Así pues, subo hoy a Desde el trópico de Cáncer al poeta Juan Ramón Jiménez con su poema Dentro, al pintor Jean-Auguste-Dominique Ingres con su cuadro La gran odalisca, y al compositor Jules Massenet con el aria Allons, il le faut de su ópera Manon.
Juan Ramón Jiménez Mantecón (1881-1958) fue un poeta español, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956, por el conjunto de su obra, designándose como trabajo destacado de la misma la narración lírica Platero y yo. Aunque por edad pertenece al novecentismo o generación del 14, mantuvo estrecha relación con las generaciones anteriores (modernismo, que influyó su primera etapa) y posterior (generación del 27, a la que apoyó al menos en sus primeros trabajos -luego los atacó- y de la que fue uno de los principales modelos, así como referencia para algunos de los autores vanguardistas). Busca conocer la verdad y de esta manera alcanzar la eternidad. La exactitud para él, es la belleza. La poesía es una fuente de conocimiento, para captar las cosas. Juan Ramón Jiménez escribe una poesía panteística, exacta y precisa. Su Moguer natal fue un referente en toda su obra, fuente de inspiración y elemento de nostalgia.
DENTRO
¡Patria y alma!
Y el alma también es como la patria,
perdidas, dentro, sus orillas dobles
en el oro infinito de lo eterno.
Una abriga a la otra
como dos madres únicas
que fueran hijas de ellas mismas,
en turno de alegrías y tristezas.
Todo y sólo está en ellas;
a ellas tan sólo hay que entregarlo todo,
de ellas tan sólo hay que esperarlo todo,
de la cuna a la muerte.
...Ahora que el cuerpo entró en su patria,
el alma se le entra.
¡Así, bien lleno! ¡Así, todo completo!
¡Con mi alma, en mi patria!
Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867), pintor francés, ferviente defensor del dibujo, resulta a la vez clásico, romántico y realista. Constituye un claro exponente del romanticismo en cuanto a los temas, el trazo abstracto y las tintas planas de intenso colorido. Algunas de sus obras se enmarcan en el llamado «Estilo trovador», inspirándose en el ideal estético griego y gótico, además de en las miniaturas de los libros de horas de Fouquet. Igualmente, es ejemplo de orientalismo, pues muchos de sus cuadros, especialmente desnudos femeninos, están dominados por un sentido irreal del exotismo propio del siglo XVIII.
"La gran odalisca de Ingres" es uno de los desnudos más hermosos de la historia del arte. Los españoles estuvimos de enhorabuena en 2016 cuando pudimos admirarlo en el Museo del Prado. Es una de las obras maestras del Museo del Louvre y formó parte de la primera monográfica que se dedicaba en España al maestro francés del XIX. El color de la piel de la modelo, que posa ataviada al estilo orientalizante, con un turbante en la cabeza, destaca especialmente al estar rodeada de hermosas y coloridas telas: sedas, terciopelos, plumas en brillantes azules y amarillos. Aunque se halla de espaldas, la Odalisca vuelve su cabeza y mira fijamente al espectador. Fue encargado por Carolina, hermana de Napoleón y reina de Nápoles y se expuso en el Salón de París de 1819.
La gran odalisca (1814)
Jules Massenet (1842-1912 ) fue un compositor francés. Su capacidad de trabajo era impresionante: capaz de componer durante largas horas, su jornada empezaba a las cuatro de la mañana, alternando la composición, la enseñanza y las audiciones. Dejó una obra esencialmente lírica, pero también pianística y sinfónica. A menudo fue influido por los temas religiosos y se le ha considerado como el heredero de Charles Gounod. Su influencia se detecta en Ruggero Leoncavallo , Pietro Mascagni , Giacomo Puccini o Claude Debussy
El 1884 se estrenó su popularísima "Manon", ópera en cinco actos, con libreto de Henri Meilhac y Philippe Gille, basado en la novela del abate Prévost "Manon Lescaut", de 1731, que también inspiró la ópera homónima a Giacomo Puccini. Fue estrenada la Opéra-Comique de París el 19 de enero de 1884. El compositor trabajó en la partitura en su casa de campo fuera de París y también en una casa en La Haya una vez ocupada por el propio Prévost. Manon es la más popular y perdurable ópera de Massenet y, habiendo "conquistado rápidamente los escenarios de todo el mundo", ha mantenido un lugar importante en el repertorio desde su creación. Es la quintaesencia del encanto y la vitalidad de la música y la cultura de la Belle Époque parisina.
Les dejo con la bellísima aria "Allons!, il le faut", de su ópera "Manon", cantada por la soprano española Victoria de los Ángeles. Pueden verla en el vídeo de más abajo o desde este enlace.