia funciona hacia dentro como comunidad, ¿funciona hacia fuera como enciclopedia? Sí y no; depende. Para empezar, no es cierto que Wikipedia nunca sea fiable: muchos de sus artículos son excelentes, aunque muchos otros sean incompletos o mediocres. Se diría que es una cuestión de suerte que un tema se halle bien o mal tratado; no es, en modo alguno, una enciclopedia sistemática. Pese a lo cual, quien posea capacidad de discernimiento no debe tener demasiados problemas para extraer lo mejor de Wikipedia, que posiblemente se encuentra en su diversidad y eclecticismo, en su capacidad para convertirse en el depósito natural de la cultura popular, así como en sus distintivas posibilidades técnicas. Un lector avezado compara, distingue, selecciona; a cambio, puede ser traicionera para el lector generalista y poco avisado. Y resulta inquietante pensar qué sucederá cuando la cultura digital deje de estar sostenida por usuarios que empezaron en los libros y han acabado delante del ordenador, para ser reemplazados por quienes nunca conocieron otra cosa que la pantalla. De todos modos, conviene anotar aquí una cautela: aunque hablemos de democratización del conocimiento, Wikipedia no es tan popular como la prensa rosa. Así que el daño que podrían producir sus taras tampoco debe exagerarse.
Sea como fuere, el mejor modo de entender –y aceptar– la Wikipedia es aplicar una suerte de pragmatismo posmoderno. No tiene mucho sentido condenarla; tampoco es razonable santificarla. Es útil para algunas cosas e inútil para otras; su desarrollo futuro es, por lo demás, imprevisible, hasta el punto de que no puede descartarse su estancamiento o declive26. Y siendo cierto que no se ha convertido, en modo alguno, en el emblema de una nueva República Digital de Aprendizaje, representa inmejorablemente la transformación que experimenta, a ojos vista, nuestra cultura: es un destilado natural de lo mejor y lo peor de nuestro tiempo. Tal como dicen sus defensores: «Tiene sentido considerar a los wikipedians como los nuevos enciclopedistas, pero quizás es más preciso juzgar su empeño como la creación de un nuevo tipo de fuente terciaria, pensada para un mundo interconectado y con acceso gratuito»27. Aproximadamente. Y quizá no habría podido desarrollarse nunca sin esos mismos elementos –comunidad, juego, identidad– a los que podemos atribuir también sus evidentes insuficiencias. Sigamos jugando.
BIBLIOGRAFÍA
• Phoebe Ayers: Charles Matthews y Ben Yates, How Wikipedia Works. And How You Can Be a Part of It, San Francisco, No Starch Press, 2008.
• Nicholson Baker: «The Charms of Wikipedia», The New York Review of Books, vol. 55, núm. 4 (20 de marzo de 2008).
• John Broughton: Wikipedia. The Missing Manual, Sebastopol, O’Reilly Media, 2008.
• Sarah Boxer: «Blogs», The New York Review of Books, 14 de febrero de 2008, pp. 16-20.
• Robert Darnton: «Google and the Future of Books», The New York Review of Books, vol. 56, núm. 2 (12 de febrero de 2009).
• Paul Duguid: «Netizens Awake», The Times Literary Supplement, 7 de julio de 2006, pp. 5-6.
• Pierre Gourdain et al.: La revolución Wikipedia, trad. de Magalí Martínez, Madrid, Alianza, 2008.
• Friedrich H. Hayek: «The use of knowledge in society», en Individualism and Economic Order, Routledge & Kegan Paul, Londres, 1976 (e.o. 1949).
• Johan Huizinga: Homo ludens, trad. de Eugenio Imaz, Madrid, Alianza, 2000.
• Torsten Kleinz: «Die Anti-Wikipedias», Die Zeit, 2 de mayo de 2007.
• Kerstin Kohlenberg: «Die anarchische Wiki-Welt», Die Zeit, 7 de septiembre de 2006.
• Andreas Neus: «Managing Information Quality in Virtual Communities of Practice. Lessons learned from a decade’s experience with exploding Internet communication», Proceedings of the 6th International Conference on Information Quality, MIT Press, Cambridge, 2001, pp. 119-131.
• Carmen Pérez-Lanzac: «¿Debemos fiarnos de la Wikipedia?», El País, 10 de junio de 2009, p. 34.
• Stacy Schiff: «Know it all. Can Wikipedia conquer expertise?», The New Yorker, julio de 2006.
• Alana Semuels: «Wikipedia’s Tin-cup Approach Wears Thin», Los Angeles Times, 10 de marzo de 2008.
• The Economist: «The Battle for Wikipedia’s Soul», 6 de marzo de 2008.
• The Economist: «Fair Comment», Technology Quarterly, 7 de marzo de 2009.
• Sam Vaknin: «The Six Sins of the Wikipedia», American Chronicle, 2 de julio de 2006.
NOTAS
1. Vamos por orden. Entre esas réplicas se encuentra, significativamente, Citizendium, proyecto lanzado por uno de los dos fundadores de Wikipedia, Larry Sanger, que ha sacrificado la popularidad en nombre de un rigor, a su juicio, ausente en su primera criatura. La Conservapedia es iniciativa de Andrew Schlafly, activista norteamericano irritado por la ausencia en Wikipedia de un punto de vista conservador. Y en cuanto a las enciclopedias de toda la vida, desde la Británica al Larousse, han acusado un claro descenso de sus ventas y, acaso, el impacto de un discutido estudio de Nature que comparaba la fiabilidad de Wikipedia con la de la provecta Enciclopedia Británica en términos favorables a la primera. Tanto Larousse como la propia Británica han reaccionado por imitación: permitiendo a los internautas la generación de contenidos en sus ediciones digitales (sobre esto, véase el artículo de Carmen Pérez-Lanzac; sobre lo anterior, el texto de Torsten Kleinz). Decía a veces Francisco Umbral en sus columnas que no iba «a levantarse ahora» a comprobar una cita de la que no estaba del todo seguro; la diferencia entre Wikipedia y la Británica bien puede empezar por ese levantarse o no de la mesa. ↩
2. «Wikipedia founder Jimmy Wales responds», en Slashdot, marzo de 2001 (http://interviews.slashdot.org/article.pl?sid=04/07/28/1351230). ↩
3. Darnton, p. 1. ↩
4. Stacy Schiff, p. 7. ↩
5. Citado en Ayers et al., p. 31. ↩
6. Boxer, p. 17. ↩
7. Ayers et al., p. 157. ↩
8. Friedrich A. Hayek, p. 91 (la cursiva es mía). ↩
9. Ayers, et al., p. 44. ↩
10. Sólo casi, porque no es cierto que Internet carezca del todo de servidumbres físicas; no todo en él vive en la nube. Los centros de datos que permiten la existencia misma de la red pueden tener el tamaño de varios campos de fútbol y contienen miles de computadoras conectadas a Internet mediante cables de fibra óptica ultrarrápida. Son grandes, costosos y requieren de ciertas condiciones de humedad y temperatura para funcionar correctamente. En Estados Unidos, por ejemplo, habrá casi dieciséis millones de ellos en 2010, tres veces más que hace apenas diez años. Wikipedia se sirve de 350 servidores. Y alguien tiene que pagar esto. ↩
11. Ayers, et al., p. 209. ↩
12. Sobre esto, véase el artículo de Semuels. ↩
13. Véase el artículo de Sam Vaknin. ↩
14. Kerstin Kohlenberg, p. 5. ↩
15. A juicio de The Economist que, si bien esto es signo de la madurez e importancia de la Wikipedia, puede alejar al contribuyente ordinario, es decir, aquel que no se convierte en un leguleyo (wiki-lawyering) para hacer valer su criterio (véase The Economist, 2008). Al mismo tiempo, las dificultades para realizar contribuciones que no sean inmediatamente discutidas habrían llevado a un conjunto de anteriores editores a crear la página Missing Wikipedians, donde cuelgan sus contribuciones. Estas razones explicarían el descenso en el ritmo de entrada de artículos experimentado en 2007 y 2008. ↩
16. Kohlenberg habla de la Wiki-Ideologie: cuanto más fuerte es la comunidad, mejor será el artículo. ↩
17. La ausencia de control centralizado sería suplida por la adhesión de los participantes a una serie de valores comunes, a saber: el valor de la información abierta; el compromiso de compartir el conocimiento globalmente; el multiculturalismo, la diversidad y el multilingüismo; la ecuanimidad en la representación de los distintos puntos de vista. No hay centro, pero sí la estructura que proporcionan las distintas discusiones acerca de los aspectos editoriales o administrativos del sitio (véase Ayers et al., p. 360). ↩
18. Ayers et al., p. 356. ↩
19. Ayers et al.., p. 55. ↩
20. Ayers et al., p. 197. ↩
21. Schiff, p. 7. ↩
22. Baker, p. 4. ↩
23. Boxer, p. 18 ↩
24. Schiff, p. 7. ↩
25. Kohlenberg, p. 8. ↩
26. Ha salido a la luz, justo antes de cerrar este texto, un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, según el cual el número de voluntarios que abandonaron el proyecto Wikipedia durante el año 2007 fue, por vez primera, mayor que las nuevas incorporaciones. También se señala que sólo uno de cada mil cien artículos alcanza, pasados tres años desde su elaboración, el grado de calidad necesario. Finalmente, se constata que apenas el 10% de los editores es responsable del 90% de la producción. No obstante, difícilmente hay que considerar una mala noticia una futura Wikipedia abandonada por sus diletantes y sostenida por sus fieles.
27. Ayers et al., p. 57.
Es ciertamente difícil hablar de Wikipedia sin recurrir –como decía Pessoa– a la cobardía del ejemplo. Durante los últimos años, de hecho, hemos tenido noticia regular de episodios similares. Sin embargo, nadie parece tener claro qué conclusión extraer de los mismos: la enciclopedia es defendida, atacada e ignorada a partes iguales. Pero es evidente que el desconocido apparatchik conservador la corrigió porque pensó que los británicos se dirigirían a ella para comprobar quién tenía razón, si el primer ministro o el líder de la oposición, en la inopinada querella acerca de la muerte de Tiziano. Y probablemente no se equivocaba. Desde su aparición, en enero de 2001, Wikipedia ha crecido vertiginosamente, hasta alcanzar, ocho años después, los trece millones de artículos, en 262 lenguas distintas; su edición anglosajona contiene casi tres millones de entradas y otras veinticuatro ediciones poseen, al menos, cien mil. Así, por ejemplo, la página dedicada a Michael Jackson ha recibido treinta millones de visitas desde su fallecimiento. Aunque su visibilidad es quizá menor en un país tan atrasado como España, Wikipedia ha alcanzado ya una importancia formidable como fuente de información y –fama obliga– controversia. Semejante éxito ha servido para inspirar algunas réplicas, poner en marcha una contraparte ideológica –la Conservapedia– llamada a combatir el sesgo progresista de Wikipedia y provocar, incluso, un razonable pánico en las enciclopedias tradicionales1. Desde luego, no es poco.
Sus fundadores y comentaristas, empero, formulan objetivos más ambiciosos. Habla Jimmy Wales, cofundador y, todavía hoy, máximo gestor de la enciclopedia: «Imaginemos un mundo donde cualquier persona tiene libre acceso a la suma de todo el conocimiento humano. Eso es lo que nosotros estamos haciendo»2. Wikipedia sería, junto a iniciativas como Google Books, la avanzadilla de un cambio tecnológico que comporta un cambio cultural; o viceversa. Robert Darnton saludaba así, en las páginas de The New York Review of Books, el acceso libre a un creciente número de plataformas de artículos digitalizados: «La democratización del conocimiento parece estar a nuestro alcance. Podemos hacer realidad el ideal de la Ilustración [...]: una República Digital de Aprendizaje»3. Desde este punto de vista, el viejo problema del acceso a la información quedaría resuelto de una vez por todas; su velocidad de circulación crecerá exponencialmente y, como resultado, la humanidad dará lo mejor de sí misma. Borges meets Asimov.
Sin embargo, cuando allá por 2001 Jimmy Wales hablaba de todo el conocimiento humano, acaso ignoraba que sus palabras terminarían adoptando un sentido literal: Wikipedia alberga la biografía de quinientos personajes de Pokémon, popular videojuego de origen japonés. En su versión española, Ana Obregón recibe más y mejor atención que Ricardo de la Cierva. Y así sucesivamente. Al mismo tiempo, su fiabilidad ha sido cuestionada por distintos estudios, como el ameno La revolución Wikipedia, disponible en español. Tal como se pregunta Stacy Schiff desde la atalaya de The New Yorker: «¿Qué decir de una enciclopedia que a veces es precisa, a veces no lo es, y a veces es analfabeta?»4. Se pueden decir muchas cosas. Y puede jugarse con las metáforas. Pero antes es conveniente saber cómo hemos llegado hasta aquí.
¡ES LA TECNOLOGÍA, ESTÚPIDO!
Wikipedia es una enciclopedia digital basada en una herramienta de software libre, la wiki, que permite a cualquier usuario editar en cualquier momento el contenido de cualquier página. Su ideal es la combinación de la vieja vocación enciclopédica con las nuevas posibilidades tecnológicas. Si Umberto Eco dijo una vez que el principal deber de una persona culta es estar dispuesto en todo momento a reescribir la enciclopedia, Wikipedia habría convertido este tropo en realidad5.
Aunque su fundación data de 2001 y las ideas que la animan proceden confesamente del ímpetu racionalista y documental de la Ilustración europea, Wikipedia tiene sus orígenes en el movimiento del software libre. Desde los años sesenta del pasado siglo, este popular movimiento preconiza la libertad en el uso, adaptación y reconfiguración de los programas informáticos, en la creencia de que éstos mejorarán mediante el ejercicio de esta suerte de inteligencia colectiva. Wikipedia no sólo se basa en una herramienta de software libre, sino que comparte su filosofía: bautizada por su creador, Howard G. Cunningham, con una palabra hawaiana que significa «rápido», la wiki permite la elaboración del contenido de una página por sus usuarios: cualquiera puede verla y editarla, sin la intervención de ningún moderador, ni la fijación de filtro alguno; los cambios, además, admiten reversión. Se trata, con todo ello, de acelerar cooperativamente la generación y mejora de información: lo que uno no sepa, lo sabrá otro. De modo que una wiki no es sólo un instrumento tecnológico, sino una forma de organizar la colaboración entre individuos. Y aunque ya existían comunidades digitales basadas en la wiki, ahora se emplea este recurso con un fin bien concreto: dar forma a una enciclopedia mediante el uso de este instrumento técnico.
Es natural, entonces, que Wikipedia explote las posibilidades intrínsecas al medio que la hace posible. Esto significa que la adaptabilidad y el cambio son sus rasgos definitorios: la Wikipedia no es estática, ni posee nunca una forma definitiva; todos sus artículos son, por definición, provisionales. Es tentador considerarla, à la Baumann, símbolo oficial del conocimiento líquido. Sin embargo, que Wikipedia sea una enciclopedia digital –en lugar de ser sólo una enciclopedia– se manifiesta asimismo en el empleo de otra herramienta técnica: el hipertexto. O posibilidad de incluir en un artículo vínculos que conducen a otros artículos: una página es una página. Wikipedia puede así leerse en cualquier orden y admite múltiples itinerarios. Para algunos lectores, esto es una distracción; para otros, una fuente infinita de posibilidades. Sarah Boxer ha celebrado «el ethos asociativo y la obsesión con la conexión» propia de Internet, algo que, sencillamente, no cabe en un libro6. Y es que el hipertexto no es prosa: «Wikipedia está diseñada para navegar entre múltiples artículos interconectados»7. De ahí que se denomine huérfano a aquellos de sus artículos que carecen de links y sean, ay, candidatos instantáneos a la supresión.
A la vista de todo esto, difícilmente sorprenderá que los fundadores de Wikipedia se hayan referido a un artículo seminal de Friedrich A. Hayek acerca del uso social del conocimiento, que operó en ellos a la manera de un chispazo de inspiración. En aquel texto de 1949, Hayek arranca de un hecho –la dispersión del conocimiento útil en la sociedad– para constatar que la planificación centralizada no resuelve el problema subsiguiente –cómo extender el alcance de nuestro empleo de los recursos más allá del alcance de las mentes individuales– y recomendar un orden descentralizado como el más adecuado sistema de distribución de información. Y ello a la vista de «la inevitable imperfección del conocimiento del hombre y la correspondiente necesidad de un proceso mediante el cual el conocimiento sea constantemente adquirido y comunicado»8. ¡Alehop! Wikipedia trata de aplicar este razonamiento a la producción del conocimiento enciclopédico, aprovechando la dramática reducción que Internet procura en los costes de la cooperación: «Llama a sus muchos lectores a convertirse en escritores, redactores y editores, permitiendo a cualquiera hacer una pregunta o enmendar información incorrecta»9. Y –parece– funciona. Después de un par de proyectos frustrados, Wikipedia arranca, de la mano de los norteamericanos Jimmy Wales y Larry Sanger, el 15 de enero de 2001. Obtiene un éxito inmediato y, seis años más tarde, es el octavo sitio más visitado de la red.
WIKIPEDIA POR DENTRO
Pero, si Wikipedia funciona, ¿cómo lo hace exactamente? Es preciso conocer un mecanismo para entender sus averías. Cabría esperar que, en vista del éxito cosechado, ese mecanismo fuera más bien sencillo. Y, verdaderamente, así es, por más que incluya grados variables de sofisticación para quien quiera pasar de aficionado dominical a iniciado a tiempo completo.
Para participar, basta con una conexión a Internet. ¡Y aún la cobran como un suplemento en muchos hoteles! Son posibles tanto el anonimato como el pseudónimo. Cualquier cambio realizado en cualquier página es visible de inmediato; sólo está restringido el acceso a aquellas que están protegidas por su carácter técnico, o semiprotegidas por su conflictividad: así, es necesario registrar la propia IP para editar páginas sobre celebridades, George Bush o Dios, por mencionar algunas. Todos los artículos poseen un historial, en el que pueden rastrearse los cambios realizados; su complemento es la aneja página de discusión, especie de sala de conversación –o trifulca– entre editores y lectores. Todas las Wikipedias posibles están, pues, contenidas en Wikipedia. Más material para la metáfora.
Ahora bien, contra el cliché, Wikipedia posee reglas o, cuando menos, recomendaciones en forma de reglas; cuestión distinta es el respeto que se muestre hacia ellas. Su política de edición exige que los artículos sean neutrales y verificables: así como todos los puntos de vista deben estar representados ecuánimemente, todas las afirmaciones deben remitir a fuentes externas a la propia enciclopedia. No se trata de reemplazar al especialista, sino de facilitar el acceso al material del especialista. Según el Manual de estilo desarrollado por la comunidad de usuarios de la Wikipedia anglosajona, el artículo ideal informa suficientemente al lector a través de una prosa sencilla y ágil, incluye material gráfico y fundamenta todas sus afirmaciones. Existe, no obstante, una cierta tensión entre esta sobria formulación y la política básica en que desembocan sus distintos principios editoriales, que parece más bien un himno punk: Ignora todas las reglas. Y su coda: Sé atrevido. Esta oscilación permanente entre el ideal racionalista y la épica adolescente no es extraña a Wikipedia, aunque, bien mirado, trasluce también un entusiasmo de raigambre puramente estadounidense.
Sin duda, una de las principales virtudes de Wikipedia es la extraordinaria diversidad de su contenido. Y aunque es cierto que en torno a dos tercios de sus artículos nunca superan el estadio de mero resumen o apunte sobre un tema, otro tercio posee la suficiente profundidad para ser tenido en cuenta. Todo cabe: desde temas tradicionales de enciclopedia hasta artículos sobre personajes de ficción, pasando por empresas, infraestructuras, lugares, sucesos de actualidad y trivialidades varias. Así, pueden encontrarse excelentes artículos dedicados a George Eliot, Snoopy, la isla de Corfú o la batalla de Austerlitz, pero también a Star Trek, el PVC y –el humor en Wikipedia– bandas de heavy metal cuyo nombre contiene la Umlaut alemana (haberlas, haylas: de Mötley Crüe a Motörhead). Frente a la enciclopedia clásica, con su limitación física, Wikipedia participa del atributo digital de la ausencia de límites: un saber que no ocupa lugar; o casi10. Junto a los artículos, encontramos un sorprendente número de páginas –diez millones– dedicadas a discusión de contenidos, a la infraestructura técnica y a la administración interna. Es entonces cuando uno descubre las catacumbas de Wikipedia, o sea, la ingente cantidad de tareas necesarias para su mantenimiento y mejora, acometidas por eso que se llama la comunidad.
¿Quiénes forman parte de esta comunidad? Aquellos usuarios que desean formar parte de ella y que actualizan esa pertenencia a través de su participación: una tautología en acción. Las tareas de los wikipedians consisten, por ejemplo, en señalar la necesidad de fuentes en los artículos que carecen de ellas, en dirigir un término al artículo correspondiente, en evitar duplicaciones, en dividir textos demasiado largos, en crear categorías y subcategorías, o en combatir el así denominado vandalismo o desinformación intencionada. Ésta puede ser pueril, como insultar a Dick Cheney, pero también nabokovianamente perversa: basta alterar la fecha de una batalla para amargar el día a un puñado de historiadores. Algunos editores se dedican a combatirla, y ha llegado a crearse una Unidad de Contravandalismo, con enseña propia y todo. Hay que contar también, no obstante, con los errores no intencionados y con la información que, sencillamente, está ausente. Los editores, que parecen tener mucho tiempo libre, se ocupan de todo esto. Y el credo subyacente es inequívoco: «Wikipedia se cura a sí misma»11. Sin embargo, esta política no ha funcionado todo lo bien que sería deseable, razón por la cual la Wikipedia anglosajona ha seguido, un año después, los pasos de la versión alemana: el contenido de las páginas relativas a personas todavía vivas habrá de ser corroborado a partir de ahora por un cuerpo de editores antes de su publicación. Aunque no todas las tareas son tan ingratas. Esta comunidad de editores también señala la excelencia de algunos artículos –mejores cuanto más nutridos de referencias– u organizan Wikiprojects para tratar de fomentar la atención a áreas concretas de conocimiento: así el Wikiproject para Anfibios y Reptiles.
Es difícil, no obstante, hablar inequívocamente de una comunidad, dada la diversidad de los contribuyentes. Hay muchos jóvenes, pero también jubilados; y tanto aficionados como académicos. En cambio, apenas hay mujeres: aproximadamente el 80% de los participantes en Wikipedia son varones. Aunque no hay una explicación oficial al respecto –supuesto que haya necesidad de la misma–, se ha sugerido que el tono general de las controversias es demasiado agresivo y aleja al espíritu femenino; para evitarlo, se creó en 2007 el WikiChix Group, espacio para la discusión y el debate exclusivamente femenino; así sea. Esta comunidad digital ha desarrollado un vocabulario distintivo y propio, además de una ingente cantidad de reglas y procedimientos de funcionamiento interno; incluso tiene una mascota, la Wikipede.
Aunque, a veces, la comunidad se haga carne mediante la celebración de unos congresos llamados Wikimanía, el último de los cuales se celebró este año en Buenos Aires, su existencia ordinaria es virtual y tiene en el llamado Village Pump su lugar de reunión para el tratamiento de temas diversos. La gestión externa, en cambio, corresponde a la Fundación Wikipedia, presidida por Jimmy Wales y radicada en San Francisco. Es una organización sin ánimo de lucro, gobernada por un consejo de administración, encargada de aspectos sustanciales del gobierno de Wikipedia. La fundación, por ejemplo, da su visto bueno al lanzamiento de ediciones en otras lenguas. Basta con que exista un suficiente potencial de usuarios y concurran voluntarios para hacerse cargo del proyecto. La Wikipedia alemana, de tono más académico que las demás, nace ya en 2001; entre las curiosidades, debe hacerse mención de las Wikipedias en catalán y esperanto, así como la breve singladura de una Wikipedia en klingon, la lengua de los trekkies, o seguidores de Star Trek, prohibida por Jimmy Wales en un alarde de seriedad epistemológica.
QUIEN PAGA, MANDA
Es la fundación, también, la que se ocupa de las cuentas de Wikipedia. Y aunque es fácil recurrir al cinismo a la hora de juzgar el hecho de que Wikipedia no posea publicidad, no deja de ser un rasgo encomiable que ayuda a preservar la integridad –ya guste o repela– de su propósito. Sobre todo, porque esta renuncia tiene un precio: la inestabilidad financiera y la necesidad de buscar sin pausa donaciones con las que, a veces no tan encomiablemente, sostener un proyecto cada vez más costoso.
Tanto, de hecho, que la pasada Navidad Wikipedia hubo de lanzar una campaña de salvamento –que incluía un vídeo donde Jimmy Wales se retorcía las manos en un gesto de desesperación– ante la insuficiencia de los fondos recaudados durante el año para cubrir un presupuesto de seis millones de dólares. Sólo se habían cubierto, a fecha de 24 de diciembre, 3,8 millones. Nada extraño, si tenemos en cuenta que los cuarenta y cinco mil donantes individuales dan una media de 33 dólares por cabeza, lo que equivale a un tercio de las necesidades totales. Pero en apenas cinco días los internautas del mundo respondieron generosamente y Wikipedia pudo, con un épico ingreso adicional de 2,3 millones, superar sus objetivos y alcanzar los 6,1 millones de dólares. ¿Y para qué sirve este dinero? Un tercio de este presupuesto se destina a gastos de mantenimiento tecnológico y algo menos de esa cantidad a la administración del sitio; partidas menores financian los programas, campañas e iniciativas desarrolladas por la Fundación Wikipedia, el salario del director ejecutivo y su personal, los gastos jurídicos, los emolumentos del consejo de administración y sus desplazamientos varios.
Sin embargo, a pesar de que esta campaña haya funcionado, no parece que pedir auxilio anualmente sea una fórmula sostenible. Máxime si, además de sobrevivir, se trata también de crecer o de innovar. Si Wikipedia no quiere morir de éxito, en fin, necesita alternativas. Sucede que éstas pueden comprometer la pureza del propósito y desalentar a quienes mantienen un vínculo emocional con la enciclopedia: a la manera de un logo comercial, Wikipedia depende de su reputación. Y esta reputación, a su vez, parece depender de su fidelidad a los principios fundacionales. ¿Cómo recaudar dinero, entonces, sin comprometer el sentido de la empresa?
Ya existen algunos mecanismos. La fundación obtiene cerca de un 2% de su presupuesto por vías alternativas a la donación directa. Por ejemplo, ha cedido el uso de su logotipo a Nokia para publicitar un nuevo modelo de teléfono; o ha cobrado a algunas páginas web, como Answers.com, por actualizaciones inmediatas de contenidos. En otras ocasiones, se trata de estímulos concretos: un profesor del MIT, Philip Greenspun, ha donado recientemente veinte mil dólares para lanzar un proyecto, el Greenspun Illustration Project, que pagará una modesta cantidad a aquellos dibujantes que mejoren la cantidad y calidad media de las ilustraciones en Wikipedia. Idéntica cantidad fue entregada por Deutsche Telekom a la Wikipedia alemana por haber integrado en sus webs el contenido de aquélla; o así se dijo. También en Alemania, y de un modo inequívocamente europeo, el Estado concedió una subvención a Wikipedia para la mejora de la información acerca de las energías renovables: quien paga, ciertamente, manda12.
Naturalmente, el problema que plantean este tipo de ayudas es que se compadecen mal con la política de neutralidad de Wikipedia, y peor aún con el ideal enciclopédico que la inspira. Su propia índole facilita, por añadidura, el trapicheo. Recientemente, el fundador del Timpanogas Research Group sostuvo que Jimmy Wales había accedido a dar protección especial a la página de Wikipedia dedicada a su grupo, a cambio de una donación de cinco mil dólares. En un registro algo más pedestre, un editor de Wikipedia llegó a colgar en la red una oferta que rezaba así: «Soy un experimentado administrador senior de Wikipedia, autor de muchos artículos y responsable de aspectos técnicos de la misma. Si necesitas un buen perfil en ella, mi dilatada experiencia puede serte de ayuda». Estas corruptelas comprometen seriamente la imagen de Wikipedia, sin resolver sus problemas económicos. Salvo que se incluya publicidad o se cobre a los usuarios, resulta difícil pensar en un equilibrio presupuestario razonable.
Ya que, si bien para algunos puede resultar inverosímil que una empresa como Wikipedia pueda coquetear con la desaparición, lo cierto es que sus dificultades son las mismas que aquejan a la mayor parte de las empresas que crean contenidos en la red, en lugar de limitarse a recogerlos de los demás. Es un problema creciente, que ya ha desestabilizado seriamente a muchos medios tradicionales y a buena parte de la llamada industria cultural: de los periódicos a las compañías discográficas. Y es que la cultura de la gratuidad es como la vida bohemia: inmejorable para quien la disfruta, pero onerosa para quien la paga. Mientras siga pagándola.
HUMANA, DEMASIADO HUMANA
Hasta aquí, la Wikipedia oficial. Sus muchos críticos, sin embargo, sostienen que la Wikipedia real es muy distinta. Más que una enciclopedia, dice Sam Vaknin, es «una comunidad de usuarios que intercambia información ecléctica de forma regular»13. ¡Un club de amigos! Más que la calidad de la edición, contaría la cantidad de lo editado; la ausencia de control centralizado degeneraría en anarquía; abundarían la trivialidad y el error. Wikipedia, entonces, puede ser muchas cosas, pero no lo que dice querer ser. Donde mejor puede apreciarse este tenor crítico es en las denominadas guerras editoriales y en el subsiguiente conflicto entre dos formas distintas de entender la Wikipedia: inclusionismo y exclusionismo. ¿Debe la Wikipedia abarcar cualquier aspecto del conocimiento humano, por banal que sea, o adoptar una política editorial más estricta para convertirse en una fuente más reputada? ¿Son los Simpson de Matt Groening un asunto de enciclopedia, digno de tener mejores páginas en inglés, español, francés y alemán que Alexander Solzhenitsyn? Para los inclusionistas, reducir la banalidad no contribuye a aumentar la seriedad; para los exclusionistas, lo contrario: quien ve a Britney Spears ya no se anima a escribir sobre Yasujiro Ozu. Esta querella se ha hecho carne en la persona de los dos fundadores del proyecto, ilustrando de paso el conflicto entre una forma tradicional de acumulación del saber y un experimento –digamos– democrático de generación del mismo. Si Jimmy Wales ha defendido la Wikipedia realmente existente, Larry Sanger la ha abandonado. Aquél, de hecho, ha protagonizado un controvertido caso al crear himself un artículo sobre un restaurante surafricano, Mzoli’s, donde había almorzado satisfactoriamente. ¿Un restaurante desconocido en una enciclopedia? En palabras de Kerstin Kohlenberg: «Sanger quería eficiencia, calidad y concentración; su rival quería libertad. Sanger quería una enciclopedia perfecta; su rival, una comunidad perfecta»14. Esta referencia a la comunidad adquiere pleno sentido si se considera el modo en que Wikipedia resuelve estos conflictos editoriales, ya se trate de decidir si un artículo tiene la relevancia necesaria para sobrevivir, o de zanjar una disputa en torno a una fecha controvertida. No es un asunto menor, si tenemos en cuenta que unos mil quinientos artículos, o proyectos de tales, son borrados a diario.
En realidad, no hay un proceso formal para la resolución de querellas. Wikipedia promueve la discusión orientada al consenso entre editores como procedimiento de decisión. Sólo aquellos casos en los que se juzga el comportamiento de los editores, antes que el contenido de sus aportaciones, conocen una solución distinta a través de un tribunal de arbitraje. Durante los últimos años, sin embargo, han crecido formidablemente las normas sobre gobernanza y política editorial, lo que en la práctica supone que la participación en los procedimientos de supresión de artículos demanda mucha paciencia y no poca capacidad para formar alianzas y forjar así el requerido acuerdo15. Cuanto más se participa, de más autoridad se disfruta: los controles son antes sociales que cualitativos16. Hasta cierto punto, se trata de un rasgo frecuente en las comunidades digitales. Amazon ha tenido que rectificar el criterio con que clasificaba las reseñas elaboradas por los usuarios sobre sus productos a la vista de la desenfrenada carrera acumulativa emprendida por algunos de ellos: Harriet Klausner, el más prolífico, resultó ser el autor de dieciocho mil críticas de artefactos culturales; una cifra delirante. Por otro lado, las querellas son a menudo bien poco elegantes, algo que, sumado al funcionamiento permanente de robots dedicados a borrar obscenidades y a los bloqueos provisionales o definitivos de las direcciones IP dedicadas al vandalismo, proyectan una imagen de la Wikipedia distinta de la originalmente prevista: habíamos empezado en Diderot y hemos terminado en Saint-Just. Nada como abrir las puertas de par en par para que corra el aire fresco.
AGAMENÓN Y WIKIPEDIA
Ahora bien, ¿qué relación guardan entre sí Wikipedia y la verdad? Pregunta relevante sólo si sobreentendemos que una enciclopedia tiene que ser –aproximadamente– un depósito de hechos verificables sobre asuntos relevantes para el conocimiento humano. Recordemos que la idea original reza que la ausencia de control centralizado, en combinación con una serie de principios y procesos que orientan la generación del conocimiento, constituye la innovadora aportación de Wikipedia a la búsqueda de la verdad: ésta emergerá más fácilmente mediante la voluntaria cooperación de todos17. Es conocido el experimento de A. J. Jacobs, periodista de Esquire, que publicó un artículo poblado de errores y erratas intencionados, para recibir 224 correcciones en las primeras veinticuatro horas y otras 149 en las siguientes. ¿Cuánto tiempo habría llevado realizar el mismo número de correcciones en un documento del siglo XII?
Hay quienes ponen en cuestión, no obstante, que el ideal del software libre pueda aplicarse al saber enciclopédico. No todo es una cuestión de velocidad y acceso. ¿Cómo garantizar la fiabilidad del resultado final? Paul Duguid duda de que los métodos que aseguran la calidad del software libre viajen, junto con la tecnología, al terreno enciclopédico. Mientras que existe un estándar objetivo para medir la calidad del software así creado –a saber: si funciona o no–, no parece ocurrir lo mismo con la verdad. Y ello, porque no existe manera de garantizar que la información contenida en un artículo generado colectivamente sea fiable si no existe un procedimiento reglado de revisión donde un experto tenga, por razón de su mayor conocimiento, la última palabra: el ancien régime del saber.
Quizá, sin embargo, no convenga poner tanto énfasis en la verdad si queremos entender lo que es Wikipedia. Es decir, más que un modelo de veracidad indiscutible, Wikipedia sería un marco para la búsqueda desjerarquizada de una veracidad aproximada. Y ello en un contexto donde la cultura popular fagocita sin contemplaciones a la vieja cultura culta. De ahí que Larry Sanger haya distinguido entre un conocimiento útil y un conocimiento fiable, sosteniendo a continuación que Wikipedia supera a las demás fuentes en lo primero, pese a que sus ambiguas virtudes le impidan ser, también, un ejemplo constante en lo segundo. Stacy Schiff ha señalado que, al igual que ocurrió con la Enciclopédie de Diderot y compañía, la Wikipedia es una combinación de manifiesto político-cultural y obra de referencia: lo que Wikipedia hace es señalar una nueva forma de hacer las cosas. Un modus operandi que refleja fielmente las características de su medio ambiente, que no es otro que Internet.
Esto se manifiesta inmediatamente en un problema que aqueja a muchos artículos de Wikipedia: su dependencia respecto de la información contenida en la propia red. Si no hay en ésta material suficiente para escribir un artículo fiable sobre una materia, el artículo será pobre; y, quizás, al revés. Dice Paul Duguid que lo que no está en Internet, sencillamente, no existe, en un proceso de exclusión que se retroalimenta sin pausa. Semejante autorreferencialidad alcanza su cenit en las innumerables páginas que Wikipedia dedica a sí misma. Este narcisismo adolescente es aplaudido por Phoebe Ayers: «Los wikipedians adoran escribir sobre Wikipedia»18. Son también ellos quienes llevan a la práctica un rasgo prominente de la enciclopedia, directamente relacionado con el antedescrito problema de su fiabilidad: la completa disolución de las nociones de autoría y autoridad.
Efectivamente, Wikipedia formula una política igualitaria de edición, en la que un experto posee los mismos privilegios que cualquier otro contribuyente. La autoridad académica no basta en Wikipedia: el conocimiento debe manifestarse durante el proceso de discusión y edición. Es ilustrativo, a este respecto, el caso de William M. Connolley, profesor de climatología sancionado por editar comentarios escépticos sobre el cambio climático y por ampararse en su autoridad para hacerlo. En palabras de Ayers, esa sanción refleja –la cursiva es mía– el hecho de que «la capacidad para contribuir productivamente y en armonía con otros editores nada tiene que ver con el conocimiento que se tenga sobre una materia»19. No en vano, la cultura de Wikipedia lleva implícita la autoría colectiva: «Un artículo nunca es tuyo»20. Acaso este paradójico colectivismo individualista, en el que millones de solitarios cooperan anónimamente en un proyecto común y rechazan la superior autoridad de ninguno de ellos, pueda contemplarse de otro modo cuando averiguamos quiénes son esos editores y cómo contribuyen a la enciclopedia.
Que la mayor parte de las entradas tengan lugar durante el horario lectivo universitario ya podría ponernos en la pista acerca de la edad media de la mayor parte de los editores. No hay mejor ejemplo que el de quien resultó ser el máximo contribuyente a la enciclopedia a la altura de 2006, un estudiante de veinticuatro años de la Universidad de Toronto, responsable total o parcial de –atención– setenta y dos mil artículos. Para muchos, este es el secreto del éxito de Wikipedia: su igualitarismo. Para Nicholson Baker, su crecimiento se ha nutrido de las energías, antes desperdiciadas, de quienes carecen de credenciales; algo así como los descamisados globales del conocimiento. En la Wikipedia, cualquiera puede convertirse en un erudito: basta dedicar las horas necesarias a la edición y a la forja de alianzas sociales en los correspondientes pasillos burocráticos. ¿Se trata entonces de una revuelta contra los expertos? ¿O expresa un nuevo modo de concebir la verdad? Para Stacy Schiff, es más bien esto último. Wikipedia expresaría nuestra relación informal con la verdad, propia de un escenario posmoderno: «Ahora caminamos al descubierto, sin guía, sin horario. Somos libres para fijar nuestro itinerario; también para perdernos imprudente y gloriosamente. ¿Tu verdad o la mía?»21. Sorprendente intuición que termina por conducir la Wikipedia a una provincia bien diferente: la de la identidad, el juego, la comunidad.
INTERNET ERA UNA FIESTA
Que a menudo se atribuya a Wikipedia una dimensión contracultural y antielitista parece, efectivamente, apuntar en la dirección de un espacio voluntariamente apartado de los viejos canónes enciclopédicos para el mejor disfrute de una comunidad que toma forma mediante su elaboración. En fin de cuentas, un lector de la Enciclopedia Británica juzgará la Wikipedia, probablemente, poco seria. Jimmy Wales ha defendido su carácter a la vez divertido y adictivo, cualidad, esta última, que comparte con la mayor parte de los foros sociales y comunidades digitales. Incluso el vandalismo puede ser leído en esa clave, entre Diógenes y Apollinaire. Así lo cree Nicholson Baker: «Puede sonar caótico. [...] Pero es un juego»22. Escribir, corregir, conspirar. Si echamos mano de la justamente célebre concepción del juego propuesta por Johan Huizinga, Wikipedia sería un ejemplo de cultura que «se juega», sin que eso, en modo alguno, comprometa en principio la seriedad de su propósito. En este contexto, la invocación a los expertos supone un molesto contratiempo, que bien pudiera resolverse evocando el grito que Jean-François Lyotard dirigiera, en nombre de los posmodernos, a sus críticos: «¡Dejadnos jugar en paz!»
Encontramos aquí un evidente paralelismo con algunos rasgos propios de la escritura digital, tal como, sobre todo, se hace visible en los blogs. Sarah Boxer se ha referido al usuario de estos últimos como alguien que salta de un sitio a otro, que sigue distintos hipervínculos, que se solaza en la atención fragmentaria y gusta de la provocación. El continente hace el contenido: cuando se escribe aquí, se escribe así. Y cita a Jessica Cutler, autora de un blog, quien dice: «Todo el mundo debería tener un blog. Es lo más democrático del mundo»23. También Wikipedia es democrática: todos pueden participar y nadie es mejor que los demás: a quien no le guste, que se quede en la puerta. Stacy Schiff ha aludido también a ello: «Wikipedia ofrece infinitas posibilidades para la autoexpresión»24. Si en los blogs la identidad se exhibe, en Wikipedia se expresa anónimamente, pero se realiza gloriosamente. No es de extrañar que el severo Die Zeit la haya descrito como una «estrambótica feria de las vanidades»25. Menos evidente parece la sugerencia de Schiff, según la cual esa necesidad democrática de expresión responde al fracaso de los medios tradicionales y de las instituciones representativas; más bien, se diría, responde al surgimiento de la posibilidad misma de hacerlo: eso que, en relación con otros asuntos, llamó Sánchez Ferlosio «la perversión funcional del instrumento»: todo aquello que puede usarse, termina por usarse.
Ahora bien, tal como se pregunta Kerstin Kohlenberg, si Wikipedia funciona hacia dentro como comunidad, ¿funciona hacia fuera como enciclopedia? Sí y no; depende. Para empezar, no es cierto que Wikipedia nunca sea fiable: muchos de sus artículos son excelentes, aunque muchos otros sean incompletos o mediocres. Se diría que es una cuestión de suerte que un tema se halle bien o mal tratado; no es, en modo alguno, una enciclopedia sistemática. Pese a lo cual, quien posea capacidad de discernimiento no debe tener demasiados problemas para extraer lo mejor de Wikipedia, que posiblemente se encuentra en su diversidad y eclecticismo, en su capacidad para convertirse en el depósito natural de la cultura popular, así como en sus distintivas posibilidades técnicas. Un lector avezado compara, distingue, selecciona; a cambio, puede ser traicionera para el lector generalista y poco avisado. Y resulta inquietante pensar qué sucederá cuando la cultura digital deje de estar sostenida por usuarios que empezaron en los libros y han acabado delante del ordenador, para ser reemplazados por quienes nunca conocieron otra cosa que la pantalla. De todos modos, conviene anotar aquí una cautela: aunque hablemos de democratización del conocimiento, Wikipedia no es tan popular como la prensa rosa. Así que el daño que podrían producir sus taras tampoco debe exagerarse.
Sea como fuere, el mejor modo de entender –y aceptar– la Wikipedia es aplicar una suerte de pragmatismo posmoderno. No tiene mucho sentido condenarla; tampoco es razonable santificarla. Es útil para algunas cosas e inútil para otras; su desarrollo futuro es, por lo demás, imprevisible, hasta el punto de que no puede descartarse su estancamiento o declive26. Y siendo cierto que no se ha convertido, en modo alguno, en el emblema de una nueva República Digital de Aprendizaje, representa inmejorablemente la transformación que experimenta, a ojos vista, nuestra cultura: es un destilado natural de lo mejor y lo peor de nuestro tiempo. Tal como dicen sus defensores: «Tiene sentido considerar a los wikipedians como los nuevos enciclopedistas, pero quizás es más preciso juzgar su empeño como la creación de un nuevo tipo de fuente terciaria, pensada para un mundo interconectado y con acceso gratuito»27. Aproximadamente. Y quizá no habría podido desarrollarse nunca sin esos mismos elementos –comunidad, juego, identidad– a los que podemos atribuir también sus evidentes insuficiencias. Sigamos jugando.
BIBLIOGRAFÍA
• Phoebe Ayers: Charles Matthews y Ben Yates, How Wikipedia Works. And How You Can Be a Part of It, San Francisco, No Starch Press, 2008.
• Nicholson Baker: «The Charms of Wikipedia», The New York Review of Books, vol. 55, núm. 4 (20 de marzo de 2008).
• John Broughton: Wikipedia. The Missing Manual, Sebastopol, O’Reilly Media, 2008.
• Sarah Boxer: «Blogs», The New York Review of Books, 14 de febrero de 2008, pp. 16-20.
• Robert Darnton: «Google and the Future of Books», The New York Review of Books, vol. 56, núm. 2 (12 de febrero de 2009).
• Paul Duguid: «Netizens Awake», The Times Literary Supplement, 7 de julio de 2006, pp. 5-6.
• Pierre Gourdain et al.: La revolución Wikipedia, trad. de Magalí Martínez, Madrid, Alianza, 2008.
• Friedrich H. Hayek: «The use of knowledge in society», en Individualism and Economic Order, Routledge & Kegan Paul, Londres, 1976 (e.o. 1949).
• Johan Huizinga: Homo ludens, trad. de Eugenio Imaz, Madrid, Alianza, 2000.
• Torsten Kleinz: «Die Anti-Wikipedias», Die Zeit, 2 de mayo de 2007.
• Kerstin Kohlenberg: «Die anarchische Wiki-Welt», Die Zeit, 7 de septiembre de 2006.
• Andreas Neus: «Managing Information Quality in Virtual Communities of Practice. Lessons learned from a decade’s experience with exploding Internet communication», Proceedings of the 6th International Conference on Information Quality, MIT Press, Cambridge, 2001, pp. 119-131.
• Carmen Pérez-Lanzac: «¿Debemos fiarnos de la Wikipedia?», El País, 10 de junio de 2009, p. 34.
• Stacy Schiff: «Know it all. Can Wikipedia conquer expertise?», The New Yorker, julio de 2006.
• Alana Semuels: «Wikipedia’s Tin-cup Approach Wears Thin», Los Angeles Times, 10 de marzo de 2008.
• The Economist: «The Battle for Wikipedia’s Soul», 6 de marzo de 2008.
• The Economist: «Fair Comment», Technology Quarterly, 7 de marzo de 2009.
• Sam Vaknin: «The Six Sins of the Wikipedia», American Chronicle, 2 de julio de 2006.
NOTAS
1. Vamos por orden. Entre esas réplicas se encuentra, significativamente, Citizendium, proyecto lanzado por uno de los dos fundadores de Wikipedia, Larry Sanger, que ha sacrificado la popularidad en nombre de un rigor, a su juicio, ausente en su primera criatura. La Conservapedia es iniciativa de Andrew Schlafly, activista norteamericano irritado por la ausencia en Wikipedia de un punto de vista conservador. Y en cuanto a las enciclopedias de toda la vida, desde la Británica al Larousse, han acusado un claro descenso de sus ventas y, acaso, el impacto de un discutido estudio de Nature que comparaba la fiabilidad de Wikipedia con la de la provecta Enciclopedia Británica en términos favorables a la primera. Tanto Larousse como la propia Británica han reaccionado por imitación: permitiendo a los internautas la generación de contenidos en sus ediciones digitales (sobre esto, véase el artículo de Carmen Pérez-Lanzac; sobre lo anterior, el texto de Torsten Kleinz). Decía a veces Francisco Umbral en sus columnas que no iba «a levantarse ahora» a comprobar una cita de la que no estaba del todo seguro; la diferencia entre Wikipedia y la Británica bien puede empezar por ese levantarse o no de la mesa. ↩
2. «Wikipedia founder Jimmy Wales responds», en Slashdot, marzo de 2001 (http://interviews.slashdot.org/article.pl?sid=04/07/28/1351230). ↩
3. Darnton, p. 1. ↩
4. Stacy Schiff, p. 7. ↩
5. Citado en Ayers et al., p. 31. ↩
6. Boxer, p. 17. ↩
7. Ayers et al., p. 157. ↩
8. Friedrich A. Hayek, p. 91 (la cursiva es mía). ↩
9. Ayers, et al., p. 44. ↩
10. Sólo casi, porque no es cierto que Internet carezca del todo de servidumbres físicas; no todo en él vive en la nube. Los centros de datos que permiten la existencia misma de la red pueden tener el tamaño de varios campos de fútbol y contienen miles de computadoras conectadas a Internet mediante cables de fibra óptica ultrarrápida. Son grandes, costosos y requieren de ciertas condiciones de humedad y temperatura para funcionar correctamente. En Estados Unidos, por ejemplo, habrá casi dieciséis millones de ellos en 2010, tres veces más que hace apenas diez años. Wikipedia se sirve de 350 servidores. Y alguien tiene que pagar esto. ↩
11. Ayers, et al., p. 209. ↩
12. Sobre esto, véase el artículo de Semuels. ↩
13. Véase el artículo de Sam Vaknin. ↩
14. Kerstin Kohlenberg, p. 5. ↩
15. A juicio de The Economist que, si bien esto es signo de la madurez e importancia de la Wikipedia, puede alejar al contribuyente ordinario, es decir, aquel que no se convierte en un leguleyo (wiki-lawyering) para hacer valer su criterio (véase The Economist, 2008). Al mismo tiempo, las dificultades para realizar contribuciones que no sean inmediatamente discutidas habrían llevado a un conjunto de anteriores editores a crear la página Missing Wikipedians, donde cuelgan sus contribuciones. Estas razones explicarían el descenso en el ritmo de entrada de artículos experimentado en 2007 y 2008. ↩
16. Kohlenberg habla de la Wiki-Ideologie: cuanto más fuerte es la comunidad, mejor será el artículo. ↩
17. La ausencia de control centralizado sería suplida por la adhesión de los participantes a una serie de valores comunes, a saber: el valor de la información abierta; el compromiso de compartir el conocimiento globalmente; el multiculturalismo, la diversidad y el multilingüismo; la ecuanimidad en la representación de los distintos puntos de vista. No hay centro, pero sí la estructura que proporcionan las distintas discusiones acerca de los aspectos editoriales o administrativos del sitio (véase Ayers et al., p. 360). ↩
18. Ayers et al., p. 356. ↩
19. Ayers et al.., p. 55. ↩
20. Ayers et al., p. 197. ↩
21. Schiff, p. 7. ↩
22. Baker, p. 4. ↩
23. Boxer, p. 18 ↩
24. Schiff, p. 7. ↩
25. Kohlenberg, p. 8. ↩
26. Ha salido a la luz, justo antes de cerrar este texto, un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, según el cual el número de voluntarios que abandonaron el proyecto Wikipedia durante el año 2007 fue, por vez primera, mayor que las nuevas incorporaciones. También se señala que sólo uno de cada mil cien artículos alcanza, pasados tres años desde su elaboración, el grado de calidad necesario. Finalmente, se constata que apenas el 10% de los editores es responsable del 90% de la producción. No obstante, difícilmente hay que considerar una mala noticia una futura Wikipedia abandonada por sus diletantes y sostenida por sus fieles.
27. Ayers et al., p. 57.
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